Preguntas y respuestas Bíblicas

  • Leí su artículo con respecto al sello del Espíritu Santo. Lo que entendí es que todos los creyentes somos sellados por el Espíritu Santo el momento que recibimos a Cristo como nuestro Salvador. El problema es que en la iglesia donde me congrego me han enseñado que el creyente debe buscar ser sellado por el Espíritu Santo y que cuando eso ocurre, se manifiesta en la capacidad de hablar en lenguas. Yo no he tenido esta experiencia. Le agradeceré sus comentarios sobre este asunto.

    El creyente es sellado por el Espíritu Santo el instante mismo que recibe a Cristo como Salvador. Esta no es mi opinión personal sino lo que clara y contundentemente enseña la Biblia. Permítame citar el texto en el cual se basa esta clara enseñanza. Se encuentra en Efesios 1:11-14. La Biblia dice: En él asimismo tuvimos herencia,  habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad,  a fin de que seamos para alabanza de su gloria,  nosotros los que primeramente esperábamos en Cristo.  En él también vosotros,  habiendo oído la palabra de verdad,  el evangelio de vuestra salvación,  y habiendo creído en él,  fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa,  que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida,  para alabanza de su gloria.

    Hablando de Cristo, el apóstol Pablo dice que en él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad, a fin de que seamos para alabanza de su gloria, nosotros los que primeramente esperábamos en Cristo. Sobre esto podríamos decir tantas cosas hermosas, pero será en otro momento. Por lo pronto, bástenos saber que Dios ha derramado bendiciones espectaculares sobre todos aquellos que hemos confiado en Cristo como Salvador. Dentro de esas maravillosas bendiciones espirituales está justamente el ser sellados con el Espíritu Santo. El texto dice: En él, es decir en Cristo, también vosotros, es decir todos los creyentes, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu de la promesa.

    Todo lo debemos a Cristo. Sin él nada de lo que tenemos podría ser nuestro. Es la ley de causa y efecto. La causa es haber oído el evangelio y haber creído en él. El efecto es ser sellados con el Espíritu Santo. ¿Cuándo ocurrió esta obra de ser sellados con el Espíritu Santo? Pues, mire como ha sido conjugado el verbo ser, en la frase que dice: fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa. Este verbo está en tiempo pasado, lo cual significa algo que sucedió en el momento de recibir a Cristo como Salvador. No dice sois sellados, tiempo presente, ni seréis sellados, tiempo futuro. Dice, fuisteis sellados, tiempo pasado. Esto significa entonces que todo creyente ha sido sellado con el Espíritu Santo de la promesa el instante mismo que recibió a Cristo como Salvador, porque es la presencia de Cristo en el creyente lo que garantiza entre otras muchas cosas, el ser sellado con el Espíritu Santo de la promesa. Para terminar, el don de lenguas fue dado no a todos los creyentes sino solamente a algunos como lo demuestran textos como 1 Corintios 12:29-30. Siendo así es de esperarse que no todos hayan tenido el don de lenguas, sin embargo, todos fueron sellados con el Espíritu Santo.

     

  • Por favor explíqueme el significado del texto en Mateo 24:40.

    Gracias por su consulta. Para responderla es necesario tomar en cuenta tanto el contexto anterior como el contexto posterior de este versículo en particular. Así que, permítame dar lectura al pasaje bíblico que se encuentra en Mateo 24:36-42. La Biblia dice: Pero del día y la hora nadie sabe,  ni aun los ángeles de los cielos,  sino sólo mi Padre.  Mas como en los días de Noé,  así será la venida del Hijo del Hombre.  Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo,  casándose y dando en casamiento,  hasta el día en que Noé entró en el arca,  y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos,  así será también la venida del Hijo del Hombre.  Entonces estarán dos en el campo;  el uno será tomado,  y el otro será dejado.  Dos mujeres estarán moliendo en un molino;  la una será tomada,  y la otra será dejada.  Velad,  pues,  porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor.

    Por lo que se ve en el pasaje bíblico leído, el tema central tiene que ver con la segunda venida física del Señor Jesucristo. El día y la hora nadie sabe, ni siquiera los ángeles de los cielos, sino solo el Padre. Sin embargo, la segunda venida del Señor Jesucristo estará precedida de una época muy parecida a la época inmediatamente anterior al advenimiento del diluvio en los días de Noé. Es en este contexto que entra Mateo 24:40. Así como la gente en la época de Noé, que no estaba preparada para la venida del diluvio pereció cuando vino el diluvio, de la misma manera, la gente de la época previa a la segunda venida del Señor Jesucristo, que no estaba preparada para la segunda venida del Señor Jesucristo, perecerá cuando venga el Señor Jesucristo. La única manera de estar preparado para la segunda venida del Señor Jesucristo, es haber recibido por la fe al Señor Jesucristo como Salvador, con el consecuente cambio en el estilo de vida.

    El Señor Jesucristo lo puso de una manera muy clara cuando dijo que, en aquel tiempo, dos estarán en el campo, el uno será tomado, y el otro será dejado. Aquel que es tomado es el que no estaba preparado para la segunda venida del Señor Jesucristo por cuanto jamás lo recibió como su Salvador. Esta persona será sacada de la tierra y recibirá el juicio debido a su pecado. Aquel que es dejado, es el que estaba preparado para la segunda venida del Señor Jesucristo, por el hecho que recibió al Señor Jesucristo como Salvador. Quedándose en la tierra podrá entrar al reino milenial de Cristo. El mismo razonamiento se sigue para las dos mujeres que estarán moliendo en un molino. La una será tomada, y la otra será dejada. El Señor Jesucristo resume su enseñanza exhortando a velar o estar alerta, estar preparado, porque no se sabe a qué hora ha de venir el Señor Jesucristo. Así como a nadie le pueden robar si está siempre alerta, a nadie le podrá sorprender la segunda venida del Señor Jesucristo porque estará siempre alerta porque se habrá preparado por medio de recibir por la fe al Señor Jesucristo.

     

  • ¿Por qué es que personas que engañan y son deshonestas son muy prósperas económicamente, en cambio, personas como yo, que tratamos de ser transparentes y honestas, sin embargo, no somos prósperas económicamente? Esto me tiene confundida.

    Su inquietud ha sido también la inquietud de muchas personas temerosas de Dios, dentro de ellas, de algunos escritores de porciones de la Biblia. Una de estas personas se llamaba Asaf y escribió, entre otros, el Salmo 73. Note lo dijo. Se lo voy a leer. Ciertamente es bueno Dios para con Israel, Para con los limpios de corazón. En cuanto a mí,  casi se deslizaron mis pies; Por poco resbalaron mis pasos.  Porque tuve envidia de los arrogantes, Viendo la prosperidad de los impíos. Porque no tienen congojas por su muerte,  Pues su vigor está entero.  No pasan trabajos como los otros mortales, Ni son azotados como los demás hombres.  Por tanto,  la soberbia los corona; Se cubren de vestido de violencia.  Los ojos se les saltan de gordura; Logran con creces los antojos del corazón.  Se mofan y hablan con maldad de hacer violencia; Hablan con altanería.  Ponen su boca contra el cielo, Y su lengua pasea la tierra.  Por eso Dios hará volver a su pueblo aquí, Y aguas en abundancia serán extraídas para ellos.  Y dicen:  ¿Cómo sabe Dios? ¿Y hay conocimiento en el Altísimo?  He aquí estos impíos, Sin ser turbados del mundo,  alcanzaron riquezas.  Verdaderamente en vano he limpiado mi corazón, Y lavado mis manos en inocencia;  Pues he sido azotado todo el día, Y castigado todas las mañanas.  Si dijera yo:  Hablaré como ellos, He aquí,  a la generación de tus hijos engañaría.  Cuando pensé para saber esto, Fue duro trabajo para mí,  Hasta que entrando en el santuario de Dios, Comprendí el fin de ellos.  Ciertamente los has puesto en deslizaderos; En asolamientos los harás caer.   ¡Cómo han sido asolados de repente! Perecieron,  se consumieron de terrores.  Como sueño del que despierta, Así,  Señor,  cuando despertares,  menospreciarás su apariencia.  Se llenó de amargura mi alma, Y en mi corazón sentía punzadas.  Tan torpe era yo,  que no entendía; Era como una bestia delante de ti.  Con todo,  yo siempre estuve contigo; Me tomaste de la mano derecha.  Me has guiado según tu consejo, Y después me recibirás en gloria.   ¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra.  Mi carne y mi corazón desfallecen; Mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre.  Porque he aquí,  los que se alejan de ti perecerán; Tú destruirás a todo aquel que de ti se aparta.  Pero en cuanto a mí,  el acercarme a Dios es el bien; He puesto en Jehová el Señor mi esperanza, Para contar todas tus obras.

    Asaf está confundido al ver la prosperidad del malvado y el sufrimiento del justo. El dilema se resuelve por medio de una visión profética recibida en el santuario, la cual revela los destinos diferentes de los justos y los malvados. El salmista reconoce que tiene a Dios y no tiene necesidad de nada más. Dios le satisface plenamente y así concluye restableciendo su compromiso y obediencia con Dios de una manera absoluta y final.

     

  • ¿Cómo actuaría Dios en el caso de una persona que dice que cree en Dios a su manera, pero roba dinero en la empresa donde trabaja, y cuando le hace falta más dinero concluye diciendo: Dios proveerá?

    Son dos los asuntos que debemos tratar en su consulta. El primero, con referencia a esa persona que dice que cree en Dios a su manera. Esto suena muy lógico desde el punto de vista humano, pero no tiene en absoluto fundamento bíblico. La razón para esto es porque Dios se ha pronunciado ya en cuanto a la manera como el hombre puede acercarse a él. Oiga lo que dice Juan 14:6 Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida, nadie viene al Padre, sino por mí. Nadie puede creer en Dios a su manera, cuando Dios mismo ha dicho que la única manera de que el hombre se acerque a él es mediante la persona y obra del Señor Jesucristo. Él es el camino al Padre, no hay ningún otro. Él es la verdad, no hay ninguna otra. Él es la vida, fuera de él no puede haber vida. Ignorando esto, el hombre piensa que puede acercarse a Dios por medio de alguna religión, cualquiera que sea, o por medio de las buenas obras, o por medio de la filosofía, o por medio de la contemplación mística, o cosas por el estilo, pero nada de esto funciona. La única manera de acercarse a Dios es por medio de la persona y obra del Señor Jesucristo.

    Si una persona ha recibido a Cristo como su Salvador está en comunión con Dios. Si una persona no ha recibido a Cristo como Salvador está separada de Dios, así de simple. El segundo asunto que debemos tratar tiene que ver con esto de creer en Dios y a la vez robar. Los que verdaderamente creemos en Dios, porque hemos recibido a Cristo como Salvador, debemos dejar atrás cosas propias del estilo de vida que teníamos antes de recibir a Cristo como Salvador. Note lo que Pablo les dijo a los creyentes de la iglesia en Corinto. 1 Corintios 6:9-11 dice: ¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios?  No erréis;  ni los fornicarios,  ni los idólatras,  ni los adúlteros,  ni los afeminados,  ni los que se echan con varones,  ni los ladrones,  ni los avaros,  ni los borrachos,  ni los maldicientes,  ni los estafadores,  heredarán el reino de Dios.  Y esto erais algunos;  mas ya habéis sido lavados,  ya habéis sido santificados,  ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús,  y por el Espíritu de nuestro Dios.

    Antes de recibir a Cristo como Salvador, algunos creyentes de la iglesia de Corinto eran, entre otras cosas, ladrones, pero una vez que recibieron a Cristo como Salvador, dejaron de robar. Por eso Pablo les dijo: Esto erais algunos, mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios. El ladrón dejará de robar. Con esto en mente, Si una persona dice que cree en Dios, pero vive robando en la empresa donde trabaja, y cuando le falta dinero dice: Dios proveerá, está demostrando cree en Dios, pero no cree a Dios, lo cual es diferente. Muchos creen en Dios, pero no creen a Dios y por eso no obedecen a Dios.

     

  • ¿Cómo se puede explicar la práctica en algunas iglesias, por la cual el pastor o un predicador hace caer a una persona, a veces con sólo ordenarlo o con sólo tocarla o con un pequeño empujón? ¿Qué dice la Biblia sobre esto?

    Debo confesar que no puedo hablar por experiencia propia porque jamás he hecho caer a alguien, así como jamás alguien me ha hecho caer a mí. Sin embargo, permítame hacer algunas observaciones al respecto. Primero, hasta donde yo he visto, las personas que hacen caer a otras, no tienen unidad de criterio en cuanto a las razones para hacerlo. Para algunos, es una manifestación del poder sobrenatural que Dios les ha dado.

    Para otros, es para otorgar el Espíritu Santo a los que lo necesitan. Para otros es para otorgar descanso, alivio, paz a las personas abrumadas por sus pecados, temores, preocupaciones. Para otros es una manera de atraer la atención y admiración de los demás. Aun para otros es la señal de aprobación de Dios de lo que están haciendo en la iglesia o en algún ministerio. Por tanto, derribar a otros con sólo ordenarlo o soplar o tocar o empujar, tiene su propio y particular significado para cada uno. Este relativismo arroja una espesa sombra de duda acerca de cuál mismo es el propósito de esta práctica.

    Segundo, en cuanto a los que se caen, yo he constatado que no siempre son creyentes, lo cual me deja una gran interrogante: ¿Qué propósito espiritual puede tener esta práctica en alguien que está muerto espiritualmente? Lo que más necesita un incrédulo no es que alguien le haga caer, sino nacer de nuevo por el poder del Espíritu Santo y la palabra de Dios, esto es, pasar del estado de muerte espiritual al estado de vida espiritual. También he notado que los que caen son aquellos quienes previamente han sido preparados con mucha anticipación a través de la música, de batir las palmas enérgicamente, de levantar los brazos, de danzar, de contornearse y eventualmente han entrado en una especie de trance o éxtasis. En este estado parece que pierden el control de sus propios actos y están abiertos para someterse a la voluntad de otra persona.

    Por supuesto que la Biblia exhorta a los creyentes a ser controlados por el Espíritu Santo, pero el Espíritu Santo jamás anula la voluntad de la persona para que se someta a la voluntad de otra. También he podido observar que no sólo algunos predicadores o pastores tienen este supuesto poder para hacer caer a otros ordenándolo, o soplando o tocándolos o empujándolos, porque los hipnotizadores introducen a persona en un estado hipnótico y hacen que estas personas obedezcan lo que el hipnotizador ordene, inclusive caerse. Así que jamás debemos pensar que solamente algunos pastores o predicadores practican derribar a la gente.

    También he notado que las personas que se prestan para ser derribadas, parece que no están satisfechas con ser salvas y con saber que su vida está segura en las manos de Dios, sino que siempre están pensando que debe haber algo más que les hará sentirse satisfechos y por eso buscan experiencias aparentemente sobrenaturales, como esto de caerse. La palabra de Dios es clara cuando afirma que el Señor Jesucristo es todo lo que un creyente necesita para sentirse totalmente satisfecho. Embarcarse en una búsqueda de algo más es una forma de despreciar a la persona del Señor Jesucristo. Estas son simplemente observaciones sobre esta práctica que para mi concepto no tiene fundamento bíblico.

  • Mi consulta es acerca de Juan 20:22-23. Hasta donde yo entiendo los discípulos recibieron el Espíritu Santo, pero ¿Qué pasó entonces el día de Pentecostés? Porque se supone que en este día los discípulos recibieron el Espíritu Santo por primera vez. Por otro lado, he investigado el verbo “remitir” y significa perdonar, pero yo entendí que solamente Dios tiene la potestad de perdonar pecados. De aquí seguramente sale la enseñanza de que los sacerdotes tienen autoridad para perdonar pecados.

    Vamos a dar lectura al pasaje bíblico que se encuentra en Juan 20:22-23. Para tomar en cuenta el contexto leamos desde el versículo 19. La Biblia dice: Cuando llegó la noche de aquel mismo día, el primero de la semana, estando las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos estaban reunidos por miedo de los judíos, vino Jesús, y puesto en medio, les dijo: Paz a vosotros.

    Y cuando les hubo dicho esto, les mostró las manos y el costado. Y los discípulos se regocijaron viendo al Señor. Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envió el Padre, así también yo os envío.

    Y habiendo dicho esto,  sopló,  y les dijo:  Recibid el Espíritu Santo.  A quienes remitiereis los pecados,  les son remitidos;  y a quienes se los retuviereis,  les son retenidos.

    El Señor Jesús acababa de resucitar. En estas condiciones tuvo un encuentro con algunos de sus discípulos. Fue a ellos a quienes dirigió esas palabras: Recibid el Espíritu Santo. Esta declaración se puede entender de dos posibles maneras. La primera, en el sentido que se trataba de una promesa que halló su cumplimiento unos 40 días más tarde, en el día de Pentecostés. La segunda, en el sentido que se trataba de una presencia temporal del Espíritu Santo, hasta la presencia permanente del Espíritu Santo en el día de Pentecostés, con la finalidad de que los discípulos tengan poder para enfrentar los hechos que estaban por enfrentar. En cuanto a esto de remitir pecados, efectivamente, remitir significa perdonar. Remitir pecados significa perdonar pecados. Lo que se debe tomar en cuenta es lo que dice Marcos 2:1-7 Leo: Entró Jesús otra vez en Capernaum después de algunos días; y se oyó que estaba en casa.

    E inmediatamente se juntaron muchos, de manera que ya no cabían ni aun a la puerta; y les predicaba la palabra. Entonces vinieron a él unos trayendo un paralítico, que era cargado por cuatro.

    Y como no podían acercarse a él a causa de la multitud, descubrieron el techo de donde estaba, y haciendo una abertura, bajaron el lecho en que yacía el paralítico.

    Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados.

    Estaban allí sentados algunos de los escribas, los cuales cavilaban en sus corazones: ¿Por qué habla éste así?  Blasfemias dice.  ¿Quién puede perdonar pecados,  sino sólo Dios?

    Allí lo tiene. Sólo Dios tiene potestad para perdonar pecados. El Señor Jesús es Dios y por tanto está en capacidad de perdonar pecados. Entonces ¿Qué quiso decir el Señor Jesús cuando dijo a sus discípulos a quienes remitieres los pecados, les son remitidos, y a quienes se los retuviereis, les son retenidos? Lo que significa es que los discípulos del Señor Jesús tienen toda la autoridad para declarar que si alguien recibe a Cristo como Salvador, sus pecados son perdonados por Dios y si alguien rechaza a Cristo como Salvador, sus pecados no son perdonados por Dios y por tanto le espera una eterna condenación.

  • Siendo que estamos en la dispensación de la gracia ¿Se debe bautizar en agua en esta dispensación? ¿Se debe enseñar el Antiguo Testamento en esta dispensación? ¿Se debe enseñar todo el Nuevo Testamento en esta dispensación? Se preguntarán por qué hago esta consulta. Pues, porque he oído a un predicador que dice que en la dispensación de la gracia ya no se debe bautizar en agua, ya no se debe enseñar el Antiguo Testamento, ya no se debe enseñar todo el Nuevo Testamento y otras cosas más.

    Una dispensación es una determinada forma de trato de parte de Dios a la humanidad. A raíz de la muerte, resurrección, ascensión de Cristo resucitado, y descenso del Espíritu Santo, se entra en la dispensación de la gracia, cuya característica más importante es la presencia de la iglesia de Cristo, formada por todos aquellos que por gracia han recibido al Señor Jesucristo como su personal Salvador. El Nuevo Testamento relata lo que se hacía en la iglesia, dentro de la dispensación de la gracia. Hechos 2:41-42 dice: Así que,  los que recibieron su palabra fueron bautizados;  y se añadieron aquel día como tres mil personas.  Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles,  en la comunión unos con otros,  en el partimiento del pan y en las oraciones.

    El texto leído dice que los creyentes perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan, esto es en la cena del Señor, y en las oraciones. La doctrina de los apóstoles incluye el bautismo en agua, según aparece en el Evangelio según Mateo, capítulo 28, versículos 19-20. La Biblia dice: Por tanto,  id,  y haced discípulos a todas las naciones,  bautizándolos en el nombre del Padre,  y del Hijo,  y del Espíritu Santo;  enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado;  y he aquí yo estoy con vosotros todos los días,  hasta el fin del mundo.  Amén.

    En la dispensación de la gracia, por tanto, está vigente el bautismo en agua. En cuanto a que no se debe enseñar el Antiguo Testamento en la dispensación de la gracia, quisiera citar el texto bíblico en 2 Timoteo 3:16. La Biblia dice: Toda la Escritura es inspirada por Dios,  y útil para enseñar,  para redargüir,  para corregir,  para instruir en justicia,

    Cuando en este versículo se habla de “Toda la Escritura” se está refiriendo a toda la Biblia, es decir tanto al Antiguo como el Nuevo Testamento. Toda la Biblia es inspirada por Dios y por tanto debe ser enseñada en su totalidad en la dispensación de la gracia. En cuanto a que no se debe enseñar todo el Nuevo Testamento en la dispensación de la gracia, esto es totalmente atentatorio a lo que acabamos de señalar. Toda la Escritura es inspirada por Dios. Esto significa que todo el Antiguo Testamento y todo el Nuevo Testamento son inspirados por Dios y por tanto la palabra de Dios. Decir que se debe enseñar solamente una parte del Nuevo Testamento en la dispensación de la gracia, es equivalente a mutilar la palabra de Dios. De modo que, efectivamente, en la actualidad estamos en la dispensación de la gracia y en esta dispensación está vigente la práctica del bautismo en agua, se debe enseñar todo el Antiguo Testamento, y se debe enseñar todo el Nuevo Testamento. Obviamente se debe ejercitar discernimiento espiritual para saber a quién o a quiénes está dirigida determinada parte de la Biblia.

     

  • ¿Qué es la imposición de manos de la cual se habla en el Nuevo Testamento? ¿Está vigente aún?

    La imposición de manos en el Nuevo Testamento tiene sus raíces en la práctica del Antiguo Testamento. La imposición de manos en el Antiguo Testamento se usaba en varias situaciones. Se usaba para identificarse con un sacrificio. Levítico 3:1-2 dice: Si su ofrenda fuere sacrificio de paz,  si hubiere de ofrecerla de ganado vacuno,  sea macho o hembra,  sin defecto la ofrecerá delante de Jehová.  Pondrá su mano sobre la cabeza de su ofrenda,  y la degollará a la puerta del tabernáculo de reunión;  y los sacerdotes hijos de Aarón rociarán su sangre sobre el altar alrededor.

    Se usaba también para bendecir. Génesis 48:14 dice: Entonces Israel extendió su mano derecha,  y la puso sobre la cabeza de Efraín,  que era el menor,  y su mano izquierda sobre la cabeza de Manasés,  colocando así sus manos adrede,  aunque Manasés era el primogénito.

    Se usaba también para juicio. Levítico 24:14 dice: Saca al blasfemo fuera del campamento,  y todos los que le oyeron pongan sus manos sobre la cabeza de él,  y apedréelo toda la congregación.

    Se usaba también en la consagración. Números 8:12 dice: Y los levitas pondrán sus manos sobre las cabezas de los novillos;  y ofrecerás el uno por expiación,  y el otro en holocausto a Jehová,  para hacer expiación por los levitas.

    En cuanto a la imposición de manos en el Nuevo Testamento, en Hechos 6:5-6 se hizo para comisionar al servicio y dar autoridad. La Biblia dice: Agradó la propuesta a toda la multitud;  y eligieron a Esteban,  varón lleno de fe y del Espíritu Santo,  a Felipe,  a Prócoro,  a Nicanor,  a Timón,  a Parmenas,  y a Nicolás prosélito de Antioquía;  a los cuales presentaron ante los apóstoles,  quienes,  orando,  les impusieron las manos.

    Este mismo propósito aparece en Hechos 13:3 y en 1 Timoteo 4:14.

    En Hechos 8:16 encontramos algo un tanto diferente. Permítame leer este texto. Dice así: Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén oyeron que Samaria había recibido la palabra de Dios,  enviaron allá a Pedro y a Juan;  los cuales,  habiendo venido,  oraron por ellos para que recibiesen el Espíritu Santo;  porque aún no había descendido sobre ninguno de ellos,  sino que solamente habían sido bautizados en el nombre de Jesús.  Entonces les imponían las manos,  y recibían el Espíritu Santo.

    Los creyentes samaritanos habían sido bautizados en agua, pero recibieron el Espíritu Santo cuando Pedro y Juan llegaron y les impusieron las manos. Esta imposición de manos evitó que resultara una iglesia samaritana y otra iglesia judía, sino que la iglesia sea una sola. La imposición de manos en este caso simbolizó que lo que Dios estaba haciendo entre los samaritanos era lo mismo que estaba haciendo entre los judíos. Lo mismo ocurrió cuando Pablo hizo imposición de manos a los ex discípulos de Juan el Bautista. Hechos 19:6 dice: Y habiéndoles impuesto Pablo las manos,  vino sobre ellos el Espíritu Santo;  y hablaban en lenguas,  y profetizaban.

    La imposición de manos era una forma de indicar que estos discípulos también eran parte de la iglesia. El propósito de Dios fue enfatizar la unidad de la iglesia.  El único uso posible de la imposición de manos hoy en día sería para comisionar y dar autoridad para el servicio, sin embargo, esta práctica no es de ninguna manera una ordenanza para la iglesia.

  • ¿Fue Judas Iscariote creado por Dios para traicionar a Jesús?

    Le invito a leer el pasaje bíblico que se encuentra en Lucas 22:20-22 De igual manera,  después que hubo cenado,  tomó la copa,  diciendo:  Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre,  que por vosotros se derrama.  Mas he aquí,  la mano del que me entrega está conmigo en la mesa.  A la verdad el Hijo del Hombre va,  según lo que está determinado;  pero  ¡ay de aquel hombre por quien es entregado!

    El extraordinario anuncio del nuevo pacto que estaba por sellarse con la sangre del Señor Jesús, se pone en contraste con el terrible anuncio de la traición de uno que era contado entre los doce que el mismo Señor Jesús escogió como sus apóstoles. En el relato se hace patente la omnisciencia del Señor Jesús. Desde la eternidad pasada el Señor Jesús sabía que Judas Iscariote, uno que él mismo escogió como apóstol, le iba a traicionar entregándole por 30 piezas de plata. El Señor Jesús también habla de que todo lo que estaba pasando obedecía a un plan predeterminado. Todo lo que estaba sucediendo era lo que previamente estaba determinado. El Señor Jesús también menciona que Judas Iscariote es responsable de lo que estaba por hacer. ¡Ay de aquel hombre por quien es entregado! dijo el Señor Jesús. El hecho que la traición de Judas Iscariote era parte del plan predeterminado de Dios, no libera a Judas Iscariote de la culpa de haber entregado al Señor Jesús para que lo maten. La soberanía de Dios jamás anula la responsabilidad del hombre. Satanás entró en Judas Iscariote para que traicione al Señor Jesús, pero Judas Iscariote no fue sin culpa.  Observe como fue el final de sus días en la tierra. Hechos 1:18 dice: Este,  pues,  con el salario de su iniquidad adquirió un campo,  y cayendo de cabeza,  se reventó por la mitad,  y todas sus entrañas se derramaron.

    Esto condujo a Judas Iscariote a su eterna condenación. Cuando los once discípulos se disponían escoger a quien iba a reemplazar a Judas Iscariote, hicieron una oración y en ella mencionaron el castigo eterno de Judas Iscariote. Leo en Hechos 1:24-26. La Biblia dice: Y orando,  dijeron:  Tú,  Señor,  que conoces los corazones de todos,  muestra cuál de estos dos has escogido,  para que tome la parte de este ministerio y apostolado,  de que cayó Judas por transgresión,  para irse a su propio lugar.  Y les echaron suertes,  y la suerte cayó sobre Matías;  y fue contado con los once apóstoles.

    Una vez muerto, Judas Iscariote fue a su propio lugar. Un lugar de condenación eterna. Muy bien. Con todo esto en mente, enfrentemos el asunto crucial. ¿Hizo Dios a Judas Iscariote para que traicione al Señor Jesús? Bueno Dios nos creó a todos y cada uno de nosotros, Judas Iscariote está dentro de esto. David dijo lo siguiente, según Salmo 139:13 Porque tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste en el vientre de mi madre.

    Pero Dios no crea a nadie con el propósito específico de que haga algo contrario a su voluntad. Dios inclusive creó a Satanás, pero no con el propósito para que se transforme en su adversario. Dios creó a Judas Iscariote, pero no para que traicione al Señor Jesús. Esto fue una decisión de Judas Iscariote.

  • ¿Por qué muchos hermanos de las diferentes denominaciones actúan como si hubiese una rivalidad entre ellos? Lo digo porque lo he vivido. No me parece correcto porque dios quiere unidad, paz, amor y solidaridad entre hermanos porque todos debemos cumplir la palabra de dios que está escrita en la biblia.

    Según las Escrituras, existe sólo un cuerpo llamado Iglesia. Hablando de la iglesia universal, Efesios 4:4 dice: un cuerpo,  y un Espíritu,  como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación;

    A pesar de las muchas circunstancias que parecen negarlo, es un hecho que a los ojos de Dios los creyentes formamos un solo cuerpo. Aunque esta iglesia nunca sea visible al hombre en su totalidad, sin embargo, está constituida en un solo cuerpo por el Espíritu Santo. Esta verdad doctrinal relativa a la iglesia universal debe reflejarse totalmente en la iglesia local. ¿Cómo pueden demostrar los creyentes esta verdad doctrinal hoy en día? Tal vez la manera más evidente es por medio de abstenernos de atribuirnos nombres que nos separan de otros creyentes. Pablo refutó la tendencia entre los creyentes de Corinto de hacer divisiones en el cuerpo de Cristo.

    Note lo que dice 1 Corintios 1:10-17 dice: Os ruego,  pues,  hermanos,  por el nombre de nuestro Señor Jesucristo,  que habléis todos una misma cosa,  y que no haya entre vosotros divisiones,  sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer. Porque he sido informado acerca de vosotros,  hermanos míos,  por los de Cloé,  que hay entre vosotros contiendas.  Quiero decir,  que cada uno de vosotros dice:  Yo soy de Pablo;  y yo de Apolos;  y yo de Cefas;  y yo de Cristo.  ¿Acaso está dividido Cristo?  ¿Fue crucificado Pablo por vosotros?  ¿O fuisteis bautizados en el nombre de Pablo? Doy gracias a Dios de que a ninguno de vosotros he bautizado,  sino a Crispo y a Gayo,  para que ninguno diga que fuisteis bautizados en mi nombre. También bauticé a la familia de Estéfanas;  de los demás,  no sé si he bautizado a algún otro. Pues no me envió Cristo a bautizar,  sino a predicar el evangelio;  no con sabiduría de palabras,  para que no se haga vana la cruz de Cristo.

    Lamentablemente, los creyentes de hoy en día están divididos en denominaciones que llevan nombres de países, o de sus fundadores, o de las ordenanzas que practican, o de la forma de gobierno que han adoptado. Todas estas cosas son una negación de la unidad del cuerpo de Cristo.

    Sin embargo, jamás debemos sacrificar la doctrina bíblica en el altar de la unidad. ¿A qué me refiero con esto? Pues al hecho que, por mantener unidad, no podemos asociarnos con grupos que abiertamente rechazan principios fundamentales de las Escrituras. Alguien alguna vez en el pasado puso este asunto de una manera muy clara cuando dijo: En lo fundamental debe haber unanimidad, en lo que no es fundamental, puede haber diversidad, pero, sobre todo, debe haber amor. Si los creyentes pusiéramos en práctica al menos en parte lo que dice la Biblia sobre la unidad, no estaríamos manifestando ese pobre espectáculo de división que hoy manifestamos al mundo con nuestras divisiones que se originan en nuestra carnalidad.