Cordiales saludos amable oyente. Bienvenida, bienvenido al estudio bíblico de hoy. El tema de estudio es el libro de Daniel. En nuestro último estudio bíblico vimos como el rey de Babilonia, Nabucodonosor, sacó a la luz la incapacidad de los sabios de su reino para saber lo que él soñó y lo que ese sueño significaba. Sobrecogidos de temor, los sabios babilonios dijeron al rey: No hay hombre sobre la tierra que pueda declarar el asunto del rey; además de esto, ningún rey, príncipe ni señor preguntó cosa semejante a ningún mago ni astrólogo ni caldeo. Porque el asunto que el rey demanda es difícil, y no hay quien lo pueda declarar al rey, salvo los dioses, cuya morada no es con la carne. ¡Vaya! Esta es una tácita confesión de lo limitado de la sabiduría humana. Al oír esta confesión, el rey se enojó sobremanera y mandó que matasen a todos los sabios de Babilonia. Aunque Daniel y sus amigos no estuvieron presentes cuando Nabucodonosor hizo su audaz pedido, sin embargo, eran considerados como parte de los sabios de Babilonia y por eso se les buscó también a ellos para matarlos. Veamos qué es lo que sucedió a continuación.
Si tiene una Biblia a la mano, ábrala en Daniel 2:14-23. En este pasaje Bíblico tenemos a Daniel averiguando, a Daniel suplicando, a Daniel orando, a Daniel recibiendo respuesta y a Daniel agradeciendo. Vayamos a lo primero. Daniel averiguando. Daniel 2:14-15 dice: Entonces Daniel habló sabia y prudentemente a Arioc, capitán de la guardia del rey, que había salido para matar a los sabios de Babilonia.
Dan 2:15 Habló y dijo a Arioc capitán del rey: ¿Cuál es la causa de que este edicto se publique de parte del rey tan apresuradamente? Entonces Arioc hizo saber a Daniel lo que había.
La noticia sobre la orden del rey de matar a los sabios de Babilonia debe haberse expandido a la velocidad de un rayo. Muchos sabios de Babilonia deben haber comenzado a poner en orden sus casas, o a despedirse de sus familiares, o a esconderse, o a escapar a algún otro país, pero cuando Daniel lo supo, no se alteró ni buscó la forma de escapar. Sabiendo que Dios tiene todo bajo su control fue a buscar a Arioc, el capitán de la guardia del rey, a quien Nabucodonosor había encargado la ejecución de la orden de matar a los sabios de Babilonia. ¡Qué contraste! Mientras la mayoría de los sabios de Babilonia querían estar lo más lejos posible de Arioc, Daniel se fue a buscar a Arioc. Esto demuestra la confianza en Dios que tenía Daniel. Una vez ante Arioc, Daniel le habló sabia y prudentemente. Qué maravilloso. A pesar del peligro en el que estaba su vida, Daniel no gritó ni reclamó a Arioc sino que de la forma más respetuosa y amable posible pidió información sobre la causa para que el rey emita ese edicto tan apresuradamente. De esto podemos aprender mucho amable oyente. No sacamos nada cuando tratamos de hacer respetar nuestros derechos alzando la voz o gesticulando u ofendiendo de palabra o de obra. Con sobrada razón se dice que el hablar a gritos es el lenguaje de los que no tienen la razón. Aprendamos de Daniel, quien a pesar de la gravedad del asunto no perdió la calma ni se alteró, sino que habló sabia y prudentemente. La próxima vez que tenga un conflicto con alguien, no importa si es con su cónyuge o con sus hijos o con sus jefes, o con su subordinados, inclusive con los líderes de la iglesia, acuérdese de esta forma de actuar de Daniel. Ante un trato tan amable por parte de Daniel, Arioc no tuvo más que explicar en detalle la razón por la cual Nabucodonosor había ordenado la muerte de los sabios de Babilonia. Ahora que lo sabía, Daniel decidió hacer una súplica al rey. En segundo lugar tenemos a Daniel suplicando. Daniel 2:16 dice: Y Daniel entró y pidió al rey que le diese tiempo, y que él mostraría la interpretación al rey.
La forma como Daniel trató a Arioc, capitán de la guardia de Nabucodonosor hizo posible que Daniel entre a la misma presencia del rey. Rodeado de esa seguridad que tienen los hombres cuando Dios está obrando en ellos, Daniel hizo un pedido audaz. Solicitó al rey que le diese tiempo y que él mostraría el sueño y la interpretación. Nabucodonosor debe haber visto en Daniel algo que no había visto en ninguno de sus sabios y por eso se sintió movido a acceder a su pedido. Nabucodonosor no era necesariamente una persona asequible, por eso lo vimos montando en ira cuando sus sabios no pudieron hacer lo que les pidió, pero cuando se enfrentó a Daniel, su duro corazón se derritió ante sus palabras. Si obedecemos a Dios y dejamos que Él nos controle, podremos ver que aun los más duros corazones se rinden ante Él. Pues, Daniel acaba de hacer una osada promesa, una promesa que ningún sabio de Babilonia lo pudo hacer. Ahora Daniel está en una gran encrucijada. Si no se cumplía su promesa, perdería su vida, pero lo peor que pasaría es que el Dios de Daniel quedaría en descrédito, algo que Dios no lo puede permitir jamás. En tercer lugar tenemos a Daniel orando. Daniel 12:17-18 dice: Luego se fue Daniel a su casa e hizo saber lo que había a Ananías, Misael y Azarías, sus compañeros,
Dan 2:18 para que pidiesen misericordias del Dios del cielo sobre este misterio, a fin de que Daniel y sus compañeros no pereciesen con los otros sabios de Babilonia.
Se dice que las pruebas compartidas son más llevaderas. Eso fue lo que hizo Daniel al ir a su casa y hacer saber lo que había a Ananías, Misael y Azarías sus piadosos compañeros. Daniel era un hombre de oración, al igual que sus compañeros. Fiel a su carácter, Daniel pidió a sus compañeros que pidiesen misericordias del Dios del cielo sobre ese misterio. Un misterio es algo que por el momento estaba escondido en la mente de Dios y que en su tiempo iba a ser revelado a su profeta. Daniel veía la revelación del misterio como una obra de misericordia del Dios del cielo. La misericordia es no dar a alguien lo que merece. Daniel sabía que lo único que merecía como pecador es castigo de Dios, pero sabía que Dios es misericordioso y en consecuencia pidió que Dios no le dé lo que merece. Si Dios no obraba en misericordia hacia Daniel, revelando el misterio, Daniel tendría que morir, al igual que sus compañeros y todos los sabios de Babilonia. En cuarto lugar tenemos a Daniel recibiendo revelación. Daniel 2:19 dice: Entonces el secreto fue revelado a Daniel en visión de noche, por lo cual bendijo Daniel al Dios del cielo.
Dios oyó la oración de Daniel y sus compañeros y el secreto fue revelado a Daniel en visión de noche. La Biblia no indica cuánto tiempo estuvieron Daniel y sus compañeros en oración antes de recibir la respuesta por parte de Dios, pero no debe haber sido mucho tiempo por cuanto había un rey que tal vez sufría de insomnio mientras esperaba la respuesta de Daniel. El verbo revelar denota una obra sobrenatural de parte de Dios mediante su Espíritu, por medio de la cual un secreto en la mente de Dios es transmitido a la mente de uno de sus profetas. La Biblia muestra que existe varios medios de revelación de los secretos de Dios. Uno de ellos es justamente las visiones. Dios es fiel atendiendo el clamor de los que le buscan con fe, y con la motivación de traer gloria al nombre de Dios. En respuesta Daniel bendijo a Jehová, el Dios del cielo. En quinto y último lugar tenemos a Daniel agradeciendo. Daniel 2:20-23 dice: Y Daniel habló y dijo: Sea bendito el nombre de Dios de siglos en siglos, porque suyos son el poder y la sabiduría.
Dan 2:21 El muda los tiempos y las edades; quita reyes, y pone reyes; da la sabiduría a los sabios, y la ciencia a los entendidos.
Dan 2:22 El revela lo profundo y lo escondido; conoce lo que está en tinieblas, y con él mora la luz.
Dan 2:23 A ti, oh Dios de mis padres, te doy gracias y te alabo, porque me has dado sabiduría y fuerza, y ahora me has revelado lo que te pedimos; pues nos has dado a conocer el asunto del rey.
En su agradecimiento, Daniel comienza bendiciendo a Jehová, el Dios de siglos en siglos, o el Dios eterno. Bendecir significa hablar bien de alguien. Dios es digno de ser bendecido porque Él es el único que da la sabiduría a los sabios y la ciencia a los entendidos. Nada está oculto de su amplio conocimiento. Por eso no reviste problema para Él revelar lo profundo y lo escondido. Dios puede mirar lo que está en tinieblas. Con Dios mora la luz y por tanto conoce absolutamente todo. Luego de bendecir a Dios, Daniel expresa su gratitud y su alabanza a Dios. Daniel da todo el crédito a Dios. Ha sido Dios quien ha dado a Daniel la sabiduría y la fuerza, y en esta ocasión, ha sido Dios quien le ha revelado lo que él y sus compañeros le habían pedido, es decir, saber lo que soñó Nabucodonosor y saber el significado de ese sueño. Daniel fue un hombre grato. ¿Es Usted grato con Dios por todos los favores que recibe de Él? Si lo es, de su boca deberían brotar palabras de gratitud constantemente. En nuestro próximo estudio bíblico veremos que sucedió después con Daniel.
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