Gracias por su consulta. Este versículo es parte de lo que se conoce como la parábola del mayordomo injusto. Esta parábola se encuentra en Lucas 16:1-13 donde dice: “Dijo también a sus discípulos: Había un hombre rico que tenía un mayordomo, y éste fue acusado ante él como disipador de sus bienes. Entonces le llamó, y le dijo: ¿Qué es esto que oigo acerca de ti? Da cuenta de tu mayordomía, porque ya no podrás ser más ser mayordomo. Entonces el mayordomo dijo para sí: ¿Qué haré? Porque mi amo me quita la mayordomía. Cavar, no puedo; mendigar, me da vergüenza. Ya sé lo que haré para que cuando se me quite de la mayordomía, me reciban en sus casas. Y llamando a cada uno de los deudores de su amo, dijo al primero: ¿Cuánto debes a mi amo? Él dijo: Cien barriles de aceite. Y le dijo: Toma tu cuenta, siéntate pronto, y escribe cincuenta. Después dijo a otro: Y tú, ¿cuánto debes? Y él dijo: Cien medidas de trigo. Él le dijo: Toma tu cuenta, y escribe ochenta. Y alabó el amo al mayordomo malo por haber hecho sagazmente; porque los hijos de este siglo son más sagaces en el trato con sus semejantes que los hijos de luz. Y yo os digo: Ganad amigos por medio de las riquezas injustas, para que cuando éstas falten, os reciban en las moradas eternas. El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto. Pues si en las riquezas injustas no fuisteis fieles, ¿quién os confiará lo verdadero? Y si en lo ajeno no fuisteis fieles, ¿quién os dará lo que es vuestro? Ningún siervo puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.” En esencia, tan pronto el mayordomo malo reconoció que estaba por ser despedido por su amo, obró con sagacidad para asegurar su futuro en la tierra. El amo alabó al mayordomo malo por haber hecho sagazmente. Note que el amo no alabó la deshonestidad del mayordomo malo, sino el uso de la sagacidad para asegurarse el futuro en la tierra. Acto seguido, el Señor Jesucristo aplicó esta parábola al plano espiritual. Eso es lo que fue materia de su consulta. Cuando el Señor dijo: Y yo os digo: Ganad amigos por medio de las riquezas injustas, para que cuando éstas falten, os reciban en las moradas eternas, de ninguna manera está alentando a obtener riqueza injusta para comprar amigos o para mantener amigos en la tierra. La confusión nace quizá por la idea que se forma en nuestra mente cuando leemos u oímos la frase “riquezas injustas” Esta frase no se refiere a la manera como es obtenida la riqueza, sino al carácter en general de la riqueza. La riqueza es injusta en el sentido que crea una falsa esperanza para aquel que confía solamente en ella. La riqueza es injusta en el sentido que falla totalmente en garantizar felicidad eterna para el individuo una vez que éste muere. La riqueza es injusta, en el sentido que no se puede sacar nada de ella de este mundo, una vez que sobreviene la muerte. Hecha esta aclaración, el Señor Jesucristo estaba aplicando la parábola del mayordomo malo en el sentido de: Miren ustedes mis discípulos, sean sagaces con sus bienes materiales. ¿De qué manera? Utilicen sus bienes materiales, cualesquiera que éstos sean, para ganar personas para Cristo, porque cuando así lo hagan, Ustedes van a ver a estas personas en el cielo. Eso es lo que se enfatiza cuando el Señor Jesucristo dice: El que es fiel en lo poco, también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto. El Señor Jesucristo está contrastando lo muy poco con lo más. Lo muy poco, en calidad, se refiere a los bienes materiales que Dios ha puesto a nuestra disposición. Esto se contrasta con lo que es más, en calidad, esto se refiere a la gracia y la misericordia de Dios para salvar a un pecador de su condenación eterna. De modo que el Señor Jesucristo está diciendo que el que utiliza sus bienes materiales para ganar a otros para Cristo, está demostrando que tiene fidelidad en lo muy poco y que por tanto también es fiel con la gracia y misericordia que provienen de Dios para la salvación del pecador. Pero el que utiliza sus bienes materiales solo para sí mismo, es injusto en lo muy poco y por tanto es injusto también en lo más, en la gracia y misericordia de Dios. Terminando la parábola, el Señor Jesucristo pronuncia esas palabras tan cargadas de significado: Ningún siervo puede servir a dos señores, porque o aborrecerá al uno y amará al otro o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas. En conclusión, amigo oyente, los bienes materiales que Dios nos da deben ser utilizados para ganar a otros para Cristo, porque de otra forma, estaremos demostrando que somos esclavos de la riqueza y estaremos despreciando algo que es verdaderamente importante, lo cual es la gracia y misericordia de Dios.
Autor: cris
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Si el alma existe, ¿cuál es su función en la vida del hombre?
Si el alma existe, ¿cuál es su función en la vida del hombre? Si el alma existe, ¿puede morir conforme a lo que dice Ezequiel 18:4, y qué pasa con ella? Quisiera que me diera su concepto de alma y espíritu.
El misterio de la vida es tan desconcertante y nunca lo es tanto, como cuando uno se introduce en un análisis de la parte inmaterial del hombre. La Biblia sin embargo arroja bastante luz para dilucidar este intrincado misterio. Demos lectura al texto que se encuentra en 1 Tesalonicenses 5:23 donde dice: “Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.” Según lo que declara este versículo, el ser humano es tripartito, esto significa que está compuesto de espíritu, alma y cuerpo. Quizá sea fácil hacer distinción entre cuerpo y espíritu o entre cuerpo y alma, afirmando que lo uno es material, tangible, mientras lo otro, tanto espíritu como alma, es inmaterial, intangible; pero el drama surge al tratar de entender las diferencias entre los dos elementos inmateriales, entre el espíritu y el alma. Sobre esto, es necesario señalar que tanto espíritu como alma se usan indistintamente en algunos pasajes de la Biblia para designar la parte inmaterial del hombre. A manera de ejemplo, leamos Lucas 1:46 donde dice: “Entonces María dijo: Engrandece mi alma al Señor” Esto es parte de lo que se conoce como el Magnificat. Es una plegaria de adoración que cual fragante perfume se eleva del corazón de la virgen María a Dios su Salvador. Observe que María dice que su alma engrandece al Señor. Muy bien. Ahora leamos el siguiente versículo, todavía dentro del Magnificat. Lucas 1:47 donde dice: “Y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador.” María continúa adorando y alabando a Dios, pero ahora María ha cambiado de términos. Ya no habla de su alma sino de su espíritu. Dice que su espíritu se regocija en Dios su Salvador. La conclusión obvia es que, en este caso, tanto alma como espíritu, son términos equivalentes y hacen referencia a la parte inmaterial de una persona. Otro caso similar es cuando la Biblia habla de los que parten de esta vida. Ponga atención a lo que dice Génesis 35:16-19 “Después partieron de Betel; y había aun como media legua de tierra para llegar a Efrata, cuando dio a luz Raquel, y hubo trabajo en su parto. Y aconteció, como había trabajo en su parto, que le dijo la partera: No temas, que también tendrás este hijo. Y aconteció que al salírsele el alma (pues murió), llamó su nombre Benoni; mas su padre lo llamó Benjamín. Así murió Raquel, y fue sepultada en el camino a Efrata, la cual es Belén.” Allí lo tiene, la Biblia dice que a Raquel se le salió el alma, es decir que murió. Pero ahora observe lo que dice Hebreos 12:22-24 “sino que os habéis acercado al monte de Sión, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles, a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios el Juez de todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos, a Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel.” Hablando de los justos que han muerto, la Biblia dice que sus espíritus están en los cielos. Una vez más se ve que la Biblia usa la palabra alma y espíritu en forma indistinta, para indicar la parte inmaterial del hombre. Si nos fundamentáramos solo en esto, podríamos concluir que alma y espíritu son distintos nombres para designar una misma cosa, la parte inmaterial del ser humano, pero el problema radica cuando estos términos no son intercambiables en algunos casos en la Biblia. Por ejemplo, observe lo que dice Romanos 8:16 “El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios” Aquí tenemos al Espíritu Santo interactuando con el espíritu del creyente. La Biblia no indica que el Espíritu Santo interactúa con el alma del creyente. Pero ahora ponga atención en esto. Se encuentra en Mateo 16:26 donde dice: “Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?” Según esto, el alma puede perderse, pero en ningún lugar de la Biblia se afirma que el espíritu puede perderse. Parece entonces que debe haber alguna diferencia entre espíritu y alma. Más aún, ponga atención a lo que dice Hebreos 4:12 “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón” Si la palabra de Dios penetra hasta partir el alma y el espíritu, entonces debe haber una clara distinción entre espíritu y alma. Razonamientos de esta índole han llevado a los teólogos ha formular algunos conceptos que intentan establecer las diferencias. En esto no se puede ser dogmático, así que es de esperarse diversas opiniones al respecto. Se dice que el espíritu del hombre es el soplo divino en la criatura, es el principio de vida que se deriva de Dios. El alma es la posesión individual del hombre, aquello que distingue a un hombre de otro y de la naturaleza inanimada. También se dice que el cuerpo, alma y espíritu del hombre no son sino la conciencia del mundo, la conciencia propia y la conciencia de Dios. Con el cuerpo, el hombre se relaciona con el mundo, con el alma el hombre se relaciona consigo mismo y con el espíritu, el hombre se relaciona con Dios. Ahora que tenemos alguna noción sobre lo que dice la Biblia acerca del espíritu y el alma, echemos un vistazo al texto citado por Usted en su consulta. Se encuentra en Ezequiel 18:4 donde dice: “He aquí que todas las almas son mías; como el alma del padre, así el alma del hijo es mía; el alma de pecare, esa morirá.” Sobre el significado de este texto, es necesario señalar que tanto la palabra hebrea como griega que se ha traducido como alma, se puede usar en dos sentidos muy diferentes. El uno, para referirse a una persona. Inclusive en nuestro diario hablar usamos la palabra alma en este sentido. Por ejemplo, si en un estadio de fútbol había 50.000 espectadores, solemos decir: Había 50.000 almas. O de vez en cuando, cuando queremos decir que no había ni una persona en determinado lugar, decimos que no había ni una alma. En casos así, la palabra alma significa una persona. El otro uso de la palabra alma, es para referirse al asiento de la individualidad del hombre. Por ejemplo, cuando decimos que debemos amar a Dios con el alma, estamos dando a entender que debemos poner todo de nosotros en el amor a Dios. De modo que, amigo oyente, cada vez que nos encontramos con la palabra alma en la Biblia, debemos discernir si está hablando de una persona o si está hablando de la individualidad de una persona. En el caso de Ezequiel 18:4, es obvio que al usar la palabra alma, está hablando de una persona. Cuando la Biblia afirma que el alma que pecare, esa morirá, está diciendo que el pecado en la persona produce una separación entre esa persona y Dios. El pecador está separado de Dios. Podemos decir que su alma está muerta a causa del pecado. Afirmar que el alma del pecador está muerta no es lo mismo que decir que esa alma no existe, simplemente significa que esa alma está separada de Dios. Eso es lo que comunica Ezequiel 18:4. Otra de sus inquietudes tenía que ver con ¿qué pasa con el alma de una persona cuando esa persona muere físicamente? Bueno, cuando una persona muere físicamente, se produce una separación entre su parte material y su parte inmaterial, o dicho en otras palabras, entre su cuerpo y su alma y espíritu. El cuerpo vuelve al polvo, de donde fue tomado, pero el alma y el espíritu, la parte inmaterial de la persona continúa existiendo después de la muerte. El lugar de existencia del alma y espíritu de una persona que ha muerto físicamente, depende de lo que esa persona hizo en cuanto a Jesucristo, mientras estaba con vida en la tierra. Las personas que mientras vivieron en el mundo recibieron a Cristo como Salvador, han recibido de Dios el perdón de sus pecados y en consecuencia, cuando mueren físicamente, su alma y espíritu van al cielo donde está Dios. Hablando sobre esto, el apóstol Pablo dijo lo siguiente: “Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo.” La ciudadanía indica el lugar al cual una persona pertenece. Los creyentes, o los que han recibido a Cristo como su Salvador, tienen su ciudadanía en los cielos, es decir, que pertenecen a los cielos. Cuando los creyentes mueren físicamente, sus almas y sus espíritus van por tanto al cielo. Por otro lado, las personas que mientras vivieron el mundo rehusaron recibir a Cristo como Salvador, han rechazado la oferta de salvación que Dios les ha hecho en Cristo y en consecuencia, cuando mueran físicamente, sus almas y espíritus van a un lugar de tormento en fuego. Esto sucedió con un hombre que amasó cuantiosa fortuna mientras vivió en este mundo, pero se olvidó de arreglar su problema de pecado con Dios. Considere el destino del alma y espíritu de esta persona cuando murió físicamente. El texto se encuentra en Lucas 16: 22-23 donde dice: “Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado. Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno.” El alma y espíritu del rico se encontró en tormento en fuego tan pronto murió. Es la consecuencia de no haber arreglado el problema de pecado con Dios. ¿Dónde va el alma de una persona cuando la persona muere? Pues al cielo si esa persona ha recibido a Cristo como Salvador y al tormento en fuego, si esa persona ha rechazado a Cristo como Salvador.
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¿Cómo puedo saber cuál es la voluntad de Dios para conmigo?
Me siento muy mal, muchas veces le he pedido a Dios que me lleve, porque no doy más. Todo esto me sobrepasa y la verdad, no sé que me espera. Quiero que me diga qué es lo que puedo hacer. ¿Cómo puedo saber cuál es la voluntad de Dios para conmigo? Yo he orado a Dios, hablo con él, medito, le alabo por todas sus proezas, por su amor, por su magnificencia, pero Dios permanece callado. No aspiro al materialismo, ni a la diversión de este mundo, pero sí a lo afectivo. Sé que Dios me ama, me cuida, pero me siento sola. Si tan solo pudiera edificar mi propia familia, eso es todo lo que ansía mi corazón. ¿Qué me aconseja?
Gracias por su consulta amiga. Hoy más que nunca Usted necesita experimentar el consuelo de nuestro buen Dios. Mire lo que dice 2 Corintios 1:3-5 “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios. Porque de la manera que abundan en nosotros las aflicciones de Cristo, así abunda también por el mismo Cristo nuestra consolación.” Qué hermoso pasaje bíblico. El Dios que Usted y yo tenemos es realmente maravilloso. Entre los muchos beneficios que otorga a los que somos suyos, está el consuelo en todas nuestras tribulaciones. Dice el texto que nuestro Dios es el Dios de toda consolación. El verbo consolar, en el idioma que se escribió el Nuevo Testamento, significa llamar a alguien al lado de uno para tener en quién apoyarse. Para mí, esto significa encontrar un hombro donde podemos llorar con confianza. Qué bueno es tener cerca a alguien que sabe lo que sentimos y con quien podemos contar sin reservas, sin el temor de que nos reproche, o nos sermonee. Pues eso es Dios amiga oyente. Dios sabe como Usted se está sintiendo este preciso instante. Si Usted quiere, Usted puede contar con él. Deje que él seque las lágrimas de corazón adolorido. Refúgiese en él. Él se encargará de poner gozo en medio de la tristeza. Él se encargará de poner paz en medio de la tormenta. Él se encargará de poner seguridad en medio de la incertidumbre. Así que, amiga , aproveche el consuelo que está a su disposición en la persona de Dios. Usted siente que ya no puede más y ha pedido a Dios que le lleve. Bueno, si Dios ha permitido esa magnitud de tribulación en su vida, es porque Usted está en capacidad de soportarla. Considere lo que dice 1 Corintios 10:13 “No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.” Cuando este texto habla de ser tentados, se refiere también a ser probados. La palabra griega para tentación es la misma palabra griega para prueba. Por tanto, la promesa de Dios es no probarnos más allá de lo que podemos resistir. Si Dios nos prueba de alguna manera, es porque de antemano, Dios sabe que estamos en capacidad de soportar esa prueba. Si esperamos en Dios y dependemos de él, hallaremos la salida a la prueba, no necesariamente en el sentido de librarnos de la prueba sino más bien en el sentido de tener poder para ser capaces de soportar la prueba. Por tanto amiga oyente, no se rebele contra Dios pensando que Dios le está probando más allá de lo que Usted puede soportar. Puede ser que Usted se sienta así, pero la Biblia dice otra cosa y es necesario que Usted crea lo que dice la Biblia y no sus sentimientos. Usted también me pregunta cuál será la voluntad de Dios para su vida. Pues, en los detalles personales, eso es un asunto entre Usted y Dios. Pero en lo general, la voluntad de Dios para su vida es lo mismo que para cualquier otro creyente. Observe lo que dice Romanos 12: 1-2 “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.” La voluntad de Dios para Usted, para mí y para cualquier otro creyente es que vivamos en santidad, conforme al modelo de Dios, no conforme al modelo del mundo. Mire lo que dice 1 Tesalonicenses 4:3 “pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación.” Además, la volunta de Dios tiene que ver con una vida de constante agradecimiento a Dios, no solamente en las buenas, sino también en las malas. No solamente cuando tenemos salud, dinero y amor, sino también cuando todas estas cosas faltan. 1 Tesalonicenses 5:18 dice: “Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús” La voluntad de Dios también es que haciendo el bien tapemos la boca de los que aborrecen el nombre de Cristo. 1 Pedro 2:15 dice: “Porque esta es la voluntad de Dios: que haciendo bien, hagáis callar la ignorancia de los hombres insensatos” Como Usted podrá notar amiga oyente, la voluntad de Dios para sus hijos es muy amplia. Nuestra responsabilidad es cumplir con esa voluntad. No se rompa la cabeza tratando de buscar la voluntad de Dios, porque la Biblia ya nos dice cuál es la voluntad de Dios para nuestras vidas. En la medida que Usted se ocupe en cumplir con la voluntad de Dios que ha sido revelada en su palabra, Dios mismo se encargará de ir abriendo el camino, o marcando el curso de lo que Dios quiere para su vida en el plano personal, como por ejemplo, la profesión, con quien se va casar, dónde va a vivir, a qué iglesia va a asistir, etc. Eso es lo que Dios promete en su palabra. Permítame leer este precioso texto que se encuentra en Salmo 37:4 “Deléitate asimismo en Jehová, y él te concederá las peticiones de tu corazón.” Mientras Usted esté deleitándose en hacer la voluntad de Dios ya revelada en su palabra, Dios mismo se encargará de cumplir los más caros anhelos de su corazón. Por ahora Usted se siente terriblemente sola, le parece que hasta Dios está lejos de Usted. Para salir de ese abismo de soledad, es necesario que Usted de algunas miradas. Primero, mire hacia arriba. Allí está Dios. Usted es su hija. Dios nunca abandona a sus hijos. Mire lo que dice Isaías 41:10 “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.” Puede ser que Usted sienta que Dios le ha abandonado, pero no es así. Dios está allí junto a Usted y más aún, Dios está en Usted. Usted no ha estado sola jamás. Quizá Usted dirá: Pero si él está tan cerca, ¿Por qué no me habla? ¿Por qué no escucho su voz? Bueno, Él le ha estado hablando. Lo que pasa es que Usted no ha querido oír. No olvide que Dios habla tanto en el estruendo de la tormenta de relámpagos, como en el suave murmullo de la brisa de verano. Además de mirar arriba, es necesario que Usted mire hacia adentro. La soledad puede ser el resultado de algún pecado no confesado. Cuando David pecó con Betsabé se sintió solitario. Si hay algún pecado en su vida que Usted no lo ha confesado todavía a Dios, es necesario que lo antes posible, lo confiese y se aparte de ese pecado. Quizá no es algo que el hombre considera grave, pero puede ser orgullo, envidia, rencor, chisme, murmuración. A lo mejor es ese pensamiento que Usted tiene que con tan solo formar un hogar Usted va a ser la mujer más feliz del mundo. Perdón por decírselo, pero eso me suena un tanto fatuo. No olvide que su felicidad como hija de Dios no depende de estar casada y tener familia, ni de tener dinero, ni de tener fama. Su felicidad como hija de Dios depende de reconocer que Dios es su Padre, de reconocer que Usted es salva, de reconocer que ha sido aceptada por Dios en Cristo. Estas son las cosas que deben hacerle feliz. El resto es secundario. Pero si Usted pone lo secundario en el primer lugar, Usted ha invertido sus prioridades y a lo mejor esto justamente es lo que le ha llevado a ese abismo de soledad. Al mirar hacia adentro, también evalúe su vida personal. Tal vez está tan ocupada en su trabajo que no tiene tiempo para descansar o para tener una comunión íntima con Dios. Esto también puede llevar a una persona a la soledad. Eso le sucedió al profeta Elías cuando huyó a Beerseba. Deseando morirse dijo a Jehová: Quítame la vida, pues no soy mejor que mis padres. Pensando en eso se quedó dormido debajo de un enebro. Pero vino un ángel y le tocó y le dijo: Levántate y come. Note, Elías necesitaba dormir y comer. Eventualmente se fortaleció y salió del abismo de la soledad. Por último, Usted necesita mirar alrededor. Aunque Usted no quiera admitir, Usted está rodeada de personas, rodeada de necesidades, rodeada de oportunidades. La Biblia dice en Proverbios 18:24: “El hombre que tiene amigos ha de mostrarse amigo” Usted necesita de amigos y amigas, pero para eso, primeramente Usted tiene que mostrar que desea tener esos amigos. Fomente sus contactos con otros creyentes. Haga algo para tener amigos. No espere que la gente venga a Usted, más bien Usted vaya donde está la gente. Cuide su apariencia personal, de modo que su forma de lucir no sea ofensiva para los demás. En algún momento, Usted verá que la gente no es tan mala como Usted pensaba. Evite los momentos de soledad. Ocupe su mente en cosas positivas. Involúcrese en las actividades de su iglesia. Mientras esté sirviendo a otros no tendrá tiempo para pensar solo en Usted misma y agravar su situación de soledad. Que Dios le guíe a poner esto en práctica.
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Deseo compartir el evangelio pero no tengo tiempo
Estoy tan desesperada por no poder hacer lo que debería hacer o lo que quiero hacer. No me queda tiempo para nada. Trabajo muy duro. Ni siquiera puedo ir a las reuniones de la iglesia los domingos a la mañana porque me encuentro tan cansada. Un deseo muy grande que tengo es estudiar la Biblia en un seminario para aprender no solo sobre la Biblia, sino también la historia, las diferentes culturas del mundo. Tengo dificultades para guiar a otros a los pies de Cristo, porque me hacen preguntas y yo no sé como responder. Esto me hace sentir muy mal. Me preocupo mucho por mis familiares que todavía no conocen a Cristo como su Salvador, porque sé que al morir les espera el castigo eterno. Esto me hace sentir totalmente angustiada. Por esto y por muchas cosas más, ando triste. Trato de acercarme a Dios pero fracaso. He tratado de ayunar, pero casi no lo puedo hacer porque mi trabajo me impide. Si me pudiesen dar algún consejo se los agradecería mucho.
Con mucho gusto. Antes de nada, permítame felicitarle por la carga de compasión por los perdidos que Dios ha puesto en su corazón. Son pocos los creyentes que tienen este fuego en el corazón. Cuán diferente sería el mundo si todos los que somos creyentes experimentáramos una pasión como la suya por conducir a otros a la salvación en Cristo e hiciéramos algo al respecto. Creo entender el motivo para tanta preocupación y angustia en su corazón. Lo que pasa es que Usted no está haciendo lo que en realidad le gustaría hacer. Me explico. Su trabajo, cualquiera que sea, aunque necesario e importante, no le está dando la satisfacción o el sentido de realización que es indispensable en el ser humano. Puede ser que por medio de su trabajo, Usted tenga sus necesidades materiales satisfechas, pero es un hecho que su trabajo no está satisfaciendo sus necesidades emocionales y sobre todo espirituales. Dentro de Usted debe haber por tanto un conflicto, el cual se manifiesta en ese cansancio, esa tristeza, esa insatisfacción que está sintiendo. Además, su trabajo le demanda tanto tiempo y energía que no le queda nada de tiempo ni energía para el Señor. Inclusive los domingos a la mañana, cuando Usted debería estar en el culto dominical de su iglesia, Usted se encuentra tan agotada que se queda en su casa. Es muy obvio que en lugar de propiciar el acercamiento a Dios, su trabajo le está alejando de Dios. Cuando se llega a este punto, es necesario que Usted tome una decisión importante. Para ello, me gustaría leer lo que dice Mateo 6:33 “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” Este texto nos habla de prioridades. La prioridad número uno para todo creyente es Dios. Esto es, la relación personal con él, la oración, el estudio de la Biblia, el guiar a otros a los pies de Cristo, o su obra en general. Cuando esto está en el primer lugar de la vida de un creyente, Dios mismo se encargará de proveer a ese creyente de las otras cosas que son indispensables para el diario vivir. Me refiero básicamente al alimento, al vestido y a un lugar donde vivir. Con esto no estoy insinuando que todos los creyentes deben renunciar a sus trabajos para ocuparse por entero en la obra del Señor. Pero lo que sí es claro es que, como en su caso, si el trabajo le está alejando del Señor, será necesario buscar otro trabajo, dependiendo de la guía y dirección de Dios para todo, tanto para encontrar ese nuevo trabajo como para tener lo indispensable para vivir mientras encuentra ese nuevo trabajo. Usted puede estar segura que Dios bendecirá una decisión de esta naturaleza, por cuanto Usted está buscando la gloria de Dios por medio de obedecer a Dios. Nada saca desperdiciando su vida en un trabajo tan agotador como el que tiene, cuando podría invertirla en el reino de Dios. Recuerde que los hijos de Dios no debemos hacer tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, sino que debemos hacernos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen. Yo le sugiero que Usted considere esta posibilidad y busque la dirección del Señor en oración. Pero en su caso hay algo que merece especial atención. Por lo que Usted dice en su carta, me parece que Usted tiene un fuerte llamado a servir al Señor a tiempo completo. Deduzco eso por el gran interés que tiene por la gente que todavía no ha recibido a Cristo como Salvador y por su deseo de conocer más de la Biblia y estar preparada para responder adecuadamente a la gente. Si ese es el caso, amiga oyente, no es bueno que Usted se haga de oídos sordos al llamado de Dios. Por tanto, me gustaría sugerirle que considere la posibilidad de dejar su trabajo y dedicarse a estudiar en algún seminario bíblico o instituto bíblico, para que una vez que termine su preparación esté en capacidad de servir al Señor de una buena manera. Estoy seguro que en Bolivia existirán algunos seminarios o institutos donde se imparte una sana doctrina. Dedique algo de tiempo, para averiguar donde están esos seminarios o institutos, cuáles son los requisitos para estudiar, cuánto cuesta el estudio, y cualquier otra información pertinente. Luego, ponga la posibilidad de estudiar, como un especial motivo de oración. Busque consejo de sus padres, de hermanos o hermanas maduros en la fe, de los pastores o ancianos de su iglesia local. Si la voluntad de Dios es que Usted vaya a un seminario o instituto bíblico, Dios mismo se encargará de proveer todo lo que Usted va a necesitar para poder estudiar. No tenga temor de dejarse guiar por el Señor. Lo mejor que puede hacer un creyente es poner su vida en las manos del Señor para hacer lo que el Señor quiera, no importa lo que sea. Seguro que una decisión así no será fácil. Pero eche mano de la fe. Confíe en Dios y Dios lo hará.
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¿Un creyente puede tener una novia no creyente ?
Gracias por su consulta. La Biblia tiene la palabra exacta para este caso. Se encuentra en 2 Corintios 6:14-16 donde dice: “No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo? ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos, y seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.” Palabra más clara no puede haber, amigo oyente. Con todo el amor y el respeto que tengo para Usted, debo hacerle notar que Usted ha desobedecido este principio bíblico. La desobediencia está no solo en casarse con esta joven incrédula. La desobediencia está en que desde hace tiempo atrás Usted está de novio con ella. Si Usted hubiera querido ser fiel a la palabra de Dios, debió haberse abstenido de enamorarse o ponerse de novio con una joven incrédula. Usted dice que su relación con esta joven incrédula es muy buena, excepto en lo espiritual, en lo cual no están de acuerdo. Yo quiero decirle que lo más importante en una relación de noviazgo es lo espiritual. Si en lo espiritual no hay acuerdo, no se debe pensar siquiera en establecer la relación de noviazgo, peor en la relación de matrimonio. Algo que es digno de reconocer, es la franqueza de su novia incrédula, quien ha dicho que si se casa con Usted no va a participar en nada relacionado con la iglesia donde Usted se congrega. Esto es presagio de guerra amable oyente. ¿Qué hacer en esta situación? Pues sencillamente someterse a lo que la dice la Biblia en el pasaje que fue leído anteriormente. Por tanto, Usted debe reconocer su error de haber entablado una relación de noviazgo con una persona incrédula, siendo Usted creyente, debe confesarlo a Dios como un pecado, y consecuentemente debe terminar inmediatamente con esa relación de noviazgo. Me imagino que será doloroso para Usted el tomar esta decisión, porque las emociones ya han entrado en juego, pero es preferible experimentar ese dolor ahora antes que vivir en desobediencia a Dios con las consiguientes consecuencias mucho más dolorosas en el futuro.
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Las profecias de Nostradamus
Según he oído, las librerías de Nueva York agotaron su existencia de libros que tienen que ver con las profecías de Nostradamus, a raíz del atentado terrorista contra las torres gemelas. ¿Por qué es que este profeta ha tenido tanto éxito en el mundo de hoy?
Bueno, en primer lugar, al menos en los términos que la Biblia define a un profeta y a la profecía en general, Nostradamus no puede ser considerado un profeta en absoluto. Los supuestos cumplimientos de las profecías de Nostradamus no han sido sino una hábil acomodación de algo dicho por él, a la luz de algún episodio, después que ha ocurrido, normalmente de carácter catastrófico. La gran pregunta es entonces: Si esto es así ¿Por qué es que tanta gente confía ciegamente en las profecías de Nostradamus? ¿Por qué es que tanta gente aceptó sin mayor reparo que Nostradamus profetizó el ataque terrorista a las torres gemelas en Nueva York? Pues, existen varias razones para ello. Número uno, porque saber que algo que ha pasado había sido profetizado por alguien, da un cierto sentido de confianza de que todo lo que pasa obedece a determinado plan trazado por alguien. Número dos, por la naturaleza crédula de la gente. Un buen número de personas acepta lo que oye sin detenerse a analizar las evidencias de lo que se ha dicho. Muchos dan por sentado que Nostradamus profetizó el ataque terrorista en Nueva York, porque eso fue lo que oyeron. Si hubieran analizado las evidencias de esta afirmación habrían llegado a la conclusión que hay que tener mucha imaginación para acomodar el atentado terrorista en Nueva York a lo que realmente escribió Nostradamus. Número tres, por la dureza del corazón de la gente. Satanás ha cegado de tal modo el entendimiento de mucha gente, que les es más cómodo creer en la palabra de un hombre que en la palabra de Dios. Por eso mucha gente acepta de mejor gana la profecía de Nostradamus que la profecía de la Biblia.
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¿Es cierto que el astrólogo francés Nostradamus profetizó en el año 1654, el terrible ataque terrorista contra las torres gemelas en Nueva York?
No es verdad. A raíz del atentado terrorista suicida contra las torres gemelas de Nueva York y contra el Pentágono en Washington, alguien se dio prisa a buscar en las famosas profecías de Nostradamus, algo que se relacione con fuego, torres, gran ciudad, impactos, etc. Como las profecías de Nostradamus son tan vagas y generales, obviamente se encontró algo que tenía que ver con eso. Como siempre hay alguien que lee las cosas entre líneas, circuló por todo el mundo la entre comillas “asombrosa” profecía supuestamente realizada por Nostradamus en 1654. Dice así: “La gran guerra comenzará cuando la gran ciudad se esté quemando el undécimo día del noveno mes cuando dos pájaros de metal se estrellen contra dos altas estatuas en la nueva ciudad y entonces el mundo se acabará después.” Si en realidad Nostradamus hubiera formulado su profecía en estos términos, habría que otorgarle algún mérito ciertamente. Pero la realidad es que no hay motivo alguno para dar algún crédito a Nostradamus por varias razones. Primero, porque Nostradamus murió en 1566. Mal pudo entonces haber profetizado algo 88 años después de morir. Segundo, porque lo que más se acerca al asunto en cuestión es lo que aparece en la parte titulada Siglo 6, en el cuarteto 97 donde Nostradamus dijo lo siguiente: El cielo arderá a los 45 grados de latitud, el fuego se acerca a la nueva gran ciudad, inmediatamente estalla un fuego espantoso, cuando quieran tener verificación de los Normandos. Los fanáticos de Nostradamus pretenden hacernos creer que aquí está la profecía del atentado terrorista contra las torres gemelas, pero observe varias cosas que no se pueden dejar pasar por alto. Se supone que el desastre ocurre en algún lugar no identificado del planeta ubicado a los 45 grados de latitud, no dice si norte o sur. Bueno, Nueva York no cumple con esto por cuanto Nueva York está exactamente a los 40 grados, 42 minutos, 51 segundos de latitud Norte. Por otro lado, según la profecía de Nostradamus debían ser los Normandos quienes tengan un rol preponderante en este desastre, pero todos sabemos que fueron unos fanáticos religiosos de trasfondo árabe quienes tuvieron un rol preponderante en el desastre en Nueva York. Pero en general, note el carácter impreciso, vago, de la profecía de Nostradamus. Inclusive cuesta mucho entender el sentido de algunas frases. Por eso es que muchos piensan que Nostradamus estaba perturbado mentalmente. Las profecías de Nostradamus se pueden por tanto acomodar a cualquier evento que acontezca en el mundo. No hubiera importado si los aviones se hubieran estrellado contra la torre Sears de Chicago, de igual manera se hubiera podido decir que eso fue profetizado por Nostradamus. Diciendo cosas en una forma vaga e imprecisa, todos podríamos darnos de profetas. Por ejemplo si yo dijera hoy: Terremotos, hambre, guerras y rumores de guerras continuarán acaparando los titulares de los periódicos durante el próximo año. Ciertamente esta profecía se va cumplir porque en algún lugar del planeta habrá terremotos, en otro lugar del planeta habrá hambre, en otro lugar del planeta habrá guerra, en otro lugar del planeta habrá rumores de guerra. Ya habría llegado a ser un célebre profeta. Eso es justamente lo que ha pasado con Nostradamus. Además, después que ocurren las cosas, todos somos profetas. ¿Verdad? Se muere algún personaje famoso y salen al paso cantidad de personas que nos dicen: Yo soñé justamente eso, o yo percibí que algo así iba a pasar, o tenía razón tal o cual adivino que dijo que algún personaje famoso iba a morir este año. Eso es justamente lo que ha pasado con Nostradamus. Por lo dicho, es imposible afirmar que Nostradamus profetizó el atentado terrorista contra las torres gemelas. Cuan distintas son las profecías de Nostradamus en comparación con las profecías bíblicas. A manera de ilustración, permítame citar la profecía que hizo un verdadero profeta, cuyo nombre es Jesús. Se encuentra en Lucas 22:8-13 donde dice: “Y Jesús envió a Pedro y a Juan, diciendo: Id, preparadnos la pascua para que la comamos. Ellos le dijeron: ¿Dónde quieres que la preparemos? El les dijo: He aquí, al entrar en la ciudad os saldrá al encuentro un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidle hasta la casa donde entrare, y decid al padre de familia de esa casa: El Maestro te dice: ¿Dónde está el aposento donde he de comer la pascua con mis discípulos? Entonces él os mostrará un gran aposento alto ya dispuesto; preparad allí. Fueron, pues, y hallaron como les había dicho; y prepararon la pascua.” Allí lo tiene amigo oyente. Esta es una verdadera profecía. Note la claridad y precisión de los detalles. No hay nada que sea vago o impreciso. Permítame identificar esos detalles. Número uno. El encuentro iba a ser al entrar a la ciudad. No en el medio ni al salir sino al entrar a la ciudad. Número dos, el hombre iba a venir al encuentro de Pedro y Juan. Ellos no tendrían que buscarlo. Número tres, tenía que ser un hombre, no una mujer. Número cuatro. El hombre debía llevar un cántaro de agua. Esto era inusual porque normalmente eran las mujeres quienes llevaban el agua en cántaros. Número cinco, el hombre se dirigía hacia una casa, no llevaba el agua a regar las plantas o dar de beber a los animales. Número seis, en esa casa debía estar un padre de familia. Número siete, ese padre de familia iba a estar esperando a Pedro y Juan, sin siquiera conocerles de antemano. Número ocho, el hombre debía estar esperando la pregunta de Pedro y Juan: ¿Dónde está el aposento donde he de comer la pascua con mis discípulos? Número nueve, el hombre debía tener un aposento en su casa. Número diez, el hombre debía tener el aposento alto ya dispuesto para celebrar la pascua. Son diez detalles concretos, precisos y claros. Que algo así pueda suceder al azar es inadmisible. Solo alguien como Jesús podía profetizar con tanta exactitud, porque él conoce el futuro como si fuera el presente. El pasaje bíblico termina diciendo que Pedro y Juan fueron y hallaron exactamente como Jesús les había dicho de antemano. La profecía se cumplió. Esto es verdadera profecía. Lo que ha escrito Nostradamus no tiene ni punto de comparación con la profecía verdadera, por eso es que cualquier cosa que pase en el mundo se puede perfectamente acomodar a algo que ha escrito Nostradamus en el pasado. Para terminar permítame una reflexión final. Las profecías de Jesús se cumplen totalmente. Esto es razón más que suficiente para confiar en él en todo sentido. Él dijo que él es el único camino al Padre, que él es la verdad y que él es la vida. Recuerde que él es digno de todo crédito. Siendo así, ¿lo aceptará como su Salvador? Si desea hacerlo, hoy mismo hable con Dios y dígale que Usted desea recibir a Jesús como su Salvador. Dios responderá su oración y Usted será una persona salva.
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Escuela religiosa para mi hija
Soy creyente y tengo una hija que cumplió la edad para entrar en la escuela primaria. En el sector donde yo vivo, existen dos escuelas. La una es privada pero es patrocinada por una religión con cuya doctrina yo no comparto en absoluto y la otra es fiscal. Me parece que la educación es mejor en la escuela privada y por eso traté de inscribir a mi hija en esa escuela. Sin embargo, cuando hablé con la directora para ver si podía inscribir a mi hija, la directora me informó que la única condición para recibir a mi hija sería que mi hija reciba todas las enseñanzas religiosas que recibe todo niño que estudia en esa escuela. Mi pregunta es: ¿Cree Usted que debo aceptar estas condiciones a pesar que yo no estoy de acuerdo con la religión que enseñarían a mi hija?
Gracias por su consulta amiga . Como fundamento de mi respuesta, me gustaría referirme a lo que dice la Biblia en Efesios 6:4 donde se lee: “Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor” Según este texto, los padres tenemos una triple responsabilidad hacia nuestros hijos. Primero, no provocarlos a ira. Sobre esto no vamos a comentar en esta ocasión. Segundo, criarlos en disciplina. Tampoco vamos a comentar sobre esto. Pero sobre lo que sí me gustaría comentar es sobre la tercera responsabilidad de los padres hacia los hijos: Me refiero a esto de criarlos en amonestación del Señor. Los hijos no solo necesitan preparación intelectual sino también preparación espiritual. Cuando la Biblia habla a los padres en el sentido que deben criar a sus hijos en amonestación del Señor, está justamente enfocando sobre la necesidad de la preparación espiritual de los hijos. Espero que Usted haya estado preparando espiritualmente a su hija de modo que la niña entienda que hay un Dios creador de todo lo que existe, que hay un Dios que odia el pecado y ama al pecador. Que hay un Dios que envió a su Hijo a morir en la cruz para pagar por lo que el pecador ha cometido. Espero que Usted haya estado sembrando la palabra de Dios en la vida de su hija. De otra manera no habrá estado cumpliendo con lo que Dios espera de los que somos padres. A los cinco o seis años que seguramente tendrá su hija, ya debe tener al menos una idea de lo que la Biblia enseña sobre muchas cosas. A esa edad muchos niños inclusive ya han recibido a Cristo como Salvador. Por eso es que la palabra de Dios dice en Proverbios 22:6 “Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él” De modo que, amiga oyente, yo voy a asumir que Usted es una mujer madura en la fe y que ha hecho todo lo necesario para instruir a su niña en su camino, tomando como guía la palabra de Dios. Pues, ahora se ve avocada a buscar una escuela para su hija. Una de las escuelas donde podría inscribir a su hija, tiene buena educación, es privada, pero es auspiciada por una religión con cuya doctrina Usted no comparte en absoluto. La directora de esta escuela ha sido muy franca con Usted al advertirle que si su hija entra a esa escuela tendrá que recibir toda la enseñanza religiosa que reciben todos los niños que estudian en esa escuela. Su dilema es: ¿Qué debe hacer? Bueno, mi respuesta es que Usted debe velar por el bienestar espiritual de su hija, tanto o más que por el bienestar intelectual. Usted mismo admite que no está de acuerdo con las doctrinas de la religión que auspicia esa escuela privada, por tanto, ¿Cómo pretende entonces permitir que a su tierna hija le enseñen doctrinas con las cuales Usted no está de acuerdo? Imagine la confusión que se va a crear en la mente de esa niña. Usted en su casa estará enseñando una cosa, la maestra en la escuela estará enseñando otra cosa muy diferente, quizá inclusive contradiciendo lo que Usted ha enseñado a su hija. Su niña no sabrá a quien creer. A esa edad es muy posible que su hija no tenga la suficiente madurez como para discernir diferencias en doctrinas y eso arrastre a su hija a formar convicciones espirituales que no estén de acuerdo con lo que Usted como madre le ha enseñado en la casa y peor todavía, que no estén de acuerdo con la Biblia. Si yo fuera Usted, yo preferiría poner a mi hija en una escuela fiscal, donde a lo mejor la educación no sea tan buena como en una escuela privada religiosa, pero al menos tendré la certeza de que no habrá un profesor o profesora que enseñe a mi hija cosas diferentes a las cosas que yo le he enseñado en el campo espiritual. De esta manera evitaré crear un conflicto innecesario en mi hija. Que Dios le guíe a tomar una decisión sabia .
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Cómo designaban los meses del año los judíos en los tiempos bíblicos?
Los judíos tienen un calendario sagrado, y un calendario civil. El año judío tiene 12 o 13 meses lunares de 29 días y medio cada uno. El primer mes del calendario sagrado se llama Nisán, corresponde al séptimo mes del calendario civil y equivale a la segunda mitad de Marzo y a la primera mitad de Abril. En este mes comienzan las cosechas de cebada. El segundo mes del calendario sagrado se llama Iyyar, corresponde al octavo mes del calendario civil y equivale a la segunda mitad de Abril y la primera mitad de Mayo. En este mes se cosecha la cebada. El tercer mes del calendario sagrado se llama Sivan, corresponde al noveno mes del calendario civil y equivale a la segunda mitad de Mayo y primera mitad de Junio. Durante este mes se comienza la cosecha de trigo. El cuarto mes del calendario sagrado se llama Tammuz, corresponde al décimo mes del calendario civil y equivale a la segunda mitad de Junio y la primera mitad de Julio. Durante este mes se cosecha el trigo. El quinto mes del calendario sagrado se llama Ab, corresponde al undécimo mes del calendario civil y equivale a la segunda mitad de Julio y la primera mitad de Agosto. Durante este mes se cosechan las uvas, los higos y las aceitunas. El sexto mes del calendario sagrado se llama Elul y corresponde al duodécimo mes del calendario civil y equivale a la segunda parte de Agosto y la primera parte de Septiembre. Durante este mes continúa la cosecha de uvas, higos y aceitunas. El séptimo mes del calendario sagrado se llama Tishri, corresponde al primer mes calendario civil, equivalente a la segunda parte de Septiembre y la primera parte de Octubre. Durante este mes se producen las lluvias tempranas y se aran los campos en preparación para la siembra. El octavo mes del calendario sagrado se llama Heshvan, corresponde al segundo mes del calendario civil y equivale a la segunda mitad de Octubre y la primera mitad de Noviembre. Durante este mes se siembra trigo y cebada. El noveno mes del calendario sagrado se llama Kislev, corresponde al tercer mes del calendario civil, equivale a la segunda parte de Noviembre y la primera parte de Diciembre. En este mes prosiguen las siembras de trigo y cebada. El décimo mes del calendario sagrado se llama Tebeth, corresponde al cuarto mes del calendario civil y equivale a la segunda mitad de Diciembre y la primera mitad de Enero. Es el mes de la lluvia de invierno. El undécimo mes del calendario sagrado se llama Shebat, corresponde al quinto mes del calendario civil y equivale a la segunda parte de Enero y la primer parte de Febrero. Durante este mes comienzan a florecer los árboles. El duodécimo mes del calendario sagrado se llama Adar, corresponde al sexto mes del calendario civil y equivale a la segunda parte de Febrero y la primera parte de Marzo. En este mes florecen los almendros.
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¿Quiénes entonces o en qué sentido serán borrados del libro de la vida según lo que afirma Apocalipsis 3:5? ¿Cómo se relaciona esto con Apocalipsis 20: 12 y 15?
Gracias por tan interesante consulta amigo oyente. Para beneficio de todos los que están oyendo esta audición, vamos a dar lectura al texto bíblico que se halla en Apocalipsis 3:5 donde dice: “El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles.” Este texto es parte del mensaje de Cristo a la iglesia en Sardis. Sardis significa: los que escapan. La iglesia en Sardis estaba compuesta mayormente de personas que decían ser creyentes, pero su estilo de vida no estaba confirmando que eran verdaderos creyentes. Usted sabe, eran ese tipo de creyentes que de labios para afuera dicen ser de Cristo pero que sus obras hablan a gritos que no tienen a Cristo en su corazón. Les faltaba esa chispa de espiritualidad que es típico de los verdaderos creyentes. El Señor por tanto les estaba llamando a ser vigilantes y a afirmar las otras cosas que estaban por morir. Les exhorta a arrepentirse porque si no, vendría inesperadamente sobre ellos con un juicio severo. Es decir que no se trataba de creyentes que habían perdido la salvación y se habían ido al mundo. Se trataba de incrédulos que aparentaban ser creyentes pero que en realidad no lo eran. Estos incrédulos tenían que reconocer su lamentable estado espiritual, poner en práctica lo que seguramente estaban oyendo acerca de la salvación en Cristo, y de una vez depositar su fe en Cristo y mostrar las buenas obras que acompañan siempre a la fe viva. Sin embargo, en medio de este mar de gente que decía ser creyente y en realidad no lo era, había unos pocos, un remanente, quienes eran verdaderos creyentes y estaban mostrando por medio de sus obras que su fe era viva. Dice el texto que estos creyentes no han manchado sus vestiduras. Esto significa que no se han contaminado con las prácticas mundanas reñidas con la enseñanza de la palabra de Dios. Estos creyentes tienen una hermosa promesa de parte del Señor. Dice que andarán con él en vestiduras blancas porque son dignas. Esto habla de la comunión íntima y personal de estos creyentes con el Señor. El Señor mismo, mediante la sangre que vertió en la cruz del calvario, hizo santos y puros a estos creyentes. Por otro lado, los que reciban la advertencia y exhortación del Señor y dejen de vivir aparentando que son creyentes y reciban a Cristo como Salvador, reciben también algunas promesas del Señor. Primero serán vestidos de vestiduras blancas. Esto significa que recibirán la justicia de Dios, para ser aceptados por Dios y para morar con Dios por la eternidad. Segundo, sus nombres no serán borrados del libro de la vida. ¿Qué significa esta declaración? Pues exactamente lo que dice. No hay necesidad de buscar ninguna interpretación oculta. El libro de la vida es el registro de todos aquellos que por la gracia de Dios han recibido vida eterna. La promesa del Señor es que ninguno de esos nombres va a ser borrado jamás del libro de la vida. ¿Existirá entonces la posibilidad de que alguien cuyo nombre consta en el libro de la vida, sea borrado de ese libro por alguna causa? La respuesta es negativa, porque la Biblia enseña que la persona salva permanece para siempre salva. Note lo que dice Juan 10-27-29: “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.” Allí lo tiene amigo oyente. Una vez salvo, para siempre salvo. Eso es lo que enseña la palabra de Dios. La tercera promesa es que el Señor confesará o declarará los nombres de los creyentes delante del Padre y delante de los ángeles. Otra parte de su consulta tiene que ver con la relación entre Apocalipsis 3:5 y Apocalipsis 20:12 y 15. Leamos por tanto lo que dice Apocalipsis 20:12 y 15 “Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.” Este relato, amigo oyente, corresponde al juicio del gran trono blanco, en el cual todos los incrédulos serán resucitados para ser juzgados. En este pasaje bíblico se habla de los libros y del libro de la vida. El libro de la vida contiene los nombres de todos los que han sido redimidos por la preciosa sangre de Cristo. Los otros libros contienen un registro detallado de las obras malas que los incrédulos realizaron mientras vivieron en el mundo. Ninguno de los que comparecen ante el gran trono blanco estará inscrito en el libro de la vida. El hecho que sus nombres no constan en el libro de la vida, les asegura condenación eterna, pero el grado de castigo depende de las obras malas que han cometido, las cuales están registradas en los libros.
¿Y qué debe hacer una persona para que su nombre esté inscrito en el libro de la vida?
Esa es una pregunta trascendental. Para que el nombre de una persona esté inscrito en el libro de la vida, es necesario arreglar el problema que impide que el nombre de una persona esté inscrito en el libro de la vida.
¿Y cuál es ese problema?
Ese problema se llama pecado. Mirémoslo de este modo. En el libro de la vida están inscritos los nombres de todos aquellos que están en capacidad de morar con Dios en el cielo. Dios no puede tolerar el pecado en su presencia, por tanto, para morar con Dios en el cielo es necesario librarse del pecado.
¿Y cómo puede una persona librarse del pecado?
Así como para quitar la suciedad, es necesario lavarse en agua, para librarse del pecado es necesario lavarse en la sangre de Cristo. Solamente la sangre de Cristo puede limpiar de pecado a una persona. Por esto Jesucristo tuvo que morir en la cruz del Calvario. Allí derramó su sangre para limpiar al hombre de su pecado. Jesucristo es visto en las Escrituras como un Cordero, un Cordero sin mancha ni contaminación, cuya sangre quita el pecado del mundo. De modo que, para que una persona tenga su nombre inscrito en el libro de la vida, es necesario que esta persona lave sus pecados en la sangre de Cristo. Esto se consigue cuando el hombre reconoce que es pecador y que por tanto está separado de Dios. También el hombre tiene que reconocer que hay un castigo por el pecado. Luego el hombre tiene que reconocer que Cristo murió en su lugar, recibiendo de esa manera el castigo que ese hombre merece. Finalmente el hombre tiene que recibir por la fe a Cristo como su Salvador personal. Solo así, ese hombre tendrá su nombre inscrito en el libro de la vida.