¿Pueden ejercer el pastorado hermanos que antes de ser creyentes estuvieron casados pero se divorciaron y ya siendo creyentes se volvieron a casar?

Gracias por su pregunta. Estoy plenamente consciente que este es un asunto muy controversial y que por tanto existen diversas opiniones al respecto. Yo no pretendo ser dogmático en relación con este asunto y por tanto respeto mucho cualquier criterio diferente. Me limitaré a compartir lo que es mi convicción personal en cuanto a este tema. En primer lugar, el divorcio, por cualquier causa que sea, es condenado por Dios en su palabra. Permítame leer el texto en Malaquías 2:16. La Biblia dice: Porque Jehová Dios de Israel ha dicho que él aborrece el repudio,  y al que cubre de iniquidad su vestido,  dijo Jehová de los ejércitos.  Guardaos,  pues,  en vuestro espíritu,  y no seáis desleales.

Dios aborrece el repudio, o el divorcio, que es lo mismo. Esto sin embargo no significa que el divorcio no existe, como bien dijo el Señor Jesucristo en Mateo 19:8: Por la dureza de vuestro corazón Moisés os permitió repudiar a vuestras mujeres; mas al principio no fue así. De manera que quien se divorcia, por la causa que fuere, sin importar si es o no creyente, ha cometido un pecado. En segundo lugar, cuando una persona recibe al Señor Jesucristo como Salvador, queda limpia ante Dios de todo el pecado cometido en su pasado, cualquier pecado que haya sido, inclusive el divorcio. Observe lo que dice 2 Corintios 5:17. De modo que si alguno está en Cristo,  nueva criatura es;  las cosas viejas pasaron;  he aquí todas son hechas nuevas.

Sobre la base de lo que dice este texto, entonces, una persona que se divorció antes de ser creyente ha sido perdonada de ese pecado y de todos los demás pecados. A los ojos de Dios es una nueva criatura.

En tercer lugar, uno de los requisitos para ser obispo, pastor o anciano, todos términos sinónimos, es que debe ser marido de una sola mujer. 1 Timoteo 3:2 dice: Pero es necesario que el obispo sea irreprensible,  marido de una sola mujer,  sobrio,  prudente,  decoroso,  hospedador,  apto para enseñar;

Si la frase: marido de una sola mujer, se interpreta en lo que parece ser su sentido original, de un varón que solamente ha vivido maritalmente con una mujer, entonces un hermano divorciado y vuelto a casar no estaría calificado para ocupar el oficio de obispo, pastor o anciano, porque sería un varón que ha vivido maritalmente con más de una mujer. Pero si la frase: marido de una sola mujer, se interpreta en el sentido que el varón debe ser sexualmente puro, con la mujer con quien está casado, sin tener relaciones sexuales con otra mujer que no sea su esposa, entonces un hermano divorciado y vuelto a casar estaría capacitado para ocupar el oficio de obispo, pastor o anciano. Todo depende de cómo la iglesia local interpreta la expresión: Marido de una sola mujer. En cuarto lugar, lo ideal es que el hermano que tiene el oficio de obispo, pastor o anciano en una iglesia local, no tenga nada, ni en el presente ni en el pasado, que afecte el normal desempeño de sus funciones. Un divorcio, aun cuando haya ocurrido antes de ser creyente y aun cuando haya sido por causa de fornicación, puede convertirse en un obstáculo para el desempeño satisfactorio de un obispo, pastor o anciano. Por esta causa, algunas iglesias locales no aceptan que un hermano divorciado sea obispo, pastor o anciano.

 

Salir de la versión móvil