Mis padres fallecieron y soy hija única. No me gusta ir al cementerio a visitar sus tumbas, es muy deprimente el lugar y queda lejos. He sido acusada por los amigos de mis padres de no cuidar sus tumbas como debería, por supuesto ellos no conocen a Dios. Pensé en hacer exhumar e incinerar sus restos y tal vez enterrarlos en el jardín de su casa, que actualmente está alquilada. Si lo hiciera así, ¿estaría mal?. ¿Hay algún problema con incinerar los restos de mis padres?. ¿Está bien que me niegue a ir al cementerio?
Gracias por su consulta. Me imagino que por su conocimiento Bíblico, usted sabe que sus padres ya no están en las tumbas donde se encuentran sus despojos mortales, sino que ellos están en el lugar que escogieron mientras estuvieron en vida. Si recibieron a Cristo como Salvador, están con Él en el cielo. Si no recibieron a Cristo como Salvador, están en un lugar de tormento. Esta debe ser la razón más importante que usted tiene para no ir al cementerio a visitar las tumbas de sus padres, además de la distancia y el disgusto que le causa estar en el cementerio. Sin embargo, no hay nada de malo en que un creyente vaya al cementerio a visitar las tumbas de sus seres queridos, no para rendir algún tipo de adoración, sino simplemente para hacer memoria de ellos. En cuanto a las críticas de los amigos de sus padres, le aconsejo que hable franca y abiertamente con ellos para informarles sus razones para no ir al cementerio a visitar las tumbas de sus padres. Asegúreles que no es porque no ama a sus padres o porque ya no se acuerda de ellos, sino por las razones bíblicas que ya mencioné. Le aconsejo que trate este asunto con mucho tino y amabilidad, para no ofender innecesariamente a los amigos de sus padres y así ser un tropiezo para ellos. En lo que tiene que ver con la posibilidad de la exhumación de los restos mortales de sus padres y su incineración, debo decirle que la Biblia guarda silencio sobre esto, de manera que usted está en libertad de hacerlo o no hacerlo. Los que piensan que no se debería incinerar un cadáver invariablemente se fundamentan en que los judíos no tenían la costumbre de incinerar cadáveres y por tanto los creyentes tampoco deberían hacerlo, pero este razonamiento es extremadamente frágil por cuanto si fuera así tendríamos que también adoptar otras costumbres del pueblo judío que a ninguno de los que no somos judíos se nos ocurriría. Otros sostienen también que no se debe incinerar un cadáver por cuanto si se lo hace no quedarán restos para la resurrección. Pero aunque no se incinere un cadáver, el tiempo se encarga de hacer que esos restos mortales se vuelvan polvo. Usted sabe, del polvo eres y al polvo volverás. La realidad es que en la resurrección Dios va a crear un cuerpo glorificado para cada creyente. Dios no va a restaurar despojos mortales. Dios no es restaurador de antigüedades. No estoy abogando por la incineración como la única forma de sepultura, sino afirmando que el creyente está en libertad de hacerlo o no, conforme a la convicción de cada uno. Si exhuma los restos mortales de sus padres y los incinera, depende de usted lo que hará con sus cenizas.