La Biblia ciertamente dice mucho acerca de los dones espirituales. En primer lugar nos muestra una definición de los dones espirituales. Para ello demos lectura al pasaje bíblico que se encuentra en 1 Corintios 12:7 donde dice: “Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho.” Los dones espirituales son manifestaciones del Espíritu Santo. En la práctica se trata de habilidades dadas por el Espíritu Santo para ser utilizadas en el crecimiento o edificación de la iglesia de Cristo. El texto leído dice que a cada creyente le son dadas estas habilidades. No existe creyente que no tenga al menos uno de los dones del Espíritu. Los dones espirituales son otorgados a cada creyente el momento que ese creyente recibió a Cristo como Salvador. Es conveniente hacer una distinción entre talento innato y dones espirituales. El talento innato viene por herencia. Tiene que ver con a composición genética de cada individuo. Habilidades como disposición a la música, disposición al arte, disposición a los deportes, disposición a las ciencias exactas, etc., no son dones espirituales sino talentos innatos. En cambio, los dones espirituales tienen su origen en el Espíritu Santo y son dados al creyente el instante que ese creyente nace de nuevo por recibir a Cristo como Salvador. En segundo lugar, la Biblia habla acerca de la distribución de los dones espirituales. 1 Corintios 12:11 dice: “Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere.” Varias cosas importantes se desprenden de este texto. Como se ha dicho, los dones espirituales son dados por el Espíritu Santo. Notamos además que los dones espirituales son dados a cada creyente. Y algo muy importante, los dones espirituales son dados conforme a la voluntad soberana del Espíritu Santo. El texto leído dice que el Espíritu Santo reparte a cada uno como él quiere. Es el Espíritu Santo quien decide qué don, o qué dones va a dar a cada creyente en particular. No es correcto por tanto que los creyentes exijan al Espíritu Santo que les dé determinados dones. En cuarto lugar, la Biblia habla de la variedad de los dones espirituales. Existen cuatro pasajes bíblicos en los cuales el Nuevo Testamento presenta una lista de dones espirituales. El primero se encuentra en Romanos 12:6-8 donde dice: “De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe; o si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza; el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría.” El segundo, se encuentra en 1 Corintios 12:8-10 donde dice: “Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu. A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas.” El tercero, se encuentra en Efesios 4:11 donde dice: “Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros” El cuarto, se encuentra en 1 Pedro 4:11 donde dice: “Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenece la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén” Si tomamos estas cuatro listas de dones espirituales y las integramos en una sola, podemos decir que los dones espirituales son los siguientes: Apóstol, profecía, evangelismo, pastor-maestro, enseñanza, exhortación, palabra de ciencia, palabra de sabiduría, ayudas o servicio, repartir o dar, gobierno o presidir, misericordia, fe, discernimiento de espíritus, milagros, sanidad, lenguas e interpretación de lenguas. Una forma de agrupar los diferentes dones espirituales sería la siguiente: Primero, los dones que tienen que ver con la comunicación: Apóstol, profecía, evangelismo, pastor-maestro, enseñanza, exhortación, palabra de ciencia y palabra de sabiduría. Segundo, los dones que tienen que ver con el servicio o auxiliares: Ayudas o servicio, repartir o dar, gobierno o presidir, misericordia, fe, discernimiento de espíritus. Tercero, los dones de señal: Milagros, sanidad, lenguas e interpretación de lenguas. Especial mención merecen los dones de señal, que fueron dados por el Espíritu Santo con el propósito de confirmar que el mensaje que predicaron los apóstoles proviene de Dios. Sobre esto nos habla el autor de Hebreos en el capítulo 2 versículos 3 y 4 donde dice: “¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron, testificando Dios juntamente con ellos, con señales y prodigios y diversos milagros y repartimientos del Espíritu Santo según su voluntad.” Pablo tenía en mente los dones de señal cuando dijo lo que tenemos en 2 Corintios 12:12 donde se lee: “Con todo, las señales de apóstol han sido hechas entre vosotros en toda paciencia, por señales, prodigios y milagros” Ahora bien, siendo que los dones espirituales son habilidades o capacidades que da el Espíritu Santo a los creyentes, para que esos creyentes puedan servir eficazmente a Dios y a la iglesia de Jesucristo, es lógico pensar que Dios es el más interesado en que los creyentes conozcan cuáles son sus dones. Lamentablemente, son relativamente pocos los creyentes que saben cuáles son sus dones. Por esta razón permítame hacer algunas sugerencias que podrían ayudar a los creyentes a identificar sus dones espirituales. Número uno, infórmese lo mejor que pueda acerca de los dones espirituales. Lo que nosotros hemos compartido con Usted es nada más que el inicio de lo que debería su propia investigación acerca de los dones espirituales. La Biblia debe ser el libro de texto para su investigación. Puede también encontrar ayuda en la literatura existente en las librerías cristianas acerca de este tema. Número dos, desarrolle una disposición sincera a hacer cualquier cosa para el Señor. No adopte la actitud arrogante de considerar indigno de Usted el hacer cosas como servir o ayudar. Recuerde que en el fondo, todo servicio o ayuda que un creyente realiza, lo hace para el Señor. Parte de la naturaleza vieja del creyente es el deseo de poseer los dones llamativos, los dones que podrían despertar la admiración de otros creyentes. Pero si Usted en realidad desea identificar sus dones, debe adoptar esa actitud que dice: Señor, no importa en dónde me pidas servir, ni cómo me pidas servir, ni en qué me pidas servir, yo estoy dispuesto a servirte. Esta manera de pensar despeja de obstáculos el camino para la identificación de los dones espirituales. Número tres, comience a ocuparse en la obra de la iglesia. Hable con los líderes de la iglesia y manifiésteles su deseo de ser utilizado en cualquier área del ministerio. Si los líderes de la iglesia son sensatos, seguramente no le pedirán que predique en el culto del próximo domingo, sino que le darán tareas sencillas al comienzo, para observar su actitud y aptitud. Sea fiel en cualquier cosa que le pidan hacer. Si le solicitan limpiar el templo, hágalo con gusto, como para el Señor y no para los hombres. Recuerde el principio bíblico: El que es fiel en lo poco, también es fiel en lo mucho. En Mateo 25:21 leemos: “Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.” En la medida que Usted muestre responsabilidad y fidelidad en las cosas pequeñas que los líderes de la iglesia le pidan hacer, el Señor mismo se encargará de abrir las puertas para que haga cosas más importantes. Número cuatro, evalúe el resultado de lo que se le pide hacer y cómo se siente haciéndolo. Cualquier cosa que Usted haga en el área de su don, debe manifestar al menos dos características. Por un lado, debe haber un fruto abundante, inclusive fuera de lo normal, y por otro lado, Usted debe sentir una sensación de realización al hacerlo. A manera de ejemplo, supongamos que Usted tuviera el don de evangelismo. Al involucrarse en cualquier actividad relacionada con el evangelismo, es de esperarse que el resultado sea abundante. Muchas personas manifestarán el deseo de recibir a Cristo como Salvador. Además Usted se sentirá muy bien haciéndolo. En otras palabras, habrá identificado su don. Número cinco, busque consejo de creyentes maduros en la fe, quienes hayan visto el trabajo que Usted realiza. La palabra de Dios dice que en la multitud de consejeros hay seguridad. Pida consejo a estas personas. Dígales que Usted está tratando de identificar sus dones y que desea una evaluación objetiva y honesta del trabajo que ha realizado en la iglesia. Con toda seguridad, ellos le proveerán de muchas ideas para orientar mejor su esfuerzo por identificar sus dones. Una vez que ha identificado su don o sus dones, su tarea es desarrollarlos. Eso fue lo que Pablo recomendó a Timoteo, según 2 Timoteo 1:6 donde dice: “Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos.” Los dones espirituales se pulen a través de su uso. Son como una herramienta que se puede echar a perder por falta de uso. Por tanto es necesario que el creyente se involucre en actividades o ministerios orientados al área de su don. Esta ha sido una breve reseña de lo que la Biblia enseña acerca de los dones espirituales.
Home/¿Qué dice la Biblia sobre los dones espirituales?