¿Cuándo puede ser considerado como piedra de tropiezo un creyente?
Cualquier creyente es considerado como piedra de tropiezo, cuando comete cualquier pecado que es público y notorio a otras personas, no importa si son creyentes o incrédulas.
El apóstol Pablo procuró tener siempre un buen testimonio ante la gente que le rodeaba, justamente para no ser tropiezo para ellos.
2ª Corintios 6:3 dice: «No damos a nadie ninguna ocasión de tropiezo, para que nuestro ministerio no sea vituperado»
Pablo evitó hacer cosas contrarias a lo que Dios dice en su palabra, para no dar a nadie ninguna ocasión de tropiezo. De esta manera nadie tenía motivos para vituperar o hablar mal o denigrar el ministerio de Pablo.
Igual es con el creyente, debe tener un buen testimonio entre sus conocidos y entre los desconocidos para que nadie tenga motivo para vituperar o hablar mal del nombre de Cristo. El pecado, cualquiera que sea, pero principalmente el pecado cometido ante otras personas, no solo atenta contra la santidad de Dios y trae serias consecuencias al que lo comete, sino que también afecta a las personas que son testigos de ese pecado y más directamente a las personas incrédulas.
Si un creyente anda en mentiras, hurtos, peleas, inmoralidad, etc., algunas personas van a mirar ese comportamiento y su razonamiento será: Si eso es ser creyente, no gracias. Mejor me quedo así como estoy, porque yo, sin ser creyente, vivo mejor que él.
Esto es ser piedra de tropiezo. El incrédulo ha tropezado en el testimonio de aquel mal creyente y eso ha dificultado el camino hacia su posible salvación. Pero también se puede ser piedra de tropiezo, cuando el creyente hace cosas lícitas, pero que ofenden a alguien que es débil en cuanto a eso.
1ª Corintios 10:23 dice: «Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica.»
En la libertad que el creyente tiene en Cristo, muchas cosas que no son específicamente prohibidas en la Biblia son cosas lícitas, es decir cosas que todo creyente puede hacerlas sin ofender con eso a Dios.
Pero no por eso, el creyente puede hacer todo lo que es lícito, porque dice este texto, que existen ciertas cosas lícitas pero que no son convenientes.
La no conveniencia es porque no edifican. ¿No edifican a quien? No al que las hace, sino a otras personas que piensan que esa cosa lícita para alguien es ilícita para ellos. Estas son las personas débiles.
El creyente maduro evitará hacer cosas lícitas que ofenden a algún creyente débil. ¿Pero qué pasa si las hace de todas maneras? entonces está siendo de tropiezo para el creyente débil.
Por eso es que Pablo aconseja lo siguiente en 1ª Corintios 10:32 «No seáis tropiezo ni a judíos, ni a gentiles, ni a la iglesia de Dios»
De modo que un creyente es piedra de tropiezo cuando peca a vista y paciencia de otros y atenta contra su buen testimonio o cuando hace cosas aún cuando lícitas pero que no convienen y lastiman a otras personas, no importa si son creyentes o incrédulos.
Esto de ser piedra de tropiezo es algo muy serio, Jesús habló de esto y dejó una severa advertencia.
Mateo 18:6 dice: «Y cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeños que creen en mí, mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le hundiese en lo profundo del mar.»
Allí lo tiene, Jesús mira con celo a todos sus pequeños que creen en él y cuando alguien les hace tropezar, comete un atentado contra el mismo Jesús. Por eso la consecuencia es tan trágica como estar en lo profundo del mar con una piedra de molino atada al cuello. Cuidado con ser piedra de tropiezo para alguien.