Preguntas y respuestas Bíblicas

  • ¿A qué se refiere la expresión «pasar por el fuego»?

    La pregunta del día tiene que ver con un texto del Antiguo Testamento, específicamente, Deuteronomio 18:10. Allí se usa la expresión “pasar por el fuego”. ¿A qué se refiere esta expresión? ¿Será que tiene algo que ver con hablar cosas con doble sentido, para inducir a alguien a pensar mal? ¿Qué me pueden decir?

    Muchas gracias por su pregunta. Consideremos el texto en Deuteronomio 18:10. Para tomar el contexto, permítame leer Deuteronomio 18:9-14. La Biblia dice: Cuando entres a la tierra que Jehová tu Dios te da, no aprenderás a hacer según las abominaciones de aquellas naciones. No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos. Porque es abominación para con Jehová cualquiera que hace estas cosas, y por estas abominaciones Jehová tu Dios echa estas naciones de delante de ti. Perfecto serás delante de Jehová tu Dios. Porque estas naciones que vas a heredar, a agoreros y a adivinos oyen; mas a ti no te ha permitido esto Jehová tu Dios.

    Este pasaje bíblico es parte de las instrucciones que Dios dio a su pueblo escogido Israel por medio de Moisés, cuando el pueblo estaba a punto de entrar a la tierra que Dios prometió a sus antepasados. El territorio que Dios había designado para el pueblo de Israel, conocido como la tierra prometida estaba habitada originalmente por pueblos y naciones en extremo paganos. Pueblos y naciones que estaban totalmente entregados a la inmoralidad en todo sentido. Después de entregar algunos mandatos relacionados con la conducta del pueblo de Israel, note lo que les dijo Dios según Levítico 18:24-27 “En ninguna de estas cosas os amancillaréis; pues en todas estas cosas se han corrompido las naciones que yo echo de delante de vosotros, y la tierra fue contaminada; y yo visité su maldad sobre ella, y la tierra vomitó sus moradores. Guardad, pues, vosotros mis estatutos y mis ordenanzas, y no hagáis ninguna de estas abominaciones, ni el natural ni el extranjero que mora entre vosotros. (porque todas estas abominaciones hicieron los hombres de aquella tierra que fueron antes de vosotros, y la tierra fue contaminada)

    Abominación es cualquier cosa que ofende a Dios. Entre estas abominaciones, está justamente lo que es materia de su pregunta. Los hijos de Israel no debían aprender de las naciones paganas a hacer pasar a su hijo o a su hija por el fuego. Esta expresión, amable oyente, no tiene nada que ver con decir cosas con doble sentido e inducir al oyente a pensar mal. Tiene que ver con la práctica de las naciones paganas que habitaban en el territorio que Dios había prometido al pueblo de Israel, de sacrificar a sus hijos o a sus hijas en el fuego sagrado, como una forma de adoración a su dios falso llamado Moloc. Tristemente, a pesar de la advertencia de Dios a su pueblo Israel, años más tarde los israelitas se entregaron a esta práctica detestable para Dios y como consecuencia, Dios los castigó con severidad. Note lo que dice Jeremías 32:34-35. Antes pusieron sus abominaciones en la casa en la cual es invocado mi nombre, contaminándola. Y edificaron lugares altos a Baal, los cuales están en el valle del hijo de Hinom, para hacer pasar por el fuego sus hijos y sus hijas a Moloc; lo cual no les mandé, ni me vino al pensamiento que hiciesen esta abominación, para hacer pecar a Judá.

  • ¿Qué es el texto masorético? ¿Cómo llegó a existir? ¿Es confiable?

    La pregunta del día tiene que ver con lo que se conoce como el texto masorético del Antiguo Testamento. ¿Qué es? ¿Cómo llegó a existir? ¿Es confiable?

    Gracias por su pregunta. El texto masorético. ¿Qué es? Comencemos por señalar que en el primer siglo de la era cristiana existía el Antiguo Testamento hebreo compuesto de 39 libros. También existía el Antiguo Testamento en griego se componía de 54 libros, porque a los 39 libros se le había incluido 15 libros apócrifos. Los libros apócrifos, también llamados deuterocanónicos, son libros cuyos orígenes son desconocidos y por ese motivo no se incluyen dentro del canon de los 39 libros del Antiguo Testamento. Por otro lado, los samaritanos tenían un Pentateuco que no coincidía con el Pentateuco de Jerusalén. Esta situación preocupó a los escribas piadosos y respetuosos de las Sagradas Escrituras Hebreas, y decidieron tomar algunas medidas con el fin de preservar de la mejor manera posible el texto Hebreo original del Antiguo Testamento. Esto les condujo a adoptar un texto, o un manuscrito, fijo, normativo y autorizado de los libros del Antiguo Testamento.

    Es este manuscrito de todo el Antiguo Testamento en Hebreo que llegó a llamarse TEXTO MASORÉTICO. A los defensores o preservadores de aquel manuscrito se les comenzó a llamar masoretas. Los masoretas asumieron la responsabilidad de sacar copias de las Sagradas Escrituras del Antiguo Testamento y para evitar errores, contaban las palabras de cada libro, y después de copiar un libro, contaban las palabras de la copia, para estar seguros de que no habían omitido ni añadido palabra alguna a la copia. Hasta el día de hoy, el Texto Masorético se reconoce como el más fidedigno o digno de confianza de todos los manuscritos que existen del A.T.

    Debemos agradecer a los masoretas por su piadoso celo por la preservación y pureza del texto original del Antiguo Testamento. Casiodoro de Reina tradujo los libros del Antiguo Testamento del Texto Masorético, el cual es la fuente más confiable que existe hasta el día de hoy en el mundo. En la primavera del 1948 se descubrió un tesoro de incalculable valor con relación a la Biblia. A doce kilómetros al Sur de Jericó, en la costa oeste del Mar Muerto, un pastor de cabras encontró en una cueva una serie de rollos manuscritos de casi todos los libros del Antiguo Testamento. En total se encontraron, en varias cuevas, 330 manuscritos. Cuarenta en lengua aramea. Unos cuantos en idioma griego y los restantes en hebreo. La mayor parte eran pergaminos, es decir que fueron escritos en piel, y los otros en papiro. Se encontraron allí:
    14 copias del libro de Deuteronomio.
    12 copias del libro de Isaías.
    10 copias del libro de los Salmos.
    8 copias del libro de Éxodo
    7 copias de los Profetas Menores (que los hebreos agrupaban en un libro)
    6 copias del libro de Génesis.
    3 copias del libro de Samuel.
    3 copias del libro de Jeremías.
    3 copias del libro de Daniel.

    De los demás libros del A.T. se encontraron una o dos copias. Se asume que los mencionados manuscritos fueron colocados en los jarrones donde aparecieron alrededor del año 150 A.C. Así que tienen más de dos mil años. Una de las copias del libro de Isaías se encontró intacta o completa. Otros manuscritos se encuentran bastante deteriorados. Este descubrimiento ha puesto de manifiesto la fidelidad del Texto Masorético, así como la versión Reina-Valera.

  • ¿Hubo un error en el texto masorético y que por tanto la traducción de Reina y Valera no es de confiar?

    Según el texto masorético, el cual usa la versión Reina Valera para su traducción de la Biblia, se afirma que los hebreos vivieron en Egipto durante 430 años. Pero en la Septuaginta así como en el Pentateuco Samaritano se afirma que los hebreos vivieron 430 años en Canaán y en Egipto, no sólo en Egipto. Esto se ratifica por lo que Pablo dice en Gálatas 3:17. ¿Será que hubo un error en el texto masorético y que por tanto la traducción de Reina y Valera no es de confiar?

    El texto que es materia de su pregunta se encuentra en Éxodo 12:40-41. La Biblia Reina Valera Revisión 1960 dice: El tiempo que los hijos de Israel habitaron en Egipto fue cuatrocientos treinta años. Y pasados los cuatrocientos treinta años, en el mismo día todas las huestes de Jehová salieron de la tierra de Egipto.
    Este mismo texto en la Septuaginta, la cual es una traducción del Antiguo Testamento del Hebreo al Griego, realizada por orden del Rey Tolomeo II Filadelfo para su biblioteca en Alejandría, por el año 250 AC, se afirma que los hijos de Israel habitaron en Egipto y Canaán, no sólo en Egipto, por 430 años. También en el Pentateuco Samaritano, el cual es una variante del texto Hebreo que contiene los cinco libros de Moisés el cual era usado por las comunidades samaritanas, también se afirma que los hijos de Israel habitaron en Egipto y Canaán por 430 años.

    Por otro lado, en Gálatas 3:17 leemos: Esto, pues, digo: El pacto previamente ratificado por Dios para con Cristo, la ley que vino cuatrocientos treinta años después, no lo abroga, para invalidar la promesa.
    Con toda esta información parecería que el texto masorético que usó Reyna y Valera para su traducción del Antiguo Testamento estaría en error. Hagamos algunas cuentas. La Ley fue dada por Dios por medio de Moisés el año 1445 AC, la promesa de Dios a Abram en Génesis 12 fue dada el año 2090 AC, es decir hubo un intervalo de 645 años. Sin embargo, la última ratificación del pacto de Dios a Abraham que se registra en el Antiguo Testamento, aparece en Génesis 46:2-4. Para entonces Abraham ya había muerto, pero el pacto fue ratificado a su nieto Jacob. La Biblia dice: Y habló Dios a Israel en visiones de noche, y dijo: Jacob, Jacob. Y él respondió: Heme aquí. Y dijo: Yo soy Dios, el Dios de tu padre; no temas de descender a Egipto, porque allí yo haré de ti una gran nación. Yo descenderé contigo a Egipto, y yo también te haré volver; y la mano de José cerrará tus ojos.

    Esto aconteció el año 1875 AC, y transcurrieron exactamente 430 años, como afirma Pablo en Gálatas, hasta la promulgación de la Ley con Moisés, lo cual sucedió, como ya se dijo, el año 1445 AC. Así que, caben dos posibles explicaciones. La primera explicación sería, que el texto masorético que usó Reina y Valera para su traducción del Antiguo Testamento efectivamente tenía una variación en Éxodo 12:40-41 y debía incluir Canaán además de Egipto, dentro de ese período de 430 años, y la segunda explicación sería que el texto masorético está correcto, pero que Moisés omitió la palabra Canaán, simplemente porque la mayor parte de esos 430 años el pueblo de Israel pasó en Egipto, nada más y nada menos que 400 años, conforme a lo que Dios anunció de antemano a Abram.

  • ¿Se debe exigir los diezmos y las ofrendas?

    ¿Se debe exigir los diezmos y las ofrendas?

    En algunas iglesias evangélicas se acostumbra exigir que los que allí se congregan entreguen el diezmo y las primicias. ¿Es esta práctica correcta a la luz de lo que enseña la Biblia?

    Vamos a leer algunos pasajes bíblicos en los cuales la palabra de Dios nos provee de información sobre este importante asunto.

    1ª Corintios 16:1-2 dice: «En cuanto a la ofrenda para los santos, haced vosotros también de la manera que ordené en las iglesias de Galacia. Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no se recojan entonces ofrendas.»

    La ofrenda, lejos de ser un deber, es un privilegio no de unos pocos creyentes a quienes les sobra el dinero, sino de absolutamente todos los creyentes, sin importar si son ricos o pobres.

    Por eso el apóstol Pablo hablando a los creyentes de Corinto y también a nosotros, dice: cada uno de vosotros ponga aparte algo de lo que ha recibido de parte de Dios. En este pasaje bíblico se observa también que el día ideal para llevar a cabo esta acción de poner aparte algo, es el primer día de la semana, es decir el Domingo.

    De aquí parte la costumbre de las iglesias evangélicas de recoger las ofrendas los días Domingo. No es que sea pecado o contrario a la Biblia el recoger ofrendas otros días de la semana, pero el Domingo es el día especialmente dedicado para este propósito.

    También se observa que el monto a ofrendar no es establecido ni en cantidad ni en porcentaje. La instrucción del Nuevo Testamento es simplemente: Según haya prosperado. A veces Dios prosperará mucho a un creyente y Dios espera que ese creyente le devuelva mucho en calidad de ofrenda. A veces Dios prosperará poco a un creyente y Dios espera que ese creyente le devuelva poco en calidad de ofrenda.

    Esto es lo que significa: Según haya prosperado. Sin embargo, no está descartado el dar al Señor más allá de lo que uno buenamente puede. Esto fue lo que hicieron los creyentes de Macedonia y por eso Pablo les alabó diciendo que estos creyentes han dado con agrado conforme a sus fuerzas, y aun más allá de sus fuerzas.

    Por último observamos que la iglesia local debe recolectar esas ofrendas y guardarlas para el propósito que la iglesia local determine según sus necesidades.

    2ª Corintios 9:6-7 dice: «Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará. Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre.»

    En este pasaje bíblico encontramos el principio de que a mayor siembra mayor cosecha y a menor siembra menor cosecha. Aplicado al asunto de las ofrendas diríamos que a mayor ofrenda mayor beneficio para el ofrendante y a menor ofrenda menor beneficio para el ofrendante.

    El beneficio no es necesariamente en términos materiales, sino principalmente en términos espirituales. La ofrenda generosa de un creyente puede transformarse por ejemplo en Biblias o tratados evangelísticos que perfectamente pueden ser utilizados por Dios para que personas lleguen a conocer a Cristo como Salvador.

    Imagine, por haber ofrendado con generosidad al Señor, Ud. habrá contribuido para que una persona sea rescatada del infierno y sea trasladada al reino del amado Hijo de Dios. Este beneficio es tan excelente que es imposible de ser cuantificado.

    Además nuevamente notamos que el privilegio de ofrendar no es para unos pocos que tienen mucho dinero sino para todos sin importar si tenemos mucho o poco. Por eso el texto dice: Cada uno dé como propuso en su corazón. La forma de disponer el corazón para dar apropiadamente al Señor, consiste de dos partes.

    Primero, no con tristeza. Dios ama al dador alegre, dice el texto. La alegría parte de tomar conciencia que con esa ofrenda estamos expresando el amor que tenemos a aquel que nos amó primero. Por eso dice la palabra de Dios que más bienaventurada cosa es dar que recibir. El gozo es una actitud indispensable para predisponer el corazón para dar al Señor.

    Segundo, no por necesidad. La versión popular del Nuevo Testamento traduce esta frase como: No por la fuerza. Así como a Ud. no le agradaría la idea que alguien le ame a la fuerza, Dios también no se agrada de los que se sienten obligados a ofrendar.

    Es por esto que el Nuevo Testamento enseña a no sentirse obligado a ofrendar. Esto quizá es lo que responde directamente a su consulta. Ni los pastores, ni las iglesias, ni los predicadores deberían obligar a los creyentes a ofrendar, porque al hacerlo, esa ofrenda sería por necesidad o por la fuerza, lo cual contradice la clara enseñanza de la palabra de Dios.

    La ofrenda es un asunto privado entre el ofrendante y Dios. Nadie más debería entrometerse en ese asunto. Mateo 6:1-4 dice: «Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos de ellos; de otra manera no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos. Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Mas cuando tú des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha, para que sea tu limosna en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público»

    Esta es la correcta actitud para ofrendar. Nadie debe obligar a nadie a ofrendar y nadie debe averiguar de nadie cuanto ha ofrendado. La ofrenda es un asunto secreto entre el creyente y Dios.

  • ¿Por qué Jesús identificó a Juan el Bautista como el profeta Elías que debía venir antes de él?

    Gracias por su pregunta. El pasaje bíblico que trata este asunto, se encuentra en Mateo 17:10-13. Permítame leerlo. La Biblia dice: Entonces sus discípulos le preguntaron, diciendo: ¿Por qué, pues, dicen los escribas que es necesario que Elías venga primero? Respondiendo Jesús, les dijo: A la verdad, Elías viene primero, y restaurará todas las cosas. Mas os digo que Elías ya vino, y no le conocieron, sino que hicieron con él todo lo que quisieron; así también el Hijo del Hombre padecerá de ellos. Entonces los discípulos comprendieron que les había hablado de Juan el Bautista.

    Esto ocurrió después de la transfiguración de Jesús. Para Pedro, Jacobo y Juan, no había la más mínima duda en cuanto a que Jesús era el Cristo, el Mesías de Israel. Estos tres apóstoles primero lo creyeron y después en el monte de la transfiguración, lo vieron. Se necesita creer para ver. Pero había un problema. Citando Malaquías 4:5-6, los escribas afirmaban que Elías debe venir antes de la manifestación del Cristo. El texto dice: He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día de Jehová, grande y terrible.
    El hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición.

    La pregunta de Pedro, Jacobo y Juan a Jesús tal vez fue ¿Vino Elías? La respuesta de Jesús fue muy clara. A la verdad Elías viene primero y restaurará todas las cosas. Esto fue lo que profetizó Malaquías. Pero Jesús prosiguió diciendo: Elías ya vino, y no le conocieron, sino que hicieron con él todo lo que quisieron. ¿A quién se refería Jesús? Pedro, Jacobo y Juan entendieron muy bien que se refería a Juan el Bautista. Sin embargo, existe algo que no se puede dejar pasar por alto.

    Cuando los judíos enviaron de Jerusalén sacerdotes y levitas para que pregunten a Juan el Bautista quien era, note la respuesta que dio Juan el Bautista. Se encuentra en Juan 1:20-21. La Biblia dice: Confesó, y no negó, sino confesó: Yo no soy el Cristo. Y le preguntaron: ¿Qué pues? ¿Eres tú Elías? Dijo: No soy. ¿Eres tú el profeta? Y respondió: No. De manera que, por propia confesión, Juan el Bautista dijo que no era Elías, como aparentemente parecería que insinuó Jesús.

    2¿Cómo se explica esto? Pues se explica de la siguiente manera. Juan el Bautista en realidad no es Elías, sino uno que vino en el espíritu y poder de Elías. Hablando de la relación de Juan el Bautista con Jesús, note lo que dice Lucas 1:17 E irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto.

    Si en la primera venida de Cristo, Israel hubiera recibido a Jesús como el Cristo o el Mesías de Israel, la profecía de Malaquías se habría cumplido por medio del ministerio de Juan el Bautista quien vino en el espíritu y poder de Elías, pero como Israel no recibió a Jesús como el Cristo o el Mesías de Israel, la profecía de Malaquías 4:5-6 quedó todavía por cumplirse.

  • ¿Abiatar fue sumo sacerdote?

    La pregunta del día de hoy es la siguiente: En Marcos 2:26 se dice que Abiatar fue sumo sacerdote, pero Abiatar no fue más que un mero sacerdote y fue expulsado del sacerdocio por Salomón según 1 Reyes 2:26 y 27. ¿Es un error en la Biblia?

    Permítame leer el texto en Marcos 2:25-26: Pero él les dijo: ¿Nunca leísteis lo que hizo David cuando tuvo necesidad, y sintió hambre, él y los que con él estaban; cómo entró en la casa de Dios, siendo Abiatar sumosacerdote, y comió los panes de la proposición, de los cuales no es lícito comer sino a los sacerdotes, y aun dio a los que con él estaban?

    Aquí se origina su confusión amable oyente. Según Jesús, quien pronunció las palabras en Marcos 2:25-26, Abiatar fue sumo sacerdote, es decir el sacerdote de más alto rango en determinado momento. Seguramente habrá cotejado este
    texto con algunos textos del Antiguo Testamento, como 1Reyes 2:26-27, donde habrá notado que al referirse a Abiatar
    no aparece como sumo sacerdote sino como sacerdote. Leamos este pasaje bíblico. La Biblia dice: Y el rey dijo al sacerdote Abiatar: Vete a Anatot, a tus heredades, pues eres digno de muerte; pero no te mataré hoy, por cuanto has llevado el arca de Jehová el Señor delante de David mi padre, y además has sido afligido en todas las cosas en que fue afligido mi padre. Así echó Salomón a Abiatar del sacerdocio de Jehová, para que se cumpliese la palabra de Jehová que había dicho sobre la casa de Elí en Silo.

    Efectivamente, al hablar de Abiatar, este pasaje bíblico señala que era sacerdote, no sumo sacerdote. Así que, esto merece un examen exhaustivo. Permítame por tanto compartir lo siguiente: Abiatar, nombre que significa: Padre de
    abundancia, fue hijo de Ahimelec, quien era el sumo sacerdote en el tiempo de Saúl el antecesor de David. Cierto aciago día, mientras Ahimelec estaba en Nob, David y sus hombres, quienes escapaban de Saúl, vinieron a él y él les permitió comer de los panes de la proposición. Inclusive Ahimelec entregó a David la espada con la cual David acabó con la vida de Goliat. Todo esto fue atestiguado por un perverso edomita que se llamaba Doeg. En la primera oportunidad que tuvo, Doeg informó a Saúl acerca de dónde se encontraba David. Cuando Saúl lo supo se enfureció y ordenó la muerte de ochenta y cinco sacerdotes, incluido Ahimelec. El único que pudo escapar de la matanza fue justamente Abiatar, hijo del sumo sacerdote. Abiatar huyó y se refugió con David. Note lo que dice 1 Samuel 22:20-23: Pero uno de los hijos de Ahimelec hijo de Ahitob, que se llamaba Abiatar, escapó, y huyó tras David. Y Abiatar dio aviso a David de cómo Saúl había dado muerte a los sacerdotes de Jehová. Y dijo David a Abiatar: Yo sabía que estando allí aquel día Doeg el edomita, él lo había de hacer saber a Saúl. Yo he ocasionado la muerte a todas las personas de la casa de tu padre Quédate conmigo, no temas; quien buscare mi vida, buscará también la tuya; pues conmigo estarás a salvo.

    Así que, muerto el sumo sacerdote, ¿quién le sucedería en el sumo sacerdocio? Pues el único hijo que quedó con vida. Abiatar por tanto llegó a ser sumo sacerdote en el tiempo de David. Por esto, Jesús, tenía toda la razón al afirmar que Abiatar fue sumo sacerdote. Por supuesto que mientras vivía su padre, Abitar no era sumo sacerdote sino sólo sacerdote, pero a la muerte de su padre, Abiatar fue sumo sacerdote. Esto es lo que manifestó Jesús. De esta manera se resuelve este asunto. La Biblia no contiene en absoluto ningún error por cuando es la palabra de Dios y Dios no puede equivocarse de ninguna manera.

  • ¿Está Dios comunicando su voluntad a las personas hoy en día por medio de sueños como sostienen algunos hermanos en Cristo?

    Gracias por su pregunta. En determinada época de la historia, mientras todavía la Biblia no estaba completa, a veces Dios reveló su voluntad por medio de sueños y también por medio de visiones, pero eso fue en el pasado. Hoy en día, Dios hace conocer su voluntad a través de su palabra y por su Santo Espíritu. Si alguien quiere conocer la voluntad de Dios debe invertir mucho tiempo indagando la palabra de Dios en dependencia del Espíritu Santo. No se sabe con qué propósito Dios ha dado al hombre la capacidad de soñar hoy en día, pero ciertamente no es para comunicar su voluntad. Pero ya que estamos hablando de sueños, permítame compartir lo siguiente: Al hablar de sueños y visiones y en general de cualquier otra forma de comunicación de parte de Dios, aparte de la Biblia, estamos entrando en un terreno bastante controversial. Lo que voy a exponer es mi convicción sobre esto, conforme a lo que yo conozco de la Biblia. De ninguna manera pretendo atacar a hermanos en la fe que, de alguna manera, quizá por experiencia propia, han llegado a una conclusión diferente. Parto de un principio importante, que aparece en Lucas 1:37 donde dice: “porque nada hay imposible para Dios”.

    Así es, Dios es soberano y nada ni nadie puede limitarle de alguna manera. De modo que no se trata de saber si Dios puede o no comunicarse hoy en día con los hombres por medio de sueños o visiones o audiblemente. Dios puede hacerlo cuando le plazca y como le plazca. De hecho, la Biblia declara que Dios se comunicó con alguien a través de una burra y Jesucristo dijo que hasta las piedras hablarían. El asunto más bien debe ir por el lado de si la Biblia contiene alguna información relativa a si Dios está o no hablando a la gente hoy en día a través de sueños, o visiones o audiblemente. Examinemos pues la información que la misma Biblia nos provee. Primeramente, vemos que la última vez que Dios se comunicó con un ser humano mediante sueños, fue con José, el esposo de María, la madre de Jesús y le dio a conocer que debía ir con Jesús y María a la región de Galilea. Mateo 2:22 dice: “pero oyendo que Arquelao reinaba en Judea en lugar de Herodes su padre, tuvo temor de ir allá; pero avisado por revelación en sueños, se fue a la región de Galilea”.

    Existe otra mención de un sueño, en Mateo 27:19, en el cual la esposa de Pilato padeció mucho en sueños por causa de Jesucristo, quien estaba por ser crucificado, sin embargo, no se declara que hubiera habido algún mensaje específico de parte de Dios. Después de esto, la Biblia no declara absolutamente nada más en cuanto a personas que hayan recibido algún mensaje de Dios por medio de sueños. Si este fuera el método de Dios para revelar su voluntad hoy en día, ¿no le parece que debería haber bastante evidencia de ello en las Epístolas que son los libros en los cuales la iglesia basa mayormente su doctrina y práctica? Pero la realidad es que no existe ninguna evidencia y por tanto es lógico pensar que Dios en la actualidad, debe haber escogido revelar su voluntad por medio de alguna forma distinta de los sueños. La única manera es a través de su Palabra y la iluminación para entenderla que proviene del Espíritu Santo operando en aquellos que hemos recibido a Cristo como nuestro personal Salvador.

  • ¿A dónde va el alma de un creyente cuando muere?

    Muchas gracias por su pregunta. Tan pronto ocurre la muerte física de un creyente, el espíritu y el alma de la persona sale del cuerpo. En estas condiciones, el cuerpo de la persona muerta entra a un rápido proceso de descomposición en la tierra hasta el momento que ocurra la resurrección. En cambio, el espíritu y el alma de un creyente van instantáneamente a la presencia de Dios en el cielo.

    De esto nos habla pasajes bíblicos como 2 Corintios 5:1-9 donde dice: “Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos. Y por esto también gemimos, deseando ser revestidos de aquella nuestra habitación celestial; pues así seremos hallados vestidos, y no desnudos. Porque asimismo los que estamos en este tabernáculo gemimos con angustia; porque no quisiéramos ser desnudados, sino revestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida. Mas el que nos hizo para esto mismo es Dios, quien nos ha dado las arras del Espíritu. Así que vivimos confiados siempre, y sabiendo que entre tanto que estamos en el cuerpo, estamos ausentes del Señor (porque por fe andamos, no por vista); pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor. Por tanto procuramos también, o ausentes o presentes, serle agradables. Es un hecho entonces que entre tanto que estamos en el cuerpo, estamos ausentes del Señor, pero cuando salgamos del cuerpo, inmediatamente pasamos a la presencia del Señor en el cielo. Mírelo así: El alma y espíritu del creyente puede morar en uno de dos lugares. O en el cuerpo, mientras el creyente está vivo en el mundo o en la presencia del Señor cuando el creyente muere físicamente. Esta verdad se confirma en el relato conocido como El rico y Lázaro. Cuando murió Lázaro, inmediatamente fue llevado por los ángeles a un lugar de bendición, conocido en esa época como el Seno de Abraham, y más tarde como el paraíso o el cielo. Pero note algo importante amable oyente. Los creyentes que están en el cielo, desde que mueren físicamente hasta el momento de la resurrección, están en el cielo en una forma incorpórea. Durante este tiempo, ante el Señor está solamente el alma y el espíritu del creyente, no su cuerpo.

    Por eso es absolutamente necesaria la resurrección del cuerpo del creyete. Esto sucederá cuando Cristo Jesús venga a las nubes a llamar a su iglesia, en lo que se conoce el rapto o arrebatamiento. En ese instante el alma y espíritu de los creyentes serán revestidos de un cuerpo glorificado y seguirán en ese estado por la eternidad en la presencia del Señor. Esto es lo que presenta la Biblia en relación con el destino del alma y espíritu de los creyentes cuando mueren físicamente y también con relación con su cuerpo. La promesa de resurrección del cuerpo aparece en textos como 1 Corintios 15:51-55 donde dice: “He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria. ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?”

  • ¿Qué significa el texto en Juan 6:66?

    Gracias por su pregunta. Juan 6:66 es parte de un pasaje bíblico que va desde Juan 6:60 a Juan 6:71. En esta porción bíblica tenemos la reacción de los discípulos del Señor Jesús a su sermón acerca del pan de vida. Hasta ese momento, entre los discípulos del Señor Jesús había algunos que eran falsos, quienes estaban interesados únicamente en los beneficios que podrían sacar de seguir a Jesús, pero había algunos que eran verdaderos, quienes genuinamente creían que el Señor Jesús es el Cristo, el Mesías de Israel. Entre los versículos 60 a 66 de Juan 6 tenemos la reacción de incredulidad por parte de los falsos discípulos y entre los versículos 67 a 71 de Juan 6 tenemos la reacción de confianza por parte de los verdaderos discípulos. Así que, voy a leer el pasaje bíblico en Juan 6:60-66 para observar la reacción de los falsos discípulos a las palabras del Señor Jesús sobre el pan de vida.

    La Biblia dice: Al oírlas, muchos de sus discípulos dijeron: Dura es esta palabra; ¿quién la puede oír? Sabiendo Jesús en sí mismo que sus discípulos murmuraban de esto, les dijo: ¿Esto os ofende? ¿Pues qué, si viereis al Hijo del subir adonde estaba primero? El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida. Pero hay algunos de vosotros que no creen. Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían, y quién le había de entregar. Y dijo: Por eso os he dicho que ninguno puede venir a mí, si no le fuere dado del Padre. Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él.

    Los falsos discípulos del Señor Jesús manifiestan su disconformidad con lo que acababan de oír de labios del Señor Jesús. Su conclusión fue: Dura es esta palabra, ¿quién la puede oír? Por ser Dios en forma humana, el Señor Jesús estaba al tanto de lo que estaban pensando los falsos discípulos, y en consecuencia les dijo: Si esto que acabo de decir les causa tropiezo, ¿qué tal si vieran al Hijo del Hombre subir adonde antes estaba? El Espíritu da vida; la carne no vale para nada. Las palabras que les he hablado son espíritu y son vida. Luego el Señor Jesús dejó muy en claro que sabía que algunos de sus discípulos no creían en su palabra. Para el Señor Jesús no revestía ningún problema saber desde el principio quienes eran los falsos discípulos y quienes eran los verdaderos discípulos. El Señor Jesús inclusive sabía que algún día, Judas Iscariote, uno de sus discípulos le iba a traicionar y le iba a entregar. Esto motivó al Señor Jesús a insistir sobre algo que lo había dicho con anterioridad: Nadie puede ir a él a menos que se lo haya concedido el Padre. Lo que acaba de decir el Señor Jesús despojó el manto de falsa piedad de los falsos discípulos de Jesús. Observe lo que hicieron al verse descubiertos. Aparece en el texto que fue materia de su consulta. Desde entonces, muchos de sus discípulos volvieron atrás. Eso significa que dejaron de seguir al Señor Jesús y continuaron haciendo lo que estaban acostumbrados a hacer antes de que se aparezca el Señor Jesús. Juan dice simplemente que estos falsos discípulos ya no andaban con el Señor Jesús. Note que no se trata de verdaderos discípulos que en algún momento se desilusionaron y dejaron de seguir al Señor Jesús. Se trata de falsos discípulos.

  • ¿Cuál es el significado del texto en Apocalipsis 2:4?

    Gracias por su pregunta. El versículo materia de su pregunta es parte de un pasaje bíblico que se conoce como el mensaje a la iglesia en Efeso, y aparece entre los versículos 1 a 7 de Apocalipsis capítulo 2. No sé si la historia que voy a contar es real o ficticia. Pero vale la pena citarla como introducción. Una pareja de enamorados estaba conversando por teléfono. El elocuente galán declaraba su amor por ella en los siguientes términos: Te amo tanto que por ti soy capaz de dar la vida. Haría cualquier cosa por ti, lo que me pidas. Atravesaría mares, cruzaría ríos, ascendería montañas, me enfrentaría con fieras salvajes, caminaría sobre carbones ardiendo. Entusiasmada por tan exuberante declaración de amor, la joven preguntó a su galán: Mi amor, ¿Vendrás a verme esta noche? Claro… responde el joven, siempre y cuando no esté lloviendo. Suena jocoso pero así de falso y superficial puede ser el amor de mucha gente hacia Jesucristo. Es amor de labios para afuera. Eso fue lo que el Señor notó y denunció en la iglesia de Efeso. Se encuentra en Apocalipsis 2:4 donde dice: “Pero tengo contra ti que has dejado tu primer amor.” Este es el veredicto solemne de aquel que no solo se fija en las acciones sino en las intenciones del corazón. La pasión había desaparecido, el fuego se había apagado, sólo quedaban cenizas, y eso se manifestaba en hacer las cosas por inercia, mecánicamente, por mera costumbre. La actividad era incesante, pero la razón para realizar esa actividad era cualquier cosa menos un amor genuino al Señor. La cantidad de creyentes era maravillosa, pero la calidad espiritual de esos creyentes era desastrosa. Ya no ardía en ellos la pasión por el Señor.

    Pero ¿a qué se refiere Jesucristo cuando habla del primer amor? ¿Se lo puede describir de alguna manera? El primer amor es el amor que tuvimos hacia Jesús la primera vez que le conocimos. Es ese amor que nos hacía latir el corazón más aprisa cuando pensábamos en él. Pero no sólo era emoción. Era también acción. Es ese amor que estaba dispuesto a todo si la persona amada lo decía. Cuánto nos falta este tipo de amor a nuestro Señor. ¿Verdad? Siempre me he preguntado y me seguiré preguntando, ¿cuánto de lo que se hace en las iglesias locales parte de una devoción sincera y amorosa al Señor? Porque mucho me temo que la mayoría de las iglesias locales hoy en día se parecen mucho a la iglesia de Efeso. Por fuera son hermosas, por su trabajo y dedicación, pero por dentro están carcomidas por ese cáncer de haber dejado su primer amor.

    El Señor Jesús hace una recomendación a esta iglesia. Se encuentra en Apocalipsis 2:5 donde dice: “Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido” Jesucristo recomienda a los creyentes de Efeso tres cosas importantes. Primero: Recuerda. ¿Recordar qué? Pues, de dónde has caído. Es necesario hacer memoria de la frescura y fervor de nuestro primer amor hacia el Señor. Segundo: Arrepiéntete. Esta palabra significa un cambio de mente. Implica reconocer lo frío que ha llegado a ser nuestra relación con el Señor y luego hacer todo lo posible para encender nuevamente la pasión por él. Tercero: Haz las obras que solías hacer cuando estabas en tu primer amor.