Qué tal si damos lectura al pasaje bíblico de Apocalipsis 20:11-14 que dice: «Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda.»
Este pasaje bíblico corresponde a lo que se denomina el juicio del gran trono blanco. Es el juicio para todos los incrédulos de todas las épocas de la humanidad. Tienen lugar al final del milenio. Note que previo al juicio habrá una resurrección de muertos incrédulos. Dice que los muertos grandes y pequeños estaban de pie ante Dios.
El juicio está basado en las obras que estos incrédulos hicieron mientras estaban en vida, a fin de mostrar que tienen merecido el castigo. Estas obras fueron el fruto de su incredulidad. Los incrédulos jamás recibieron a Cristo como Salvador y por eso sus nombres no constan en el libro de la vida. Por cuanto hicieron obras de incredulidad y la mayor obra de incredulidad fue rechazar a Cristo como Salvador, y por tanto sus nombres no están en el libro de la vida, los incrédulos resucitados escucharán el veredicto final de Jesucristo: Al lago de fuego. Esto es: Al infierno.
El infierno es el destino final de los incrédulos. En este lugar, los incrédulos ya con cuerpos resucitados pasarán la eternidad en tormento en fuego. Para ponerlo en una manera didáctica, cuando un incrédulo muerte, su alma va al Hades, a un lugar de tormento en fuego. El alma del incrédulo permanecerá en este lugar hasta que termine el milenio. Entonces ocurrirá la resurrección de los incrédulos y todos los incrédulos resucitados de todas las épocas de la humanidad se presentarán ante el juicio del gran trono blanco. Aquí escucharán el veredicto del Señor Jesucristo: Al lago de fuego, o al Infierno.