Falsos profetas

Es muy grato saludarle amable oyente. Sea bienvenida, bienvenido al estudio bíblico de hoy. Estamos estudiando el Evangelio según Mateo en la serie titulada: Jesucristo, Rey de reyes y Señor de señores. En esta oportunidad, David Logacho nos hablará acerca de lo que Jesús enseñó en cuanto a los falsos profetas.

Doy gracias al Señor por el privilegio que me concede al compartir este tiempo con usted, amable oyente. Si tiene una Biblia a la mano, ábrala en el Evangelio según Mateo, capítulo 7 versículos 15 a 23. Este pasaje bíblico es parte de la última sección del Sermón del Monte, maravilloso mensaje proclamado por Jesús desde un monte y que en esencia describe las cualidades del carácter de los súbditos del reino de los cielos. En el pasaje bíblico que nos corresponde estudiar en esta ocasión, Jesús da a conocer sobre la presencia, conducta y destino final de los falsos profetas. En cuanto a la presencia de los falsos profetas. Note lo que Jesús dijo en la primera parte de Mateo 7:15 en donde leemos lo siguiente: Guardaos de los falsos profetas. Jesús había anunciado que existe un camino angosto que pasa por una puerta estrecha que conduce a la vida y son pocos los que transitan por él. Esto ilustra lo difícil de llevar una vida en sumisión a lo que Dios dice en su palabra, y también ilustra la salvación por la sola fe en la persona y obra del Señor Jesucristo. Jesús también anunció que existe un camino espacioso que pasa por una puerta ancha que conduce a la perdición. Esto ilustra lo atractivo de llevar una vida de autocomplacencia ignorando lo que Dios dice en su palabra, y también ilustra la idea errada que la salvación es por obras. Como es lógico este camino lleva a la perdición. Tristemente son muchos los que transitan por este espacioso camino. Incrédulos que si no salen de este camino y entran al camino angosto, terminarán irremisiblemente en el infierno. Este es el antecedente que motivó a Jesús a hablar sobre la presencia de falsos profetas. Un falso profeta es aquel que de una manera encubierta se introduce en un grupo de personas para anunciar algo que es contrario a la voluntad de Dios. Habiéndose introducido encubiertamente en un grupo, el falso profeta promoverá con engaño el camino espacioso y la puerta ancha. Tal vez dirá que no debemos ser tan fanáticos como para someternos a todo lo que Dios dice en su palabra, o que no debemos ser tan inflexibles, o que necesitamos hacer uso de nuestra libertad para vivir como queramos, o que para ser salvos necesitamos hacer buenas obras y tantas otras enseñanzas parecidas a estas. El consejo de Jesús fue: Cuídense de los falsos maestros. Alerta con ellos. Luego de hablar sobre la presencia de los falsos maestros, Jesús prosigue mostrando la conducta de los falsos maestros. Permítame leer Mateo 7:15-20. La Biblia dice: Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. Así que, por sus frutos los conoceréis.
Jesús menciona dos características típicas de la conducta de todo falso profeta. La primera es que hace uso del engaño para proclamar su falsa enseñanza. Jesús lo pone de una manera pictórica cuando dice que los falsos profetas se aproximan a sus víctimas con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. En el tiempo de Jesús, los pastores de ovejas usaban prendas de vestir hechas con pieles de ovejas. Es decir que el falso profeta se disfraza como pastor de ovejas para ganar la confianza de las ovejas, pero en realidad se trata de un lobo rapaz disfrazado de pastor de ovejas. El adjetivo rapaz significa alguien que es inclinado o dado al robo, al hurto o a la rapiña. El falso profeta se compara a un lobo rapaz, porque su verdadera intención es matar a las ovejas y devorarlas como si fuera un ave de rapiña. Qué descripción tan precisa de tantos falsos profetas de hoy en día, quienes como lobos rapaces no perdonan al rebaño sino que les roban hasta lo que no tienen. Algunos de ellos inclusive derraman lágrimas ante las cámaras de televisión para manipular a la gente a que les entreguen lo poco que tiene con la hueca promesa de que como recompensa recibirán lo que han dado pero multiplicado cientos de veces. De esa manera, estos falsos profetas se rodean de una vida de lujo al punto que hasta disponen de su propia flota aérea. Y lo peor es que justifican su desmesurada opulencia detrás del desgastado argumento que como son hijos del Rey merecen ese estilo de vida. Jamás reconocen que han esquilmado a miles de personas pobres. Son los modernos lobos rapaces que vienen con vestidos de ovejas. Esto nos conduce a la segunda característica de la conducta de los falsos profetas. Viven en pecado. Están constantemente dominados por sus bajas pasiones. A decir verdad, Jesús dijo que la vida de pecado delata a los falsos profetas. Por sus frutos los conoceréis, dijo el Señor Jesús. La palabra frutos en esta frase debe ser entendida en un sentido figurado. Se refiere a la conducta, o al estilo de vida de los falsos profetas. Interesante que el estilo de vida, o la conducta tiene una íntima relación con la doctrina que cree una persona. Falsa doctrina está siempre acompañada de mala conducta. Buena doctrina está siempre acompañada de buena conducta. Como un hábil maestro, Jesús echa mano de una hermosa parábola para ilustrar su punto. Hace una pregunta retórica. No olvide que una pregunta retórica es aquella en la cual la respuesta está implicada en la pregunta. Jesús dijo: ¿Acaso se recogen higos de los espinos? La respuesta obvia es: No. ¿Acaso se recogen higos de los abrojos? Nuevamente la respuesta obvia es: No. El fruto delata el árbol. Jesús lo pone tan claramente cuando dice: Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. Es imposible que el árbol bueno dé malos frutos y de la misma manera que el árbol malo dé frutos buenos. La gente no aprecia los árboles malos que dan malos frutos. Normalmente destina los árboles malos a ser utilizados como leña. Es para lo único para los que sirven. De igual manera, los falsos profetas viven un estilo de vida dominado por el pecado. El fruto del árbol es malo, lo cual indica que el árbol es malo. ¿Quiere identificar a un falso profeta? Pues no ponga atención solamente a lo que enseña, porque puede ser tan persuasivo que le engañe con su discurso. Es mejor que ponga atención a su conducta, o a la manera como vive. Si nota que su estilo de vida se caracteriza por estar dominado por el pecado, ya sabe que está ante un falso profeta. En Noviembre de 1978, un miembro del congreso de Estados Unidos visitó el Templo del Pueblo en Guyana, auspiciado por una secta que provenía de California. El propósito de este congresista era investigar algunos informes en cuanto a que algunas personas estaban retenidas allí en contra de su voluntad. Tanto el congresista como su equipo fueron emboscados y muertos. Pocos días después en Jonestown, Guyana, los soldados quedaron horrorizados al encontrar los cuerpos inertes de todos los miembros de la secta. Algunos murieron a causa de los disparos de armas de fuego, mientras otros se habían suicidado tomando un refresco mezclado con cianuro. El líder de la secta, el Reverendo Jim Jones de 47 años de edad yacía cerca de la plataforma con un tiro en la cabeza. El total de muertos ascendió a 780. Un reporte de lo que pasó en los momentos finales dice lo siguiente: Mientras Jim Jones hablaba por los altavoces acerca de la hermosura de la muerte y de la certeza que todos se volverán a encontrar después de la muerte, cientos de seguidores de la secta se reunieron en el templo. Allí fueron rodeados por guardias armados y se trajo un recipiente con una refresco mezclado con cianuro. La mayoría de los miembros de la secta bebió el refresco voluntariamente pero otros lo bebieron a la fuerza. Se comenzó por los niños. Al menos 80 niños fueron obligados a tomar el refresco letal y luego lo bebieron los adultos. Por unos instantes hubo calma, pero cuando aparecieron las convulsiones producidas por el cianuro, todo se tornó en un caos. Los niños gritaban y todo fue una confusión masiva. Poco tiempo después todos estaban muertos. Parece como si fuera el guión de una película de terror, pero se trata de algo real. Un falso profeta, cuyo estilo de vida estaba dominado por el pecado, propició la muerte de centenares de sus seguidores. Hablando de los falsos profetas y en general de todos aquellos que fingen ser creyentes, pero en el fondo no lo son, Jesús hace una severa advertencia: No todo el que me dice: Señor, Señor entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. La salvación no es cuestión solamente de pronunciar la palabra Señor, o de manifestar una adhesión de labios para afuera al Señor. Satanás y los demonios también creen en Dios y no sólo eso, sino que inclusive tiemblan, pero no por eso son salvos. Jesús no está impulsando la salvación por obras cuando dice que los únicos que pueden entrar al reino de los cielos son los que hacen la voluntad del Padre que está en los cielos. La salvación siempre ha sido por gracia por medio de la fe. La voluntad del Padre que está en los cielos es que el pecador reconozca su pecado y reciba a Cristo como su personal Salvador para ser salvo. Es la única manera de ser salvo. Todos los que se niegan a recibir a Cristo como Salvador no hacen la voluntad del Padre que está en los cielos y por tanto es imposible que puedan entrar al reino de los cielos. Algún día, todavía futuro, va a suceder algo muy trágico. No pocos, sino muchos, se presentarán ante el Señor y le dirán: Señor, Señor, ¿no te acuerdas de nosotros? Nosotros somos los que profetizamos en tu nombre. Inclusive nosotros en tu nombre echamos fuera demonios y en tu nombre hicimos muchos milagros. Pero la respuesta de Jesús a estas personas será: Nunca os conocí. Esto significa: Nunca tuve una relación personal con ustedes. En consecuencia el veredicto de Jesús a los falsos profetas y a los falsos creyentes en general será: Apartaos de mí, hacedores de maldad. Fíjese amable oyente, que los falsos profetas y falsos creyentes en general también pueden echar fuera demonios y hacer muchos milagros, y en el nombre de Jesús, pero lo hacen para engañar a las ovejas. Cuidado con ellos.

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