No necesitamos echar suertes para saber lo que Dios quiere

Con mucha satisfacción damos la bienvenida a las amigas y amigos que nos están escuchando a través de esta emisora. Bajo la guía del Espíritu Santo estaremos estudiando la segunda parte del capítulo 16 de Proverbios, en la serie que lleva por título: Proverbios, sabiduría celestial para la vida terrenal. En instantes más estará con nosotros David Logacho para guiarnos en el estudio de esta porción bíblica.

Qué bueno es extraer la sabiduría celestial del libro de Proverbios. Si tiene una Biblia a la mano, ábrala en Proverbios capítulo 16.

El versículo 17 dice lo siguiente: «El camino de los rectos se aparta del mal; su vida guarda el que guarda su camino.»

Este es un pensamiento recurrente en el libro de Proverbios. Pensar y obrar rectamente, lo cual resulta en vivir en obediencia a la palabra de Dios, tiene su recompensa para quien lo hace. El proverbio dice que el camino de los rectos se aparta del mal. Esto significa que la senda de la vida de los que obran rectamente, no pasa por parajes que ponen la vida en peligro. Por eso es válida esta declaración: Su vida guarda el que guarda su camino. En otras palabras, su vida pone a salvo quien vive en obediencia a la palabra de Dios.

Una persona que anda por malos caminos, una persona que pisotea y desprecia la palabra de Dios, está poniendo en serio peligro su permanencia en la tierra. El Nuevo Testamento relata el trágico incidente de una pareja que cedió a la tentación de mentir y por andar por malos caminos, los dos fueron cortados de la tierra de los vivientes. Se trata de Ananías y Safira, en Hechos capítulo 5.

Proverbios 16:18 dice: «Antes del quebrantamiento es la soberbia, y antes de la caída la altivez de espíritu»

Cuánta sabiduría se encierra en estas pocas palabras. Soberbia se refiere al orgullo, la Biblia también lo llama altivez de espíritu. Soberbia, orgullo, altivez de espíritu, son términos sinónimos. Lo que el proverbio está diciendo es lo siguiente: el resultado de una actitud de orgullo o soberbia es el quebrantamiento o la caída.

Un dicho popular recoge este pensamiento cuando dice: Mientras más alto estés, más dolorosa es la caída. Así es amable oyente. Cuidado con el orgullo o la soberbia. Santiago 4:6 dice: «Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes.»

Así como Dios quebranta al orgulloso, recompensa con creces al humilde.

Proverbios 16:19 dice: «Mejor es humillar el espíritu con los humildes que repartir despojos con los soberbios»

Esto está relacionado con el proverbio anterior. Ahora contrasta a los humildes con los orgullosos. Más vale involucrarse en actividades modestas con personas humildes que en actividades exclusivas con personas orgullosas. Esto es patente en las reuniones sociales. Cuando la gente es humilde, todos disfrutan de la comunión mutua, pero cuando la gente es orgullosa, cada cual intentará mostrar que es mejor que los otros, cada cual tratará de subirse encima del resto para parecer mejor que ellos. El resultado son celos, contiendas y disensiones.

Proverbios 16:20 dice: «El entendido en la palabra hallará el bien, y el que confía en Jehová es bienaventurado.»

Dios nos ha dado su palabra. El entendido en la palabra es aquel que comprende y se somete a lo que dice Dios en su palabra. Una persona así hallará el bien en todo sentido. A decir verdad, es dichoso o bienaventurado quien conoce la palabra de Jehová y confía en él. Jehová jamás defraudará a los que confiamos en él.

Proverbios 16:21 dice: «El sabio de corazón es llamado prudente, y la dulzura de labios aumenta el saber.»

Un sabio de corazón es aquel que ha permitido que la palabra de Dios sature su pensamiento. Una persona así es llamada prudente o inteligente. Cuando habla una persona con estas características, sus palabras son dulces como la miel, porque hablará cosas que son para edificación. De la abundancia del corazón habla la boca, dijo el Señor Jesucristo.

Proverbios 16:22 dice: «Manantial de vida es el entendimiento al que lo posee; mas la erudición de los necios es necedad.»

Lo que está diciendo este proverbio es que el consejo de una persona entendida o inteligente resulta en bendición abundante, mientras que el consejo de una persona necia es inútil. Si Usted busca consejo sobre determinada situación, asegúrese que la persona a quien se lo pida sea sabia, que conozca la palabra de Dios. De otra manera, estará recibiendo un consejo que no sirve para nada.

Proverbios 16:23 dice: «El corazón del sabio hace prudente su boca, y añade gracia a sus labios.»

Un proverbio acerca de la lengua, amable oyente. Quien es verdaderamente sabio, mostrará su sabiduría por medio de controlar lo que dice con su boca. Una persona así promoverá el saber.

Proverbios 16:24 dice: «Panal de miel son los dichos suaves; suavidad al alma y medicina para los huesos.»

Los dichos suaves es una referencia a las palabras amables. Las palabras amables son tan dulces como la miel que destila de un panal. Estas palabras endulzan la vida y dan salud al cuerpo. Hermoso, ¿no le parece? Las palabras sabias no benefician sólo el alma sino también el cuerpo de los que oyen.

Proverbios 16:25 dice: «Hay camino que parece derecho al hombre, pero su fin es camino de muerte.»

Cuando el hombre se encierra en su propio razonamiento, se pone en grave peligro, porque perfectamente puede terminar en muerte. Esto me hace pensar en tantas personas que piensan que pueden acercarse a Dios a su modo. Cuando salgan de este mundo, encontrarán que el camino que ellos pensaban que conducía a Dios, en realidad les condujo a la muerte eterna. Para no correr este riesgo es necesario depender de lo que ha dicho Dios en su palabra, la Biblia. Allí encontraremos que el único camino para llegar a Dios es Jesucristo.

Proverbios 16:26 dice: «El alma del que trabaja, trabaja para sí, porque su boca le estimula.»

El hambre es el mejor incentivo para trabajar. Cuando una persona tiene hambre y no tiene quien le provea y al menos le queda algo de dignidad como para no robar, estará obligado a trabajar para comer. Su boca le estimula.

Proverbios 16:27 dice: «El hombre perverso cava en busca del mal, y en sus labios hay como llama de fuego.»

Este proverbio muestra la magnitud de la maldad del perverso. Al puro estilo de un cazador en busca de su presa, el perverso cava un agujero y lo cubre bien, para atrapar a una persona inocente. Todo lo que dice el perverso aviva el fuego de maldad.

Proverbios 16:28 dice: «El hombre perverso levanta contienda, y el chismoso aparta a los mejores amigos.»

El hombre perverso se especializa en iniciar y mantener peleas. Tiene una habilidad especial para eso. Por su lado, el chismoso, o el que anda publicando las faltas ajenas, en un claro intento por dañar la imagen del prójimo, logra poner en discordia hasta a los mejores amigos. Mucho cuidado, mi amiga, mi amigo con andar en chismes. Cuando un hombre de Dios escuchaba a alguien que le traía algún suculento chisme, lo detenía en seco y mirándolo directamente a los ojos le decía: Hermano, ¿qué le parece si dejamos el trabajo sucio a Satanás? Esto servía de escudo para combatir el chisme.

Proverbios 16:29 dice: «El hombre malo lisonjea a su prójimo, y le hace andar por camino no bueno.»

El hombre que lisonjea dice cosas bonitas sobre otra persona, no porque sea sincero, o porque sea verdad, sino porque quiere sacar algún beneficio de la persona que está lisonjeando. La lisonja es engaño en el fondo. Por eso dice el proverbio que el malo, el que lisonjea hace andar a su prójimo por camino no bueno. Cuidado amable oyente con el malo que lisonjea, de alguna manera está tratando de engañar.

Proverbios 16:30 dice: «Cierra sus ojos para pensar perversidades; mueve sus labios, efectúa el mal.»

Este proverbio está hablando del perverso que guiña el ojo en señal de que lo que dice o hace tiene un doble sentido. El sentido siempre es hacia el mal. Además de guiñar el ojo, el perverso habla entre dientes, como para que sólo él se oiga, y en esto también está tramando el mal. No olvide amable oyente que los gestos hablan tanto o mejor que las mismas palabras. El hablar del creyente debe ser diáfano, sincero, sin poner ningún otro sentido en lo que se dice. Mucho cuidado con comunicar maldades con gestos como guiñar el ojo o hablar entre dientes.

Proverbios 16:31 dice: «Corona de honra es la vejez que se halla en el camino de la justicia.»

Cuando una persona llega a la vejez, y ha vivido en el temor de Dios, su vejez, quizá sus canas, son su corona de honra. Será una persona que al mirar hacia atrás se alegrará por lo que ha hecho. Si Usted amable oyente quiere llegar con buen espíritu a la vejez es necesario que lo antes posible comience a andar por el camino de la justicia.

Proverbios 16:32 dice: «Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte; y el que se enseñorea de su espíritu, que el que toma una ciudad.»

Domar el carácter es más difícil que ganar una guerra o tomar por asalto una ciudad amurallada. La ira es un sentimiento natural en el ser humano. Sin embargo, cuando experimentamos ira, estamos en peligro de cometer pecado y dar lugar al diablo. El pecado ocurre cuando la ira se manifiesta en violencia verbal o física. Una persona que sabe controlar su carácter para no explotar violentamente cuando está con ira, tiene más mérito que un hombre valeroso que ha ganado una guerra.

Por último tenemos Proverbios 16:33 donde dice: «La suerte se echa en el regazo; mas de Jehová es la decisión de ella.»

El echar suertes era una forma legítima para conocer la voluntad de Dios sobre determinados asuntos, durante los tiempos del Antiguo Testamento. La parte del hombre se limitaba a echar la suerte en el regazo, pero Dios es quien determinaba cual iba a ser el resultado de esa acción de echar suertes. Dios es soberano sobre los asuntos de los hombres. Hoy tenemos al Espíritu Santo para guiarnos a conocer la voluntad de Dios, de modo que no necesitamos echar suertes para saber lo que Dios quiere. De todas maneras, Dios sigue siendo soberano sobre los asuntos de los hombres.

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