Lo que Tito debía enseñar a los jóvenes

Reciba cordiales saludos amable oyente. David Logacho le da la bienvenida al estudio bíblico de hoy. Estamos estudiando la epístola de Pablo a Tito en la serie titulada: Rasgos de una iglesia saludable. Pablo encomendó a Tito la monumental tarea de corregir lo que era deficiente en las iglesias en la Isla de Creta. Una de las cosas deficientes era el testimonio o la mala conducta de algunos que se decían ser creyentes. Por eso Pablo pidió a Tito que en cuanto a los varones creyentes de edad, les enseñe a ser sobrios, serios, prudentes, sanos en la fe, en el amor y en la paciencia. En cuanto a las mujeres creyentes de edad, Tito debía enseñarles a ser reverentes en su porte, no calumniadoras, no esclavas del vino, maestras del bien; que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos, a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos. De esta manera los incrédulos no tendrán ninguna oportunidad para que la palabra de Dios sea blasfemada. En esta ocasión vamos a considerar lo que Tito debía enseñar a los jóvenes.

Si tiene una Biblia a la mano, ábrala en Tito 2:6-8. La Biblia dice: Exhorta asimismo a los jóvenes a que sean prudentes;
Tit 2:7  presentándote tú en todo como ejemplo de buenas obras; en la enseñanza mostrando integridad, seriedad,
Tit 2:8  palabra sana e irreprochable, de modo que el adversario se avergüence, y no tenga nada malo que decir de vosotros.
Tratándose de los jóvenes creyentes, Tito debía exhortarles. El verbo que se ha traducido como “exhortar” en el idioma en el que se escribió el Nuevo Testamento, significa llamar a alguien al lado de uno, rogar, amonestar, apremiar a alguien para que siga determinada línea de conducta. Note que se trata de una acción que se debe realizar con amabilidad, con respecto, con mucho tacto, todo lo contrario a ordenar, a obligar, a amenazar, a manipular para obtener algo. ¿A qué es lo que Tito debía exhortar a los jóvenes? Pues en primer lugar a que sean prudentes. Una vez más encontramos esta cualidad de carácter. Pablo pidió que los varones creyentes ancianos sean prudentes y también que las mujeres creyentes ancianas sean prudentes. No es extraño que también los jóvenes deben ser prudentes. La prudencia es un requisito indispensable del carácter de todo creyente, no importa si es joven o viejo. Esta cualidad denota una mentalidad sana, equilibrio, dominio propio, auto control, moderación. Los jóvenes enfrentan enorme presión del mundo controlado por Satanás. Necesitan de mucha prudencia para no caer en cosas que ofenden a Dios. Inclusive, necesitan de mucha prudencia para no caer en extremos en asuntos que son totalmente legítimos. Está bien dormir, pero no se debe vivir durmiendo. Está bien descansar, pero no se debe vivir descansando. Esta bien comer, pero no se puede vivir comiendo. Está bien distraerse pero no se debe vivir en distracciones. Está bien trabajar pero no se debe descuidar a Dios y a la familia por trabajar. Esta bien estudiar pero no se debe poner a los estudios como lo más importante de la vida. Para mantener un sano equilibrio en cosas como estas, es necesaria la prudencia. Se dice que un ejemplo vale más que mil palabras. Por tanto, Pablo ordena a Tito que él mismo sea el ejemplo a seguir para los jóvenes. Presentándote tú en todo como ejemplo de buenas obras, ordena Pablo. Aquí tenemos un rasgo importante de una iglesia saludable. Una iglesia saludable es aquella en la cual los líderes, llámense obispos, o ancianos, o pastores, deben vivir lo que predican. Tito fue llamado a exhortar a los jóvenes a que sean prudentes, pero también fue llamado a mostrar la prudencia en su propia vida. De otra manera se caería en una hipocresía que era típica de los fariseos del tiempo de Jesús. Ellos eran expertos en enseñar hasta lo más insignificante de la ley, pero a la vez, eran expertos en violar hasta lo más importante de la ley. Colaban el mosquito, pero tragaban el camello. Pablo esperaba algo diferente de Tito y por eso le ordena que dé ejemplo a los jóvenes sobre como vivir con prudencia. La palabra griega que se ha traducido como ejemplo, es la palabra tupos, de donde proviene nuestra palabra tipo. Esta palabra, originalmente significaba el molde donde se daba forma a alguna sustancia moldeable como la masa o el barro. Tito debía vivir un estilo de vida que sirva como un molde espiritual que moldee a otros creyentes. Si usted es un líder en la iglesia, ¿Está siendo un molde para otros creyentes? ¿Está siendo un ejemplo para otros creyentes? Esto tiene que ver básicamente con buenas obras. ¿Puede decir la gente con quien está en contacto: Yo voy a hacer tal o cual cosa porque eso es lo que hace mi pastor o mi anciano o mi obispo? ¿ Puede decir la gente con quien está en contacto: Yo no voy a hacer tal o cual cosa porque eso no es lo que hace mi pastor, o mi anciano o mi obispo? Tito debía exhortar a los jóvenes a ser prudentes, no sólo con palabras sino con hechos. ¿De qué manera? Presentándose él mismo como ejemplo de buenas obras. Acto seguido, Pablo prosigue refiriéndose a un área especial en la cual Tito debía ser ejemplo de buenas obras. Se trata de la enseñanza. Pablo comunica a Tito tres cosas que debía cuidar al enseñar. La primera, al enseñar debía mostrar integridad. ¿Qué significa esto? Bueno, la palabra griega que se ha traducido como “integridad” significa literalmente incorruptibilidad, o en otras palabras, pureza. Tiene que ver con la doctrina. Una iglesia saludable se caracteriza por la pureza de la doctrina. La doctrina pura o incorruptible es todo lo que se encuentra en la palabra de Dios. Es la palabra de Dios sin nada que lo modifique o lo distorsione. Esto fue algo muy necesario en el pasado y es tal vez más necesario en el presente. ¿Por qué? Pues porque tristemente vemos como se acomoda la Biblia para agradar a la gente en muchas iglesias. Hace poco escuché a una persona, que aparentemente era pastor de una iglesia, quien abiertamente se jactaba que cuando predica no usa la palabra pecado, porque esta palabra ahuyenta a la gente. Decía que no usaba la palabra sangre, porque esta palabra produce repulsión a mucha gente. Decía que no usa la palabra infierno porque esta palabra asusta a la gente. Al oír esto yo me preguntaba a mí mismo: ¿Cómo es posible proclamar el auténtico mensaje del evangelio, sin hacer referencia al pecado, a la sangre y al infierno? Yo no lo entiendo. Tito debía tomar la palabra de Dios y anunciarla tal cual como está escrita. Si algunas personas se ofenden, pues que se ofendan. Después de todo, la palabra de Dios es como el sol, ablanda la cera, pero endurece el barro. En segundo lugar, al enseñar, Tito debía mostrar seriedad. La palabra griega que se ha traducido como seriedad significa venerabilidad, de reverencia, probidad, honestidad. Enseñar es una ocupación sublime, una ocupación sensible. Más vale que quien enseña tome en serio esta actividad. Por algo Santiago hace una seria advertencia en cuanto a los maestros o a los que enseñan. Santiago 3:1 dice: Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos mayor condenación.
Para enseñar es necesario prepararse bien, pero sobre todo, depender del poder del Espíritu Santo. La oración es indispensable para todo maestro bíblico. Tito debía enseñar mostrando seriedad, es decir con reverencia, con probidad, con honestidad. En tercer lugar, al enseñar, Tito debía proclamar palabra sana e irreprochable. Esto significa una enseñanza que no admite ninguna razón para ser acusada de algo impropio. El asunto es que no todos los maestros bíblicos enseñan, inclusive la sana doctrina, con una sana motivación. Una cosa es la sana doctrina, otra cosa es la sana motivación. Una palabra sana e irreprochable tiene que ver con proclamar la palabra de Dios tal cual como está en la Biblia y con la única y exclusiva motivación de glorificar a Dios. ¿A dónde apunta todo esto que pidió Pablo a Tito? El texto dice: De modo que el adversario se avergüence, y no tenga nada malo que decir de vosotros. El adversario, desde Satanás, nombre que significa adversario, hasta el último de los que le sirven, están buscando la más mínima ocasión para atacar y desacreditar a los que servimos al Señor. Seguramente usted sabe tanto como yo del tremendo daño que han ocasionado los pastores o ancianos que han descuidado de alguna manera su testimonio y se ha visto involucrados en algún escándalo público de cualquier índole. Una vida de santidad delante de Dios hará que el adversario se avergüence y no tenga nada malo que decir de los que somos siervos de Dios. En resumen, amable oyente, otro de los rasgos de una iglesia saludable es que los jóvenes actúan con prudencia. Tito debía ser el ejemplo a seguir. Otro rasgo de una iglesia saludable es que los obispos, pastores o ancianos, y en general todo aquel que toma un púlpito para enseñar, deben enseñar con integridad, con seriedad, hablando palabra sana e irreprochable.

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