El juicio de la sexta copa

Saludos cordiales amigo oyente. Bienvenido al estudio bíblico de hoy. Estamos estudiando los eventos futuros y dentro de ello estamos considerando la tribulación. La tribulación es un periodo de ira de Dios derramada sobre un mundo incrédulo con un doble propósito, por un lado como una medida de disciplina para que tanto judíos como gentiles reconozcan su pecado y se preparen para recibir al Señor Jesucristo en su segunda venida, y por otro lado es un castigo o retribución para todos aquellos que obstinadamente han rehusado recibir a Cristo como Salvador. La iglesia estará totalmente fuera de este periodo de disciplina y castigo. La manera de disciplinar y castigar por parte de Dios es mediante tres juicios que cual actos de una obra teatral de terror van desplegándose en un periodo de siete años. Hemos considerado ya el primer juicio, también conocido como de los sellos. Hemos considerado también el segundo juicio, también conocido como de las trompetas. En nuestro estudio bíblico pasado comenzamos a considerar el tercer juicio, también conocido como de las copas. Vimos los cinco primeros juicios de esta serie. En el estudio bíblico de hoy, David Logacho compartirá con nosotros un juicio más de esta serie.

Poco a poco vamos llegando a la cúspide de la ira derramada de Dios en la tribulación. Los juicios más severos son los de las copas. Hemos considerado ya cinco de ellos.

El primero significó la súbita aparición de úlcera malignas y pestilentes sobre los hombres que tenían la marca del Anticristo y que adoraban su imagen.

El segundo significó la transformación del agua de los océanos en sangre como de muerto, y la consecuente destrucción de toda la fauna marina.

El tercero significó la transformación del agua dulce de los ríos y fuentes en sangre.

El cuarto significó la destrucción de la capa protectora que cubre la tierra y evita que algunos rayos del sol produzcan severos trastornos en la vida del planeta. Por tanto el sol podía quemar a los hombres.

El quinto significó la venida de densas tinieblas sobre el reino del Anticristo. Ante todo este castigo, la gente no se arrepintió de sus obras, sino que más bien blasfemaron contra el Dios del cielo por sus dolores y por sus úlceras. Dios por tanto está por entregarlos a un castigo más severo.

Consideremos pues, el juicio de la sexta copa. Su descripción la encontramos en Apocalipsis 16:12-16 donde leemos: “El sexto ángel derramó su copa sobre el gran río Eufrates; y el agua de éste se secó, para que estuviese preparado el camino a los reyes del oriente. Y vi salir de la boca del dragón, y de la boca de la bestia, y de la boca del falso profeta, tres espíritus inmundos a manera de ranas; pues son espíritus de demonios, que hacen señales, y van a los reyes de la tierra en todo el mundo, para reunirlos a la batalla de aquel gran día del Dios Todopoderoso. He aquí yo vengo como ladrón. Bienaventurado el que vela, y guarda sus ropas, para que no ande desnudo, y vean su vergüenza. Y los reunió en el lugar que en Hebreo se llama Armagedón”

La intervención del sexto ángel con la sexta copa, tiene su efecto sobre el gran rió Eufrates. El agua se seca y queda su lecho seco, como una gran ruta, para el avance de un ejército numeroso. El rió Eufrates ha sido considerado como el limite natural entre las potencias del Este y del Oeste.

Si Ud. ha estado con nosotros en estos estudios bíblicos recordará que el juicio de la sexta trompeta reveló la existencia de un ejército de 200 millones al Este de Israel equipado con el más avanzado armamento que podamos imaginar. Este ejército estaba listo para entrar en batalla. Pues bien, la hora de entrar en batalla está llegando. El juicio de la sexta copa ha preparado el camino para que este numeroso y poderoso ejército puedan marchar sobre Israel.

También se nos dice que Juan vio salir de la boca del dragón o Satanás, de la bestia o Anticristo y del falso profeta, tres espíritus inmundos a manera de ranas. Estos espíritus son poderosos demonios que harán todo tipo de milagros ante los reyes de la tierra en todo el mundo. Interesante reconocer que los demonios son capaces de hacer milagros.

No todo milagro proviene de Dios amigo oyente. Satanás y sus demonios pueden también realizar milagros. Cuidado con apresurarse a atribuir a Dios todo milagro. Aquí tenemos a tres demonios haciendo milagros ante los reyes de toda la tierra. Una pregunta válida seria: ¿Para qué irán estos tres emisarios demoníacos a los reyes de toda la tierra con sus señales poderosas?

Bueno, el texto dice que será para convencerlos que deben unir sus fuerzas a las del Anticristo para ir a la guerra en Israel. Todos los reyes de la tierra se dejarán convencer y así Dios reunirá a todos los ejércitos del mundo para la batalla de aquel gran día del Dios Todopoderoso.

Qué interesante que detrás de todo lo que está pasando está la soberana mano de Dios. Es en realidad Dios quien está reuniendo los ejércitos del mundo para esta gran batalla. Los demonios que van a los reyes de la tierra y en realidad Satanás, el Anticristo y el Falso profeta son meros instrumentos en las manos del Dios soberano. Los reyes de la tierra serán convencidos fácilmente, porque recuerde amigo oyente que la tierra estará en un caos total.

La gente sufriendo de úlceras malignas y pestilentes, el agua de los océanos convertida en sangres como de muerto, el agua dulce de los ríos y las fuentes convertida en sangre, el sol que quema a los hombres y las tinieblas sobre el reino del Anticristo y sobre todo eso, estos tres personajes haciendo toda clase de milagros, seguramente diciendo, el problema está en Israel. Ellos son los causantes de todo esto que está pasando, unamos nuestros ejércitos y marchemos sobre Israel para terminar con todo este caos.

El razonamiento será muy convincente y todos los reyes de la tierra se dejaran convencer y harán preparativos para marchar sobre Israel. En medio de estos preparativos militares para lo que va a ser la gran batalla de Armagedón, Juan deja pasar todavía un rayo de esperanza para aquellos que vivan en ese tiempo.

Es Cristo quien habla y dice: He aquí, yo vengo como ladrón. Bienaventurado el que vela, y guarda sus ropas, para que no ande desnudo, y vean su vergüenza. Al borde mismo del colapso mundial. Dios en su misericordia está haciendo una invitación por medio de Cristo. Está diciendo: Yo vengo en cualquier momento, el instante menos pensado, así como los ladrones vacían las casas el momento menos esperado. Por tanto todavía tiene un poquito de tiempo. No se duerma, vele.

Bienaventurado el que vela porque así guardará sus ropas y no andará desnudo mostrando su vergüenza. La manera de guardar las ropas es recibiendo a Cristo como Salvador. Los que no tengan a Cristo en sus vidas cuando él venga por segunda vez, estarán desnudos, mostrando la vergüenza de su pecado y de esa manera serán impedidos de entrar al reino de Cristo. El pasaje termina con palabras fatídicas: Y los reunió en el lugar que en hebreo se llama Armagedón.

En nuestro próximo estudio bíblico veremos lo que va a acontecer en Armagedón. Pero por el momento, amigo oyente, bástenos con saber que será algo verdaderamente trágico. Pero Dios en su amor nos quiere guardar de ese momento. Por eso Ud. está escuchando este programa. Ud. puede evitar estar en Armagedón con tan solo recibir por la fe a Cristo como su Salvador. Si no lo ha hecho antes, hágalo hoy mismo y si ya lo ha hecho, agradezca a Dios porque Armagedón no tendrá nada que ver con Ud.

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