Lucas se enfoca totalmente en el viaje misionero de Pablo y Sila

Nuevamente llegamos hasta usted para compartir algo mas del interesante tema que estamos desarrollando “La obra de Jesucristo después de su ascensión, por medio del Espíritu Santo” en contados instantes David Logacho estará frente a este micrófono para seguir compartiendo con nosotros este estudio.

I. Introducción. Saludos y bienvenida. Estudio de Hechos en la serie titulada: La obra de Jesucristo después de su ascensión, realizada por medio del Espíritu Santo. En nuestro último estudio bíblico, vimos que Pablo dijo a Bernabé: Volvamos a visitar a los hermanos en todas las ciudades en que hemos anunciado la palabra del Señor, para ver como están. La idea pareció genial a Bernabé. Pablo y Bernabé tenían un ministerio por demás exitoso en Antioquía de Siria, pero jamás se sintieron prisioneros del éxito, jamás pensaron que se debían quedar en Antioquía de Siria hasta que se mueran. No. Para ellos, Antioquía de Siria, era simplemente el punto de partida para iniciar ambiciosos viajes misioneros que permitan llevar la palabra de Dios hasta el fin del mundo. De manera que, tanto Pablo como Bernabé, comenzaron a trabajar en los detalles para un nuevo viaje misionero. Los dos estaban de acuerdo en hacer el viaje, pero no se pudieron poner de acuerdo en cuanto a si Juan Marcos, el sobrino de Bernabé fuese o no parte del equipo misionero. Seguramente Pablo pensaba que si Juan Marcos desertó en Panfilia en el primer viaje misionero y se volvió a Jerusalén, algo similar podría pasar en el segundo viaje misionero. Seguramente Bernabé pensaba que, aunque Juan Marcos se equivocó desertando durante el primer viaje misionero, sin embargo, merecía otra oportunidad para limpiar su nombre. Inclusive, debe haber pesado bastante el vínculo familiar de Bernabé con Juan Marcos, por cuanto Bernabé era tío de Juan Marcos. En todo caso, hubo entre Pablo y Bernabé tal desacuerdo que se separaron el uno del otro. Bernabé, tomando a Juan Marcos navegó a Chipre, el primer sitio que visitaron durante el primer viaje misionero, mientras que Pablo, escogiendo a Silas salió encomendado por los hermanos a la gracia del Señor. Desde el punto de vista humano fue muy lamentable que Pablo y Bernabé se hayan separado, pero Dios usó inclusive este hecho lamentable para su propia gloria, por cuanto, en lugar de salir desde la iglesia en Antioquía un equipo misionero, salieron dos equipos misioneros. Sin embargo de todo esto, Pablo no guardó sus reservas en contra Juan Marcos toda su vida, porque tiempo después, Pablo pidió que le sea traído Juan Marcos, porque le era muy útil para el ministerio. Lucas no provee detalles del viaje misionero de Bernabé y Juan Marcos sino que se enfoca totalmente en el viaje misionero de Pablo y Silas. Con esto en mente, si tiene una Biblia, ábrala en Hechos 15, a partir del versículo 41, el último versículo de este capítulo.
II. Lo primero que vamos a notar es el inicio del segundo viaje misionero de Pablo. Hechos 15:41 dice: y pasó por Siria y Cilicia, confirmando a las iglesias.
A pesar de su desacuerdo no pequeño por el tema de Juan Marcos, parece que Pablo y Bernabé no cortaron la comunicación entre ellos, y eso explicaría el hecho que Bernabé y Juan Marcos acordaron hacer su viaje misionero por dos rumbos distintos. Bernabé y Juan Marcos se dirigieron a Chipre, por donde comenzó el primer viaje misionero, mientras Pablo y Silas decidieron comenzar su segundo viaje misionero por donde terminó el primer viaje misionero. Saliendo de Antioquía de Siria se dirigieron por tierra hacia el noreste, atravesando Siria avanzaron hasta Cilicia, tal vez pasando por Tarso, la ciudad natal de Pablo. Durante todo el trayecto, iban confirmando a las iglesias. En segundo lugar, vamos a notar el encuentro de Pablo con un nuevo colaborador. Hechos 16:1-3 dice: Después llegó a Derbe y a Listra; y he aquí, había allí cierto discípulo llamado Timoteo, hijo de una mujer judía creyente, pero de padre griego; y daban buen testimonio de él los hermanos que estaban en Listra y en Iconio. Quiso Pablo que éste fuese con él; y tomándole, le circuncidó por causa de los judíos que había en aquellos lugares; porque todos sabían que su padre era griego.
Avanzando más hacia el este, Pablo y Silas llegaron primero a Derbe, la última ciudad que visitaron en el primer viaje misionero. Luego de visitar la iglesia allí, prosiguieron siempre hacia el este y llegaron a Listra. Esta ciudad debe haber traído recuerdos felices y dolorosos a Pablo. Fue en esta ciudad donde Pablo vio el poder de Dios sanando a un cojo de nacimiento y otorgando vida espiritual a muchos que estaban muertos espiritualmente, y también fue en esta ciudad donde Pablo fue apedreado y arrastrado fuera de la ciudad pensando que estaba muerto. Pero justamente en esta ciudad, Pablo estaba por cosechar algo que debe haber sembrado en su primer viaje misionero. Allí en Listra había cierto discípulo llamado Timoteo. Era hijo de una mujer judía, quien era creyente, pero de padre gentil. Esta mezcla hacía que Timoteo sea considerado como auténtico judío entre la comunidad judía. Es muy probable que Timoteo haya recibido a Cristo como su Salvador a través del ministerio de Pablo en su primer viaje misionero, porque en otros libros del Nuevo Testamento, Pablo se refiere a Timoteo como su hijo amado o como su verdadero hijo en la fe. Tanto la madre, como la abuela de Timoteo deben haber jugado un papel importante en el crecimiento espiritual de Timoteo, por cuanto Pablo da testimonio de la fe no fingida que hay en Timoteo, la cual habitó primero en su abuela Loida, y en su madre Eunice. Algo muy digno de señalar era el buen testimonio que Timoteo tenía entre los hermanos de las iglesias en esas dos ciudades muy cercanas la una de la otra, Listra e Iconio. La fe no fingida de Timoteo y el excelente testimonio que tenía, movió a Pablo a invitar a Timoteo a que sea parte del equipo misionero, juntamente con Silas. Fue a raíz de esto que Pablo hizo algo que ha desconcertado a muchos. El texto dice que Pablo tomándole, le circuncidó por causa de los judíos que había en aquellos lugares; porque todos sabían que su padre era griego o gentil. A simple vista parecería que Pablo está haciendo algo contrario a lo que se decidió en el concilio de Jerusalén, y por lo cual luchó con tanto denuedo, cuando específicamente quedó establecido que no se debe inquietar a los hermanos de entre los gentiles, mandando circuncidarles y guardar la ley. ¿Por qué entonces Pablo hizo circuncidar a Timoteo? La razón es doble. Primero, porque por ser hijo de madre judía, Timoteo era considerado como judío por los judíos. Segundo, porque en los lugares donde Timoteo iba a servir junto con Pablo y Silas, había muchos judíos incrédulos. Pablo por tanto no quería de ninguna manera ofender a los judíos incrédulos por medio de tener en su equipo misionero a uno que era considerado como judío, a pesar de ser hijo de padre gentil, y que no había sido circuncidado conforme a la costumbre judía. En esencia entonces, Pablo hizo circuncidar a Timoteo, no para que sea salvo, sino para que pueda servir sin tropiezo entre los judíos. En tercer lugar, notamos el carácter del ministerio de Pablo y su equipo misionero. Hechos 16:4-5 dice: Y al pasar por las ciudades, les entregaban las ordenanzas que habían acordado los apóstoles y los ancianos que estaban en Jerusalén, para que las guardasen. Así que las iglesias eran confirmadas en la fe, y aumentaban en número cada día.
El equipo misionero de Pablo incluía a Silas, nombre griego que corresponde al nombre hebreo Saúl, creyente prominente de la iglesia en Jerusalén, quien además era profeta. El nombre de Silas o Silvano, aparece juntamente con el nombre de Timoteo acompañando a Pablo en la introducción de las dos epístolas a los Tesalonicenses. Silas, al igual que Pablo, tenía también la ciudadanía romana. De Timoteo ya hemos hablado lo necesario. Pablo, Silas y Timoteo pasaban por las ciudades visitando a las iglesias y en cada una de ellas entregaban las ordenanzas que habían acordado los apóstoles y los ancianos en el primer concilio en Jerusalén, con la exhortación que se sometan a lo que decían esas ordenanzas. Las iglesias eran confirmadas en la fe y esto resultaba en un incremento en número cada día. Cuando las cosas se hacen en el tiempo de Dios, a la manera de Dios y en la voluntad de Dios, siempre habrá crecimiento que viene de Dios. En nuestro próximo estudio bíblico vamos a seguir analizando el segundo viaje misionero de Pablo.

Dejar un comentario Cancelar la respuesta

Salir de la versión móvil