Autor: cris

  • Significado de Mateo 25:31-46

    ¿Qué interpretación se le puede dar al pasaje bíblico que aparece en Mateo 25:31-46, cuando en el versículo 35 dice: “Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí”. ¿A quién hace referencia Jesús cuando dice a “mis hermanos más pequeños en los versículos 40 y 45 de Mateo 25?.

    Gracias por su consulta. Vamos a leer el pasaje bíblico que se encuentra en Mateo 25:31-46. La Biblia dice: Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria,  y todos los santos ángeles con él,  entonces se sentará en su trono de gloria,

    Mat 25:32  y serán reunidas delante de él todas las naciones;  y apartará los unos de los otros,  como aparta el pastor las ovejas de los cabritos.

    Mat 25:33  Y pondrá las ovejas a su derecha,  y los cabritos a su izquierda.

    Mat 25:34  Entonces el Rey dirá a los de su derecha:  Venid,  benditos de mi Padre,  heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo.

    Mat 25:35  Porque tuve hambre,  y me disteis de comer;  tuve sed,  y me disteis de beber;  fui forastero,  y me recogisteis;

    Mat 25:36  estuve desnudo,  y me cubristeis;  enfermo,  y me visitasteis;  en la cárcel,  y vinisteis a mí.

    Mat 25:37  Entonces los justos le responderán diciendo:  Señor,  ¿cuándo te vimos hambriento,  y te sustentamos,  o sediento,  y te dimos de beber?

    Mat 25:38   ¿Y cuándo te vimos forastero,  y te recogimos,  o desnudo,  y te cubrimos?

    Mat 25:39   ¿O cuándo te vimos enfermo,  o en la cárcel,  y vinimos a ti?

    Mat 25:40  Y respondiendo el Rey,  les dirá:  De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños,  a mí lo hicisteis.

    Mat 25:41  Entonces dirá también a los de la izquierda:  Apartaos de mí,  malditos,  al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.

    Mat 25:42  Porque tuve hambre,  y no me disteis de comer;  tuve sed,  y no me disteis de beber;

    Mat 25:43  fui forastero,  y no me recogisteis;  estuve desnudo,  y no me cubristeis;  enfermo,  y en la cárcel,  y no me visitasteis.

    Mat 25:44  Entonces también ellos le responderán diciendo:  Señor,  ¿cuándo te vimos hambriento,  sediento,  forastero,  desnudo,  enfermo,  o en la cárcel,  y no te servimos?

    Mat 25:45  Entonces les responderá diciendo:  De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños,  tampoco a mí lo hicisteis.

    Mat 25:46  E irán éstos al castigo eterno,  y los justos a la vida eterna.

    Este pasaje bíblico comprende lo que se conoce como el juicio a las naciones gentiles, el cual determina quienes serán los gentiles, que habiendo quedado vivos hasta el final de la tribulación, tendrán el privilegio de entrar al reino milenial. Quien presidirá el juicio, será el Señor Jesucristo en su gloria cuando venga a este mundo por segunda vez. Una vez que esté sentado en su trono de gloria, se reunirán ante Él todas las naciones gentiles. La manera de hacer el juicio tendrá un parecido a la práctica de un pastor separando las ovejas de los cabritos. Las ovejas se agrupan a la derecha del pastor y los cabritos se agrupan a la izquierda del pastor. Luego el Señor Jesucristo dirá a los del grupo a su derecha: Venid benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Las ovejas representan a los gentiles que van a entrar al reino milenial. Estos gentiles son creyentes, quienes recibieron al Señor Jesucristo por la fe como su Salvador durante la tribulación, y permanecieron vivos hasta el final de la misma, o lo que es lo mismo, hasta la segunda venida del Señor Jesucristo. Estos gentiles creyentes no eran creyentes cuando comenzó la tribulación y por eso entraron en la tribulación, pero ya dentro de la tribulación escucharon el mensaje del Evangelio predicado por los 144.000 judíos que Dios levantará durante la tribulación, y recibieron a Cristo como Salvador. La mayoría de estos creyentes de la tribulación morirán como víctimas del Anticristo, pero habrá algunos que permanecerán vivos hasta que termine la tribulación. En el juicio a las naciones, el Señor Jesucristo está invitando a estos creyentes gentiles a entrar al reino milenial. Es en este contexto, que el Señor Jesucristo dirá a los creyentes gentiles: Porque tuve hambre y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero y me recogisteis; estuve desnudo y me cubristeis; y enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. Esta declaración del Señor Jesús causará gran sorpresa a los creyentes gentiles y preguntarán al Señor Jesucristo: ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos forastero y te recogimos, o desnudo y te cubrimos? ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? Los judíos creyentes estaban tratando de recordar si alguna vez se encontraron con el Señor Jesucristo en algunas de las circunstancias mencionadas por él y le ayudaron de la manera que él dijo. La respuesta del Señor Jesús fue: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis. El Señor Jesús está hablando de un grupo al cuál él llama “mis hermanos más pequeños” ¿Quiénes son? Pues se trata de los judíos que estaban vivos durante la tribulación y que tuvieron que sufrir la terrible persecución del Anticristo. Los gentiles creyentes durante la tribulación manifestaron amor hacia los judíos durante la tribulación y por ese amor hicieron por ellos lo que el Señor Jesucristo dijo, es decir: alimentar al hambriento, dar de beber al sediento, hospedar al necesitado, dar vestido al desnudo, ayudar al enfermo, visitar al encarcelado. Cada cosa que los creyentes gentiles hicieron a favor de los judíos era como si lo estaban haciendo directamente al mismo Señor Jesucristo. La verdadera fe se manifiesta en amor al prójimo. Los gentiles no llegaron a ser creyentes por hacer buenas obras, sino primeramente llegaron a ser creyentes recibiendo por la fe al Señor Jesucristo, y esa fe genuina se manifestó en hacer buenas obras, en este caso a favor de los judíos. Lo que hicieron les fue recompensado por medio de recibir entrada al reino milenial. Por contraste, a los de la izquierda, representados por los cabritos, el Señor Jesús les dijo: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Se trata de los gentiles que no recibieron a Cristo por la fe durante la tribulación y quedaron vivos hasta el final de la misma. Su falta de fe se manifestó en falta de amor al prójimo. Esto quedó demostrado cuando el Señor Jesús les dijo: Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; fui forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo y en la cárcel, y no me visitasteis. Los gentiles incrédulos también quedaron pensando cuando vieron al Señor Jesús en esas circunstancias y no hicieron nada por él. El Señor Jesús les explicó diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis. La falta de fe para salvación en estos gentiles incrédulos se manifestó en una negación a dar la mano a los judíos necesitados durante la tribulación. La verdadera fe se manifiesta en buenas obras, la falsa fe se manifiesta en la ausencia de buenas obras. Espero que esta explicación responda sus inquietudes.

  • Infidelidad en el matrimonio

    ¿Qué se debería hacer en el caso de una esposa que a pesar de ser creyente ha sido infiel en su matrimonio, con el mejor amigo de su esposo? El esposo de ella también es creyente y ha llegado a saber sobre la infidelidad pero como es creyente desea actuar bíblicamente.

    No sé si es su caso, amigo, o es el caso de alguna otra persona, pero quien quiera que sea, va a necesitar de todo el consuelo que solamente Dios puede otorgar para soportar esta difícil prueba. Usted nos pregunta básicamente cómo se debería manejar bíblicamente este complejo asunto. Muchas cosas vienen a la mente. En cuanto a la esposa que ha sido infiel, es necesario que a la brevedad posible ponga en práctica lo que dice Proverbios 28:13 donde leemos: El que encubre sus pecados no prosperará;  Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia.

    Cuando ocurre el adulterio, la tendencia inicial es ocultarlo de cualquier manera, por la vergüenza que produce. Pero si se quiere arreglar el problema, es necesario sacarlo a la luz. El que encubre, o esconde sus pecados, no prosperará, dice el texto. Una vez que el pecado ha sido puesto al descubierto, es necesario que esta mujer confiese su pecado. El verbo confesar es la traducción de un verbo en el idioma griego que literalmente significa: hablar lo mismo. Cuando confesamos a Dios un pecado, tenemos que hablar lo mismo que Dios acerca de ese pecado. Significa ponernos de acuerdo con Dios que hemos atentado contra su santidad por medio de ese pecado que hemos cometido. Es necesario que la mujer que ha sido infiel hable con Dios en oración diciéndole que ha ofendido a Dios. Al confesar su pecado debe evitar justificar su pecado, diciendo cosas como: Es que mi esposo no me trata bien, por eso busqué otro hombre, o es que mi carne es débil y el diablo empuja. Nada de esto, confesar tiene que ver con un sencillo reconocimiento que nosotros nos equivocamos y ofendimos a Dios. Ahora en el caso del pecado de adulterio, por el hecho que fue un pecado público, es necesario que la confesión se extienda tanto al esposo de esta mujer como a los líderes de la iglesia donde se congregan. Es muy posible que los líderes de la iglesia impongan alguna medida disciplinaria a esta mujer, lo cual es algo beneficioso para ella, porque toda disciplina administrada por la iglesia tiene como propósito final la restauración del pecador. Adicional a la confesión, la mujer que cometió el pecado de adulterio, debe pedir perdón a Dios primeramente, y después a su esposo, a sus hijos y a la iglesia donde se congregan. Pedir perdón es una de las varias evidencias de un genuino arrepentimiento por el pecado. Así que esta mujer que cometió el pecado de adulterio necesita reconocer el pecado, confesar el pecado, pedir perdón por el pecado y según Proverbios 28:13 adicionalmente a todo lo dicho, necesita apartarse del pecado. Esta mujer debe cortar todo contacto con el hombre con quien cayó en el pecado de adulterio. Debe apartarse. Mientras más lejos mejor. Tal vez sea necesario mudarse de casa, mudarse de iglesia, mudarse de trabajo, y cualquier otra cosa que sea necesaria. Cualquier esfuerzo es bienvenido para alejarse de la tentación al pecado sexual. Finalmente, la mujer que ha caído en adulterio, asumiendo que ha reconocido su pecado, lo ha confesado y se ha apartado del pecado, debe someterse al proceso de disciplina que determine la iglesia. Es posible que esto implique una especie de discipulado, guiado por alguna hermana madura en la fe. Esto ayudará a que la mujer fortalezca su comunión con el Señor. Ahora en cuanto al esposo de esta mujer infiel, es necesario que en sumisión al Señor, tenga la disposición de perdonar a su esposa y de esa manera evitar una separación o un divorcio. El perdón no es sinónimo de olvido, más bien es un compromiso que uno se hace delante de Dios, por el cual no se va a buscar venganza contra el ofensor y se va a tratar al ofensor como si la ofensa nunca hubiera existido. Así es como Dios nos perdonó en Cristo, y es la manera como Dios espera que perdonemos a los que nos ofenden. Efesios 4:32 dice: Antes sed benignos unos con otros,  misericordiosos,  perdonándoos unos a otros,  como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.

    Una vez perdonado el pecado de su esposa, este hombre debería vivir con ella sabiamente, tal como aconseja la palabra de Dios en 1 Pedro 3:7 donde dice: Vosotros,  maridos,  igualmente,  vivid con ellas sabiamente,  dando honor a la mujer como a vaso más frágil,  y como a coherederas de la gracia de la vida,  para que vuestras oraciones no tengan estorbo.

    Además de perdonar, el esposo de la mujer infiel, debe hacer una evaluación muy concienzuda de su función como esposo y como padre. No existe justificación alguna para caer en el pecado de adulterio, pero tanto esposos como esposas suelen crear las condiciones para que se produzca el pecado de adulterio. En el caso del esposo debe preguntarse a sí mismo y responderse de la manera más honesta si ha estado cumpliendo con lo que dice Dios en pasajes bíblicos como Efesios 5:25-32 donde leemos: Maridos,  amad a vuestras mujeres,  así como Cristo amó a la iglesia,  y se entregó a sí mismo por ella,

    Eph 5:26  para santificarla,  habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra,

    Eph 5:27  a fin de presentársela a sí mismo,  una iglesia gloriosa,  que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante,  sino que fuese santa y sin mancha.

    Eph 5:28  Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos.  El que ama a su mujer,  a sí mismo se ama.

    Eph 5:29  Porque nadie aborreció jamás a su propia carne,  sino que la sustenta y la cuida,  como también Cristo a la iglesia,

    Eph 5:30  porque somos miembros de su cuerpo,  de su carne y de sus huesos.

    Eph 5:31  Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre,  y se unirá a su mujer,  y los dos serán una sola carne.

    Eph 5:32  Grande es este misterio;  mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia.

    Cuando un esposo cumple a cabalidad con lo que dice este pasaje bíblico, es muy remota la posibilidad que su esposa piense siquiera en cometer el pecado de adulterio. Es muy recomendable que tanto esposa como esposo se sometan a un proceso de discipulado con la finalidad de que aprendan lo que dice la Biblia sobre la pareja cristiana y sobre el hogar cristiano. Todo lo dicho va a funcionar bien en la medida que la esposa infiel reconozca su pecado, lo confiese y se aparte, y en la medida que el esposo esté dispuesto a perdonar, pero si este no es el caso, es decir si la esposa infiel intenta persistir en la infidelidad y el esposo se resiste a perdonar, es posible que ese matrimonio se vea amenazado por una separación o un divorcio, algo que no es la voluntad de Dios y que tiene serias repercusiones tanto el la vida de la pareja como en la vida de los hijos que han procreado. Que Dios en su gracia no permita que algo así llegue a pasar.

  • Quienes no somos el pueblo de Israel, ¿también se nos demanda guardar el séptimo día de la semana como día de reposo?

    Nosotros quienes no somos el pueblo de Israel, ¿también se nos demanda guardar el séptimo día de la semana como día de reposo? ¿es un mandamiento para la iglesia?

    Guardar el séptimo día de la semana como día de reposo fue una señal del pacto que Dios hizo con su pueblo escogido Israel. Ezequiel 20:10-12 dice: Los saqué de la tierra de Egipto, y los traje al desierto,
    Eze 20:11 y les di mis estatutos, y les hice conocer mis decretos, por los cuales el hombre que los cumpliere vivirá.
    Eze 20:12 Y les di también mis días de reposo, para que fuesen por señal entre mí y ellos para que supiesen que yo soy Jehová que los santifico.
    Según este pasaje bíblico y muchos otros más como este, el guardar el séptimo día como día de reposo jamás fue dado a los gentiles sino solamente a los judíos, el pueblo escogido de Dios, y por eso ha sido incorporado a la ley de Moisés como el cuarto mandamiento del decálogo. Siendo así, el asunto se reduce a lo siguiente: ¿Está el creyente bajo la ley en alguna forma? El Nuevo Testamento responde a esta pregunta en Romanos 6:14 donde dice: Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.
    Los creyentes no estamos bajo la ley sino bajo la gracia. Por tanto no estamos en obligación de guardar el séptimo día como día de reposo. Inclusive, el Nuevo Testamento condena que los creyentes guardemos días especiales. Note lo que dice Colosenses 2:16 Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo,
    De modo que, amable amigo por el hecho que guardar el séptimo día como día de reposo fue dado al pueblo de Israel como una señal de su pacto con Dios, y por cuanto la iglesia no es el pueblo de Israel, la iglesia no está en obligación de guardar ningún día como día de reposo, conforme a los mandatos del Nuevo Testamento. Además, el Nuevo Testamento insiste en el hecho que los creyentes no estamos bajo la ley sino bajo la gracia. Esto no significa que los creyentes podemos vivir como queramos, porque el Nuevo Testamento contiene nueve de los diez mandamientos como una norma de vida para que el creyente agrade a Dios. El único mandamiento que no consta es el cuarto, justamente aquel que tiene que ver con guardar el séptimo día como día de reposo. Insistir que los creyentes debemos guardar el séptimo día como día de reposo tiene serias implicaciones, porque por ejemplo implicaría que debemos guardar todo lo que Dios instituyó en la ley de Moisés, algo que es imposible. Implica también que se desprecia la obra del Señor Jesucristo en la cruz, porque él murió justamente para permitir que hombres pecadores como nosotros, podamos ser perdonados aparte de la ley de Moisés, por fe en su obra redentora. Los que tratan de guardar el séptimo día de la semana como día de reposo, para así ser salvos, en el fondo están diciendo: Yo soy salvo por obras, y la Biblia es clara cuando muestra que la salvación no es por obras sino por la sola fe. Tan pronto como nació la iglesia cristiana hubo personas que intentaron que los creyentes se sometan a algunos preceptos de la ley de Moisés. El Apóstol Pablo los confrontó con dureza. La reprensión está en la Epístola a los Gálatas. Pablo dice en esencia que se trata de un evangelio diferente del original, y por tanto está bajo maldición. Gálatas 1:6-9 dice: Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente.
    Gal 1:7 No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo.
    Gal 1:8 Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema.
    Gal 1:9 Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema.

  • ¿Un hogar cristiano el esposo asume su tarea igual a como lo hacia Jesús?

    En una prédica escuché que un hogar cristiano camina realmente con el Señor, cuando el padre de familia, el esposo, asume su tarea como rey, sumo sacerdote y profeta, igual a como lo hace Jesús. ¿Puede usted explicar lo que esto significa a la luz de la Palabra de Dios? También, ¿en qué parte de la Biblia se puede encontrar, si es que existe, una declaración igual o semejante? Muy agradecida por su respuesta y hasta la próxima. En estos momentos comienza su estudio bíblico sobre el Padre Nuestro y no quiero perdérmelo, aún cuando lo escuche varias veces al día, siempre encuentro una gran riqueza en ellos. Gracias nuevamente por escudriñar tan profundamente lo que nuestro Padre nos dice a nosotros, los creyentes, Sus hijos escogidos. ¡Ustedes son realmente una gran bendición!

    Usted ha oído en algún mensaje que los esposos deber ser profetas, sacerdotes y reyes, para que las cosas marchen bien en sus hogares y se pregunta básicamente dos cosas. ¿Dónde está esto en la Biblia? Y ¿Cuál sería el significado de esta declaración? Bueno, en cuanto a lo primero, no existe texto bíblico o pasaje bíblico en el cual aparezca textualmente que los esposos deben ser profetas, sacerdotes y reyes en sus hogares. Pero esto no significa que este concepto sea antibíblico por cuanto existen varios pasajes bíblicos en los cuales se ve que el rol o función de los esposos debe ser algo semejante a lo que cumplían los sacerdotes, los profetas y los reyes. Me explico mejor: Un sacerdote en el Antiguo Testamento era el que hablaba a Dios a nombre del pueblo. Pues un esposo debe hacer lo mismo en su hogar, debe hablar a Dios a nombre de los miembros de su familia. Tiene que ver con la intercesión ante Dios en oración. Los esposos deben ser intercesores en sus hogares. Note lo que dice Efesios 6:18 orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos;
    Esto no es algo que deben cumplir sólo los esposos, sino todo creyente en general. Debemos orar con toda perseverancia y súplica por todos los santos, cuanto más si los santos son los miembros de la familia, la esposa, los hijos. Complementario con esto, un profeta en el Antiguo Testamento era el que hablaba al pueblo a nombre de Dios. Pues un esposo debe hacer lo mismo en su hogar, debe hablar a los miembros de su familia a nombre de Dios. Note por ejemplo lo que Dios ordenó por medio de Moisés al pueblo de Israel. Se encuentra en Deuteronomio 6:6-7. La Biblia dice: Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón;
    Deu 6:7 y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes.
    Los judíos tenían la responsabilidad de conocer la palabra de Dios, de modo que puedan enseñar la palabra de Dios a sus hijos, hablando esa palabra de Dios cuando los hijos estén en la casa, o cuando los hijos estén andando por el camino, tanto al acostarse como al levantarse. Una forma de decir en todo tiempo y en toda circunstancia. Aquí tenemos a los padres cumpliendo una función parecida a la de los profetas, al hablar a los miembros de su hogar la palabra de Dios. Pero ahora pensemos en el oficio de los reyes en el Antiguo Testamento. Su función básicamente consistía en gobernar. Ellos eran la cabeza de sus naciones. Pues existe un parecido con el rol o función de los esposos en sus hogares. El esposo es el líder del hogar, o la cabeza del hogar. Note lo que dice Efesios 5:22-23 Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor;
    Eph 5:23 porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador.
    El esposo es cabeza de la esposa y por extensión es cabeza del hogar. Esto no significa que el esposo debe ser un tirano que tiene subyugados a su esposa y a sus hijos. El esposo debe ser un líder siervo, quien con amor gobierna sabiamente su hogar. Tenemos entonces que la función de un esposo en su hogar tiene evidentes paralelos con la función de un sacerdote, de un profeta y de un rey. Pero eso no es todo. La Biblia habla de que el Señor Jesús vino a este mundo como sacerdote, como profeta y como rey. Siendo así, el Señor Jesús es un excelente e inmejorable modelo para todos los esposos. Si los esposos fuéramos más efectivos imitando a nuestro modelo el Señor Jesús, estaríamos intercediendo sin cesar por los miembros de nuestro hogar, la parte del sacerdote, estaríamos enseñando con precisión la palabra de Dios a los miembros de nuestro hogar, la parte del profeta, y estaríamos gobernando con amor y sabiduría nuestro hogar, la parte del rey.

  • ¿Quienes son los testigos que menciona Apocalipsis 11:3?

    ¿Podrían ser Enoc, séptimo desde Adán y Elías el profeta, los dos testigos de Apocalipsis 11:3? Esto lo señalo no porque me importe saber los nombres de ellos, sino porque me parece que Moisés no cumple con las características de los personajes que allí se señalan, tal como Ustedes insinúan en un estudio acerca de los dos testigos en su pagina Web. Mi duda y consulta nace principalmente debido a que Enoc y Elías no pasaron por la muerte, como se señala en Hebreos 11:5-6 y en 2 Reyes 2:11. Además todo ello sustentado por lo que la Biblia señala en Hebreos 9:27 que esta dado para los hombres morir una vez y después el Juicio, requisito que no cumpliría Moisés si fuera uno de los dos testigos, ya que moriría dos veces. Esto considerando lo que dice Apocalipsis 11:7 de que cuando hayan
    acabado su testimonio la bestia que sube del abismo hará guerra contra ellos, los vencerá y los matará. También sabemos que resucitarán según Apocalipsis 11:11-12. Por último en el estudio publicado por Ustedes en su pagina Internet sobre los tipos de Resurrección, según 1 Corintios 15:23-24, es decir, primero
    Cristo, después los creyentes de la época de Iglesia, al final de la tribulación los creyentes del antiguo Testamento y los muertos en la gran Tribulación (Donde se encuentra Moisés) y al final del Milenio la resurrección de los incrédulos. Ello también afirma que no podría ser Moisés, porque de lo contrario resucitaría dos veces, como uno de los dos testigos y como creyente del Antiguo Testamento, al final de la tribulación. Aquí nace mi otra consulta ¿Dónde queda ésta Resurrección de los dos testigos dentro del esquema que se presenta en 1 Corintios 15:23-24? Espero que me corrijan si me equivoco, pero creo entender, que para ser uno de los dos testigos, es necesario que dicha persona no haya pasado por la muerte para no contradecir la palabra de Dios, es decir, para que no hayan dos muertes y dos resurrecciones en una misma persona. Y como Enoc caminó con Dios se puede interpretar que tenía el poder de hacer cosas tan grandes como Elías y Moisés, porque tenía fe y agradó a Dios (Hebreos 11:5)

    Muy interesante su consulta amigo. Muchas gracias. Vamos a dar lectura al pasaje bíblico que se encentra en Apocalipsis 11:3-12 para que nuestros amigos oyentes sepan de qué estamos hablando. La Biblia dice: Y daré a mis dos testigos que profeticen por mil doscientos sesenta días, vestidos de cilicio.
    Rev 11:4 Estos testigos son los dos olivos, y los dos candeleros que están en pie delante del Dios de la tierra.
    Rev 11:5 Si alguno quiere dañarlos, sale fuego de la boca de ellos, y devora a sus enemigos; y si alguno quiere hacerles daño, debe morir él de la misma manera.
    Rev 11:6 Estos tienen poder para cerrar el cielo, a fin de que no llueva en los días de su profecía; y tienen poder sobre las aguas para convertirlas en sangre, y para herir la tierra con toda plaga, cuantas veces quieran.
    Rev 11:7 Cuando hayan acabado su testimonio, la bestia que sube del abismo hará guerra contra ellos, y los vencerá y los matará.
    Rev 11:8 Y sus cadáveres estarán en la plaza de la grande ciudad que en sentido espiritual se llama Sodoma y Egipto, donde también nuestro Señor fue crucificado.
    Rev 11:9 Y los de los pueblos, tribus, lenguas y naciones verán sus cadáveres por tres días y medio, y no permitirán que sean sepultados.
    Rev 11:10 Y los moradores de la tierra se regocijarán sobre ellos y se alegrarán, y se enviarán regalos unos a otros; porque estos dos profetas habían atormentado a los moradores de la tierra.
    Rev 11:11 Pero después de tres días y medio entró en ellos el espíritu de vida enviado por Dios, y se levantaron sobre sus pies, y cayó gran temor sobre los que los vieron.
    Rev 11:12 Y oyeron una gran voz del cielo, que les decía: Subid acá. Y subieron al cielo en una nube; y sus enemigos los vieron.
    Estoy totalmente de acuerdo con Usted en cuanto a que no es un asunto fundamental el saber la identidad de los dos testigos que se mencionan en este pasaje bíblico. El Nuevo Testamento no menciona sus nombres y por tanto no podemos ser dogmáticos identificando por nombre a estos dos testigos. En nuestros estudios bíblicos sobre este tema, nos hemos limitado a hacer notar el parecido entre las señales milagrosas que realizarán estos dos testigos y las señales milagrosas que realizaron Moisés y Elías en su tiempo, y sobre esta base, ciertamente muy endeble, simplemente sugerimos que los dos testigos de Apocalipsis 11 podrían ser Moisés y Elías. Muchos maestros bíblicos han optado por una posición similar, tales como John McArthur quien en las notas alusivas a Apocalipsis 11:5-6 dice textualmente: Aunque es imposible ser dogmáticos en cuanto a la identidad de estos dos testigos, varias observaciones sugieren que podrían ser Moisés y Elías. Primero, al igual que Moisés azotan la tierra con plagas y como Elías, tienen poder para detener la lluvia. Segundo, en la tradición judía se esperaba que tanto Moisés, en Deuteronomio 18:15-18 como Elías en Malaquías 4:5-6 regresaran en el futuro, según Juan 1:21. Tercero, tanto Moisés como Elías estuvieron presentes en la transfiguración, la visión anticipada de la segunda venida de Cristo. Cuarto, tanto Moisés como Elías emplearon medios sobrenaturales para motivar el arrepentimiento. Quinto, Elías fue llevado vivo al cielo y Dios sepultó el cuerpo de Moisés donde jamás podría ser hallado y sexto, la duración de la sequía que los dos testigos traerán, tres años y medio es la misma que tuvo lugar por intervención de Elías en el Antiguo Testamento, según Santiago 5:17. Otro que tiene una posición similar es Charles Ryrie, quien en sus notas sobre Apocalipsis 11:5-6 dice textualmente: Los poderes milagrosos de los dos testigos nos recuerdan los de Elías y Moisés, luego da las citas donde se comprueba esto en el Antiguo Testamento. Sin embargo, existen otros maestros bíblicos quienes no se atreven ni siquiera a sugerir nombres para identificar a los dos testigos. Uno de ellos es Dwight Pentecost, quien en su libro Eventos del Porvenir, página 236 dice: Parece mejor concluir diciendo que la identidad de estos hombres es incierta. Con toda probabilidad no son hombres que vivieron antes y han sido restaurados, sino que son dos hombres que surgen como un testimonio especial, a quienes les es dado el poder de hacer milagros. En los comentarios que he consultado, no he encontrado ninguno que sostenga que los dos testigos son Enoc y Elías, pero eso no significa que no haya maestros bíblicos que como Usted, han llegado a esta conclusión. Sin embargo, permítame citar lo que dice Dwight Pentecost en su libro Eventos del Porvenir acerca de que uno de los testigos puede ser Enoc. Dice textualmente. Parece haber varios argumentos contra la identificación de Enoc como uno de estos testigos. Primero, es un hecho declarado que Enoc fue traspuesto para no ver muerte, según Hebreos 11:5. En vista de esto, difícilmente se podría declarar que él regresaría para morir. Segundo, parece que el profeta antediluviano no sería enviado en un tiempo en que Dios estará tratando con Israel. Tercero, la posición de Enoc y Elías en la traslación no difiere de la de los santos del Antiguo Testamento que están delante de Dios mediante la muerte física. Sus medios de entrada fueron diferentes, pero no su posición al entrar. De aquí que el hecho de haber sido arrebatados no requiere una diferencia de estado, ni hace necesario que regresen para morir. Bueno, amable oyente, por estas razones algunos maestros bíblicos, descartan a Enoc como uno de los dos testigos de Apocalipsis 11. En definitiva, no se puede saber con certeza quienes serán esos dos testigos. Lo que si se puede saber con certeza es lo que van a hacer y lo que les van a hacer, por cuanto esto ha sido expresamente declarado por Dios en el Nuevo Testamento. Usted descarta a Moisés como uno de los probables testigos de Apocalipsis 11, basándose solamente en que por cuanto ya murió una vez no puede volver a morir, porque la Biblia dice que está establecido que los hombres mueran una sola vez y después de esto el juicio, según Hebreos 9:27. Pero su argumento es bastante endeble, por cuanto han existido casos en los cuales hombres han muerto más de una vez, tal es el caso de Lázaro de Betania, el hermano de María y Marta, quien murió, pero el Señor Jesucristo le hizo resucitar, pero después debe haber vuelto a morir físicamente y está esperando la resurrección. Lo mismo podríamos decir de todas las personas que han muerto y han resucitado en la Biblia, excepto Cristo Jesús. Cuando la Biblia dice que está establecido que los hombres mueran una sola vez, está planteando una regla general para toda la humanidad, pero la regla tiene sus excepciones, como el caso ya anotado y como el caso de todos los creyentes que estén vivos cuando ocurra el rapto de la iglesia quienes no van a experimentar la muerte física, a pesar que la Biblia dice que está establecido que los hombres mueran una vez. Por último, Usted se pregunta dónde ubicar la resurrección de los dos testigos. El pasaje en Apocalipsis dice que va a ocurrir tres días y medio después que murieron, todavía dentro de la tribulación, y ante la mirada estupefacta de todos sus enemigos van a subir al cielo en una nube. La resurrección de Cristo, la resurrección de los creyentes, la resurrección de los dos testigos, la resurrección de los creyentes de la tribulación y la resurrección de los santos del Antiguo Testamento son parte de lo que la Biblia llama la primera resurrección o la resurrección de vida. La segunda resurrección está reservada para los incrédulos y ocurrirá al final del milenio, como paso previo al juicio del gran trono blanco. Es la resurrección para condenación.

  • ¿Los locos están poseídos por demonios?

    Mi tío ya tiene nueve años de estar interno en una institución para personas con problemas mentales. Según los facultativos mi tío está loco. Sin embargo, mi preocupación aumento al escuchar que la mayoría de los que están locos en realidad están poseídos de demonios. Mi tío era creyente, pero no puedo estar seguro de eso. Nos pregunta si los locos están poseídos de demonios y si el comportamiento extraño de ellos se debe a la posesión demoníaca.

    Gracias por su consulta. Siento mucho por la situación que está pasando su tío, amigo oyente. Asumo que Usted ha recibido a Cristo como su personal Salvador y por tanto es un genuino creyente, un hijo de Dios. Siendo así, le animo a descansar en Dios, sabiendo que Él está en control de la situación, aun cuando a los ojos humanos parecería como que ya no hay esperanza para su tío. No olvide que Dios tiene un propósito para todo lo que sucede en la vida de los que somos sus hijos. Pero además de animarle, como hermano en la fe le exhorto a no dar crédito a todo lo que la gente dice. Cuando alguien da como un hecho todo lo que oye decir a la gente, tarde o temprano se va a encontrar en graves problemas. Quien tiene la última palabra en las cosas espirituales es Dios, no la gente. Dios ha comunicado en su Palabra, la Biblia, todo lo que el hombre necesita saber sobre las cosas espirituales. De manera que dejemos que sea la Biblia quien responda sus inquietudes. En la Biblia se ve que hubo casos de personas poseídas por demonios, eso es un hecho. En cada caso de posesión demoníaca hubo alguna manifestación de comportamiento extraño. Pero lo que está mal es que generalicemos tanto, al punto que cada vez que vemos ese mismo comportamiento extraño en alguien, asumamos gratuitamente que se trata de posesión demoníaca. Permítame un par de ejemplos para ilustrar mi punto. El primero se encuentra en Mateo 9:32 donde dice: Mientras salían ellos, he aquí, le trajeron un mudo, endemoniado.
    En este caso en particular, el hombre endemoniado había perdido el habla, era mudo, pero no por eso podemos generalizar y afirmar que todo mudo está endemoniado. El segundo se encuentra en Mateo 12:22 donde dice: Entonces fue traído a él un endemoniado, ciego y mudo; y le sanó, de tal manera que el ciego y mudo veía y hablaba.
    En este caso, el hombre endemoniado, además de mudo era ciego, pero no por eso podemos afirmar que todo ciego está endemoniado. No, amigo oyente, no podemos caer en este error. Pero esto es justamente lo que han hecho las personas que le han dicho que todos los locos están endemoniados. El Nuevo Testamento relata una historia acerca de un muchacho endemoniado que estaba loco. Se encuentra en Mateo 17:14-18 donde dice: Cuando llegaron al gentío, vino a él un hombre que se arrodilló delante de él, diciendo:
    Mat 17:15 Señor, ten misericordia de mi hijo, que es lunático, y padece muchísimo; porque muchas veces cae en el fuego, y muchas en el agua.
    Mat 17:16 Y lo he traído a tus discípulos, pero no le han podido sanar.
    Mat 17:17 Respondiendo Jesús, dijo: ¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros? ¿Hasta cuándo os he de soportar? Traédmelo acá.
    Mat 17:18 Y reprendió Jesús al demonio, el cual salió del muchacho, y éste quedó sano desde aquella hora.
    El adjetivo lunático significa alguien que padece locura, no continuamente sino por intervalos. El demonio que había poseído a este muchacho le producía esta locura. Pues de aquí se toman los que absurdamente creen que todo loco está endemoniado. Algo tan ilógico como asumir que todo mudo está endemoniado o que todo ciego está endemoniado, sólo porque la Biblia presenta el cado de endemoniados que eran mudos o ciegos. Ahora en cuanto a su tío que ya lleva como nueve años internado en una Institución para personas con problemas mentales, Usted dice que alguna vez su tío recibió a Cristo como su único y personal Salvador. Asumiendo esto, entonces es imposible que su tío esté poseído de demonios. No porque yo lo diga sino porque la palabra de Dios dice que cuando una persona recibe a Cristo como Salvador, llega a ser morada o habitación del Espíritu Santo. Note lo que Pablo dijo a los creyentes de Corinto, según 1 Corintios 6:19 ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?
    El creyente es templo del Espíritu Santo, amigo oyente. El Espíritu Santo no puede compartir el mismo templo con Satanás o los demonios. Un genuino creyente no puede ser poseído de demonios. Si damos por sentado que su tío es genuino creyente, debemos descartar la posesión demoníaca como razón para su estado mental. Sin embargo, Satanás y sus demonios pueden ejercer su influencia maligna sobre los creyentes, principalmente sobre aquellos creyentes que por su pecado abren una puerta para que Satanás y sus demonios lancen sus ataques. A esto parece hacer referencia textos como Efesios 4:26-27 donde dice: Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo,
    Eph 4:27 ni deis lugar al diablo.
    Dar lugar al diablo significa dar al diablo una oportunidad en nuestra vida para que nos lance sus ataques. Es como cuando un escuadrón de soldados de elite se introduce encubiertamente en territorio enemigo para desde allí organizar los ataques al enemigo, lo que normalmente se llama una cabeza de playa. Pues, cuando el creyente peca, Satanás y sus demonios han creado una cabeza de playa en la vida de ese creyente, para desde allí lanzar sus ataques. No es que Satanás y sus demonios están poseyendo al creyente, sino que están ejerciendo influencia maligna sobre él. Esto explica el por qué cuando los creyentes genuinos comienzan a vivir vidas desordenadas, vidas de pecado, inmediatamente se envuelven en dudas, en inseguridad, en culpa, de desánimo. Estos creyentes están siendo víctimas de una influencia maligna porque con su pecado dieron lugar al diablo. ¿Qué hacer en este caso? Varias cosas. Primero, reconocer, confesar y apartarse del pecado. Proverbios 28:13 dice: El que encubre sus pecados no prosperará;
    Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia.
    Segundo, es necesario vestirse de la armadura de Dios. ¿En qué consiste esta armadura? Veámoslo. Se encuentra en Efesios 6:10-18. Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza.
    Eph 6:11 Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.
    Eph 6:12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.
    Eph 6:13 Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes.
    Eph 6:14 Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia,
    Eph 6:15 y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz.
    Eph 6:16 Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.
    Eph 6:17 Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios;
    Eph 6:18 orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos;
    El escudo de la fe sirve para apagar todos los dardos de fuego del maligno. La fe en este caso significa la obediencia a la palabra de Dios. Si estamos obedeciendo a Dios, el diablo y sus demonios no pueden hacer su cabeza de playa en nuestra vida. Tercero, vivir confiando en las promesas de Dios. Son tantas, pero por falta de tiempo permítame citar solamente una. Se encuentra en Isaías 26:3 donde dice: Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado.
    Esta es una promesa condicionada. La promesa es vivir en completa paz. Algo que todos queremos. La condición es que nuestra mente, nuestro pensamiento persevere o se mantenga en Dios, o en su palabra. Volviendo a su tío, puede ser que su desorden mental se deba a alguna influencia maligna o podría atribuirse a algún problema orgánico en su cerebro. Si se descarta la influencia maligna, se debería concluir que es un problema médico y serán los facultativos capacitados en esta rama de la medicina quienes diagnostiquen y recomienden las medicinas requeridas. Le recomiendo que haga lo posible por estar cerca de su tío, aprovechando sus momentos de lucidez, para animarle y ayudarle en su fe.

  • ¿Cómo puedo prepararme para no dejarme confundir y hablar con sabiduría e inteligencia a la luz de la Biblia?

    Atiendo un almacén en el cual procuro ser amable y educada con los clientes. Comparto la palabra a aquellos que me lo permiten. Sobre la vitrina hay tarjetitas para promocionar la emisora BBN . Sin embargo cuando entran mormones no toco el tema espiritual. Cuando entran testigos de Jehová los he confrontado con al palabra, pero pasan tantas veces que ya me incomodan. Hoy entró un adventista y habla como si tuviera una sana doctrina. A él le compro pan horneado en casa. Mi pregunta es ¿hago mal al comprar algo a una de estas personas? ¿Cuál debe ser mi actitud con ellos? ¿Cómo puedo prepararme para no dejarme confundir y hablar con sabiduría e inteligencia a la luz de la Biblia?

    Gracias por su consulta. Reciba mis felicitaciones por ser amable y educada en su trabajo como dependiente de un almacén. Estoy seguro que esta conducta le abrirá muchas puertas para compartir las buenas nuevas de salvación en Cristo. La única recomendación que me gustaría hacer es que no asuma de antemano que alguien tal vez no estaría interesado en oír el Evangelio. Todo ser humano, independientemente de la religión que profese necesita escuchar el Evangelio, no importa si es Mormón o Testigo de Jehová o Adventista, o cualquier otra afiliación religiosa. Inclusive los Evangélicos necesitan oír el mensaje del Evangelio, porque no son pocos los Evangélicos que de Evangélicos sólo tienen el nombre debido a que en su vida personal jamás han experimentado el nuevo nacimiento que resulta única y exclusivamente de recibir por la fe al Señor Jesucristo como Salvador. Su misión no es hacer que la gente reciba a Cristo como Salvador. Esa es una obra espiritual que solamente Dios lo puede hacer, por medio de su Palabra y el poder del Espíritu Santo. Su misión es simplemente anunciar. Si la gente oye el mensaje y recibe a Cristo como Salvador, no es para que Usted se gloríe o reclame crédito por ello. De igual manera, si la gente no quiere oír el mensaje y por tanto no recibe a Cristo como Salvador, no es para vergüenza suya. Simplemente significa que esa persona no quiere saber nada de Dios por el momento. A lo mejor más tarde Dios hace la obra sobrenatural de dar vida a una persona que hasta ese momento ha estado muerta espiritualmente. Me imagino que habrá dialogado bastante con el cliente adventista y hasta donde Usted pudo discernir, tiene una buena doctrina. Pues, con mucho respeto y amor, le diré que tenga mucho cuidado, porque si Usted indagara más a fondo, encontrará algunas inconsistencias entre lo que los Adventistas creen y lo que dice la Biblia, especialmente en lo que tiene que ver con la vida eterna, la vida después de la muerte y lo que significa vivir en gracias, disfrutando de la libertad de las obras de la ley. Su inquietud tiene dos partes. La primera: ¿Está bien que compre pan horneado en casa a un Adventista? Pues le diré que si el producto es de buena calidad y el precio es conveniente, está muy bien. Mire, amiga oyente, si tuviéramos que hacer transacciones mercantiles solamente con personas creyentes, hace tiempo que estaríamos en graves aprietos. El dueño de la casa que alquilo tendría que ser creyente. El carnicero tendría que ser creyente, el lechero, igual. La compañía que provee electricidad, agua, gas tendría que ser de creyentes. ¿Cómo puedo saber si el dueño del negocio donde compro combustible es o no creyente? Y si los accionistas del Banco donde deposito mi dinero no son creyentes, ¿estaría en pecado? Sería cosa de locos si la Biblia demandara que las transacciones indispensables para la vida se tengan que hacer solamente entre creyentes. Gracias a Dios que no es así, de modo que, adelante, siga comprando pan horneado en casa a ese hombre que es Adventista. No olvide sin embargo de compartir el mensaje del Evangelio en cada compra, evitando las discusiones que no conducen a nada. Jamás ha sido ganada un alma para Cristo como resultado de una discusión teológica. La otra parte de su inquietud, tiene que ver con como ser más efectiva compartiendo la palabra de Dios con otros de modo que no sea arrastrada en algún error doctrinal. Al respecto me gustaría citar el pasaje bíblico que se encuentra en 1 Pedro 3:13-16 donde dice: ¿Y quién es aquel que os podrá hacer daño, si vosotros seguís el bien?
    1Pe 3:14 Mas también si alguna cosa padecéis por causa de la justicia, bienaventurados sois. Por tanto, no os amedrentéis por temor de ellos, ni os conturbéis,
    1Pe 3:15 sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros;
    1Pe 3:16 teniendo buena conciencia, para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, sean avergonzados los que calumnian vuestra buena conducta en Cristo.
    Se puede distinguir tres acciones en este pasaje bíblico que le ayudarán a ser efectiva confrontando los errores doctrinales de personas que hablen con Usted. Primero: Santificar a Dios el Señor en su corazón. El corazón es el santuario en el cual el Señor Jesucristo prefiere ser adorado. Si Usted vive en comunión sumisa con el Señor Jesús, en amor y obediencia a él, no debe haber ningún temor de caer en algún engaño doctrinal. Segundo: Estar siempre preparada para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que demande razón de la esperanza que hay en Usted. Lo que esto significa es que Usted debe invertir suficiente tiempo en conocer y comprender la palabra de Dios. De esta manera estará en capacidad de defender lo que cree con humildad y prudencia, de una manera comprensible, razonable y sobre todo bíblica. Mientras más conozca y comprenda la palabra de Dios más difícil se hará que caiga en algún error doctrinal y más fácil que reconozca el error doctrinal. He oído que a los detectives del FBI que están en entrenamiento para detectar billetes falsos, jamás les exponen a un billete falso, sino que les enseñan a notar hasta los más mínimos detalles de los billetes verdaderos, de manera que la primera vez que tienen ante sus ojos un billete falso no tienen ningún problema en reconocer la falsedad. ¿Por qué? Pues porque conocen tan bien lo verdadero. Así debe ser con Usted y con todos los creyentes. Debemos conocer tan bien la verdad de la Biblia que tan pronto leamos u oigamos algo doctrinalmente errado lo detectemos inmediatamente. Esto representa un esfuerzo denodado y consciente por estudiar la Biblia. No es cuestión de solamente leer por aquí y por allá sin entender siquiera lo que se está leyendo. Usted necesita hacer un estudio sistemático de toda la Biblia, desde Génesis hasta Apocalipsis. Es una empresa que toma todo una vida, pero los réditos son incalculables, no sólo para esta vida sino también para el más allá. Tercero: Tener buena conciencia. La conciencia es el árbitro que Dios ha puesto en los creyentes para hacerles saber sobre el pecado que han cometido. Una buena conciencia es aquella que no tiene nada de que acusar a su dueño, porque éste ha reconocido el pecado, lo ha confesado y se ha apartado. La vida cristiana no consiste sólo en acumular conocimiento bíblico intelectual, sino también en aplicar ese conocimiento bíblico intelectual al diario vivir. No debemos ser oidores olvidadizos sino hacedores de la palabra. Su testimonio como hija de Dios debe ser intachable, de modo que cuando Usted hable a nombre de Dios, la gente que le escucha vea los cambios que Dios ha hecho en Usted. Su buen testimonio como creyente, hará que la gente se sienta interesada en Dios. Pero por contraste, su mal testimonio como creyente, hará que la gente no quiera saber nada de Dios. En conclusión, amiga oyente, si Usted se esmera por aplicar esto que hemos visto en la palabra de Dios estará en una posición inmejorable para compartir con todo denuedo la palabra de Dios, sin el más mínimo temor de ser arrastrada por algún error doctrinal. No es cuestión de embarcarse en un debate teológico y salir victoriosa. Es cuestión de que con amor y mucho respeto exponga lo que dice la Biblia. Lo que eventualmente va a derribar cualquier barrera espiritual en los que le oyen, no será su elocuencia o su habilidad para debatir, sino la palabra de Dios bien utilizada, en dependencia absoluta del Espíritu Santo. Que el Señor le motive a actuar conforme a esto.

  • Personas destinadas para condenación

    En Judas 4 dice el texto bíblico que algunas personas han sido desde antes destinadas para condenación, y he leído que Dios no quiere que ninguno se pierda, sino que todos sean salvos. ¿Cómo puedo explicar esta aparente contradicción? No puedo creer que Dios destine a alguien para perdición.

    Gracias por su consulta. Usted tiene toda la razón al afirmar que la voluntad de Dios es que ninguno perezca sino que todos procedan al arrepentimiento. 2 Pedro 3:9 dice: El Señor no retarda su promesa,  según algunos la tienen por tardanza,  sino que es paciente para con nosotros,  no queriendo que ninguno perezca,  sino que todos procedan al arrepentimiento.

    Siendo así, es de esperarse que Dios no predestine a nadie para condenación, como efectivamente se ve en la Biblia. Lo que la Biblia presenta es una paradoja en la salvación. Los que somos salvos hemos sido elegidos para ser salvos antes de la fundación del mundo, pero los que no son salvos, se condenan, no por no haber sido elegidos para ser salvos antes de la fundación del mundo, sino porque voluntariamente rechazan la oferta de salvación en Cristo. Con esto en mente permítame leer el texto que se encuentra en Judas 4. La Biblia dice: Porque algunos hombres han entrado encubiertamente,  los que desde antes habían sido destinados para esta condenación,  hombres impíos,  que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios,  y niegan a Dios el único soberano,  y a nuestro Señor Jesucristo.

    Leído a la ligera, parecería que este versículo está diciendo que Dios ha predestinado, o decidido de antemano que algunos hombres terminen en condenación. Estos hombres son los apóstatas. Pero no hay tal. La Biblia nunca enseña que alguien sea predestinado para condenación. Cuando los hombres se salvan es por la soberana gracia de Dios. Pero cuando los hombres se condenan es por su propio pecado y desobediencia. Lo que este versículo está diciendo es que la condenación que van a recibir los apóstatas ha sido decidida por Dios con anticipación. El versículo no está hablando de que Dios ha determinado con anticipación quien va a ser apóstata. Lo que está diciendo el versículo es que cuando alguien por su propia voluntad se desvía del camino de la verdad y por su propia voluntad decide ser un apóstata, entonces lo que le espera es la condenación que de antemano Dios ha determinado para todo apóstata.

  • Creer en Cristo o creerle a Cristo

    He encontrado dificultad en evangelizar a algunas personas no creyentes. Me dicen que ellos también creen en Cristo y que reciben milagros y que sus oraciones son contestadas. Cuando yo les hablo de las obras de la ley y de la fe en Cristo, me salen con que ellos tienen fe en Cristo, pero lo dicen sólo de palabra, sin entender lo que están afirmando. ¿Cómo puedo hacerles entender claramente el error en el que se hallan? ¿Qué palabras bíblicas se aplican a este problema tan delicado?

    Gracias por su consulta amiga . Comienzo por felicitarle por su deseo de compartir el Evangelio con otras personas. Habrá algunos que oyen el mensaje, no lo entienden en absoluto, y muy pronto se olvidan de lo que oyeron y siguen viviendo sin pensar siquiera en su condición espiritual. Habrá otros que oyen el mensaje, y al momento lo reciben con gozo, pero cuando vienen las pruebas de la vida, se desaniman y rehúsan seguir al Señor. Habrá otros que oyen el mensaje, parece que lo aceptan, pero muy pronto se nota que no pasó nada, porque más les interesa los afanes de este mundo y el engaño de las riquezas. Habrá otros que oyen el mensaje, lo entienden totalmente y de todo corazón, con sinceridad reciben a Cristo como su Salvador y esta decisión transforma totalmente sus vidas. El Señor Jesús habló de estas cuatro diferentes respuestas al mensaje del Evangelio, en lo que se conoce como la parábola del sembrador. Usted se siente algo frustrada porque algunas personas a quienes ha compartido el mensaje del Evangelio han dicho que ya creen en Cristo, y que sus oraciones son contestadas y hasta han recibido milagros. Bueno, existe la posibilidad de que estas personas sean ya creyentes y por eso han respondido de esa manera, pero también existe la posibilidad de que no sean creyentes aunque esté convencidas de que lo son. Esto último es lo que Usted piensa en cuanto a las personas a quienes compartió el Evangelio. Lo que pasa es que mucha gente piensa que cree en Cristo por el sólo hecho de ser miembro de alguna religión que tiene algo que ver con Cristo, no importa cuál religión sea. Mucha gente piensa que debe tener comunión con Dios porque cuando le pide algo, recibe lo que pide. Mucha gente piensa que Dios está con ellos porque han sido librados milagrosamente de algún peligro. Pero no debemos olvidar lo que dice Santiago 2:19 donde leemos: Tú crees que Dios es uno;  bien haces.  También los demonios creen,  y tiemblan.

    Hasta los demonios creen que Dios es uno, y no sólo eso, sino que tiemblan, pero no por eso dejan de ser siervos de Satanás y por tanto enemigos de Dios. Una cosa es creer en Dios o creer en Cristo y otra muy diferente es creer a Dios o creer a Cristo. Creer a Cristo significa conocer lo que Él ha dicho y hacer lo que Él ha dicho. Aquí radica la falla de muchos que dicen que creen en Cristo o que creen en Dios. El Nuevo Testamento presenta un episodio por demás trágico de personas que profetizaban, hacían obras sobrenaturales y todo en el nombre de Cristo, pero sin tener a Cristo en su vida. Ponga atención a lo que dice Mateo 7:21-23 No todo el que me dice:  Señor,  Señor,  entrará en el reino de los cielos,  sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.

    Mat 7:22  Muchos me dirán en aquel día:  Señor,  Señor,  ¿no profetizamos en tu nombre,  y en tu nombre echamos fuera demonios,  y en tu nombre hicimos muchos milagros?

    Mat 7:23  Y entonces les declararé:  Nunca os conocí;  apartaos de mí,  hacedores de maldad.

    No es cuestión de invocar al Señor de labios para afuera para poder entrar al reino de los cielos. Es algo más que eso. Implica un nuevo nacimiento, que hace posible el que cumplamos con la voluntad del Padre que está en los cielos. El Señor Jesús dijo que llegará un día, el día que el mundo llama el día del juicio, cuando no pocos, sino muchos estarán ante la persona del Señor y sabiendo que están en condenación, dirán al Señor: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Note, eran personas como las que Usted menciona en su consulta, que dicen que creen en Cristo, que reciben lo que piden en oración y que hasta milagros reciben. Pero estas personas no eran salvas, porque jamás habían sometido su voluntad a la voluntad de Dios, jamás habían recibido al Señor Jesucristo como Salvador. Por eso, estas personas escucharán las fatídicas palabras del Señor: Nunca os conocí. Apartaos de mí, hacedores de maldad. Estas personas profetizaban en el nombre del Señor, echaban demonios en el nombre del Señor, hacían milagros en el nombre del Señor, pero no hacían la voluntad del Señor sino la voluntad de Satanás. Nunca tuvieron una relación íntima y personal con el Señor y prueba de ellos es que su vida estaba caracterizada por hacer el mal. Cuando nos encontramos con personas que no quieren obedecer lo que dice Dios en su palabra, porque según ellos ya creen en Cristo y Dios les contesta las oraciones y reciben hasta milagros, es necesario reconocer que Dios necesita intervenir en estas personas haciendo su obra de quitar la venda espiritual que no les permite ver su triste condición espiritual como pecadores separados de Dios. Nosotros podemos orar a Dios pidiendo por esto, pero Dios tiene la última palabra. Él sabrá como lo hace y cuando lo hace. Algo que sí podemos hacer, además de orar, es compartir con estas personas el plan de salvación, poniendo énfasis en que el hombre es pecador, según Romanos 3:23, señalando que el hombre está en peligro de recibir eterna condenación por el hecho de ser pecador, según Romanos 6:23, indicando que Dios ama al pecador conforme a lo que dice Juan 3:16 y que por ese amor Dios envió a su Hijo unigénito para que muera en lugar del pecador, según Romanos 5:8 y finalmente invitando al pecador a reconocer que Cristo murió por él y por tanto debe recibirlo por la fe como Salvador personal, para llegar a ser hijo de Dios, según Juan 1:12. La palabra de Dios, y el poder del Espíritu Santo pueden derribar cualquier obstáculo que pueda poner el enemigo para evitar que el pecador halle salvación en Cristo Jesús.

  • El Espíritu Santo, seguridad de la salvación

    ¿Cómo puedo tener la seguridad de que he sido bautizado con el Espíritu Santo, si nunca he hablado en lenguas, no tengo poder, tampoco he podido servir en la iglesia, y no me he dado a conocer como cristiano en mi trabajo, porque siento temor? Llevo una vida metódica, no tomo, ni fumo, pero creo que eso no es suficiente.

    Gracias por su consulta. Me parece que la raíz de su problema es que está dando más crédito a lo que le han dicho que a lo que dice la palabra de Dios. ¿A qué me refiero? Pues al hecho que mucha gente dice que el bautismo con el Espíritu Santo es una obra posterior a la salvación, que se manifiesta en hablar en lo que ellos llaman lenguas y en la capacidad de hacer obras sobrenaturales. Pero nada más lejos de la verdad bíblica, amable oyente. La Biblia nos habla en primer lugar de que el Espíritu Santo no bautiza a nadie. Es el Señor Jesucristo quien bautiza al creyente con el Espíritu Santo. Esto es lo que se desprende de pasajes bíblicos como Mateo 3:11-12. Son las palabras de Juan el Bautista, quien preparó el camino al Señor Jesucristo. Ponga atención a lo dijo Juan el Bautista acerca del Señor Jesucristo. Dice así el texto: Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego.

    Mat 3:12 Su aventador está en su mano, y limpiará su era; y recogerá su trigo en el granero, y quemará la paja en fuego que nunca se apagará.

    Juan el Bautista dijo textualmente que aquel que venía tras él, quien no era otro sino el Señor Jesús, él os bautizará en Espíritu Santo y fuego. En segundo lugar, la Biblia dice que cuando un creyente es bautizado por el Señor Jesucristo con el Espíritu Santo, el resultado es que ese creyente es introducido en el Cuerpo de Cristo que es la Iglesia. Permítame leer 1 Corintios 12:13 para sustentar esta doctrina. Dice así el texto: Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.

    Ya hemos dicho que es el Señor Jesucristo quien bautiza al creyente con el Espíritu Santo. El verbo bautizar significa introducir o sumergir algo dentro de otra cosa. El bautismo con el Espíritu Santo es la obra que el Señor Jesucristo hace en el creyente, por medio de la cual el creyente es introducido o sumergido en el Cuerpo de Cristo que es la iglesia. Note también que el Señor Jesucristo bautiza a todo creyente. Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, dice el texto. Es decir que no hay creyente que no haya sido bautizado por el Señor Jesucristo con el Espíritu Santo. Esto es digno de notar, porque en la iglesia en Corinto, creyentes a quienes Pablo escribió su primera carta, había algunos que no estaban andando bien delante del Señor. Sin embargo, a pesar de eso, todos habían sido bautizados con el Espíritu Santo por el Señor Jesucristo. Observe además la conjugación del verbo “ser” en la frase: Fuimos todos bautizados en un cuerpo. Está en tiempo pasado. Esto significa que es una acción que ocurrió en el tiempo pasado en la vida de absolutamente todos los creyentes. Esto nos lleva a la tercera cosa que dice la Biblia acerca del bautismo con el Espíritu Santo. ¿Cuándo fueron bautizados los creyentes con el Espíritu Santo? Esta pregunta se responde en Efesios 1:13-14 donde dice: En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, Efesios 1:14 que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria.

    Según este texto, cuando una persona oye la palabra de verdad, el evangelio de su salvación, o las buenas nuevas de su salvación, y cree esta palabra y lo demuestra recibiendo a Cristo como su Salvador, esa persona llega a ser creyente y en consecuencia, es sellada con el Espíritu Santo. El Espíritu Santo es las arras, o la garantía, o el depósito anticipado, de todo lo que Dios nos ha prometido. El creyente entonces pasa a ser el templo o la morada del Espíritu Santo. Al tener el Espíritu Santo en su vida, el creyente llega a ser parte del Cuerpo de Cristo que es la iglesia. Ha sido bautizado por el Señor Jesucristo en el Espíritu Santo. Esto es lo que dice la Biblia en cuanto al bautismo con el Espíritu Santo. Como Usted podrá notar, hablando del bautismo con el Espíritu Santo, a ningún momento dice la Biblia que el hablar en lenguas es una evidencia de haber sido bautizado con el Espíritu Santo. Tampoco dice que el hacer obras sobrenaturales es una evidencia de haber sido bautizado con el Espíritu Santo. Si Usted ha recibido al Señor Jesucristo como su Salvador, y lo ha hecho de corazón, entonces Usted es creyente y ya ha sido bautizado con el Espíritu Santo. Como resultado, Usted es parte de ese selecto grupo de gente conocido como el Cuerpo de Cristo, la iglesia. ¿A quién va a creer? ¿A Dios o a los hombres? Algo que noto en su consulta es que Usted no está viviendo como Dios quiere que vivan sus hijos. Esto se desprende del hecho que Usted no está sirviendo en la iglesia y no está hablando de Cristo en su trabajo porque le da temor. Le felicito porque no toma ni fuma, pero Usted está en lo correcto, esto no es lo único que Dios espera de sus hijos. Pecado es hacer lo que no se debe hacer pero también no hacer lo que se debe hacer. Dios nos ha llamado a servirle en este mundo, Dios nos ha llamado a ser sus testigos en este mundo, no para ganarnos la salvación ni para tener seguridad de nuestra salvación, sino porque Cristo murió en lugar del pecador y por tanto los pecadores necesitan saber que están separados de Dios, que están en peligro de ser condenados eternamente. Necesitan saber que Dios les ama y por eso envió a su Hijo al mundo para que muera en lugar del pecador. El pecador necesita saber que con tan solo creer en Cristo y recibirle como su único y personal Salvador, queda perdonado de su pecado y llega a ser hijo de Dios. El pecador no sabe esto y nosotros los hijos de Dios hemos sido llamados para anunciar estas buenas nuevas. Usted dice que siente temor de hablar de Cristo a sus compañeros de trabajo y de servir en la iglesia. Hasta cierto punto es natural que sienta temor, todos lo hemos sentido cuando comenzamos a ser fieles testigos de Cristo, pero el temor se vence con la verdad de la palabra de Dios. Note lo que dice 2 Timoteo 1:7 Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.

    Usted ya tiene el poder para ser un efectivo testigo de Cristo, amigo oyente. Sólo hace falta que lo use. Despójese de ese temor que no viene de Dios, sino de Usted mismo o del enemigo de nuestras almas, y ármese del poder que ya tiene para hablar a otros de Cristo. Lo que necesita también es ser lleno del Espíritu Santo. La llenura del Espíritu Santo tiene que ver con quien tiene el control de su vida. La Biblia dice que cuando un creyente toma el control de su propia vida, va a producir cosas que no agradan a Dios. Pero cuando un creyente deja que el Espíritu Santo controle su vida, va a producir cosas que agradan a Dios. Note lo que dice Gálatas 5:16-23 Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne.
    Gal 5:17 Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.
    Gal 5:18 Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley.
    Gal 5:19 Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia,
    Gal 5:20 idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías,
    Gal 5:21 envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.
    Gal 5:22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
    Gal 5:23 mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.

    El ceder el control de la vida al Espíritu Santo es una decisión que todo creyente debe tomar. Esto ocurre cuando el creyente se mete de lleno en la palabra de Dios y en la oración y decide voluntariamente obedecer a todo lo que Dios le pida en su palabra. Conocimiento de la palabra más obediencia a la palabra resulta en llenura del Espíritu Santo. El creyente lleno del Espíritu Santo no lo manifiesta emitiendo un balbuceo incoherente que muchos llaman lenguas, ni tampoco en una manifestación de poderes sobrenaturales. Note como se manifiesta un creyente lleno del Espíritu Santo. Se encuentra en Efesios 5:18-21 donde dice: No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu,
    Eph 5:19 hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones;
    Eph 5:20 dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.
    Eph 5:21 Someteos unos a otros en el temor de Dios.

    La llenura del Espíritu Santo se manifiesta en una vida de alabanza y adoración al Señor, en una vida de agradecimiento al Señor y en una vida de sumisión a otros creyentes. Esto es lo que le hace falta amable oyente.