Escuela religiosa para mi hija

Soy creyente y tengo una hija que cumplió la edad para entrar en la escuela primaria. En el sector donde yo vivo, existen dos escuelas. La una es privada pero es patrocinada por una religión con cuya doctrina yo no comparto en absoluto y la otra es fiscal. Me parece que la educación es mejor en la escuela privada y por eso traté de inscribir a mi hija en esa escuela. Sin embargo, cuando hablé con la directora para ver si podía inscribir a mi hija, la directora me informó que la única condición para recibir a mi hija sería que mi hija reciba todas las enseñanzas religiosas que recibe todo niño que estudia en esa escuela. Mi pregunta es: ¿Cree Usted que debo aceptar estas condiciones a pesar que yo no estoy de acuerdo con la religión que enseñarían a mi hija?

Gracias por su consulta amiga . Como fundamento de mi respuesta, me gustaría referirme a lo que dice la Biblia en Efesios 6:4 donde se lee: “Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor” Según este texto, los padres tenemos una triple responsabilidad hacia nuestros hijos. Primero, no provocarlos a ira. Sobre esto no vamos a comentar en esta ocasión. Segundo, criarlos en disciplina. Tampoco vamos a comentar sobre esto. Pero sobre lo que sí me gustaría comentar es sobre la tercera responsabilidad de los padres hacia los hijos: Me refiero a esto de criarlos en amonestación del Señor. Los hijos no solo necesitan preparación intelectual sino también preparación espiritual. Cuando la Biblia habla a los padres en el sentido que deben criar a sus hijos en amonestación del Señor, está justamente enfocando sobre la necesidad de la preparación espiritual de los hijos. Espero que Usted haya estado preparando espiritualmente a su hija de modo que la niña entienda que hay un Dios creador de todo lo que existe, que hay un Dios que odia el pecado y ama al pecador. Que hay un Dios que envió a su Hijo a morir en la cruz para pagar por lo que el pecador ha cometido. Espero que Usted haya estado sembrando la palabra de Dios en la vida de su hija. De otra manera no habrá estado cumpliendo con lo que Dios espera de los que somos padres. A los cinco o seis años que seguramente tendrá su hija, ya debe tener al menos una idea de lo que la Biblia enseña sobre muchas cosas. A esa edad muchos niños inclusive ya han recibido a Cristo como Salvador. Por eso es que la palabra de Dios dice en Proverbios 22:6 “Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él” De modo que, amiga oyente, yo voy a asumir que Usted es una mujer madura en la fe y que ha hecho todo lo necesario para instruir a su niña en su camino, tomando como guía la palabra de Dios. Pues, ahora se ve avocada a buscar una escuela para su hija. Una de las escuelas donde podría inscribir a su hija, tiene buena educación, es privada, pero es auspiciada por una religión con cuya doctrina Usted no comparte en absoluto. La directora de esta escuela ha sido muy franca con Usted al advertirle que si su hija entra a esa escuela tendrá que recibir toda la enseñanza religiosa que reciben todos los niños que estudian en esa escuela. Su dilema es: ¿Qué debe hacer? Bueno, mi respuesta es que Usted debe velar por el bienestar espiritual de su hija, tanto o más que por el bienestar intelectual. Usted mismo admite que no está de acuerdo con las doctrinas de la religión que auspicia esa escuela privada, por tanto, ¿Cómo pretende entonces permitir que a su tierna hija le enseñen doctrinas con las cuales Usted no está de acuerdo? Imagine la confusión que se va a crear en la mente de esa niña. Usted en su casa estará enseñando una cosa, la maestra en la escuela estará enseñando otra cosa muy diferente, quizá inclusive contradiciendo lo que Usted ha enseñado a su hija. Su niña no sabrá a quien creer. A esa edad es muy posible que su hija no tenga la suficiente madurez como para discernir diferencias en doctrinas y eso arrastre a su hija a formar convicciones espirituales que no estén de acuerdo con lo que Usted como madre le ha enseñado en la casa y peor todavía, que no estén de acuerdo con la Biblia. Si yo fuera Usted, yo preferiría poner a mi hija en una escuela fiscal, donde a lo mejor la educación no sea tan buena como en una escuela privada religiosa, pero al menos tendré la certeza de que no habrá un profesor o profesora que enseñe a mi hija cosas diferentes a las cosas que yo le he enseñado en el campo espiritual. De esta manera evitaré crear un conflicto innecesario en mi hija. Que Dios le guíe a tomar una decisión sabia .