El Espíritu Santo, seguridad de la salvación

¿Cómo puedo tener la seguridad de que he sido bautizado con el Espíritu Santo, si nunca he hablado en lenguas, no tengo poder, tampoco he podido servir en la iglesia, y no me he dado a conocer como cristiano en mi trabajo, porque siento temor? Llevo una vida metódica, no tomo, ni fumo, pero creo que eso no es suficiente.

Gracias por su consulta. Me parece que la raíz de su problema es que está dando más crédito a lo que le han dicho que a lo que dice la palabra de Dios. ¿A qué me refiero? Pues al hecho que mucha gente dice que el bautismo con el Espíritu Santo es una obra posterior a la salvación, que se manifiesta en hablar en lo que ellos llaman lenguas y en la capacidad de hacer obras sobrenaturales. Pero nada más lejos de la verdad bíblica, amable oyente. La Biblia nos habla en primer lugar de que el Espíritu Santo no bautiza a nadie. Es el Señor Jesucristo quien bautiza al creyente con el Espíritu Santo. Esto es lo que se desprende de pasajes bíblicos como Mateo 3:11-12. Son las palabras de Juan el Bautista, quien preparó el camino al Señor Jesucristo. Ponga atención a lo dijo Juan el Bautista acerca del Señor Jesucristo. Dice así el texto: Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego.

Mat 3:12 Su aventador está en su mano, y limpiará su era; y recogerá su trigo en el granero, y quemará la paja en fuego que nunca se apagará.

Juan el Bautista dijo textualmente que aquel que venía tras él, quien no era otro sino el Señor Jesús, él os bautizará en Espíritu Santo y fuego. En segundo lugar, la Biblia dice que cuando un creyente es bautizado por el Señor Jesucristo con el Espíritu Santo, el resultado es que ese creyente es introducido en el Cuerpo de Cristo que es la Iglesia. Permítame leer 1 Corintios 12:13 para sustentar esta doctrina. Dice así el texto: Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.

Ya hemos dicho que es el Señor Jesucristo quien bautiza al creyente con el Espíritu Santo. El verbo bautizar significa introducir o sumergir algo dentro de otra cosa. El bautismo con el Espíritu Santo es la obra que el Señor Jesucristo hace en el creyente, por medio de la cual el creyente es introducido o sumergido en el Cuerpo de Cristo que es la iglesia. Note también que el Señor Jesucristo bautiza a todo creyente. Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, dice el texto. Es decir que no hay creyente que no haya sido bautizado por el Señor Jesucristo con el Espíritu Santo. Esto es digno de notar, porque en la iglesia en Corinto, creyentes a quienes Pablo escribió su primera carta, había algunos que no estaban andando bien delante del Señor. Sin embargo, a pesar de eso, todos habían sido bautizados con el Espíritu Santo por el Señor Jesucristo. Observe además la conjugación del verbo “ser” en la frase: Fuimos todos bautizados en un cuerpo. Está en tiempo pasado. Esto significa que es una acción que ocurrió en el tiempo pasado en la vida de absolutamente todos los creyentes. Esto nos lleva a la tercera cosa que dice la Biblia acerca del bautismo con el Espíritu Santo. ¿Cuándo fueron bautizados los creyentes con el Espíritu Santo? Esta pregunta se responde en Efesios 1:13-14 donde dice: En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, Efesios 1:14 que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria.

Según este texto, cuando una persona oye la palabra de verdad, el evangelio de su salvación, o las buenas nuevas de su salvación, y cree esta palabra y lo demuestra recibiendo a Cristo como su Salvador, esa persona llega a ser creyente y en consecuencia, es sellada con el Espíritu Santo. El Espíritu Santo es las arras, o la garantía, o el depósito anticipado, de todo lo que Dios nos ha prometido. El creyente entonces pasa a ser el templo o la morada del Espíritu Santo. Al tener el Espíritu Santo en su vida, el creyente llega a ser parte del Cuerpo de Cristo que es la iglesia. Ha sido bautizado por el Señor Jesucristo en el Espíritu Santo. Esto es lo que dice la Biblia en cuanto al bautismo con el Espíritu Santo. Como Usted podrá notar, hablando del bautismo con el Espíritu Santo, a ningún momento dice la Biblia que el hablar en lenguas es una evidencia de haber sido bautizado con el Espíritu Santo. Tampoco dice que el hacer obras sobrenaturales es una evidencia de haber sido bautizado con el Espíritu Santo. Si Usted ha recibido al Señor Jesucristo como su Salvador, y lo ha hecho de corazón, entonces Usted es creyente y ya ha sido bautizado con el Espíritu Santo. Como resultado, Usted es parte de ese selecto grupo de gente conocido como el Cuerpo de Cristo, la iglesia. ¿A quién va a creer? ¿A Dios o a los hombres? Algo que noto en su consulta es que Usted no está viviendo como Dios quiere que vivan sus hijos. Esto se desprende del hecho que Usted no está sirviendo en la iglesia y no está hablando de Cristo en su trabajo porque le da temor. Le felicito porque no toma ni fuma, pero Usted está en lo correcto, esto no es lo único que Dios espera de sus hijos. Pecado es hacer lo que no se debe hacer pero también no hacer lo que se debe hacer. Dios nos ha llamado a servirle en este mundo, Dios nos ha llamado a ser sus testigos en este mundo, no para ganarnos la salvación ni para tener seguridad de nuestra salvación, sino porque Cristo murió en lugar del pecador y por tanto los pecadores necesitan saber que están separados de Dios, que están en peligro de ser condenados eternamente. Necesitan saber que Dios les ama y por eso envió a su Hijo al mundo para que muera en lugar del pecador. El pecador necesita saber que con tan solo creer en Cristo y recibirle como su único y personal Salvador, queda perdonado de su pecado y llega a ser hijo de Dios. El pecador no sabe esto y nosotros los hijos de Dios hemos sido llamados para anunciar estas buenas nuevas. Usted dice que siente temor de hablar de Cristo a sus compañeros de trabajo y de servir en la iglesia. Hasta cierto punto es natural que sienta temor, todos lo hemos sentido cuando comenzamos a ser fieles testigos de Cristo, pero el temor se vence con la verdad de la palabra de Dios. Note lo que dice 2 Timoteo 1:7 Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.

Usted ya tiene el poder para ser un efectivo testigo de Cristo, amigo oyente. Sólo hace falta que lo use. Despójese de ese temor que no viene de Dios, sino de Usted mismo o del enemigo de nuestras almas, y ármese del poder que ya tiene para hablar a otros de Cristo. Lo que necesita también es ser lleno del Espíritu Santo. La llenura del Espíritu Santo tiene que ver con quien tiene el control de su vida. La Biblia dice que cuando un creyente toma el control de su propia vida, va a producir cosas que no agradan a Dios. Pero cuando un creyente deja que el Espíritu Santo controle su vida, va a producir cosas que agradan a Dios. Note lo que dice Gálatas 5:16-23 Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne.
Gal 5:17 Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.
Gal 5:18 Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley.
Gal 5:19 Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia,
Gal 5:20 idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías,
Gal 5:21 envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.
Gal 5:22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
Gal 5:23 mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.

El ceder el control de la vida al Espíritu Santo es una decisión que todo creyente debe tomar. Esto ocurre cuando el creyente se mete de lleno en la palabra de Dios y en la oración y decide voluntariamente obedecer a todo lo que Dios le pida en su palabra. Conocimiento de la palabra más obediencia a la palabra resulta en llenura del Espíritu Santo. El creyente lleno del Espíritu Santo no lo manifiesta emitiendo un balbuceo incoherente que muchos llaman lenguas, ni tampoco en una manifestación de poderes sobrenaturales. Note como se manifiesta un creyente lleno del Espíritu Santo. Se encuentra en Efesios 5:18-21 donde dice: No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu,
Eph 5:19 hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones;
Eph 5:20 dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.
Eph 5:21 Someteos unos a otros en el temor de Dios.

La llenura del Espíritu Santo se manifiesta en una vida de alabanza y adoración al Señor, en una vida de agradecimiento al Señor y en una vida de sumisión a otros creyentes. Esto es lo que le hace falta amable oyente.