Autor: cris

  • ¿Cuántos hijos tuvo Abraham?

    ¿Cuántos hijos tuvo Abraham?

    Hebreos 11:17 dice que Isaac, hijo de Abraham fue su unigénito, pero Gálatas 4:22 dice que Abraham tuvo dos hijos. ¿Por qué la contradicción? ¿Cuántos hijos tuvo Abraham?

    Vayamos primero a la segunda parte de su consulta. ¿Cuántos hijos tuvo Abraham? Bueno, Abram se casó con Sarai. Más tarde, se cambió el nombre de Abram a Abraham y Sarai a Sara.

    Según Génesis 12:2, cuando Abram tenía 75 años de edad, Dios le prometió hacer de él una nación grande. Para eso, Abram necesitaba tener al menos un hijo. Fue así como según Génesis 15:4 Dios prometió a Abram un hijo. 10 años más tarde de la promesa hecha a Abram de hacer de él una nación grande, cuando Abram tenía 85 años, Saraí su esposa comenzó a preocuparse mucho porque no quedaba embarazada. En su desesperación sugirió a su esposo Abram que se acueste con la sierva llamada Agar, para levantar en ella descendencia. La típica forma humana de dar una mano a Dios, lo cual normalmente resulta en terribles consecuencias.

    Si Usted pudiera preguntar a Abram y Sarai lo que sucedió después, ni se imagina lo que oiría de ellos. La consecuencia fue tan horrorosa que hasta ahora lamentamos por ello.

    En todo caso, según Génesis 16:16, cuando Abram tenía 86 años, nació el hijo de la sierva Agar, cuyo nombre fue Ismael. Pero a pesar de la infidelidad del hombre, Dios permanece fiel. Dios no puede faltar a sus promesas. Según Génesis 17:1, cuando Abram tenía 99 años, Dios cumplió su promesa y su esposa Saraí quedó embarazada.

    Fue aquí cuando Dios cambió el nombre de Abram a Abraham y Sarai a Sara. Cuando Abraham tenía 100 años le nació el hijo de la promesa y fue llamado Isaac. Unos treinta y siete años más tarde, murió Sara y posteriormente el viudo Abraham tomó otra mujer cuyo nombre era Cetura. De esta mujer, según Génesis 25:2, Abraham tuvo seis hijos. Sus nombres fueron Zimram, Jocsan, Medán, Madian, Isbac y Súa.

    Si hacemos cuentas, Abraham tuvo en total ocho hijos. Uno con su esposa Sara, según la promesa de Dios y siete con otras dos mujeres, Agar la esclava y Cetura a quien tomó cuando quedó viudo.

    Un dato interesante en este recuento es lo que tenemos en Génesis 25:5-6 donde dice: «Y Abraham dio todo cuanto tenía a Isaac. Pero a los hijos de sus concubinas dio Abraham dones, y los envió lejos de Isaac su hijo, mientras él vivía, hacia el oriente, a la tierra oriental»

    Esto nos debe hacer pensar que en la mente de Abraham había un solo hijo, el de la promesa. Los demás, fueron una especie de consecuencia de errores que Abraham cometió en la vida. Ciertamente eran hijos, y Abraham asumió sus responsabilidades hacia ellos, pero había uno solo que se distinguía entre ellos.

    Con esto en mente, lo cual responde la segunda parte de su consulta, vamos a la primera parte de la misma. Leamos el texto en Hebreos 11:17 donde dice: «Por la fe Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac; y el que había recibido las promesas ofrecía a su unigénito»

    Bueno, el problema viene cuando entendemos que unigénito significa «único nacido», pero no es así. Bíblicamente hablando, unigénito, además de único nacido, también significa único en calidad, o único en categoría. Por el hecho que Isaac fue el hijo prometido por Dios a Abraham, él es el hijo unigénito de Abraham. Abraham lo entendió así cuando según Génesis 25:5-6 dio todo lo que tenía a Isaac su hijo unigénito, pero a los hijos de sus concubinas les dio solamente dones y les envió lejos de su hijo unigénito Isaac.

    Vamos ahora a considerar la otra cita mencionada por Usted. Se encuentra en Gálatas 4:22 donde dice: «Porque está escrito que Abraham tuvo dos hijos; uno de la esclava, el otro de la libre»

    Para ilustrar su punto, el apóstol Pablo está tomando la situación de Abraham cuando vivía con su esposa Sara. En estas condiciones, Abraham tuvo solamente dos hijos, Ismael, el hijo de la esclava Agar e Isaac, el hijo de la libre, Sara.

    Recuerde que los otros hijos que Abraham tuvo con Cetura, nacieron después que Sara había muerto. En otras palabras, este texto no está hablando del total número de hijos de Abraham, sino solamente de los dos que vinieron al mundo mientras Sara todavía estaba viva. Esto fue una hermosa ilustración de lo que es ser esclavos en la ley y libres en la gracia.

    ¿El único hijo de Abraham fue Isaac?

    ¿Por qué Dios le dijo a Abraham que su único hijo era Isaac en Génesis 22:2, 12, 16, ya que Abraham también tuvo otro hijo que fue Ismael? ¿Por qué Dios hizo esa diferencia y elección entre Isaac e Ismael?

    Los hijos de Abraham no fueron solamente Ismael e Isaac sino que también tuvo otros hijos con la mujer con quien se casó una vez que enviudó de Sara. Note lo que dice Génesis 25:1-2 Abraham tomó otra mujer,  cuyo nombre era Cetura,

    Gen 25:2  la cual le dio a luz a Zimram,  Jocsán,  Medán,  Madián,  Isbac y Súa.

    Queda claro entonces que Abraham tuvo seis hijos más además de Ismael e Isaac. Sin embargo, Abraham siempre tuvo claro que Isaac era el hijo de la promesa y por ese motivo lo dio un trato especial, tal cual como leemos en Génesis 25:5-6 Y Abraham dio todo cuanto tenía a Isaac.

    Gen 25:6  Pero a los hijos de sus concubinas dio Abraham dones,  y los envió lejos de Isaac su hijo,  mientras él vivía,  hacia el oriente,  a la tierra oriental.

    Una posible fuente de confusión es el hecho que en varios pasajes de la Biblia se señala que Isaac fue el único hijo de Abraham, como dando a entender que Abraham no hubiera tenido más hijos. Tal es el caso en Génesis 22:2 donde dice: Y dijo:  Toma ahora tu hijo,  tu único,  Isaac,  a quien amas,  y vete a tierra de Moriah,  y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré.

    Lo mismo se dice en cuanto a Isaac en los versículos 12 y 16 del mismo capítulo de Génesis. Pero único en este caso no significa uno solo, sino el más importante entre varios, el exclusivo entre varios. Esto se demuestra por cuanto en el Nuevo Testamento, en Hebreos 11:17 en lugar de usar la palabra único, se usa la palabra unigénito. Note lo que dice este texto: Por la fe Abraham,  cuando fue probado,  ofreció a Isaac;  y el que había recibido las promesas ofrecía su unigénito,

    Abraham tuvo varios hijos, pero Isaac era el único, en el sentido de ser el más importante, o el unigénito. ¿Por qué? Pues porque Isaac fue el hijo que Jehová Dios prometió a Abraham, el hijo de la promesa, el hijo por medio de quien Dios iba a bendecir a Abraham e iba a multiplicar su descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar.

  • Horrenda cosa es caer en manos de Dios

    Hebreos 10:31 señala que horrenda cosa es caer en manos de Dios, pero 2 Samuel 24:14 dice que David prefirió caer en manos de Dios. ¿Por qué?

    Bueno, una persona puede caer en manos de Dios para recibir castigo o puede caer en manos de Dios para recibir misericordia. Todo depende del contexto. En Hebreos 10:31 encontramos a una persona cayendo en las manos de Dios para castigo. Note lo que tenemos en Hebreos 10: 26, 27 y 31 «Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios. ¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo!»

    Este pasaje bíblico habla de personas que sabiendo a ciencia cierta la verdad en cuanto a la salvación de su alma, voluntariamente escoge rechazar esa evidencia y rechazar a Cristo como Salvador. Existe una seria consecuencia de este terrible pecado. La consecuencia es caer en las manos del Dios vivo, no para hallar misericordia sino para recibir su merecido.

    Es claro que este caer en manos de Dios es para recibir castigo. La palabra de Dios es enfática cuando afirma que esto es algo horrendo. Significa castigo eterno en fuego. Pero en 2 Samuel 24:14 tenemos un contexto diferente. David había pecado contra Dios. Dios determinó el castigo para David. Le dio a escoger entre siete años de hambre en la nación o que huya tres meses delante de sus enemigos o que haya una peste en la nación por tres días.

    Fue entonces cuando David dijo al profeta Gad lo que vamos a leer en 2 Samuel 24:14 «Entonces David dijo a Gad: En grande angustia estoy; caigamos ahora en mano de Jehová, porque sus misericordias son muchas, mas no caiga yo en manos de hombres.»

    En este caso, David sabía con claridad cuál iba a ser el castigo en cada uno de los tres casos. Ninguno de esos casos era castigo eterno en fuego. David sabía que Dios es más misericordioso que el hombre, de modo que sabiamente escogió la tercera opción.

  • La ley de Jehová es perfecta o no es perfecta

    Hebreos 7:19 afirma que nada perfeccionó la ley. En cambio Salmo 19:7 dice que la ley de Jehová es perfecta. ¿Por qué es que la ley de Jehová, siendo perfecta no perfeccionó nada?

    Para entender este asunto es necesario primeramente entender el significado de perfeccionar. Perfeccionar, bíblicamente hablando, no significa hacer a alguien tan santo y puro que nunca va a cometer ningún pecado.

    Perfeccionar significa llevar a alguien a la madurez, a algo completo, conducir a alguien hacia el final. En el libro de Hebreos, se refiere específicamente a llevar a alguien a la salvación.

    Muy bien, dicho esto, demos lectura al texto citado por Usted. Se encuentra en Hebreos 7:19, pero para incluir el contexto vamos a leer también el versículo 18. Dice así: «Queda, pues, abrogado el mandamiento anterior a causa de su debilidad e ineficacia (pues nada perfeccionó la ley), y de la introducción de una mejor esperanza, por la cual nos acercamos a Dios.»

    El mandamiento anterior es lo que se conoce con el nombre de la ley de Moisés. Dice el autor de Hebreos, que la ley de Moisés ha quedado abrogada. Abrogar es sinónimo de abolir o revocar. ¿Cuál es la razón para esto?

    El autor de Hebreos da tres razones poderosas. La ley de Moisés era débil. La ley de Moisés era ineficaz y surgió una mejor esperanza para acercarnos a Dios aparte de la ley de Moisés. Con esto no se está diciendo que la ley de Moisés fue mala. Tampoco se está diciendo que la ley de Moisés fue buena. No se está evaluando el carácter de la ley de Moisés. No es cuestión de malo o bueno.

    Es cuestión que la ley de Moisés jamás fue dada para perfeccionar a una persona en el sentido de llevar a la salvación a esa persona. La ley de Moisés tuvo su propósito, pero ese propósito no fue hacer salva a una persona. Nadie se ha salvado jamás por cumplir con la ley de Moisés. Por eso es que el autor de Hebreos con toda certeza ha dicho que nada perfeccionó la ley.

    Muy bien, ahora vayamos al texto en Salmo 19:7 donde dice: «La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; el testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo»

    Dos cosas importantes. Cuando el autor de este salmo habla de la ley de Jehová, no se está refiriendo solamente a la ley de Moisés, sino a toda la palabra de Dios, incluyendo la ley de Moisés. El salmista también se refiere a la palabra revelada de Dios como el testimonio de Jehová o como los mandamientos de Jehová o como el precepto de Jehová o como el temor de Jehová. Son frases sinónimas para referirse a la palabra completa de Dios.

    La otra cosa es que en este caso, el autor del salmo está refiriéndose no al propósito de la ley de Moisés, sino a la calidad de la palabra de Dios. Por ser palabra dada por Dios es perfecta, es pura, es recta, es deseable, es dulce, etc.

    Así que no existe ningún problema en cuanto a que la ley de Moisés no perfeccionó en nada, porque jamás tuvo el propósito de otorgar salvación y la declaración de la Biblia en cuanto a que la ley de Jehová o la palabra revelada por Dios es perfecta.

  • Dios puede mentir

    Hebreos 6:18 dice que es imposible que Dios mienta, pero Mateo 19:26 dice que para Dios todo es posible. ¿Cómo se puede armonizar estas dos declaraciones?

    La forma de armonizarlas es partiendo de lo que la Biblia declara en cuanto al carácter de Dios.

    Entre muchas de las declaraciones, tomemos esta que se encuentra en Salmo 77:13 donde dice: «Oh Dios, santo es tu camino; ¿Qué Dios es grande como nuestro Dios?»

    Cuando decimos que Dios es santo, estamos hablando de un atributo de Dios por el cual está apartado totalmente de todo aquello que es intrínsecamente malo. Cuando decimos que los caminos de Dios son santos, estamos afirmando que todas las obras de Dios son hechas conforme a su carácter santo.

    Por eso es justamente que entre muchas cosas, Dios por ejemplo, no puede mentir. Leamos el texto citado por Usted. Se encuentra en Hebreos 6:18 donde dice: «para que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un fortísimo consuelo los que hemos acudido para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros.»

    Con sobrada razón este texto, afirma que es imposible que Dios mienta. La mentira es intrínsecamente mala y es de esperarse que Dios esté totalmente separado de ella.

    Pero ahora leamos el otro texto citado por Usted. Se encuentra en Mateo 19:26 donde dice: «Y mirándolos Jesús, les dijo: Para los hombres esto es imposible; mas para Dios todo es posible.»

    Jesús había dicho a sus discípulos que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos. Para ilustrar lo dicho, Jesús añadió que es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios.

    Los discípulos se quedaron asombrados y se preguntaban entre ellos: ¿Quién pues, podrá ser salvo? Fue entonces cuando Jesús dijo: Para los hombres esto es imposible; mas para Dios todo es posible.

    Jesús no estaba hablando de mentir o robar o asesinar o cualquier otra acción intrínsecamente mala. Jesús estaba hablando de la salvación de un rico. Algo muy bueno, algo loable. Difícil por cierto para la mente humana, pero nada imposible para Dios.

    En esencia entonces, cuando la Biblia hace declaraciones en el sentido que nada es imposible para Dios debemos entender que se refiere a que nada que esté de acuerdo con el carácter de Dios es imposible para Dios, porque existen ciertas acciones que son imposibles para Dios. Todas las acciones que son intrínsecamente malas. Es imposible que Dios mienta, que Dios robe, que Dios asesine, que Dios no cumpla con sus promesas, etc.

  • Onesimo debia regresar donde su amo

    En el libro de Filemón, versículo 12, se ve que Pablo envía de regreso a la casa de su amo, a un esclavo que había escapado. ¿No contradice esto la enseñanza del Antiguo Testamento, cuando Deuteronomio 23:15 dice que no se debe hacer algo así?

    Vamos a buscar el libro de Filemón, solo tiene un capítulo, queda después de la epístola de Pablo a Tito y antes del libro de Hebreos. Este libro gira alrededor de una historia tierna con un final feliz. Onésimo, que significa útil o provechoso, era un esclavo de Filemón, pero lamentablemente, Onésimo no estaba haciendo honor al significado de su nombre, porque había robado a su amo y se había fugado.

    En su huída, llegó a Roma, donde estaba Pablo en calidad de prisionero. Dios manejó magistralmente las circunstancias para que Pablo y Onésimo se encuentren. Como era de esperarse, Pablo compartió el evangelio con Onésimo y Onésimo recibió a Cristo como Salvador.

    Muy pronto, Onésimo entendió que como creyente era necesario pedir perdón a su amo Filemón y sobre todo restituir lo que robó. Esto es elemental en la vida cristiana. Onésimo debe haberse hallado en una encrucijada. Si regresaba con su amo, corría el riesgo de que su amo le condene a muerte, pero si no regresaba con su amo, corría el riesgo de vivir una vida entera con la conciencia sucia.

    Aquí es cuando Pablo se ofrece a interceder a favor de Onésimo ante Filemón. Pablo conocía de antemano a Filemón, porque fue Pablo quien ganó para Cristo a Filemón. Así que había una estrecha y hermosa relación entre Pablo, el padre espiritual y Filemón, el hijo espiritual.

    Es decir, que no es que Pablo obligó a Onésimo a regresar con su amo. Pablo simplemente está intercediendo por Onésimo ante Filemón. La idea de regresar con su amo, debió haber partido de la propia voluntad de Onésimo. Note como Pablo recomienda a Onésimo. Vamos a leer los versículos 8 a 19 donde dice:

    «8 Por lo cual, aunque tengo mucha libertad en Cristo para mandarte lo que conviene, 9 más bien te ruego por amor, siendo como soy, Pablo ya anciano, y ahora, además, prisionero de Jesucristo;10 te ruego por mi hijo Onésimo, a quien engendré en mis prisiones,11 el cual en otro tiempo te fue inútil, pero ahora a ti y a mí nos es útil,12 el cual vuelvo a enviarte; tú, pues, recíbele como a mí mismo.13 Yo quisiera retenerle conmigo, para que en lugar tuyo me sirviese en mis prisiones por el evangelio;14 pero nada quise hacer sin tu consentimiento, para que tu favor no fuese como de necesidad, sino voluntario.15 Porque quizá para esto se apartó de ti por algún tiempo, para que le recibieses para siempre;16 no ya como esclavo, sino como más que esclavo, como hermano amado, mayormente para mí, pero cuánto más para ti, tanto en la carne como en el Señor.17 Así que, si me tienes por compañero, recíbele como a mí mismo.18 Y si en algo te dañó, o te debe, ponlo a mi cuenta.19 Yo Pablo lo escribo de mi mano, yo lo pagaré; por no decirte que aun tú mismo te me debes también.»

    Muy bien. Ahora veamos si existe algún conflicto entre esto que hemos visto en el libro de Filemón y el texto citado por Usted en Deuteronomio 23:15 donde leemos: «15 No entregarás a su señor el siervo que se huyere a ti de su amo.»

    Este texto, se refiere a un esclavo que para preservar la vida está huyendo de su cruel amo. Principalmente tiene que ver con un esclavo extranjero que está huyendo de su terrible amo cananeo, quien le perseguía para quitarle la vida. La responsabilidad de un israelita era no entregar el esclavo al cruel amo que le buscaba sino permitirle que more en Israel.

    De modo que nada tiene que ver con el caso de Onésimo y Filemón. Recuerde que Onésimo, por propia voluntad quería regresar con su amo y Filemón no era un amo cruel que buscaba acabar con la vida de Onésimo.

  • Jesucristo murió por todos o solo por Israel

    En 1ª Timoteo 2:6 se dice que Jesucristo se dio a sí mismo en rescate por todos. Pero Jesucristo mismo decía, según Mateo 15:24 que fue enviado solo a las ovejas pérdidas de la casa de Israel. ¿Jesucristo murió por todos o solo por Israel?

    Interesante consulta. Vamos a leer la cita de 1 Timoteo 2:5-6 «Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo.»

    Este texto está hablando de la exclusividad de Dios, hay un solo Dios, y de la exclusividad del mediador entre Dios y los hombres, hay un solo mediador entre Dios y los hombres. Luego se identifica quien es este único mediador entre Dios y los hombres, el único camino a Dios, si quiere ponerlo así. Es el perfecto Dios-Hombre, Jesucristo.

    Este privilegio lo obtuvo a través de su propio sacrificio en la cruz del Calvario. Hablando del sacrificio de Cristo, Pablo dice que fue en rescate por todos. Esto significa que todo ser humano está en posibilidad de beneficiarse del sacrificio de Cristo en la cruz. Pero no todo ser humano halla beneficio práctico de la muerte de Cristo en la cruz, porque no cree, o por la incredulidad. Solamente los que creen en que Cristo murió por ellos y reciben a Cristo como Salvador se benefician en la práctica de la muerte de Cristo en la cruz.

    Por eso se afirma que la muerte de Cristo es ilimitada en suficiencia, pero limitada en aplicación, en el sentido que solamente los que creen en Cristo se benefician en la práctica de ella.

    Dicho esto, consideremos el otro texto citado por Usted. Se encuentra en Mateo 15:24 donde dice: «Él respondiendo dijo: No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel.»

    Todo ocurrió a raíz que una mujer cananea, no israelita, clamaba a gran voz a Jesús diciendo: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí! Mi hija está atormentada por un demonio. Jesús no le respondía ni una palabra. Intervinieron entonces los discípulos y dijeron a Jesús: Despídela, pues da voces tras nosotros. Jesús entonces pronunció esas memorables palabras: No soy enviado sino a las ovejas pérdidas de la casa de Israel.

    Pero la mujer cananea no se rindió sino que se postró ante Jesús diciéndole: ¡Señor, socórreme! Gran ejemplo de persistencia. Dios aprecia mucho esta actitud en el hombre. Jesús trató de disuadir a la mujer diciendo: No está bien tomar el pan de los hijos, y echarlo a los perrillos.

    Pero en un arrebato de fe, esta sencilla mujer cananea dijo a Jesús: Sí, Señor; pero aun los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos. Jesús alabó la fe de esta mujer y concedió el pedido.

    Pero ¿Qué quiso Jesús decir cuando afirmo que no ha sido enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel? De hecho que esto no significa que la obra de Jesús, y sobre todo su muerte era solo para beneficiar a Israel. Ya hemos visto que Jesucristo murió en rescate por todos, aunque no todos se benefician en la práctica del sacrificio de Cristo debido a la incredulidad o la falta de fe.

    Además, el hecho que la mujer cananea recibió el favor que estaba pidiendo a Jesús, es ya es un anticipo de que la obra de Jesucristo tiene un alcance universal, mas no solo para Israel. ¿Entonces qué quiso decir Jesucristo con esas palabras?

    Bueno, estaba hablando de prioridades.

    La primera prioridad de Jesucristo en su primera venida, fue Israel. Jesucristo vino a este mundo para cumplir con profecías de Dios dadas a la nación de Israel. Jesucristo vino para ser el rey de Israel. Su mensaje y su obra tenían como prioridad a Israel. Esto es lo que Jesús quiso decir cuando afirmó que no había sido enviado sino a las ovejas pérdidas de la casa de Israel.

    En algún momento, Israel como nación rechazó a Jesús y terminó por llevarle a la cruz. Esto fue necesario que acontezca, para que Jesús expanda el enfoque de su obra, e incluya además de Israel a todo ser humano sobre la tierra. Note lo que dice Juan 3:16: «Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna»

    El ámbito de la obra de Cristo en la cruz, no es solo Israel sino todo el mundo.

  • Debemos preocuparnos por lo que vamos a comer

    En Mateo 6:31-33 Jesucristo dijo que no debemos preocuparnos por lo que vamos a comer, pero en 2 Tesalonicenses 3:12 dice que debemos trabajar para comer. ¿Cómo es esto?

    Me parece que existe un grave malentendido aquí. Leamos Mateo 6:31-33 donde dice: «31 No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? 32 Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas.33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas»

    Lo que este texto está diciendo es que los creyentes no debemos vivir en ansiedad o preocupación por las necesidades básicas de la vida como son la comida, la bebida y el vestido.

    Dios sabe que tenemos necesidad de estas cosas y él nos proveerá siempre y cuando confiemos en él y mostremos la veracidad de esa confianza por medio de buscar primeramente, note primeramente, el reino de Dios y su justicia. El creyente que pone a Dios en el primer lugar de su vida y confía en él verá siempre suplidas por Dios sus necesidades básicas, como son comida, bebida y vestido.

    Esto es una realidad. Yo lo he vivido y de seguro que también muchos de Ustedes. Me temo mucho que Usted está malinterpretando este pasaje bíblico en el sentido que no es necesario que un creyente trabaje, porque Dios se ha comprometido a satisfacer la necesidad básica de ese creyente.

    Pero eso no es lo que está diciendo el texto. La Biblia en realidad exhorta a los creyentes a trabajar. Note lo que dice 2 Tesalonicenses 3:10 «Porque también cuando estábamos con vosotros, os ordenábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma.» 

    Dios no tolera la ociosidad de ninguna manera. El trabajo no es la maldición por el pecado de Adán. El trabajo es una bendición de Dios. Adán trabajaba antes de caer en el pecado.

    Dicho esto, demos lectura al otro texto mencionado por Usted. Se encuentra en 2 Tesalonicenses 3:12 donde dice: «A los tales mandamos y exhortamos por nuestro Señor Jesucristo, que trabajando sosegadamente, coman su propio pan.»

    Nuevamente aquí, notamos que la voluntad de Dios es que los creyentes trabajen. Cuando el texto dice que trabajando sosegadamente coman su propio pan, está indicando que eviten comer de balde o eviten aprovechar el trabajo de otros para comer el fruto del trabajo de otros. Esto es lo que enseña este texto. Vistas así las cosas, notará que no existe contradicción alguna.

  • Donde habita Cristo

    En Colosenses 2:9 dice que en Cristo habita corporalmente la plenitud de la Deidad, pero en 1 Reyes 8:27 dice que Dios no puede habitar sobre la tierra. ¿Me puede explicar esta contradicción?

    No hay contradicción alguna. Permítame explicar cada versículo en particular para que Usted vea que no existe contradicción alguna.

    El primero se encuentra en Colosenses 2:9. Vamos a leer desde el versículo 8 hasta el 10 para incluir el contexto. Dice así: «Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo. Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad.»

    El apóstol Pablo está haciendo una magistral y ardorosa defensa de la deidad de Cristo. La iglesia de Colosas estaba asediada por una falsa doctrina llamada gnosticismo. Según esta falsa doctrina, la materia es intrínsecamente mala y el espíritu es intrínsecamente bueno.

    Por tanto es imposible, según esta falsa doctrina, que Dios o la Deidad tome forma humana. Pero Pablo, inspirado por el Espíritu Santo dice. Es falso que sea imposible que la Deidad habite o more en un cuerpo humano, porque la realidad es que en el Cristo encarnado, habita la Deidad. No solo parte de la Deidad sino toda la plenitud de la Deidad. Es decir que en Cristo se conjuga de una manera maravillosa e incomprensible la Deidad y la Humanidad.

    Por eso la Biblia enseña que Jesucristo es 100% Dios y 100% hombre. Por tanto, tener a Cristo es como tener a Dios. Oír a Cristo es como oír a Dios. Hablar con Cristo es como hablar con Dios. Ver a Cristo es como ver a Dios. Todo lo que es Dios es Cristo y todo lo que es Cristo es Dios.

    Por eso dice Pablo, vosotros estáis completos en él, quien es la cabeza de todo principado y potestad. Si Usted tiene a Cristo, Usted tiene todo. Si Usted no tiene a Cristo, le falta todo.

    Para tener a Cristo, lo único que Usted necesita hacer es recibirlo como Salvador de su vida.

    Muy bien. Ahora que sabemos que en Cristo habita corporalmente la plenitud de la Deidad, veamos qué es lo que tenemos en la otra cita mencionada por Usted. Se encuentra en 1 Reyes 8:2. Leamos inclusive el versículo 28. Dice así: «Pero ¿es verdad que Dios morará sobre la tierra? He aquí que los cielos, los cielos de los cielos, no te pueden contener; ¿cuánto menos esta casa que yo he edificado? Con todo, tú atenderás a la oración de tu siervo, y a su plegaria, oh Jehová Dios mío, oyendo el clamor y la oración que tu siervo hace hoy delante de ti»

    Este pasaje bíblico se inscribe dentro de la ceremonia de dedicación del templo de Jerusalén diseñado por David y construido por Salomón, su hijo. Una vez construido el templo se trajo el arca del testimonio y se la colocó en esa parte del templo que se llama el lugar santísimo. Inmediatamente la gloria de Jehová o la Shekina, esa nube de un brillo majestuoso llenó la casa de Jehová. El brillo era tal que los sacerdotes no pudieron permanecer en el templo para realizar su oficio. Era la prueba de la presencia de Jehová en el recientemente construido templo. Entonces Salomón oró a Jehová.

    Mientras oraba, se puso delante del altar de Jehová, en presencia de toda la congregación de Israel y extendiendo sus manos al cielo, dedicó el templo a la gloria de Jehová. En una parte de su oración de dedicación, Salomón reconoce la grandeza y magnificencia de Jehová y dice: ¿Es verdad que Dios morará sobre la tierra? Esta es una pregunta retórica. La respuesta es un No, rotundo. Salomón utiliza el nombre Elohim para referirse a Jehová, lo cual significa el Fuerte.

    El Fuerte es tan grande y maravilloso, que no puede ser confinado a habitar o morar ni el mundo entero, peor en un templo hecho de manos de hombres. Salomón dice por tanto que ni los cielos de los cielos pueden contener al Fuerte, cuánto menos esa casa o el templo que Salomón edificó.

    Pero a pesar de esto, Dios es tan misericordioso y condescendiente con su pueblo escogido, que decidió manifestar su gloria allí en ese templo recién construido por Salomón. No es que Dios iba a morar en un templo hecho de manos, Dios tiene su morada en los cielos, pero la presencia de su gloria en aquel templo era una forma de manifestar que el oído de Jehová estaba atento al clamor de los que allí oraban.

    Eso es lo que tenemos en 1 Reyes 8:29-30 donde dice: «que estén tus ojos abiertos de noche y de día sobre esta casa, sobre este lugar del cual has dicho: Mi nombre estará allí; y que oigas la oración que tu siervo haga en este lugar. Oye, pues, la oración de tu siervo, y de tu pueblo Israel; cuando oren en este lugar, también tú lo oirás en el lugar de tu morada, en los cielos; escucha y perdona.»

    Note el razonamiento de Salomón. Dice a Dios, tú eres tan grande y excelso que no existe templo hecho por manos de hombres que te puedan contener, ni el cielo del cielo te podría contener. Sin embargo, has decidido manifestar tu gloria en este templo. Cuando alguien ore a ti en este templo, tú lo oirás en tu morada en los cielos.

    Así que, la plenitud de la Deidad mora o habita corporalmente en Cristo, porque Cristo es Dios, pero no existe lugar ni en el mundo ni fuera del mundo que pueda contener a Dios. Dios es más grande que todo lo que él ha creado. Dios mora en los cielos.

  • Devemos juzgara a los otros o no

    1ª Corintios 2:15 dice que el espiritual juzga todas las cosas. ¿No contradice esto a lo que Jesús dijo en Lucas 6:37 cuando afirmó que no debemos juzgar?

    Interesante su consulta. Vamos a dar lectura al texto que se encuentra en 1 Corintios 2:15, pero para tomar el contexto vamos a leer desde el versículo 14. Dice así: «Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y nos las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie.»

    Este pasaje bíblico está contrastando a dos tipos de personas.

    El natural es la persona incrédula, la que jamás ha recibido a Cristo como Salvador. El espiritual es la persona creyente, la que algún día ha recibido a Cristo como Salvador.

    La persona natural está ciega a las cosas que son del Espíritu de Dios, porque le falta el órgano de percepción de las cosas espirituales, el cual es el Espíritu Santo. Por eso es que cuando esta persona es confrontada con las cosas espirituales, estas cosas le parece una insensatez, como algo de locos. No lo puede entender.

    Lo que está pasando es que como no tiene el Espíritu Santo, no puede entender las cosas que son del Espíritu Santo. Las cosas espirituales se han de discernir espiritualmente.

    A manera de ilustración, permítame hacerle pensar en una persona que jamás ha aprendido el idioma Chino. Dicen que este idioma es difícil de aprender. Si alguien viene a esta persona hablando en Chino, esta persona no va a entender nada. Lo que llega a su mente por medio de sus oídos le parecerá una locura. No comprenderá nada. ¿Por qué? Porque le falta la mente o el conocimiento del idioma Chino. Diríamos entonces que el Chino se ha de discernir con una mentalidad China.

    Lo mismo ocurre en el campo espiritual. Las cosas espirituales se han de discernir con una mente espiritual. Esta mente espiritual es la presencia del Espíritu Santo en la persona que ha recibido a Cristo como Salvador. Suficiente de lo que tiene que ver con la persona natural.

    Pensemos ahora en la persona espiritual. Es la que tiene el Espíritu Santo porque algún momento recibió a Cristo como Salvador. La palabra de Dios declara entonces que esta persona juzga todas las cosas. El verbo que se ha traducido como juzgar, es el mismo verbo que en versículo 14 se tradujo como discernir. Es decir que no se está hablando de evaluar lo que otro ha hecho para saber si es bueno o malo, sino que se está hablando de discernir algo. El espiritual, por cuanto tiene el Espíritu Santo, está en capacidad de juzgar o discernir o examinar o investigar las cosas espirituales. Recuerde que las cosas espirituales se han de discernir espiritualmente.

    Muy bien. Ahora vayamos al otro texto citado por Usted en su consulta. Se encuentra en Lucas 6:37 donde dice: «No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados.»

    Son tres mandatos que producen tres resultados. No juzgar para no ser juzgados. No condenar para no ser condenados y perdonar para ser perdonados.

    Examinemos el verbo juzgar. En este caso, en el idioma que se escribió el Nuevo Testamento, es un verbo que significa primariamente separar, seleccionar, elegir; y de aquí, determinar o juzgar o pronunciar juicio.

    Este verbo se usaba para indicar que alguien está realizando el trabajo de un Juez o para pasar por el proceso de un juicio, o para pronunciar sentencia o para condenar o para formarse una opinión. Lo que este texto está prohibiendo es que el creyente se erija como un Juez de las actitudes de los demás. El creyente no puede ver el corazón de los demás para saber lo que están pensando, pero el creyente está facultado para juzgar las acciones de los demás. Las acciones son cosas que se puede ver.

    Pero aun allí, es necesario ejercitar gran discernimiento y dirección del Espíritu Santo. Por eso Juan 7:24 dice «No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio.»

    En resumen, cuando la Biblia dice que el espiritual juzga todas las cosas, se está refiriendo a que el creyente está capacitado para examinar o discernir las cosas espirituales. En cambio cuando en Lucas 6:37 dice: No juzguéis, se está refiriendo a erigirse como Juez para evaluar las actitudes de los demás.

  • Israel sera salvo o sera echado a las tinieblas

    Romanos 11:26 dice que todo Israel será salvo, pero Mateo 8:12 dice que Israel será echado a las tinieblas de afuera donde será el lloro y el crujir de dientes. Por favor explíqueme.

    Con mucho gusto paso a explicarle. Leamos Romanos 11:25-27 donde dice: «Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles; y luego todo Israel será salvo, como está escrito: Vendrá de Sión el Libertador, que apartará de Jacob la impiedad. Y este será mi pacto con ellos, cuando yo quite sus pecados.»

    La nación de Israel está pasando por este tiempo de endurecimiento. Por eso es que Israel como nación no acepta todavía que Jesús de Nazaret es en realidad el Cristo o el Mesías. Israel permanecerá en este estado de endurecimiento hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles. Esto se refiere hasta cuando se cumpla lo profetizado por Dios tanto en Daniel como en Apocalipsis.

    El cumplimiento ocurrirá al final de la tribulación. Para entonces, todo Israelita que esté vivo, creerá de corazón en Jesús como el Cristo, como el Mesías. Allí se cumplirá lo que Pablo dijo en Romanos 11:26 cuando afirmó que todo Israel será salvo. Israel entrará a lo que se llama el reino milenial.

    Pero ahora consideremos la otra cita. Se encuentra en Mateo 8:12, pero para tomar el contexto vamos a leer desde el versículo 11 hasta el versículo 12. «Y os digo que vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán con Abraham e Isaac y Jacob en el reino de los cielos; mas los hijos del reino serán echados a las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes».

    La escena tuvo lugar en Capernaúm. Un centurión romano vino a Jesús para decirle que su criado estaba postrado en casa, paralítico, gravemente atormentado. Jesús dijo a este centurión: Yo iré y le sanaré. Pero el centurión dijo a Jesús: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo. Solamente di la palabra y mi criado sanará. Jesús se maravilló de la fe de este romano y dijo a los que estaban con él: De cierto os digo, que ni aun en Israel he hallado tanta fe.

    Fue entonces cuando Jesús dijo que en reino de los cielos, los grandes patriarcas de Israel como Abraham, Isaac y Jacob, estarán sentados con gente de todo el mundo. De oriente y de occidente y tristemente, muchos judíos, los herederos natos del reino no tendrán parte en absoluto en este reino, a causa de su incredulidad en Jesús como el Cristo o el Mesías de Israel.