Eventos futuros que acontecerá después del arrebatamiento de la iglesia de Cristo

Reciba saludos cordiales amigo oyente, al inicio de una nueva entrega de nuestro programa de estudio bíblico. Estamos tratando el tema de los eventos futuros, hemos considerado ya, en detalle, lo que será, el arrebatamiento de la iglesia. En el estudio bíblico de hoy, David Logacho compartirá con nosotros otro de los eventos futuros que acontecerá inmediatamente después del arrebatamiento de la iglesia de Cristo.

Para ubicarnos dentro del cuadro profético debemos señalar que una vez que la iglesia de Cristo sea arrebatada, estará para siempre con el Señor en el cielo. Lo primero que acontecerá allí es lo que menciona Romanos 14:10 donde dice: “Pero tu, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo”

En el capítulo 14 de Romanos, Pablo esta corrigiendo la costumbre de algunos creyentes de juzgar o despreciar a los hermanos cuando hacen o dejan de hacer cosas que no están reguladas en la palabra de Dios, lo cual es atentatorio contra la libertad que todo creyente tiene en Cristo.

En su discurso sobre este asunto, Pablo dice que los creyentes no tenemos que juzgar o despreciar a otros porque cada uno de los creyentes algún día tendremos que comparecer a lo que Pablo llama el tribunal de Cristo, en donde daremos cuenta de lo que como creyentes hicimos mientras estábamos en el cuerpo sobre la tierra.

La palabra que se ha traducido como tribunal es la palabra griega bema, que significa literalmente un lugar para el pie y se empleaba para denotar un lugar elevado, o una tarima o plataforma a la cual se ascendía por unos peldaños. El termino pasó a ser empleado para designar al lugar donde se sentaba un juez para emitir sus dictámenes.

El tribunal de Cristo es entonces el lugar en el cual Cristo se sentara para juzgar cada una de las obras de cada uno de los creyentes, mientras los creyentes moraban en sus cuerpos.

Ahora que tenemos claro en nuestras mentes lo que es el tribunal de Cristo, hagámonos algunas preguntas que nos ayudaran a comprender mejor este asunto.

La primera pregunta: ¿Cuándo tendrá lugar el tribunal de Cristo? La respuesta es: inmediatamente después del arrebatamiento. ¿Cómo lo sabemos? Existen dos razones fundamentales.

En primer lugar, en el tribunal de Cristo, como resultado de la evaluación de las obras del creyente, se otorgaran recompensas a los creyentes que lo merezcan. Con esto en mente leamos lo que dice Lucas 14:14 “y serás bienaventurado: porque ellos no te pueden recompensar, pero te será recompensado en la resurrección de los justos”

Las recompensas a los creyentes serán dadas en la resurrección de los justos, lo cual acontecerá inmediatamente antes del arrebatamiento. Por tanto el orden de los eventos es primero arrebatamiento, después tribunal de Cristo.

En segundo lugar, cuando el Señor retorna a la tierra con su esposa que es la Iglesia, se v e que la esposa ya ha sido recompensada. Apocalipsis 19:8 dice: “y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; por que el lino fino es las acciones justas de los santos”

Las acciones justas de los santos esta en plural, lo cual denota que no puede estar refiriéndose a la justicia de Cristo imputada a todos los creyentes sino a las acciones justas que han sobrevivido a la prueba y han llegado a ser base de la recompensa, por tanto el tribunal de Cristo ocurrirá inmediatamente después del arrebatamiento.

La segunda pregunta que podemos hacernos sobre el tribunal de Cristo es: ¿Dónde tendrá lugar? Bueno, de lo que hasta ahora hemos señalado, es obvio que el tribunal de Cristo tendrá lugar en el cielo, o en la esfera celestial. Este hecho es confirmado por lo que dice la palabra del Señor en 1ª Tesalonicenses 4:17 cuando afirma: “Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor”.

Una vez arrebatada la iglesia estará siempre con el Señor, lo cual implica que el tribunal de Cristo tiene que ocurrir en el cielo, porque como ya hemos señalado tribunal de Cristo ocurre cronológicamente después del arrebatamiento.

La tercera pregunta sobre el tribunal de Cristo es esta: ¿Quién será el Juez que evalué las obras de los creyentes? A decir verdad el mismo nombre tribunal de Cristo, ya denota que Cristo es el Juez. Esto queda corroborado por lo que afirma Juan 5:22 donde se lee “Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo”

Parte de la exaltación de Cristo el derecho a manifestar autoridad divina como Juez de las obras de los creyentes. Pedro, en uno de sus sermones, hablando de Jesús de Nazaret dice que él es el que Dios ha puesto por Juez de vivos y de muertos. El hecho que Cristo es el Juez garantiza, que el Juicio será justo e imparcial. Cuan diferente es la justicia humana de la justicia divina.

La justicia humana, en mayor o menor grado permite la parcialidad, el cohecho y la injusticia, pero la justicia divina es siempre recta, inmaculada e imparcial, porque el Juez es Cristo, de quien Pablo escribiendo a Timoteo dijo que era un Juez justo La justicia e imparcialidad de este Juez es tal, porque él es Dios. Considere amigo oyente la descripción que el apóstol Juan hace de él en Apocalipsis 1:12-16 donde dice: “Y me volví para ver la voz que hablaba conmigo; y vuelto, vi siete candeleros de oro, y en medio de los siete candeleros, a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y ceñido por el pecho con un cinto de oro. Su cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca lana, como nieve; sus ojos como llama de fuego; y sus pies semejantes al bronce bruñido, refulgente como en un horno; y su voz como estruendo de muchas aguas. Tenia en su diestra siete estrellas; de su boca salía una espada aguda de dos filos; y su rostro era como el sol cuando resplandece en su fuerza”

Que descripción tan impresionante del Juez que evaluará la obra de los creyentes. Cuando Juan lo vio en visión, cayo a tierra en adoración. Apocalipsis 1:17 dice: “Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mi, diciéndome: No temas; yo soy el primero y el último”

Juan reconoce la majestuosidad de la persona de Cristo y cae como muerto ante sus pies. Es la posición de humillación ante la gloriosa presencia de Cristo. Algún día también nosotros veremos cara a cara a esta gloriosa persona y al igual que Juan, nosotros también desearemos caer como muertos ante sus pies. Él es el Juez que ha de evaluar nuestras obras mientras estamos en el cuerpo sobre este mundo.

Así que, mi amigo oyente, lo que hacemos en este mundo mientras somos creyentes es muy importante, no para ganar o mantener la salvación, porque ya somos salvos por medio de Cristo, sino porque viene el día cuando los que hayamos hecho mientras estábamos en el cuerpo va a ser evaluado por la persona gloriosa de Cristo el Juez justo.

En nuestro próximo estudio bíblico vamos a continuar con el tema del tribunal de Cristo, consideraremos los que participaran en el tribunal de Cristo, el criterio que usara el Juez para evaluar las obras de los creyentes en el tribunal de Cristo y las recompensan que se otorgaran en el tribunal de Cristo. Así que, no deje de acompañarnos.

Terminando ya, mi amigo, mi amiga, si Ud. no tiene a Cristo como su Salvador, Ud. jamás se presentara ante el tribunal de Cristo para que sus obras sean evaluadas, pero ese no significa que Ud. no se encontrara con Cristo jamás, porque la palabra del Señor dice que viene el día cuando en el nombre de Jesús se doblara toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra. Aunque Ud. no lo quiera Ud. un día estará de rodillas delante de él, para escuchar de él el veredicto de condenación eterna. Para qué arriesgarse a ello cuando hoy mismo, Ud. puede caer de rodillas delante de él no para escuchar el veredicto de condenación sino para escuchar el veredicto de absolución. Hoy mismo reconozca su necesidad de salvación y en un acto de fe reciba a Cristo como su Salvador.

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