El Ministerio de la Misericordia Pt. 8

Sabes, no hay un día en que no vea la gloriosa gracia de Dios en mi vida. Hemos empezado una nueva serie de estudio bíblico y a través de ella, estamos viendo la mano sobrenatural de Dios, su cuidado y protección. Noemí y Rut son un claro ejemplo de la protección y cuidad de Dios. ¿Recuerdas que ellas emprendieron un viaje desde Moab a la tierra de Belén sin nada, ni nadie que les provea, esperando salir y conseguir un poco de comida ese día? Pues justamente ahí, Dios coloca en su camino a Booz, quien no sólo le permite a Rut estar sentada a la mesa festejando con él, sino que es servida en la mesa por el mismo señor de la cosecha.

Él derrama al necesitado con su gracia. Entonces esta es la imagen de Booz. Él busca a los marginados en su familia, protege al débil bajo sus alas, sirve al hambriento en su mesa y derrama a los necesitados con su gracia. Ahora lo que quiero hacer es que tomemos esta imagen y consideremos cómo eso se aplica a nosotros como familia de fe. El Evangelio aplicado en el lugar donde estás.

Ahora, quiero que pensemos en esta imagen de Booz en dos niveles desde dos perspectivas diferentes, por así decirlo. Primero desde la perspectiva de Booz, quien es aquel que muestra este amor. Y segundo, desde la perspectiva de Rut quien está recibiendo este tipo de amor. Así que quiero que consideremos cómo el Evangelio afecta la manera en que mostramos amor como una familia de fe y en segundo lugar cómo el Evangelio afecta la manera en que nosotros recibimos el amor.

Primero, la forma en que mostramos amor basada en esta imagen de Booz, es que por medio del Evangelio aplicado en el lugar donde estás, significa que entregamos nuestras vidas por los pobres. Nosotros entregaremos nuestras vidas por los pobres. No pierdas esto. El propósito de la preocupación de Booz es para mostrarnos la preocupación de Dios por los pobres. Dios está detrás de esta imagen. Él conduce a Rut y Noemi de regreso a Belén justo en el momento en que su ley ha sido establecida para ellas para ser provistas. En Deuteronomio capítulo 10, versículo 18 dice: “Dios hace justicia al huérfano y a la viuda; ama también al extranjero dándole pan y vestido.” Rut 2 está viviendo eso. Booz es el proveedor inmediato para los pobres, pero Dios es el supremo proveedor aquí en Rut capítulo 2. Y lo que estamos viendo aquí es una imagen de lo que no está haciendo este autor humano, sino el autor divino de las Escrituras, el Espíritu Santo a lo largo del Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento.

Dios ha ordenado a su pueblo que sea una demostración de su cuidado radical por los pobres. Dios ha ordenado a su pueblo que sean una muestra de cuánto Él ama a los pobres y de cómo Él se preocupa por los ellos. Y esta es una de las conclusiones que debemos ver en el capítulo 2 de Rut. Como personas, miremos nuestras vidas individualmente, nuestras familias completas y esta familia de fe. A medida que las personas observen nuestra historia, ¿la gente se aleja de nuestra historia diciendo que Dios tiene gran cuidado y compasión por los pobres?

Necesitamos escuchar esto. Piensa en tu ciudad, ahora hay literalmente millones, millones y millones de dólares en casas, autos, ropa y materiales. Millones. Y luego aquí hay un mundo que está viviendo con menos de 2 dólares al día y es más de la mitad del mundo. Hay 16.000 niños hoy que han exhalado su último aliento porque nadie les dio una comida. Hay un lugar cerca de donde vivimos, no muy lejos de aquí, donde hay personas que viven sin plomería y con poca comida. Hay personas que tienen un baño principal promedio más grande que los barrios marginales donde viven familias enteras en la India. Y entonces surgen las preguntas: ¿somos una demostración visible del Dios que se preocupa por los pobres y ama a los marginados?, ¿o los estamos buscando como a nuestra familia, protegiéndolos bajo nuestras alas, sirviéndolos en nuestra mesa?

Sabemos que vivimos en una cultura que nos alienta a ignorar a los pobres. Estamos inundados en una imagen de la que somos parte. Una imagen que dice que mientras más exitosos nos volvemos, más cosas tenemos. Te mudas de esta casa de un tamaño a esta casa de otro tamaño y a esa casa de otro tamaño. Pasas de este tipo de automóvil a este tipo de automóvil y a ese tipo de automóvil. Tú tienes esta cantidad de ropa que se vuelve más y más agradable. Obtienes esto y más y más y eso es una señal de éxito, satisfacción y placer, y traducimos eso a la iglesia haciendo lo mismo. Una iglesia exitosa es más grande y mejor. El lugar físico de las iglesias crece y surgen nuevos y mejores programas para que eso suceda; cuanto más, mejor. Pero la realidad que las Escrituras nos están enseñando es tan diferente, la realidad del Nuevo Testamento dice que cuanto más crecemos en Dios, menos gastamos en nosotros mismos.

Entonces, ¿estamos creciendo en Dios? ¿O nuestras vidas muestran una traición a lo que es más importante para el Señor? La realidad es que no importa lo que digamos o cantemos el domingo por la mañana si no nos preocupamos por los pobres, la Biblia dice que somos el pueblo de Dios. Y Rut 2 nos está haciendo señas para que consideremos cómo nosotros, como individuos, como familias y como iglesia en medio de estas tendencias de hermanos mayores y mejores, debemos revertir la tendencia. Y debemos invertir nuestras vidas para lo que Dios ha dicho que es lo más importante y, en el proceso, nosotros seremos una demostración de su carácter para el mundo. Pero eso no es nada fácil.

Esto te dirige a la segunda verdad, y quiero invitarte a que ates estas verdades juntas.  Tal vez te preguntes, bueno y ¿qué hago con eso? Pues llévalo al siguiente paso. Quiero que veas el Evangelio aquí. El Evangelio aplicado en tu familia de fe. Nosotros invertiremos nuestras vidas por los pobres y así descansaremos bajo su protección. Ahora vayamos a la perspectiva de Rut por un segundo. Aquel que es amado. Usemos el lenguaje del versículo 12, refugiarse bajo las alas de Dios. Refugio bajo las alas de Dios. La imagen aquí es hermosa como un pájaro que trae a sus polluelos bajo sus alas, que los cuidan. Ahora quiero que pensemos en esto, solo un segundo. Quiero que nos sumerjamos en lo que significa ser amado así, descansar nuestra vida bajo su protección. Pero quiero que veamos estas dos verdades juntas y veamos cómo descansar bajo su protección nos permite invertir nuestra vida por los pobres.

Seremos libres para invertir nuestras vidas por amor a aquellos quienes son pobres a nuestro alrededor y de entregarnos cuando estamos convencidos de que nuestro Dios cuidará de nosotros. Mientras pensemos que necesitamos más cosas para estar satisfechos, para ser felices, para experimentar todo lo que queremos en la vida y mientras estemos en una búsqueda constante de esas cosas, entonces no entreguemos nuestras vidas para los pobres. Pero cuando llega el momento en que nos damos cuenta que tenemos todo lo que necesitamos en nuestro Dios, toda la satisfacción que necesitamos y somos liberados de seguir todas las cosas que este mundo persigue ahora, cuando descansamos bajo su protección, seremos libres de invertir nuestras vidas por los pobres. Es por eso que incluí estos versículos aquí solo para mostrar esta conexión. Proverbios 19:17: “A Jehová presta el que da al pobre, Y el bien que ha hecho, se lo volverá a pagar.”

Ricamente recompensado por el Señor es exactamente lo que Booz le había dicho a Rut. Esta es la imagen, cuando nos entregamos por los pobres, cuando nos convertimos en hombres y mujeres que gastan menos en nosotros mismos y más en lo que está más cerca al corazón de Dios donde encontraremos una gran recompensa.

En Isaías 58 vemos a Dios hablando a su pueblo, Él dice: “No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo? ¿No es que partas tu pan con el hambriento, y a los pobres errantes albergues en casa; que cuando veas al desnudo, lo cubras, y no te escondas de tu hermano?» Escucha esto: » Entonces nacerá tu luz como el alba, y tu salvación se dejará ver pronto; e irá tu justicia delante de ti, y la gloria de Jehová será tu retaguardia. Entonces invocarás, y te oirá Jehová;.” Escucha estas promesas. «clamarás, y dirá él: Heme aquí. Si quitares de en medio de ti el yugo, el dedo amenazador, y el hablar vanidad; y si dieres tu pan al hambriento, y saciares al alma afligida, en las tinieblas nacerá tu luz, y tu oscuridad será como el mediodía. Jehová te pastoreará siempre, y en las sequías saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos; y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan.» Cuando invertimos nuestras vidas por los pobres, no tenemos motivos para temer. Nuestro Dios ha dicho que seremos como un manantial cuyas aguas nunca fallan. ¿Ves la conexión? Descansemos nuestras vidas bajo su protección.

Libérate de la búsqueda de todas las cosas. Y cuando descansas en Él, tu vida y protección se la entregas a Él, entonces eres libre. Solo invierte tu vida para los pobres. Ahora eso implica tomar medidas radicales y eso se ve diferente en diferentes maneras en nuestras vidas. Para revertir esa tendencia en las familias individuales, para revertir esa tendencia de la cultura en el lugar donde tú estás, esa tendencia que dice que cuanto mejor lo hagamos por nosotros mismos, más éxito tendremos, es necesario dar algunos pasos radicales ahora.

Entonces, ¿estamos seguros de que Dios nos va a sostener? ¿Estamos seguros de que seremos un manantial cuyas aguas nunca fallan? Antes de terminar quiero que estemos seguros de ello y para eso, usaré a Rut capítulo 2, Ahí se nos dice que sí, efectivamente podemos estar seguros. Regresa Rut y veamos lo que significa ser amado por Dios. Él ha llamado nuestro nombre. Nosotros no somos el hermano y la hermana de Rut. Nosotros éramos Rut; deambulando por los campos, marginados, extranjeros, pecadores, separados del Señor de la cosecha y Él por su gracia, el Dios del universo, te persiguió. Él tomó una túnica de carne humana y se hizo hombre, Él sufrió y murió para tomar tus pecados sobre sí mismo y Él te ha salvado. Él te ha llamado por tu nombre. Eso es confianza. El Dios del universo ha llamado tu nombre. Él se ha convertido en nuestro refugio, nos buscó como su familia, nos llamó por nuestro nombre. Él se ha convertido en nuestro refugio, nos ha protegido bajo sus alas, de modo que, incluso cuando la tormenta se desata en torno a nosotros y aun cuando las dificultades sobrevienen para ti o para mí.

El Salmo 46 dice: “Dios es nuestro amparo y fortaleza, Nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida, Y se traspasen los montes al corazón del mar; Aunque bramen y se turben sus aguas, Y tiemblen los montes a causa de su braveza. Selah Del río sus corrientes alegran la ciudad de Dios, El santuario de las moradas del Altísimo. Dios está en medio de ella; no será conmovida.  Dios la ayudará al clarear la mañana. Bramaron las naciones, titubearon los reinos; Dio él su voz, se derritió la tierra. Jehová de los ejércitos está con nosotros; Nuestro refugio es el Dios de Jacob. Selah Venid, ved las obras de Jehová, Que ha puesto asolamientos en la tierra. Que hace cesar las guerras hasta los fines de la tierra.  Que quiebra el arco, corta la lanza, Y quema los carros en el fuego. Estad quietos, y conoced que yo soy Dios; Seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra. Jehová de los ejércitos está con nosotros; Nuestro refugio es el Dios de Jacob”.

Esto es en lo que podemos apoyarnos. Él es un refugio, una fortaleza. Eso es seguridad. Eso es estabilidad. Esa es la seguridad que todas las cosas que este mundo tiene para ofrecer no pueden traer. Él se ha convertido en nuestro refugio. Él ha satisfecho nuestros anhelos. El Señor de la cosecha te ha invitado a deleitarte en su mesa. No solo te ha invitado a comer en su mesa, sino Él que te ha traído a su mesa para servirte allí.

Dejar un comentario Cancelar la respuesta

Salir de la versión móvil