Requisitos de carácter de los obispos, ancianos o pastores en una iglesia local

Reciba cordiales saludos amable oyente. Es un gozo para mí compartir este tiempo junto a usted. Bienvenida, bienvenido al estudio bíblico de hoy. Estamos estudiando la epístola de Pablo a Tito, en la serie titulada: Rasgos de una iglesia saludable. En esta oportunidad vamos a examinar otro de los requisitos de carácter de los obispos, ancianos o pastores en una iglesia local.

Uno de los rasgos de una iglesia saludable es tener un liderazgo bíblicamente diseñado. Al hablar de liderazgo, me refiero a la actividad que realizan los obispos, ancianos o pastores en una iglesia local. Ellos son que han sido puestos por Dios para guiar, proteger y alimentar a la iglesia local. El apóstol Pablo dejó a Tito en Creta para que corrigiese lo deficiente y estableciese ancianos en cada ciudad. Para cumplir con esta comisión, Pablo entregó a Tito los requisitos de carácter que deben tener los que podían ser establecidos como obispos, ancianos o pastores. Lo que pasa es que los obispos, ancianos o pastores, no llegan a ocupar este oficio por mayoría de votos en una elección democrática ni por antigüedad, ni por capacidad económica, ni por preparación académica, sino por cumplir con exigentes normas de carácter. La primera cualidad de carácter es ser irreprensible. Esto significa que no deben tener nada de que ser acusados. Básicamente se trata de buena reputación. Esto lo tratamos en nuestro estudio bíblico último. Ahora vamos a considerar el segundo requisito de carácter. Se encuentra inmerso en el versículo 6 del capítulo 1. Esa parte que dice: marido de una sola mujer,
Esta frase ha sido objeto de diversas interpretaciones. Una de ellas, en el sentido que el obispo, anciano o pastor debe ser casado. Otra que el obispo, anciano o pastor debe ser casado con no más de una mujer a la vez. Otra, que el anciano, obispo o pastor, no puede ser divorciado y vuelto a casar. Pero mirando más detenidamente, la idea de la frase apunta a la pureza sexual del obispo, anciano o pastor. Si es casado, debe ser un hombre fiel a su esposa, tanto emocionalmente como físicamente. Si es soltero, debe guardarse puro en su vida sexual. Esto se desprende del sentido de la frase en el idioma en el que se escribió el Nuevo Testamento. La frase marido de una sola mujer es la traducción de una frase que literalmente significa varón de una mujer. Esto habla de la pureza en el área sexual. Esta cualidad de carácter es indispensable para los obispos ancianos o pastores. Pero la pureza en el área sexual va más allá de solamente evitar una relación sexual ilícita. El Señor Jesucristo lo puso en su verdadera dimensión cuando dijo lo que tenemos en Mateo 5:27-28. La Biblia dice: Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio.(N)
Mat 5:28  Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón.
La Biblia condena el adulterio, pero nadie adultera de la noche a la mañana. El adulterio es solamente el desenlace final de una trágica secuencia de eventos y actitudes. Todo comienza cuando el hombre mira a una mujer y la codicia en su corazón. Este solo hecho ya es condenado por Dios. El Señor Jesús dijo que cuando un hombre mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón. En este punto es útil hacer la distinción entre tentación y pecado. La tentación es la incitación a pecar. El mundo en el que vivimos está lleno de cosas que incitan al pecado en el área sexual. Está en las páginas de los periódicos y en las tapas de las revistas. Está en el cine o en la televisión. Está en las calles. Está en Internet. Todo esto entra por los ojos y apela a nuestra naturaleza pecaminosa. Si lo rechazamos, no hay problema, no se ha cometido pecado, pero si lo aceptamos en nuestra mente y nos deleitamos en eso y nos hacemos fantasías y nos gozamos secretamente en una relación ilegítima con una mujer, ante los ojos de Dios y hemos cometido adulterio. Si persistimos en este camino, será sólo cuestión de tiempo para cometer adulterio físico y deshonrar a Dios, a nosotros mismos, a nuestra familia y a la iglesia. Y esto no es problema solamente para los que somos casados. Los hombres solteros también tienen que ser muy cuidadosos. Gracias a Dios que los que somos casados y somos tentados diariamente en el área sexual, tenemos un medio natural y legítimo para aliviar las tensiones acumuladas a causa de las tentaciones. Pero los solteros no tienen esta vía de escape y por tanto lo aconsejable es que los solteros eviten lo más posible exponerse a las tentaciones en el área sexual. ¿Qué debemos hacer para evitar caer en el pecado de inmoralidad sexual? Permítame algunos consejos útiles. En primer lugar, los que somos casados tenemos que desarrollar una buena relación con nuestras esposas. Pablo se refiere a este asunto en 1 Corintios 7:1-5. Allí, instruye tanto a esposos, como a esposas a que satisfagan recíprocamente sus necesidades sexuales. De esta manera, Satanás no logrará su propósito de arrastrar a cualquiera de los cónyuges al pecado de inmoralidad sexual. Muchos hombres casados han llegado a enredarse en una relación ilícita con otras mujeres, ya sea emocionalmente o físicamente, debido a que sus esposas han sido insensibles a las necesidades sexuales de ellos. Obviamente nada justifica el pecado de inmoralidad sexual de un esposo, pero en algunos casos, ha sido la esposa quien, tal vez sin pensarlo, ha conducido a su esposo hacia el filo del barranco. Una vida sana en el área sexual con su esposa es un gran escudo para protegerlo de la tentación sexual. En segundo lugar, no debemos exponernos deliberadamente a la tentación sexual. En la provocativa sociedad en la cual vivimos, y sin importar cuan maduros seamos espiritualmente, tenemos que guardarnos contra una exposición deliberada a los efectos de la literatura, las películas, los programas de televisión y toda clase de espectáculos dirigidos a estimular la respuesta sexual. Este consejo es muy pertinente para los solteros. Como ya dije, el casado tiene un recurso legítimo, el lecho conyugal, para aliviar su tensión sexual, pero el soltero, una vez estimulado debido a su indebida exposición a las tentaciones, tendrá que sostener un feroz combate para mantenerse puro. Con razón que Pablo aconseja a su discípulo el joven Timoteo, lo que tenemos en 2 Timoteo 2:22. La Biblia dice: Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor.
En tercer lugar, es necesario fortalecer nuestra comunión con Dios. Nada afecta tanto el deseo de estar en comunión con Dios mediante la oración y el estudio de su palabra, que la excesiva exposición a estímulos sexuales ilegítimos. De la misma manera, nada es tan eficaz para combatir las tentaciones y la lujuria como una sana comunión con Dios a través de la oración y el estudio de su palabra. Me agradó mucho un pensamiento que un joven había escrito en la contratapa de su Biblia. Decía así: Este libro te apartará del pecado, o el pecado te apartará de este libro. Cuan cierto, ¿verdad amable oyente? En cuarto lugar, evite de cualquier forma tener la mente desocupada. Ocúpese siempre en algo productivo. Aprenda de la experiencia de David. Su caída en adulterio comenzó cuando estaba desocupado, paseándose por la azotea de su palacio. No olvide el popular dicho: Mente desocupada es perfecto taller para Satanás. En quinto lugar, busque un varón espiritualmente maduro para que le tome cuentas en cuanto a su pureza en el área sexual. Dé libertad a este hombre para que le pregunte periódicamente acerca de su progreso en su lucha contra la tentación en el área sexual. Cuando esté bajo fuerte presión por alguna tentación sexual, contacte a este hombre para que le apoye en oración. Esto le ayudará a mantenerse firme ante la tentación sexual. Un obispo, anciano o pastor debe ser marido de una sola mujer. Esto significa un hombre puro en el área sexual. Si es casado será fiel a su esposa y disfrutará de una vida íntima satisfactoria con ella. Si es soltero se guardará sexualmente puro hasta su matrimonio, si la voluntad de Dios es que se case.

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