Zacarías, significa «El Señor Recuerda»

Cordiales saludos amable oyente. Sea bienvenida, bienvenido al estudio bíblico de hoy. Estamos estudiando acerca de algunas personas que tuvieron algo que ver con el nacimiento del niño Jesús. En nuestro último estudio bíblico aprendimos lo que no debemos hacer, al mirar el ejemplo de Herodes el grande. El famoso escritor GOETHE dijo: «Vivir sin un ideal es vivir a medias». Siendo así, entonces cobra un papel importante el tener un ideal para vivir. Para el Hijo de Dios, su ideal es vivir como su Padre. Para el discípulo de Jesucristo su ideal es vivir como su Maestro.
Mucho bien nos hará ver que en el mundo, seres humanos como nosotros, se acercaron bastante a este ideal en la vida. Uno de estos personajes es Zacarías, el padre de Juan el Bautista. Qué contraste tan marcado entre Zacarías y el personaje que vimos en el programa anterior, Herodes el grande. Zacarías era un Sacerdote de la clase de Abías, casado con Elisabet de las hijas de Aarón. Su nombre Zacarías, significa «El Señor Recuerda», quizá le fue dado este nombre en honor de un gran profeta de Dios que vivió más de 500 años antes que él. Zacarías era de edad avanzada, al igual que su esposa Elisabet. De Zacarías podemos aprender mucho, acerca de un ideal para nuestras vidas.

En primer lugar, amable oyente, Zacarías fue un VARÓN PIADOSO. Lucas 1:5-6 dice: Hubo en los días de Herodes,  rey de Judea,  un sacerdote llamado Zacarías,  de la clase de Abías;  su mujer era de las hijas de Aarón,  y se llamaba Elisabet.
Luk 1:6  Ambos eran justos delante de Dios,  y andaban irreprensibles en todos los mandamientos y ordenanzas del Señor.
Zacarías era justo delante de Dios. Esto nos habla de la posición que este hombre tenía ante Dios. Fue declarado justo, no por sus propios méritos, ni por sus buenas obras sino porque creyó en la promesa de Dios. Hab.2:4 dice: «He aquí que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece, más el justo por su fe vivirá.» Sí, mi amigo radioyente, la única manera de ser justo delante de Dios es por fe en Jesucristo, una convicción de que Cristo murió por sus pecados y una aceptación de que él es su Salvador.

Luego el texto en Lucas 1:6 dice que Zacarías era «irreprensible en todos los mandamientos y ordenanzas del Señor.» Esto es la obra de una persona justa. Si usted ha recibido de corazón a Jesucristo como su Salvador, entonces mi querida amiga, amigo oyente, usted también es justo delante de Dios y su comportamiento debe ser irreprensible en lo que el Señor ha ordenado en su Palabra. La palabra «irreprensible», significa que no puede ser inculpado de nada. Esto no es sinónimo de impecable, sino que no tiene pecado que todavía no esté confesado. Zacarías sabía cómo tratar su pecado cuando por desgracia lo cometía, él lo confesaba y quedaba limpio y se comprometía a no volver a cometer el mismo pecado, por eso se dice de él que era irreprensible.

Esto debería ser un ideal para nosotros también amado oyente. Que no toleremos el pecado en nuestras vidas. Que si hemos caído en pecado estemos dispuestos a tratarlo, no a ignorarlo. El tratamiento que debemos dar a nuestro pecado se llama «confesión» 1 Juan 1:9 dice: «Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad.»
En segundo lugar, Zacarías fue «UN VARÓN DE FE». Zacarías tenía un problema. Toda su vida deseó tener un hijo con su legítima esposa, pero ya estaba bastante anciano y su esposa estaba tan anciana como él. Pero en lugar de apresurarse y buscar una agencia de adopción para adoptar un hijo, Zacarías solamente oraba a Dios pidiéndole el hijo tan deseado. No tenemos nada en contra de la adopción de menores, si alguien se siente guiado por Dios a hacerlo está bien que lo haga, pero lo que queremos es ilustrar la fe de Zacarías. En Lucas 1:13 el ángel Gabriel dirige estas palabras a Zacarías. «No temas, porque tu oración ha sido oída, y tú mujer Elisabet te dará a luz un hijo». Sí, amigo oyente, Zacarías confiaba que Dios le iba a dar un hijo y su confianza le llevó a caer de rodillas en oración y en el tiempo de Dios, su oración fue contestada. Qué gran lección para adoptar como nuestro ideal. Orar a Dios con fe, creyendo que recibiremos lo que pedimos y teniendo paciencia hasta que el Señor responda. En la vida de fe de Zacarías, encontramos un momento de debilidad.
Esto nos ayuda a identificarnos bastante con él, porque nosotros tenemos también momentos de debilidad. En Lucas. 1: 16 leemos estas palabras: Dijo Zacarías al ángel: “¿En qué conoceré esto? Porque yo soy viejo, y mi mujer es de edad avanzada” Aquí flaqueó la fe de Zacarías, cuando pidió a Dios una señal, pero Dios no lo reprendió sino que le concedió su pedido, pero junto con la señal Dios le envió una disciplina. Así es la escuela de la fe, a veces pedimos cosas que hubieran sido mejores no pedirlas. Dios como que nos complace, pero a la vez nos somete a alguna situación difícil para aprender que mejor es esperar en su voluntad. A Zacarías le pasó algo así. Zacarías se quedó mudo hasta que se cumplió la lo que Dios le había prometido, esta fue la señal que él mismo pidió a Dios; debió haber sido algo difícil para un sacerdote quedarse mudo, pero a través de esta prueba, la fe de Zacarías debe hacerse fortalecido mucho más.

En tercer lugar, Zacarías fue UN VARÓN OBEDIENTE. La fe que tenía le llevó a obedecer la Palabra de Dios. Si usted dice que tiene fe, entonces esa fe debe verse en su obediencia a la Palabra de Dios. La fe verdadera se traduce siempre en obediencia a las órdenes de Dios. Aún estando mudo, Zacarías buscó la manera para que la orden que él recibió de Dios se cumpla. Lucas 1:59-63 dice: Aconteció que al octavo día vinieron para circuncidar al niño;  y le llamaban con el nombre de su padre,  Zacarías;
Luk 1:60  pero respondiendo su madre,  dijo:  No;  se llamará Juan.
Luk 1:61  Le dijeron:  ¿Por qué?  No hay nadie en tu parentela que se llame con ese nombre.
Luk 1:62  Entonces preguntaron por señas a su padre,  cómo le quería llamar.
Luk 1:63  Y pidiendo una tablilla,  escribió,  diciendo:  Juan es su nombre.  Y todos se maravillaron.
Qué ideal tan digno tenemos acá para nuestras vidas. Santiago 2:17 dice: «Así también la fe, si no tiene obras es muerta en sí misma.

Finalmente, Zacarías fue UN VARÓN AGRADECIDO. 6 días después que nació su hijo, en cumplimiento a la promesa, encontramos a Zacarías en el templo, Lucas 1:64 dice: «Al momento fue abierta su boca y suelta su lengua y habló bendiciendo a Dios». ¿Qué es lo que primero diría usted después de estar por 9 meses impedido de hablar? No se avergüence, yo también hubiera dicho algo parecido, pero qué interesante, lo primero que Zacarías dijo, fueron bendiciones a Dios.

Cuánto deseo reprimido debió haber habido en Zacarías que en la primera oportunidad que tuvo para hablar, literalmente explotó en alabanza a Dios. Su discurso, se encuentra en los versículos 67 a 79 de Lucas 1. En él Zacarías bendice a Dios y profetiza sobre la vida y obra del Señor Jesucristo, en los versículos 67 a 75 y después profetizó sobre la vida y obra de Juan el Bautista en los vs.76 a 79.

En verdad que una vida sin un ideal es vivir a medias, nuestra oración es que el ideal de su vida sea vivir como el Señor Jesucristo, de lo cual Zacarías ha sido un buen ejemplo.

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