“Vivir en el temor de Dios 2”

Jesús sabe que cuando llamamos a Dios nuestro Padre, lo primero que tenemos que hacer es santificar Su nombre. Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.

Cada vez que te encuentres usando frases de oración desgastadas, cada vez que te encuentres diciendo la misma oración una y otra vez, cada vez que te encuentres diciendo algo con tus labios pero sin que se conecten con tu corazón; entonces es mejor que te tomes un tiempo de espera y medites en ello.

La oración es simplemente comunicación con Dios. Es compartir nuestro corazón ante Dios. En los programas anteriores, miramos los versículos del 5 al 8 de Mateo capítulo 6 y hoy sólo quiero que recordemos que en esos cuatro versículos son tres veces las que Jesús hizo este comentario: «cuando oras». Jesús sabe que es normal que el hijo de Dios converse con Él, así como es natural que un niño converse con el padre o un amigo converse con un amigo.

También vimos que Jesús empezó su instrucción sobre la oración recordándonos algunas cosas: Uno, nunca deberíamos orar para impresionar a los demás. Él comparó eso con los hipócritas que se paran en las sinagogas sólo para que la gente quede impresionada, Jesús dice que no debes hacer eso. Pero también vimos que hay personas que no oran por temor a que la gente no se impresione con tu oración. Jesús también dijo que no debes usar frases repetitivas y que debes mantener alejadas las distracciones de tu tiempo de oración.

En Mateo 6, versos del 9 al 13 encontramos el mejor ejemplo que Jesús nos da con respecto a la oración, pero quiero recalcar que aquí Jesús no está diciendo que hagas esta oración todos los días o de lo contrario Dios no va a escucharte. Esta es una oración modelo que presenta un patrón o principios de oración.

Ahora, en Isaías 29:13 vemos una descripción de lo que no debemos hacer: «Dice,  pues,  el Señor:  Porque este pueblo se acerca a mí con su boca,  y con sus labios me honra,  pero su corazón está lejos de mí,  y su temor de mí no es más que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado;» Ese es un servicio de labios en el que no estamos conectando el corazón, y no se parece en nada a una comunicación personal en la que te deleites con tu Padre Dios.

Ahora, ¿recuerdas que dijimos que cuando oras, tú santificas el nombre del Señor? Mira, “Santificado” es una antigua palabra inglesa y significa: reverenciar, santificar, respetar o elevarse. Por eso, cuando santificamos el nombre de Dios, cuando oramos con Él y a Él, lo mantenemos en alto. Honramos a Dios con todo lo que somos. Y, por cierto, eso no significa que vengamos y cantemos algunas canciones un domingo en la iglesia y luego pretendamos que hemos santificado el nombre de Dios. No, esto no funciona así. Tú santificas el nombre de Dios en el día a día; cuando estás en un atasco de tráfico, cuando tu paciencia se desgasta y tu hijo quiere algo, cuando estás en una discusión con tu esposa y, si en medio de eso, tú no puedes santificar el nombre de Dios, entonces no pretendas santificar Su nombre un domingo en la iglesia, porque ese sería un servicio de labios para afuera.

Cuando piensas en el nombre de alguien, ¿en qué piensas? Pues en sus características personales, ¿verdad? Entonces, cuando santificas el nombre de Dios, honras quién es Él. Así que esto es lo que quiero hacer en el tiempo que nos resta. Dios es tan vasto y tan inmenso que hay más de 20 nombres para Él en las Escrituras. Y no te los voy a dar todos, pero si te daré uno para cada día de la semana. Así que apúntalos:

Un nombre usado para Dios en las Escrituras es “Elohim”. La palabra hebrea “Elohim” significa todo poderoso. Lo vemos en el primer versículo de la Biblia: “En el principio, “Elohim” creó los cielos y la tierra.” Tu Padre es el Creador de todo y es el único que puede manejar todo lo que sucede en tu vida.

“Yahweh”, es la palabra hebrea de ser. Él era, Él es, Él siempre será. Primero lo vemos en el capítulo 3 de Éxodo cuando Dios le dice a Moisés que vaya al faraón y Moisés le dijo: «¿Quién diré que me envió? Y Dios dijo: “Yo soy” te envía. El que fue, es y siempre será. Él que siempre será fiel y Él que nunca te fallará.

El “Olam”, el Dios eterno. Él es el Dios de las edades. Nunca hubo un momento en que Él no fuera. Nunca habrá un momento en que Él no sea y, nuestras mentes ni siquiera puedan comprender eso. Y en el período de tiempo que vivimos, esta pequeña porción de tiempo, Él tiene un propósito para nosotros. Y Él nos da la fuerza, la energía y los dones para llevar a cabo ese propósito. Él es El Olam, el Dios eterno.

El “Roi”, el Dios que me ve. Lo vemos en el capítulo 16 de Génesis; Abram y Sara no pueden tener hijos, y Sarah le dice a Abram: “toma a Agar mi sierva y ten un hijo con ella». Y desafortunadamente Abram lo hace, y Agar tiene un hijo y, debido a los celos, Sarah se lleva a Agar. Agar está en el desierto con Ismael, y ella piensa que va a morir, entonces Dios viene y Él mismo la consuela, y le muestra dónde está el agua, y la nutre. «Entonces Agar, llamó el nombre de Jehová que con ella hablaba: [El Roi] “Tú eres Dios que ve” porque dijo: ¿No he visto también aquí al que me ve?” No sé lo que está pasando en tu vida, no existe un ser humano capaz de conocer lo que hay dentro de ti, pero hay uno que, si lo sabe y ese es “El Roi”, el Dios que me ve.

El “Shaddai”, el todo suficiente. Shaddai significa: «montaña». Dios de las montañas. Génesis capítulo 17: 1 dice que «Cuando Abram tenía noventa y nueve años» «le apareció Jehová y le dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí y sé perfecto. Y pondré mi pacto entre mí y ti, y te multiplicaré en gran manera.» Yo soy El Shaddai dice Jehová. Tal vez algunos de ustedes están pasando por tiempos difíciles: han perdido un trabajo o tienen miedo de perderlo, y se están preguntando ¿Qué va a suceder? ¿Cómo voy a mantener a mi familia? ¿Qué voy a hacer? Pues bien, hoy sólo quiero recordarte que sirves a El Shaddai, el Dios de las montañas. Y Él te proporcionará todo lo que necesites, Él tiene cuidado de ti y de toda tu familia.

“Yahweh Jireh”, el Señor proveerá. Vemos este nombre en Génesis 22. ¿Recuerdas cuando Abraham toma a Isaac y él va a sacrificar a Isaac y el ángel lo detiene? Génesis 22:13-14 dice: » Entonces alzó Abraham sus ojos y miró, y he aquí a sus espaldas un carnero trabado en un zarzal por sus cuernos; y fue Abraham y tomó el carnero, y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo. Y llamó Abraham el nombre de aquel lugar, Jehová proveerá [Yahweh Jireh].  Por tanto, se dice hoy: En el monte de Jehová será provisto.

“Yahweh Shalom”, el Señor es paz. En el capítulo 6 de Jueces, Gedeón ve al Ángel del Señor y él dice: «Voy a morir porque he visto a Dios. Pero el Señor le dijo a Gedeón: ¡Paz a ti! No tengas miedo, no vas a morir. Así que Gedeón construyó un altar al Señor y lo llamó “Jehová-salom o Yahweh Shalom” “El Señor es Paz» A veces, las cosas continúan y continúan y parecen que nunca terminarán, entonces sólo decimos: “Señor, no puedo soportar más”. Mira, sólo quiero recordarte que cuando la ansiedad aparezca en tu corazón, el Dios al que sirves, el Dios al que llamas Padre, el Dios cuyo nombre reverenciamos y honramos es “Yahweh Shalom”, el Dios de la paz. Pablo dice en Filipenses 4: 6-7 «Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, [el Shalom] que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. Yahweh Shalom, es tú Padre que está en los cielos.

Ahora, quiero contarte algo: era la primavera de mi segundo año en la universidad. Salí muy temprano de la ciudad y viajé aproximadamente una hora y media a un pequeño pueblo, donde mi padre estaba siendo operado. Recuerdo que tuve una prueba al día siguiente, así que llevé mis libros conmigo y allí en la sala de espera, con la mayoría de mi familia, estudié durante un par de horas. También recuerdo al doctor que vino a la puerta, mi madre lo reconoció así que se levantó y comenzó a caminar hacia él, su rostro estaba un poco sombrío y recuerdo que ella dijo: «No es cáncer, ¿verdad?», A lo que él respondió: «Sí, lo es» y le dieron entre seis y nueve meses de vida. Entonces, como familia, hicimos lo que todos ustedes harían en esa situación, comenzamos a orar por su curación; oramos para que Dios quitara ese cáncer. Los doctores no dieron ninguna esperanza, pero nosotros fuimos a las Escrituras y nos aferramos a los versículos como: Mateo capítulo 17 versículo 20 que dice: «Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible.» Marcos capítulo 11 versículo 24, donde Jesús dijo: «Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá.»

Ahora, mi papá era un gran creyente, así que no había ningún problema con la fe allí. Entonces oramos y oramos para que Dios lo cure. El descubrimiento del cáncer se realizó en marzo y en junio, hubo indicios de que las cosas realmente no estaban mejorando, julio fue un mes terrible. Y luego, la primera semana de agosto, llevamos a mi padre al hospital, donde murió, una semana más tarde, a la edad de 59 años. Mira, entender a Dios me costó mucho pero hoy quiero decirte que Dios es soberano.

¿Quieres que se haga Su voluntad en tu vida? Yo creo que sí, entonces tratas de hacer lo que Su Palabra dice y te apropias de esos  versículos, esas promesas de orar con fe y crees en Él pero no ha sucedido nada y, tal vez por eso te has sentido confundido, frustrado e incluso decepcionado con Dios al no recibir lo que pediste y entonces, ¿qué deberías hacer?

En su primera carta a Timoteo, Pablo escribe que toda la Escritura es inspirada por Dios y es útil para enseñar, redargüir, corregir y entrenar en justicia. Todo lo que necesitamos saber sobre Dios y sobre nosotros mismos se encuentra en el libro que llamamos la Biblia. ¿Quieres vivir una vida de comprensión y autocontrol? ¿Quieres adquirir sabiduría y entendimiento? ¿Quieres vivir tomando decisiones acertadas? Abre la Palabra de Dios ¿Quieres vivir una vida de rectitud, justicia y equidad? ¿Quieres dar buenos consejos a los demás? Pues entonces lee las Escrituras; ya sea que estés en los Proverbios, en un libro de profecía o en una de las cartas de Pablo. Encontrar la sabiduría de Dios para cada área de la vida se reduce a una cosa muy simple, tienes que tomarte un tiempo para leer la Biblia. Recuerda, la Biblia es la carta de amor de Dios para ti. Que Dios te bendiga

Dejar un comentario Cancelar la respuesta

Salir de la versión móvil