¿Qué nos dice la Palabra de Dios sobre la apostasía?

Qué gozo es para mí, compartir estos pocos minutos con Ud. a la luz de la Palabra de Dios. A partir de hoy daremos inicio a una nueva serie de estudios bíblicos. Para introducir el tema, permítame leer este artículo que apareció en la revista Christianity Today de los Estados Unidos. Bajo el título: Sermones no aptos para todo publico, dice así: En Richardson, Texas, todavía están hablando sobre la extravagancia de una iglesia del lugar, en la cual el pastor invitó a una bailarina de Fort Worth a que tomara parte en el culto. Ella lo hizo, pero al final de su presentación, al ritmo de una música exótica se quitó toda la ropa ante la atenta mirada de unas 200 personas la mayoría de ellos adultos y no pocos jóvenes y niños. Luego del singular evento, el pastor afirmó que lo que sucedió no era motivo para asustarse y más aún, que fue algo adecuado dentro del orden del culto. Nadie de la congregación hizo reclamo alguno. Adicionalmente, el pastor dijo que creía que nadie de los que fueron testigos de este acto se habrán excitado sexualmente, porque después de todo, dijo, no hay nada de malo en el aspecto erótico de la danza, porque de esa manera fuimos todos concebidos. La bailarina dijo que fue algo que siempre había querido hacer en una iglesia, pero que hasta ese momento no había tenido la oportunidad de ello. Finalmente dijo que estaba dispuesta a dar clases de danza a las mujeres de la congregación. Hasta aquí lo que nos trae como información esta revista. Yo no sé cual habrá sido su reacción ante este episodio de la vida real. ¿En cuanto a mí, me causa indignación, pero sabe una cosa? Episodios como este, no son eventos aislados, son parte de la descomposición espiritual que hoy por hoy está asolando a la iglesia. Es lo que se llama la apostasía. El Dr. Harold Ockenga líder de uno de los seminarios más famosos de Estados Unidos dijo: En esta gran apostasía del presente, podemos ver una señal que nos garantiza que la segunda venida del Señor está muy cercana. Siempre ha habido algo de apostasía, y en ocasiones esta apostasía ha sido muy grande, pero nunca tan grande como la que la humanidad ha visto los últimos 50 años. Ciertamente es así. 2ª Timoteo 3:1-5 dice: «También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismo, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos., infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita». ¿Qué más nos dice la Palabra de Dios sobre la apostasía? Pues mucho y en especial en libros como Judas, que justamente será el tema para los estudios bíblicos a partir de hoy.

En la introducción, mencionamos un término que quizá no es muy conocido. La apostasía. Apostasía es la obra o el trabajo de un apóstata. Para entender que es un apóstata, permítame compartir con Ud el origen del apóstata, el carácter del apóstata, la conducta del apóstata y el destino del apóstata. En primer lugar en cuanto al origen del apóstata, me gustarla referirme a lo que dijo el apóstol Pablo a los pastores o ancianos de la iglesia de Efeso, según Hechos 20:29-30 «Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño. Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas, para arrastrar tras si a los discípulos» Los apóstatas pueden venir de dos frentes. Los falsos maestros que vienen de afuera y que son comparados a lobos rapaces que no perdonan al rebaño y los líderes ambiciosos que surgen de adentro, del seno mismo de la congregación, para hablar cosas perversas y arrastrar-tras si a los discípulos. Lo que hace peligrosos a los apóstatas es justamente esto último, que surgen del seno de la congregación. Los apóstatas no anuncian su presencia como para ser reconocidos fácilmente. Están como un cáncer en un cuerpo sano, esperando el momento más oportuno para atacar y causar graves estragos. En segundo lugar, en cuanto al carácter de los apóstatas, estos no son definitivamente verdaderos creyentes, pero simulan ser verdaderos creyentes. 2ª Timoteo 3:5 dice «Que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita» Los apóstatas tendrán la apariencia de verdaderos creyentes, hablarán como creyentes, se bautizarán como creyentes, cantarán como creyentes, orarán como creyentes, leerán la Biblia como creyentes, predicarán como creyentes, pero no serán verdaderos creyentes. Dice el texto que negarán la eficacia de la piedad. En otras palabras, su corazón será torcido, corrupto como siempre ha sido. No habrá una transformación interior, no habrán nacido de nuevo. Los apóstatas simulan hablar a nombre de Cristo, pero niegan su deidad y rechazan su señorío. Simulan servir a Dios, pero en realidad sirven a sus propios intereses y deseos. El apóstata no es un creyente verdadero que en algún momento se extravía y sale del camino de la verdad. El apóstata jamás ha sido un creyente verdadero. Todo lo que hace es una mera demostración externa sin una realidad interna. Judas Iscariote, el que entregó a Jesús a traición es un perfecto ejemplo de un apóstata. Judas Iscariote pasó tres años junto al Señor como los demás discípulos, pero no era un verdadero discípulo. Judas Iscariote tenía la confianza de los demás discípulos al punto que era el tesorero de los discípulos, pero no era un verdadero discípulo. Judas Iscariote actuó como un verdadero discípulo pero era falso en su interior. Así es con el apóstata, externamente parece uno de nosotros pero internamente es del diablo. En tercer lugar, en cuanto a la conducta del apóstata, quisiera leer 1ª Juan 2:19 donde dice «Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros, porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros, pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros» El apóstata en algún momento sale del seno de la iglesia, para revelar su verdadero carácter. Es el típico personaje que por años de años actúo como un verdadero creyente pero que en el momento menos pensado reniega de su fe, se vuelve en contra de todo lo que aretes pareció apoyar y se va al mundo a combatir desde allí a lo que antes le extendió la mano para ampararlo. El verdadero creyente jamás sale de la comunidad de creyentes. La mejor prueba de si alguien es un verdadero creyente es la permanencia. Pedro negó al Señor tres veces, pero se arrepintió de ello y fue restaurado. No salió de la comunidad de creyentes, en cambio el apóstata no, él sale de la comunidad de creyentes y arrastra tras si a otros apóstatas como él. Judas Iscariote salió de la comunidad de los discípulos y fue y se ahorcó. En cuarto lugar en cuanto al destino del apóstata, 2ª Pedro 2:17 dice «Estos son fuentes sin agua, y nubes empujadas por la tormenta; para los cuales la mas densa oscuridad está reservada para siempre» Como es lógico suponer, el destino final de los apóstatas es la eterna separación de Dios en el Infierno. Haciendo un perfil del apóstata diríamos entonces que el apóstata es uno que entra a la comunidad de creyentes o también surge de dentro de la comunidad de creyentes, para inicialmente actuar como un verdadero creyente, aunque en realidad no es un verdadero creyente. En algún momento se quita su manto de piedad y se manifiesta tal como es, un lobo rapaz, que no perdona el rebaño y arrastra tras si a otros apóstatas como él. Su destino eterno es el infierno, para los cuales la más densa oscuridad está reservada para siempre dice el apóstol Pedro. De modo que, la apostasía en la iglesia fue anunciada y ya está con nosotros. Nuestra responsabilidad es mantenernos firmes en la fe, a pesar de la descomposición espiritual que cunde a nuestro derredor. Para ayudarnos a estar firmes en la fe, tenemos a nuestra disposición libros corno Judas que será el tema de nuestros próximos estudios bíblicos. Esperamos por tanto seguir contando con su sintonía.

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