Saludos cordiales amable oyente. Soy David Araya, dándole la bienvenida al estudio bíblico de hoy. Estamos estudiando el Evangelio según Mateo, en la serie que lleva por título: Jesucristo, Rey de reyes y Señor de señores. En el momento más oportuno, Jesús llamó y envió a doce de sus discípulos para anunciar el pronto establecimiento del reino de los cielos. Luego de darles poderes especiales para cumplir con su propósito, Jesús da instrucciones precisas a los apóstoles. Sobre esto nos hablará David Logacho inmediatamente después de esta pausa musical.
Doy gracias al Señor por el privilegio que me da al compartir este tiempo junto a usted, amiga, amigo oyente. En lo que va del estudio del Evangelio según Mateo, llegamos a la parte en la cual Jesús comisiona a doce de sus discípulos para hacer la obra de proclamar el evangelio del reino entre los judíos. Hemos analizado ya la motivación para la comisión, la oración por la comisión, la autoridad de los que fueron comisionados y la lista de los que fueron comisionados. Ahora nos corresponde estudiar las instrucciones para los que fueron comisionados. Es un pasaje bíblico bastante extenso. Se lo considera como el segundo discurso más largo de Jesús en el Evangelio de Mateo. Lo primero que notamos son instrucciones en cuanto al ámbito de la misión. Permítame leer Mateo 10:5-6. La Biblia dice: A estos doce envió Jesús, y les dio instrucciones, diciendo: Por camino de gentiles no vayáis, y en ciudad de samaritanos no entréis, sino id antes a las ovejas perdidas de la casa de Israel.
Estas palabras de Jesús han sido mal interpretadas en el sentido que Jesús está excluyendo a los gentiles de los beneficios del reino de los cielos. Pero nada más lejos de la verdad. Lo que pasa es que las promesas de un Cristo, o un Mesías, o un Rey de Israel en un reino maravilloso, fueron primeramente ofrecidas a Israel como nación. Por eso es que la invitación a formar parte de este reino de los cielos se está haciendo primeramente a la nación de Israel, y dentro de ello, a los que reconocían su necesidad espiritual de restauración, es decir a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Por eso es que Jesús instruye a sus doce apóstoles a no ir por camino de gentiles y a no entrar en ciudad de samaritanos. Los samaritanos eran una especie de raza híbrida. Una mezcla de judío y gentil, y por eso no eran bien vistos por la mayoría de los judíos. Cuando posteriormente los judíos rechazaron la invitación a formar parte del reino de los cielos, las buenas nuevas de salvación, es decir el evangelio, fue anunciado a todos por igual, judíos, samaritanos y gentiles. Muy bien. En segundo lugar tenemos el mensaje que debía ser anunciado en la misión. Voy a leer el pasaje bíblico en Mateo 10:7. La Biblia dice: Y yendo, predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado.
El mensaje que los apóstoles debían predicar en su misión era corto, claro y conciso. Se resumía en esta frase: El reino de los cielos se ha acercado. El reino de los cielos se refiere a la esfera en la cual se reconoce y se respeta la autoridad suprema de Dios. Este reino estaba cercano, porque Jesús, el Rey quien preside este reino, estaba ya presente en la tierra. Sólo hacía falta que Israel se arrepienta de su pecado, y reconozca a Jesús como el Cristo, o el Mesías, o el Rey de Israel, para que el reino de los cielos se establezca en la tierra. Observe que los apóstoles no debían anunciar su propio mensaje o lo que a ellos les parecía conveniente anunciar. Tampoco hicieron una encuesta entre la gente para determinar lo que debían anunciar. Nada de esto. Los apóstoles se limitaron a proclamar el mensaje que Jesús les dio, guste a quien le guste, ofenda a quien le ofenda. En tercer lugar, tenemos las credenciales de los que participan en la misión. Leo en Mateo 10:8 en su primera parte. La Biblia dice: Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios;
Las credenciales que autenticaban que los apóstoles habían sido enviados por Dios y que por tanto el mensaje que predicaban era un mensaje proveniente de Dios, eran poder o autoridad sobre la enfermedad, inclusive sobre la enfermedad más grave de la época, la lepra, poder sobre la muerte, y poder sobre los demonios, para echarlos fuera de las personas que estaban poseídas por ellos. Esta forma de autenticación de mensaje y mensajero era indispensable en ese momento para la gente a quienes los discípulos tenían que predicar. El apóstol Pablo, hablando de los judíos dijo que los judíos pedían señales. En su gracia Dios les concedió las señales. En cuarto lugar tenemos la remuneración por los servicios prestados en la misión. La segunda parte de Mateo 10:8 dice: de gracia recibisteis, dad de gracia.
Los apóstoles no eran merecedores de haber sido llamados por Jesús, ni de haber sido enviados por Jesús, ni de haber recibido esos poderes extraordinarios que les dio Jesús. Todo fue una obra de gracia, o algo inmerecido. De la misma manera, los apóstoles no debían cobrar nada por proclamar el mensaje o por favorecer a alguien por medio de sanarle una enfermedad, o limpiarle de la lepra, o resucitarle de los muertos o expulsarle los demonios. Esta práctica que Jesús ordenó a sus apóstoles, es tan contraria a la moderna práctica de algunos supuestos realizadores de milagros de hoy en día, quienes no hacen su supuesta obra milagrosa sino cuando los beneficiarios les envían jugosas ofrendas. En quinto lugar tenemos las provisiones para la misión. Permítame leer el texto en Mateo 10:9-10. La Biblia dice: No os proveáis de oro, ni plata, ni cobre en vuestros cintos; ni de alforja para el camino, ni de dos túnicas, ni de calzado, ni de bordón; porque el obrero es digno de su alimento.
Lo que Jesús está diciendo es que los apóstoles no debían proveerse de cosas materiales con anticipación con miras a la misión que debían cumplir. Ellos eran judíos que iban a predicar a judíos y entre los judíos existía ya la costumbre de proveer para las necesidades básicas de los que les anunciaban la palabra de Dios. El obrero es digno de su alimento era un principio ampliamente conocido y practicado por los judíos. Por eso es que Jesús instruye a los apóstoles a no llenar sus cintos de dinero, es decir oro, plata o cobre, antes de salir a la misión. Tampoco debían llenar su alforja de alimentos para el camino. Tampoco debían llenar la maleta o la valija de ropa para la misión como túnicas y calzado. Tampoco debían proveerse de bordón, o bastón extra. El que normalmente tenían era suficiente. Estas instrucciones de Jesús a sus apóstoles se aplican a ellos y a esa misión específica. En otra ocasión, Jesús dio instrucciones algo diferentes para una diferente misión. En sexto lugar tenemos el hospedaje para la misión. Voy a leer el pasaje bíblico en Mateo 10:11. La Biblia dice: Mas en cualquier ciudad o aldea donde entréis, informaos quién en ella sea digno, y posad allí hasta que salgáis. Y al entrar en la casa, saludadla. Y si la casa fuere digna, vuestra paz vendrá sobre ella; mas si no fuere digna, vuestra paz se volverá a vosotros. Y si alguno no os recibiere, ni oyere vuestras palabras, salid de aquella casa o ciudad, y sacudid el polvo de vuestros pies.
Al llegar a una ciudad o aldea, lo primero que tenían que hacer los apóstoles era buscar la casa de alguien que era digno de recibirlos. Una vez encontrada, debían hospedarse en esa casa y quedarse en esa casa hasta que llegue el momento de salir de la ciudad o aldea. Muy interesante lo que Jesús pide a los apóstoles en relación con esa casa de alguien digno. Jesús pidió que al entrar en la casa, realicen el saludo acostumbrado. El saludo acostumbrado era la frase: “Paz a esta casa” Si la casa, o el hogar, lo merecía, la paz de los apóstoles reinaría en esa casa. Si la casa o el hogar no lo merecía, la paz se iría con los apóstoles. Si alguno rechazara a los apóstoles y se rehusara escuchar su mensaje, las instrucciones de Jesús era que hagan público su desdén hacia ese hombre y su casa o ciudad, por medio de salir y sacudir el polvo de los pies. Los judíos se sacudían el polvo de sus pies al salir de una ciudad o aldea gentil. Este desdén hacia los que rechazaban a los apóstoles y su mensaje, tendrá un efecto catastrófico para ellos. Note lo dice Mateo 10:15. De cierto os digo que en el día del juicio, será más tolerable el castigo para la tierra de Sodoma y de Gomorra, que para aquella ciudad.
Sodoma y Gomorra fueron dos ciudades de la antigüedad que a causa de su maldad sufrieron un severo castigo de Dios por medio de una lluvia de fuego y azufre que destruyó absolutamente todo. Jesús está diciendo que en el día del juicio, será más tolerable el castigo para la tierra de Sodoma y Gomorra que para la ciudad que rechaza a los apóstoles y su mensaje. El día del juicio se refiere al momento cuando Dios juzgue las obras de los hombres. En séptimo lugar, Jesús instruyó a los apóstoles en cuanto a la persecución. Permítame leer Mateo 10:16. La Biblia dice: He aquí, yo os envío como a ovejas en medio de lobos; sed, pues, prudentes como serpientes, y sencillos como palomas.
Este es un texto rico en el uso de palabras en un sentido figurado. Las ovejas representan a los apóstoles. Los lobos, representan a hombres perversos de carácter. Los lobos son los depredadores de las ovejas. Los hombres perversos de carácter estarán listos y dispuestos para acabar con los apóstoles. Hacer la obra de Dios nunca ha sido fácil. Siempre habrá hombres perversos de carácter que estarán listos para devorar, en un sentido figurado, a los obreros del Señor. En esas condiciones, es indispensable adoptar la conducta que Jesús recomendó a sus apóstoles. Ser prudentes como serpientes y sencillos como palomas. La serpiente usa de su prudencia como mecanismo de auto protección. Una serpiente jamás se va a exponer voluntariamente al peligro de ser atrapada. Así debían ser los apóstoles. Jamás debían hacer algo o decir algo que ponga en peligro su buen testimonio como mensajeros de Dios. Las palomas por su lado, con su sencillez simbolizan pureza. La conducta de los apóstoles debe ser sin doblez, pura, de modo que nadie tenga motivo alguno para acusarles de algo impropio. En nuestro próximo estudio bíblico seguiremos estudiando las instrucciones que Jesús dio a sus doce apóstoles cuando los envió en la misión de anunciar que el reino de los cielos está cerca.
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