María Magdalena y María la hermana de Marta y Lázaro son personas diferentes. María Magdalena era originaria de la ciudad de Magdala, una pequeña ciudad entre Capernaúm y Tiberíades, en la costa del mar de Galilea. El nombre “Magdalena” que se adjunta al nombre de esta mujer, significa justamente: originaria de Magdala. De esta mujer nos habla Lucas 8:1-2 donde dice: Aconteció después, que Jesús iba por todas las ciudades y aldeas, predicando y anunciando el evangelio del reino de Dios, y los doce con él, y algunas mujeres que habían sido sanadas de espíritus malos y de enfermedades: María, que se llamaba Magdalena, de la que habían salido siete demonios,
En cambio, la otra mujer que también se llamaba María era originaria de Betania, un pueblito muy cerca de Jerusalén, en Judea. Note lo que dice Juan 11:1 Estaba entonces enfermo uno llamado Lázaro, de Betania, la aldea de María y de Marta su hermana.
En resumen, entonces, se trata de dos mujeres diferentes, ambas con el mismo nombre, María, pero para diferenciarlas, a una de ellas se añade un nombre que indica el lugar de donde era, María Magdalena, María de Magdala. La otra era de Betania, hermana de Marta y Lázaro.
En cuanto a la segunda parte de su consulta, la Biblia muestra que los ángeles son seres espirituales. Hablando de ellos, Hebreos 1:14 dice: ¿No son todos espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación?
Los espíritus no tienen cuerpo, sin embargo, son personas porque poseen intelecto, voluntad y emociones o sentimientos. La Biblia muestra también que los ángeles fueron creados por Dios en algún momento, y no tienen capacidad de reproducción en su misma especie y tampoco mueren. Colosenses 1:16 dice: Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.
Además de todo esto, la Biblia enseña que, a pesar de ser seres espirituales sin cuerpo, algunos ángeles han aparecido a los hombres y los hombres han podido verlos, hablar con ellos y hasta comer con ellos. De esto se desprende que Dios permite a algunos ángeles a tomar o adoptar forma humana temporalmente de modo que puedan relacionarse con los hombres para cumplir con los propósitos de Dios. Lo que esto significa simplemente es que, a los ojos de los hombres, los ángeles que han adoptado forma humana, parecen como si tuvieran cuerpo humano, pero en realidad son seres espirituales.