Es triste admitir que aparte de recordar el nacimiento del niño Jesús, todo lo demás que se practica durante la celebración de la Navidad es pura tradición que no tiene ningún fundamento Bíblico. La fecha de celebración de la Navidad, por ejemplo, el 25 de diciembre, ciertamente está muy relacionada con una fiesta pagana de adoración al dios sol que celebraban los romanos. En algún momento de la historia del cristianismo, se produjo un sincretismo entre el cristianismo y las religiones paganas de la época y como resultado de esto se mantuvo algunas celebraciones religiosas paganas, pero se les disfrazó de cristianas por medio de implementar algunos cambios menores. Esto justamente aconteció con la Navidad. El 25 de diciembre, en plena estación de invierno en el hemisferio norte, es una fecha muy poco probable para el nacimiento de Jesús, por el hecho que el relato bíblico de su nacimiento en Lucas dice que el día que nació Jesús en Belén, había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño. Difícil que los pastores hubieran estado guardando las vigilias de la noche sobre sus rebaños en pleno invierno, debido al frío invernal.
Tal vez más probable es que Jesús haya nacido en otra estación del año, como primavera, verano, hasta otoño, cuando el clima hacía posible que los pastores velen y guarden las vigilias de la noche sobre su rebaño. De igual manera, nacimientos, árboles decorados con luces de colores, dulces, juguetes, regalos, comidas, bebidas, y todo lo demás que se suele hacer en la navidad no tiene sus raíces en algún mandato bíblico. Sin embargo, esto no necesariamente significa que sea pecado hacer un nacimiento en navidad o adornar un árbol con luces, o dar regalos o participar de una comida especial. Si estas tradiciones no opacan la gran verdad relatada en la Biblia en cuanto a que Jesús nació en Belén, no hay problema en practicarlas si la conciencia no nos reprende por supuesto. Si alguien tiene problemas de conciencia en cuanto a alguna de estas prácticas es mejor que no las haga, pero al mismo tiempo que no juzgue a los que las practican. En esto se aplica lo que dice Romanos 14:1-3 donde dice: Recibid al débil en la fe, pero no para contender sobre opiniones. Porque uno cree que se ha de comer de todo; otro, que es débil, come legumbres. El que come, no menosprecie al que no come, y el que no come, no juzgue al que come; porque Dios le ha recibido.
Participar en alguna de las tradiciones navideñas no tiene nada que ver con el pasaje en Mateo 15:7-10, por cuanto este pasaje bíblico habla de obedecer mandatos impartidos por hombres como si fueran impartidos por Dios. Como ya se ha dicho repetidamente, las tradiciones navideñas, son simples tradiciones, no mandatos, ni de hombres, peor de Dios.