Preguntas y respuestas Bíblicas

  • ¿DE DONDE VIENE LA COSTUMBRE DE PRESENTAR A LOS BEBÉS RECIÉN NACIDOS? Y CON ESTO SURGEN OTRAS COMO SON: PRESENTACIÓN DE LOS BEBES DE LOS MATRIMONIOS MIXTOS, PRESENTACIÓN DE UN BEBE QUE ES FAMILIAR DE UN MIEMBRO DE NUESTRA IGLESIA PERO SUS PADRES NO ASISTEN A LA CONGREGACIÓN. NOS GUSTARÍA SABER SU OPINIÓN Y CONSEJO SOBRE ESTA PRACTICA.

    Un examen del Nuevo Testamento en relación con las ordenanzas para la iglesia local, mostrará que existen únicamente dos, el bautismo en agua y la cena del Señor o la santa cena. Esto significa, entre otras cosas, que la presentación de niños no es una ordenanza para la iglesia local. Al menos yo no tengo información confiable en cuanto al origen de esta práctica en las iglesias evangélicas. Lo que sí he averiguado es que en la iglesia católica romana, por siglos, existe una ceremonia de presentación de niños en la cual los padres llevan al niño a la capilla para que reciba la bendición de nuestro Señor y la Virgen María. Dicen que lo hacen en recordación de lo que hicieron José y María cuando llevaron a al niño Jesús al templo en cumplimiento de lo que la ley de Moisés demandaba para ese caso. En todo caso, definitivamente el Nuevo Testamento no ordena a la iglesia local celebrar una ceremonia de presentación de niños. Siendo así, entonces ¿por qué es que algunas iglesias evangélicas practican la presentación de niños? La respuesta más probable es por pura tradición. Normalmente se toma el pasaje de Mateo 19:13-14 para sustentar la presentación de niños. Dice así: Entonces le fueron presentados unos niños,  para que pusiese las manos sobre ellos,  y orase;  y los discípulos les reprendieron.  Pero Jesús dijo:  Dejad a los niños venir a mí,  y no se lo impidáis;  porque de los tales es el reino de los cielos.  Y habiendo puesto sobre ellos las manos,  se fue de allí.

    Esto es algo que hizo el Señor Jesucristo cuando estuvo en este mundo en forma humana, y le fueron traídos algunos niños para que ponga sus manos sobre ellos y ore por ellos. Fue algo muy bueno, pero como ya se dijo, el Nuevo Testamento no ordena a los líderes de una iglesia local a hacer lo mismo que hizo el Señor Jesucristo con esos niños. De todos modos, siempre será bueno que los pastores o líderes en una iglesia local oren por una criatura que comienza a vivir en este mundo, y si eso se hace en un culto en una iglesia local, no hay ningún problema con ello. En la iglesia local donde yo soy uno de los ancianos, consideramos a la presentación de niños como una ocasión para que los padres presenten a la iglesia local a un nuevo miembro de la familia y para que la iglesia tenga presente en sus oraciones a esa persona que ha nacido. Eso es todo. De manera que, no debería haber ningún inconveniente con orar por un niño aun cuando tal vez su papá o su mamá sean todavía incrédulos. De la misma manera, no debería haber ningún inconveniente con que un familiar cercano, tal vez abuelos, o tíos, pida que la iglesia ore por un niño. La presentación de niños es también una gran oportunidad para que los padres, o quienes presentan al niño, prometan ante Dios y ante la iglesia local el criar a ese niño en los caminos del Señor.

     

  • Al leer Job 1:11-12 me surge una duda acerca de quien realmente tocó las posesiones y el cuerpo de Job, ¿Satanás o Dios? Luego al final del capítulo 1, Job parece dar respuesta a mi incógnita cuando dice «Jehová dio, y Jehová quitó» En el capítulo 42, al final del versículo 11, parecería que se confirmara que fue Dios quien lo afligió con todo lo que le pasó. La parte final de este versículo dice: «…y se condolieron de él, y le consolaron de todo aquel mal que Jehová había traído sobre él. ¿Entonces fue Dios el responsable de todos sus sufrimientos?

    El libro de Job debate la milenaria pregunta: ¿Por qué sufre el justo si Dios es un Dios de amor y misericordia? El libro de Job enseña claramente la soberanía de Dios y la necesidad que tiene el hombre, de reconocer dicha soberanía. Los tres amigos de Job ofrecieron básicamente la misma respuesta con ligeras variantes. La respuesta de ellos al sufrimiento de Job fue: Todo sufrimiento se debe a algún pecado que el justo ha cometido y que tal vez ni siquiera está consciente que lo cometió. El joven Eliú, sin embargo, puso las cosas en su lugar cuando dio a entender que con frecuencia el sufrimiento es un medio para purificar al justo. El propósito de Dios para las calamidades que sobrevinieron a Job fue, por tanto, deshacer toda auto justicia en él y hacerle entender que necesitaba poner su completa confianza en Dios. El propósito de este antiguo libro no es explicar el sufrimiento y el dolor, sino ayudar al creyente a soportarlo, sabiendo que quien está detrás de todo es la misma mano de Dios. El libro de Job alienta a tener mayor fe en Dios, porque enseña que Él está en control aun en los momentos más difíciles de la vida, inclusive cuando parece que nada tiene sentido. Así que, efectivamente, Dios fue el responsable de todos los sufrimientos de Job. Satanás fue un mero instrumento para cumplir con el propósito soberano de Dios. En Job 1:12 leemos las siguientes palabras: Dijo Jehová a Satanás:  He aquí,  todo lo que tiene está en tu mano;  solamente no pongas tu mano sobre él.  Y salió Satanás de delante de Jehová.

    Satanás no tiene poder para actuar por sí mismo en dar o quitar la vida.  Esto fue el preámbulo del torbellino de padecimientos que tuvo que soportar Job, pero es muy obvio que quien estaba detrás de todo fue Dios. Satanás solamente fue el instrumento. Dios usa el sufrimiento en el creyente para purificar la fe del creyente. Por eso es que al final del libro, cuando ya todo ha pasado, el escritor del libro de Job dice lo siguiente en Job 42:10-13 Y quitó Jehová la aflicción de Job, cuando él hubo orado por sus amigos; y aumentó al doble todas las cosas que habían sido de Job.

    Y vinieron a él todos sus hermanos y todas sus hermanas, y todos los que antes le habían conocido, y comieron con él pan en su casa, y se condolieron de él, y le consolaron de todo aquel mal que Jehová había traído sobre él; y cada uno de ellos le dio una pieza de dinero y un anillo de oro.

    Y bendijo Jehová el postrer estado de Job más que el primero; porque tuvo catorce mil ovejas, seis mil camellos, mil yuntas de bueyes y mil asnas,

    y tuvo siete hijos y tres hijas.

     

     

     

  •   La consulta para hoy tiene que ver con la celebración de la navidad. Dice: ¿Es la navidad un invento de los romanos para que coincida con el 25 de diciembre cuando se hacían celebraciones en honor al sol? ¿Nació Jesús un 25 de diciembre? ¿Condena la Biblia celebrar la navidad con árboles adornados con luces, nacimientos, panes especiales, pavos? ¿No cae esto dentro de lo que dice Mateo 15:7-10?

    Es triste admitir que aparte de recordar el nacimiento del niño Jesús, todo lo demás que se practica durante la celebración de la Navidad es pura tradición que no tiene ningún fundamento Bíblico. La fecha de celebración de la Navidad, por ejemplo, el 25 de diciembre, ciertamente está muy relacionada con una fiesta pagana de adoración al dios sol que celebraban los romanos. En algún momento de la historia del cristianismo, se produjo un sincretismo entre el cristianismo y las religiones paganas de la época y como resultado de esto se mantuvo algunas celebraciones religiosas paganas, pero se les disfrazó de cristianas por medio de implementar algunos cambios menores. Esto justamente aconteció con la Navidad. El 25 de diciembre, en plena estación de invierno en el hemisferio norte, es una fecha muy poco probable para el nacimiento de Jesús, por el hecho que el relato bíblico de su nacimiento en Lucas dice que el día que nació Jesús en Belén, había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño. Difícil que los pastores hubieran estado guardando las vigilias de la noche sobre sus rebaños en pleno invierno, debido al frío invernal.

    Tal vez más probable es que Jesús haya nacido en otra estación del año, como primavera, verano, hasta otoño, cuando el clima hacía posible que los pastores velen y guarden las vigilias de la noche sobre su rebaño. De igual manera, nacimientos, árboles decorados con luces de colores, dulces, juguetes, regalos, comidas, bebidas, y todo lo demás que se suele hacer en la navidad no tiene sus raíces en algún mandato bíblico. Sin embargo, esto no necesariamente significa que sea pecado hacer un nacimiento en navidad o adornar un árbol con luces, o dar regalos o participar de una comida especial. Si estas tradiciones no opacan la gran verdad relatada en la Biblia en cuanto a que Jesús nació en Belén, no hay problema en practicarlas si la conciencia no nos reprende por supuesto. Si alguien tiene problemas de conciencia en cuanto a alguna de estas prácticas es mejor que no las haga, pero al mismo tiempo que no juzgue a los que las practican. En esto se aplica lo que dice Romanos 14:1-3 donde dice: Recibid al débil en la fe,  pero no para contender sobre opiniones.  Porque uno cree que se ha de comer de todo;  otro,  que es débil,  come legumbres.  El que come,  no menosprecie al que no come,  y el que no come,  no juzgue al que come;  porque Dios le ha recibido.

    Participar en alguna de las tradiciones navideñas no tiene nada que ver con el pasaje en Mateo 15:7-10, por cuanto este pasaje bíblico habla de obedecer mandatos impartidos por hombres como si fueran impartidos por Dios. Como ya se ha dicho repetidamente, las tradiciones navideñas, son simples tradiciones, no mandatos, ni de hombres, peor de Dios.

     

  • ¿Cuál será el destino eterno de una persona que se suicida habiendo sido creyente?

    El suicidio es contrario a la voluntad de Dios, porque dar o quitar la vida es una prerrogativa exclusiva de Dios. Hablando de Jehová, Dios, Deuteronomio 32:39 dice: Ved ahora que yo,  yo soy,

     Y no hay dioses conmigo; Yo hago morir,  y yo hago vivir; Yo hiero,  y yo sano;  Y no hay quien pueda librar de mi mano.

    Siendo algo contrario a la voluntad de Dios, el suicidio es pecado, porque en esencia el pecado es todo lo que no se ajusta a la voluntad y a las normas de Dios. Aunque Dios ha dado a todo creyente el poder y los recursos para vivir en santidad, sin embargo, es posible que un verdadero creyente peque, cuando en lugar de someterse al poder del Espíritu Santo, se somete al poder de su propia vieja naturaleza cuya tendencia incurable es hacia el pecado. Previendo esta posibilidad, Dios ha establecido la manera como un creyente puede arreglar su problema de pecado. 1 Juan 1:9 dice: Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. Estas palabras no son para los incrédulos sino para los creyentes. Ahora aplicando todo esto a un creyente quien se ha quitado la vida. La pregunta es ¿Cuál será el destino eterno de esta persona? Bueno, todo depende de si esta persona fue sincera en recibir al Señor Jesucristo como Salvador. Si lo fue, la palabra infalible de Dios dice que esta persona es salva. Note lo que dice Juan 3:36 El que cree en el Hijo tiene vida eterna;  pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida,  sino que la ira de Dios está sobre él.

    Por haber confiado en Cristo como Salvador, la persona que lo hace, tiene vida eterna, es salva, su destino eterno es el cielo. Pero si la persona no ha sido sincera en su decisión de recibir a Cristo como Salvador, si lo ha hecho sin saber lo que estaba haciendo, o para agradar a alguien, o de labios para afuera, entonces esta persona no es salva, y si muere físicamente en estas condiciones, recibirá el castigo eterno por su pecado. Alguien tal vez preguntará: Pero ¿puede un verdadero creyente cometer suicidio? La respuesta, lamentablemente es sí, porque el suicidio es pecado, y como ya hemos demostrado, el creyente está en capacidad de cometer pecado, inclusive el suicidio. Todo esto no es para alentar el suicidio entre los creyentes, porque ya hemos dicho que el suicidio es pecado y mal podríamos alentar a los creyentes a pecar. El suicidio es una medida en extremo egoísta, porque ofrece poner fin a una situación que parece insoportable, pero al elevado precio del sufrimiento de todas las personas relacionadas con la persona que se suicida. El suicidio también es desconfiar en Dios. El que se suicida está diciendo a Dios: Tú no puedes hacer nada por mí. Tú no tienes poder para sostenerme en medio de mi problema y por eso prefiero tomar mi vida en mi propia mano. Desde cualquier punto de vista que se lo mire, el suicidio no resuelva nada, sino complica todo. Dios es más que suficiente para sostener a cualquiera de los suyos en las crisis más difíciles, sin necesidad que tengamos que pensar siquiera en un suicidio.

     

  • Me podrían explicar el origen de Papá Noel o Santa Claus.

    Hay muchas leyendas sobre el origen de esta figura tan característica de las Navidades. Una de las teorías cuenta que Papá Noel surge de una representación de la estación invernal con la figura de un anciano de barba blanca. Según este mito el “Abuelo Invierno” era agasajado con multitud de regalos por los vikingos para que fuera compasivo, y cuando llegue el momento de irse, se vaya sin queja para dar paso a la nueva vida, es decir, a la primavera. Con la llegada del cristianismo y, siguiendo esta costumbre, los bretones le cambiaron el nombre por “Viejo Padre Navidad” e incluyeron la tradición de que un hombre del pueblo se disfrazara y se le ofreciera comida y bebida en abundancia para representar la tradición vikinga. Con el pasar del tiempo, el “Padre Invierno” se transformó en San Nicolás. Nicolás era originalmente un hombre sumamente rico nacido en Asia Menor, y era extremadamente generoso con los más pobres. Nicolás se transformó después en obispo, y más tarde en santo, al que los holandeses denominaron Sinter Klaas (San Nicolás), nombre con el que pasó en un primer momento a América. Con el tiempo Sinter Klaas se pasó a llamar Santa Claus, es decir: Papá Noel. La imagen de Papá Noel subido a un trineo tirado por renos tiene también su origen particular. Esta idea parte de Laponia donde se creía que, con la llegada del invierno, el Padre Invierno con los renos bajaban desde las montañas hasta los valles donde la temperatura era menos fría. De este modo la imagen de Padre Invierno quedaba unida a la presencia de los renos. En 1824 el poeta norteamericano Clement Moore, conocedor de esa leyenda, incluyó los renos a su famoso poema «Una visita de San Nicolás». Desde ese momento se hizo muy popular la imagen de Papá Noel montado en un trineo que volaba por los aires tirado por ocho renos, lo que reemplazaba a la imagen del personaje a caballo. Además, Moore incluyó varios datos más en su poema y desde entonces, por ejemplo, ya no golpearía las puertas para dejar los regalos, sino que entraría sigilosamente por la chimenea. Como dato curioso se puede añadir que Robert May, en 1939, fue quien dibujó por primera vez a Rodolfo para un anuncio publicitario y, en 1949, Johny Marks compuso la canción Rodolfo, el “Reno de la roja nariz”. Cada cultura ha dotado a Santa Claus con una vestimenta y una imagen particular. Actualmente, la representación que conocemos de Santa Claus proviene de finales del siglo XIX, cuando el dibujante alemán Thomas Nast fue contratado por la revista Harper’s para ilustrar el famoso verso de Moore. Santa Claus apareció vestido de rojo y con su casa en el Polo Norte, en la que vivían junto a él pequeños duendes que le ayudaban en la fabricación de los juguetes. Esa imagen de Papá Noel se mantuvo hasta 1931, momento en el que la empresa Coca-Cola le encargo a Habdon Sundblom que remodelara el Santa Claus de Nast para campaña la publicitaria de la Navidad de ese año. Así se creó un Santa Claus más alto y rechoncho, con pelo cano, larga barba y bigote blancos, con aspecto simpático y bonachón. Su sonrisa y su clásico «jo, jo, jo» pasaron a ser sus caracteres fundamentales.

     

  • Por favor quiero que me aclaren con citas bíblicas donde dice en las Escrituras que si uno ha recibido al Señor como su Salvador, es salvo, aun habiéndose suicidado. Porque si fuera así entonces cualquiera podría ir y recibir al Señor y luego pegarse un balazo  en la cabeza e irse para el cielo de inmediato, en otras palabras: si no me llevas, yo me voy de inmediato.

    Quitarse uno mismo la vida  es contrario a la voluntad de Dios, porque la Biblia enseña que Dios es el único que tiene poder para otorgar y quitar la vida. 1 Samuel 2:6 dice: Jehová mata,  y él da vida;

     El hace descender al Seol,  y hace subir.

    Por el hecho que el suicidio es contrario a la voluntad de Dios, entonces, es pecado, porque pecado en esencia es todo aquello que no se ajusta a las normas o a la voluntad de Dios. De modo que, perfectamente podríamos re frasear su consulta en el siguiente sentido. Quiero que me aclaren con citas bíblicas donde dice en las Escrituras que si uno ha recibido al Señor como su Salvador, es salvo, aun habiendo pecado. Para responder es necesario tomar muy en cuenta algunas cosas importantes. Número uno, la Biblia es clara cuando dice que a pesar de ser salvo, existe la posibilidad no deseada, que un verdadero creyente peque. Hablando a creyentes, 1 Juan 1:8 dice: Si decimos que no tenemos pecado,  nos engañamos a nosotros mismos,  y la verdad no está en nosotros.

    Justamente para arreglar este problema de la posibilidad no deseada de que un verdadero creyente peque, Dios ofrece al creyente el recurso de la confesión. 1 Juan 1:9 dice: Si confesamos nuestros pecados,  él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados,  y limpiarnos de toda maldad.

    Número Dos, a pesar de saber que el verdadero creyente está en la capacidad de pecar, sin embargo, Dios garantiza salvación eterna. Son muchos los textos en la Escritura que confirman este hecho. Uno de esos pasajes bíblicos es Juan 10:27-30 donde dice: Mis ovejas oyen mi voz,  y yo las conozco,  y me siguen,  y yo les doy vida eterna;  y no perecerán jamás,  ni nadie las arrebatará de mi mano.  Mi Padre que me las dio,  es mayor que todos,  y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.  Yo y el Padre uno somos.

    Hablando de los que somos de Cristo por medio de haberle recibido como Salvador, Cristo dijo: Y yo les doy vida eterna. No dice: Y yo les doy vida eterna si no pecan. En consecuencia, los creyentes no pereceremos jamás, a pesar de haber cometido pecado. Lo que pasa es que la muerte de Cristo fue suficiente para perdonar los pecados pasados, presentes y futuros del creyente. Por este motivo, el Señor Jesucristo dijo: Nadie las arrebatará de mi mano. También dijo: Nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. Mayor seguridad no puede haber. Sería muy lamentable que un genuino creyente cometa suicidio, pero puede darse ese caso, y si fuera así ese creyente iría al cielo, aunque perdería muchas recompensas, porque su salvación no depende de sus obras, sino de la fe en la persona y obra de Cristo Jesús cuando murió en la cruz por él.

     

  • Quisiera que me oriente respecto a un texto que aparece en el antiguo testamento, disculpe que haya olvidado la cita exacta, pero dice: maldito el hombre que confíe en el hombre ¿se trata de no confiar en las personas que nos rodean o tiene otro significado?

    El texto que es materia de su consulta se encuentra en Jeremías 17:5-8. Allí leemos lo siguiente: Así ha dicho Jehová:  Maldito el varón que confía en el hombre,  y pone carne por su brazo,  y su corazón se aparta de Jehová.  Será como la retama en el desierto,  y no verá cuando viene el bien,  sino que morará en los sequedales en el desierto,  en tierra despoblada y deshabitada.  Bendito el varón que confía en Jehová,  y cuya confianza es Jehová.  Porque será como el árbol plantado junto a las aguas,  que junto a la corriente echará sus raíces,  y no verá cuando viene el calor,  sino que su hoja estará verde;  y en el año de sequía no se fatigará,  ni dejará de dar fruto.

    El trasfondo de estos versículos fue el reiterado intento de Judá por obtener ayuda o apoyo de Egipto para defenderse contra Babilonia. Jeremías contrasta a una persona que experimenta falta de bendición, simbolizada por la retama en el desierto, la cual no verá cuando viene el bien, sino que morará en los sequedales en el desierto, en tierra despoblada y deshabitada, con otra persona que experimenta abundante bendición, simbolizada por el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde, y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto. La diferencia está dada básicamente por la persona en quien se deposita la confianza. Ya sea en el hombre para el caso de la falta de bendición, o ya sea en Jehová para el caso de la abundante bendición. A esto se refieren esas palabras: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová, pero bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová. Por haber puesto su confianza en el poder militar de Egipto, Judá estaba confiando en el hombre y poniendo a un lado a Jehová, como consecuencia Judá fue maldita, esto significa condenada a destrucción. Esto se cumplió porque los Babilonios conquistaron a Judá y lo llevaron en cautiverio. Si Judá hubiera confiado en Jehová, habría sido librado de caer en manos de Babilonia y habría recibido bendición. Lo que pasa es que siempre es más fácil para el hombre confiar en el hombre y el resultado siempre es desastroso. Que por la gracia de Dios, su confianza esté siempre en la persona de Dios. Conozca más de él por medio de su palabra, la Biblia, cultive su comunión con él mediante la oración. No tome decisiones en su vida fundamentándose en lo que perciben sus sentidos, sino en la dirección que viene de Dios por medio de su palabra y la oración.

     

  • ¿Es cierto que si muere un niño de seis años va al cielo? Y los niños que son abortados ¿van al cielo? Me gustaría saber si nuestros hijos pequeños irían al cielo si murieran siendo niños.

    Antes de nada, permítame señalar que ningún ser humano en el mundo, sin importar su edad, es inocente. La palabra de Dios es clara cuando muestra que todos somos pecadores, condenados por Dios.

    Observe lo que dice Salmo 51:5 He aquí, en maldad he sido formado, y en pecado me concibió mi madre.

    Por tanto, nadie es inocente a los ojos de Dios. También, me gustaría hacer notar algo que seguramente es demasiado obvio. Me refiero al hecho que el ser humano necesita algo de madurez para reconocer que es un pecador y que como tal está separado de Dios. No se puede saber a qué edad un niño puede tomar conciencia de esto. La gran pregunta es: ¿Qué pasa con un niño que muere antes de tomar conciencia de que es pecador? ¿Qué pasa con un niño que nace muerto? ¿Qué pasa con un embrión que muere en el vientre de su madre, ya sea por un aborto natural o provocado? Sabemos que nadie es inocente. Sabemos que todos son pecadores por naturaleza. Sabemos que todos son culpables. ¿Será que estas personas van a condenación eterna? Antes de arribar a una conclusión, debemos considerar que Dios además de santo, es justo.

    Génesis 18:25 dice: El Juez de toda la tierra, ¿no ha de hacer lo que es justo?

    Sería injusto que un ser humano sea condenado por la eternidad, sin haber tenido conciencia de que estaba en peligro de ello. Dios no actúa de esta manera, porque Dios es justo.

    La obra perfecta de Cristo en la cruz, en la cual derramó su sangre, hizo propiciación por los pecados del mundo, o dicho en otras palabras, el sacrificio de Cristo en la cruz, donde él derramó su sangre, satisfizo las demandas de la santidad de Dios castigando el pecado.

    Esto abrió la puerta para que el hombre pueda ser perdonado de su pecado y consecuentemente pueda ser salvo. Cuando el ser humano es adulto, debe recibir por la fe a la persona de Cristo como su Salvador para ser salvo. De otra manera no hay salvación sino condenación, pero cuando el ser humano es niño, antes de tomar conciencia de su pecado, la obra de propiciación de Cristo es automáticamente puesta sobre este niño cuando muere.

    Por este motivo ese niño es salvo. Esto parece confirmarse en el incidente del Antiguo Testamento cuando murió el hijo recién nacido de David con Betsabé. Una vez que éste murió, David dijo lo siguiente según 2 Samuel 12:23 Mas ahora que ha muerto, ¿para qué he de ayunar? ¿Podré yo hacerle volver? Yo voy a él, mas él no volverá a mí

    La frase: Yo voy a él, puede ser interpretada tanto en el sentido que David también moriría algún momento en el futuro, como en el sentido que David sabía que su tierno hijo era salvo y tenía la esperanza de volver a verlo en la eternidad.

    Por estas consideraciones, la conclusión es que los niños que mueren en la matriz de su madre o al nacer o antes de tener edad para tomar conciencia de su naturaleza pecaminosa, están con Dios en el cielo. No porque sean inocentes, sino por el sacrificio que Cristo hizo en la cruz por el pecado del mundo.

     

  • La consulta de hoy es de un joven quien es muy fiel al Señor testificando a sus compañeros en la universidad, lo cual le ha traído como consecuencia el rechazo y el desprecio de algunos de ellos. A pesar del esfuerzo que ha hecho para estudiar la carrera que está siguiendo, sus calificaciones no son del todo buenas y teme que de continuar así no pueda seguir estudiando esta carrera. Piensa que si esto llegara a suceder sería algo muy difícil de soportar para él porque se sentiría un fracasado. Nos pide un consejo.

    En primer lugar, me gustaría felicitarle y animarle a seguir siendo fiel al Señor a pesar de las pruebas. Si está siendo probado es porque Dios está moldeando su carácter para que sea lo que Él quiere. Por otro lado, el sufrir por la causa de Cristo es una bendición. Observe lo que dice 1 Pedro 4:14-16 Si sois vituperados por el nombre de Cristo,  sois bienaventurados,  porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros.  Ciertamente,  de parte de ellos,  él es blasfemado,  pero por vosotros es glorificado.  Así que,  ninguno de vosotros padezca como homicida,  o ladrón,  o malhechor,  o por entremeterse en lo ajeno;  pero si alguno padece como cristiano,  no se avergüence,  sino glorifique a Dios por ello.

    Cuando dice que por testificar de Cristo en la universidad es rechazado y despreciado, está siendo vituperado por el nombre de Cristo. Siendo este el caso, en lugar de desanimarse, debe sentirse bienaventurado, esto significa dichoso, muy feliz, no porque sea agradable ser rechazado o despreciado, sino porque el rechazo y el desprecio por la causa de Cristo es una evidencia concluyente de que el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre su vida. Ahora vamos a la otra prueba. Me refiero a sus estudios en la universidad en la carrera que está siguiendo. Teme que tenga que abandonar la carrera por no llegar a los mínimos requeridos en cuanto a calificaciones. Permítame compartir algunos consejos al respecto. En primer lugar, ore al Señor sobre esta situación. Abra su corazón delante de Dios. Dígale cómo se siente por lo que está pasando, pero sobre todo dígale que lo que más desea en la vida es hacer lo que Dios quiere. Dígale que si la voluntad de Dios es que no continúe estudiando esa carrera, que Dios le dé la suficiente sabiduría para discernir cual es la voluntad de Dios. Dígale que va a estar gozoso tanto si deja de estudiar esa carrera como si sigue estudiando esa carrera. En segundo lugar, organice su tiempo para disponer de al menos unos 30 minutos diarios para leer, estudiar, meditar y memorizar la Biblia. La voluntad de Dios jamás está separada de la palabra de Dios. En tercer lugar, hasta que no esté seguro de cuál es la voluntad de Dios en cuanto a la carrera que está estudiando haga todo lo humanamente posible para obtener las mejores calificaciones. Ore como si todo dependiera de Dios y estudie como si todo dependiera de Usted. Este es el equilibrio perfecto. Si haciendo esto mejoran sus calificaciones, es muy posible que Dios le esté diciendo que su voluntad es que siga en esta carrera, pero si haciendo esto, sus calificaciones siguen en descenso, entonces es muy posible que Dios le esté diciendo que su voluntad es que cambien de carrera. Si este fuera el caso, no lo tome como algo personal, como un fracaso de su parte. Simplemente tómelo como algo que Dios está queriendo hacer en su vida.

     

  • Quisiera saber sobre el matrimonio civil y eclesiástico.

    El matrimonio se lo ve como un compromiso ante Dios, ante las autoridades civiles y ante la sociedad. El compromiso ante Dios lo hacen los contrayentes cuando ante Dios se comprometen a unirse el uno al otro como marido y mujer, siguiendo el principio que aparece en varios pasajes de la Biblia como por ejemplo Génesis 2:24 donde dice: Por tanto,  dejará el hombre a su padre y a su madre,  y se unirá a su mujer,  y serán una sola carne.

    El compromiso ante las autoridades civiles lo hacen los contrayentes cuando recurren a las autoridades conforme a lo que establece la legislación de cada país para ser declarados marido y mujer. Esto es lo que se conoce como el matrimonio civil. La sumisión a las autoridades civiles es un principio ampliamente fundamentado en la palabra de Dios como por ejemplo Romanos 13:1-5 donde dice: Sométase toda persona a las autoridades superiores;  porque no hay autoridad sino de parte de Dios,  y las que hay,  por Dios han sido establecidas.  De modo que quien se opone a la autoridad,  a lo establecido por Dios resiste;  y los que resisten,  acarrean condenación para sí mismos.  Porque los magistrados no están para infundir temor al que hace el bien,  sino al malo.  ¿Quieres,  pues,  no temer la autoridad?  Haz lo bueno,  y tendrás alabanza de ella;  porque es servidor de Dios para tu bien.  Pero si haces lo malo,  teme;  porque no en vano lleva la espada,  pues es servidor de Dios,  vengador para castigar al que hace lo malo.  Por lo cual es necesario estarle sujetos,  no solamente por razón del castigo,  sino también por causa de la conciencia.

    El compromiso ante la sociedad lo hacen los contrayentes cuando participan a sus familiares y amigos, que se han unido en matrimonio. Este compromiso es motivo de regocijo para todos. En esto consiste el matrimonio. Como habrá notado, son los contrayentes los que por voluntad propia contraen este solemne compromiso. El Nuevo Testamento no ordena a la iglesia local a efectuar matrimonios, o lo que comúnmente se llama el matrimonio eclesiástico. El matrimonio no es una ordenanza para la iglesia local. Esto sin embargo no significa que sea malo realizar una ceremonia matrimonial en una iglesia local, pero no es indispensable para que una pareja se considere casada. Cuando una pareja de creyentes ha decidido casarse, en algún momento deberían los dos solos ante Dios comprometerse el uno al otro a amarse, respetarse, y ser mutuamente fieles. Luego deberían recurrir a las autoridades civiles de su país para que sean declarados marido y mujer por las leyes de ese país. Después deberían comunicar a sus familiares y amigos el feliz acontecimiento y si esto se realiza en una iglesia local, no hay problema con ello, pero si no se lo hace, tampoco hay problema con ello.