Romanos 5:14 dice que reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, pero Hebreos 11:5 dice que Enoc, quien vivió en ese periodo, no murió. ¿Por qué no murió si la muerte reinó desde Adán hasta Moisés?.
Demos lectura al pasaje bíblico que se encuentra en Romanos 5:12-14 donde dice:
«Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron. Pues antes de la ley, había pecado en el mundo; pero donde no hay ley, no se inculpa de pecado. No obstante, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la trasgresión de Adán, el cual es figura del que había de venir.»
Lo que este pasaje bíblico está diciendo en esencia es que después que Adán pecó, él y sus descendientes solo pudieron engendrar pecadores. Esto para corregir la equivocada noción que los pecadores son solamente los que han quebrantado la ley que Dios entregó a su pueblo mediante Moisés. Por esto la Biblia enseña que todo ser humano es pecador. Más adelante, en el mismo pasaje, Pablo se encargará de mostrar que así como por la desobediencia de uno se hundió a todos sus descendientes en el pecado, por la justicia de uno, vino a todos los hombres la justificación de vida. Note lo que dice Romanos 5:18-19;
«Así que, como por la trasgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida. Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos.»
Adán pecó, Adán murió y pasó la muerte a todos los hombres. Cristo, por contraste, vivió justamente, venció la muerte y pasó la vida a todos los que creen en él como Salvador.
Ahora consideremos el asunto de Enoc. Enoc vivió en el periodo entre Adán y Moisés, es decir antes que la ley de Moisés esté en vigencia. Pero ya quedó claro que el hombre no es pecador porque viola la ley de Moisés sino porque su naturaleza es pecaminosa y esa naturaleza pecaminosa tuvo su origen en Adán. A todas luces entonces, Enoc fue pecador y por ser pecador estaba sujeto a la muerte. Pero con Enoc sucedió algo que no es común en todos los pecadores. Note lo que dice Génesis 5:22;
«Y caminó Enoc con Dios, después que engendró a Matusalén, trescientos años, y engendró hijos e hijas.»
La época en la que vivió Enoc fue un tiempo de total decadencia espiritual. Génesis 6:5 dice al respecto:
«Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal.»
Pero a pesar de vivir en un mundo sumido en el fango de pecado, la Biblia declara que Enoc caminó con Dios. Interesante esta afirmación. Dios no camina con hombres entregados a cometer pecado. Entonces podemos decir perfectamente que Enoc debió haber sido un hombre transformado de pecador condenado a pecador redimido. Enoc debe haber reconocido que es pecador y que está en camino a su condenación y debe haber confesado su pecado a Dios y debe haber buscado perdón para su pecado en Dios. Enoc fue ciertamente un hombre de fe. Su fe era una fe viva. Lo sabemos porque dice la Escritura que Enoc caminó con Dios. Esto significa que Enoc vivió un estilo de vida conforme a las demandas de Dios.
No es extraño que haya sucedido lo que relata la Biblia cuando afirma que Enoc desapareció porque le llevó Dios. Enoc no tuvo que saborear la muerte como los demás contemporáneos suyos. Enoc es un vencedor de la muerte. Todo fue por fe. Esto es lo que registra en forma magistral el autor del libro de Hebreos cuando en Hebreos 11:5 dice:
«por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios.»
Enoc tuvo victoria sobre el reino de la muerte, por la fe y por eso no padeció la muerte. En este sentido Enoc es un símbolo o un tipo de los creyentes que estarán vivos cuando venga Jesucristo en las nubes para llevar a su iglesia en lo que se llama el Rapto o el Arrebatamiento. Estos creyentes también, como Enoc, serán transpuestos al cielo sin pasar por la muerte. Esto, como resultado de su fe en Cristo, la misma fe que tuvo Enoc, la cual le permitió caminar con Dios. Todos los descendientes de Adán son pecadores y esclavos del reino de la muerte.
Pero algunos de ellos han logrado su libertad del dominio de la muerte, por la fe en Cristo, por medio de quien son vencedores de la muerte. Enoc fue uno de ellos. Elías fue otro. Los creyentes que estén vivos cuando Jesucristo venga a arrebatar a su iglesia son otros. Los creyentes que tengan que pasar por la muerte, también son vencedores de la muerte, porque al igual que Jesucristo, a ellos también les espera la resurrección gloriosa.