Los judios y la trinidad

Si los judíos tenían tanto conocimiento de Dios, ¿Cómo es posible que no hayan creído en la Trinidad y no creen en ella hasta ahora?

Gracias por su consulta. Por Trinidad de Dios se quiere decir que Él es uno en ser y sustancia, poseyendo tres distinciones personales que se nos revelan como Padre, Hijo y Espíritu Santo. En el Antiguo Testamento, la doctrina de la trinidad se enseña por implicación e insinuación más que por declaración directa. La concepción teológica de la Trinidad no compromete la verdad de la unidad de Dios. El peso del mensaje del Antiguo Testamento parece ser la unidad divina. No obstante, la Trinidad se insinúa de la siguiente manera. Primero, por el nombre Hebreo que se utiliza para Dios. El nombre El es uno de los varios nombres para Dios en el Antiguo Testamento, pero con mucha frecuencia, este nombre aparece en número plural en la forma de Elohim, como por ejemplo en Génesis 1:1. Este nombre plural expresa la naturaleza divina en su plenitud esencial, englobando una pluralidad de personalidades. Segundo, por el uso de la palabra Hebrea para uno. La palabra Yacheed es una palabra Hebrea que significa uno en el sentido absoluto, y se utiliza en expresiones tales como “el único”, pero nunca se usa en el Hebreo para expresar la unidad de la Deidad. En lugar de ella, se usa la palabra “echad”, la cual denota unidad compuesta. A pesar del intenso monoteísmo de los judíos, se usaba la palabra plural para el único Dios, ya que hay una pluralidad de personas en la Deidad única. Tercero, por los pronombres personales plurales que se usan para Dios. Por ejemplo, en Génesis 1:26 dice: “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen” Nuestra es un pronombre plural, dando a entender una pluralidad en la Deidad. Cuarto, por la mención de más de una persona con atributos divinos. Por ejemplo, note lo que dice Zacarías 2:10-11 “Canta y alégrate, hija de Sión; porque he aquí vengo, y moraré en medio de ti, ha dicho Jehová. Y se unirán muchas naciones a Jehová en aquel día, y me serán por pueblo, y moraré en medio de ti; y entonces conocerás que Jehová de los ejércitos me ha enviado a ti.” Note, Jehová viene a morar en medio de Israel, y es Jehová quien le envía. ¿Cómo es eso? Los judíos no lo podían entender. Nosotros los creyentes lo entendemos. Dios el Hijo viene a morar en medio de Israel y es enviado por Dios el Padre. Quinto, por las teofanías o apariciones de la Deidad, especialmente las del Ángel de Jehová, a quien se lo distingue de Dios, y al mismo tiempo se lo identifica con Dios. El ángel de Jehová es reconocido como Dios en diversos textos de la Biblia, pero es obvio que se trata de una persona diferente de Jehová. La Biblia contiene suficiente información para identificar al Ángel de Jehová como el Hijo de Dios en su estado pre-encarnado. De modo que, amable oyente, la doctrina de la Trinidad es insinuada o está implícita en muchos textos del Antiguo Testamento, textos que son ampliamente conocidos y aceptados por los judíos de antaño y del presente. Pero para una completa revelación de la doctrina de la Trinidad, es necesario echar mano de la información que aparece en el Nuevo Testamento. De entre los muchos textos que claramente enseñan la doctrina de la Trinidad permítame solamente citar uno, a manera de ejemplo. Se trata de lo que se conoce como: La gran comisión. Se encuentra en Mateo 28:19-20 donde dice: “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.” En estas instrucciones  de despedida a sus discípulos encontramos a Jesús dando testimonio definitivo de la verdad de la Trinidad. Está comunicando la fórmula bautismal. Cada creyente es bautizado en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Se trata de una relación de pacto con cada una de las personas de la Deidad tal como se nombran. El lenguaje implica que cada nombre representa a una persona y que las personas son iguales entre ellas, sin embargo no son tres dioses sino un solo Dios verdadero, porque no dice en los nombres, plural, del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, sino el en nombre, singular, del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. De modo que, amable oyente, muchos judíos, no todos, tanto en el pasado como en el presente, no reconocen a Jesús como el Cristo o el Mesías de Israel, y por tanto no reconocen ningún valor ni en la persona de Jesús ni en el testimonio sobre él en el Nuevo Testamento. Esta es la razón por la cual no pueden aceptar la doctrina de la Trinidad. Les falta la iluminación espiritual para discernir que Jesús es el Cristo y para reconocer que el Nuevo Testamento también es la palabra inspirada de Dios tal cual como el Antiguo Testamento.

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