Infidelidad en el matrimonio

¿Qué se debería hacer en el caso de una esposa que a pesar de ser creyente ha sido infiel en su matrimonio, con el mejor amigo de su esposo? El esposo de ella también es creyente y ha llegado a saber sobre la infidelidad pero como es creyente desea actuar bíblicamente.

No sé si es su caso, amigo, o es el caso de alguna otra persona, pero quien quiera que sea, va a necesitar de todo el consuelo que solamente Dios puede otorgar para soportar esta difícil prueba. Usted nos pregunta básicamente cómo se debería manejar bíblicamente este complejo asunto. Muchas cosas vienen a la mente. En cuanto a la esposa que ha sido infiel, es necesario que a la brevedad posible ponga en práctica lo que dice Proverbios 28:13 donde leemos: El que encubre sus pecados no prosperará;  Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia.

Cuando ocurre el adulterio, la tendencia inicial es ocultarlo de cualquier manera, por la vergüenza que produce. Pero si se quiere arreglar el problema, es necesario sacarlo a la luz. El que encubre, o esconde sus pecados, no prosperará, dice el texto. Una vez que el pecado ha sido puesto al descubierto, es necesario que esta mujer confiese su pecado. El verbo confesar es la traducción de un verbo en el idioma griego que literalmente significa: hablar lo mismo. Cuando confesamos a Dios un pecado, tenemos que hablar lo mismo que Dios acerca de ese pecado. Significa ponernos de acuerdo con Dios que hemos atentado contra su santidad por medio de ese pecado que hemos cometido. Es necesario que la mujer que ha sido infiel hable con Dios en oración diciéndole que ha ofendido a Dios. Al confesar su pecado debe evitar justificar su pecado, diciendo cosas como: Es que mi esposo no me trata bien, por eso busqué otro hombre, o es que mi carne es débil y el diablo empuja. Nada de esto, confesar tiene que ver con un sencillo reconocimiento que nosotros nos equivocamos y ofendimos a Dios. Ahora en el caso del pecado de adulterio, por el hecho que fue un pecado público, es necesario que la confesión se extienda tanto al esposo de esta mujer como a los líderes de la iglesia donde se congregan. Es muy posible que los líderes de la iglesia impongan alguna medida disciplinaria a esta mujer, lo cual es algo beneficioso para ella, porque toda disciplina administrada por la iglesia tiene como propósito final la restauración del pecador. Adicional a la confesión, la mujer que cometió el pecado de adulterio, debe pedir perdón a Dios primeramente, y después a su esposo, a sus hijos y a la iglesia donde se congregan. Pedir perdón es una de las varias evidencias de un genuino arrepentimiento por el pecado. Así que esta mujer que cometió el pecado de adulterio necesita reconocer el pecado, confesar el pecado, pedir perdón por el pecado y según Proverbios 28:13 adicionalmente a todo lo dicho, necesita apartarse del pecado. Esta mujer debe cortar todo contacto con el hombre con quien cayó en el pecado de adulterio. Debe apartarse. Mientras más lejos mejor. Tal vez sea necesario mudarse de casa, mudarse de iglesia, mudarse de trabajo, y cualquier otra cosa que sea necesaria. Cualquier esfuerzo es bienvenido para alejarse de la tentación al pecado sexual. Finalmente, la mujer que ha caído en adulterio, asumiendo que ha reconocido su pecado, lo ha confesado y se ha apartado del pecado, debe someterse al proceso de disciplina que determine la iglesia. Es posible que esto implique una especie de discipulado, guiado por alguna hermana madura en la fe. Esto ayudará a que la mujer fortalezca su comunión con el Señor. Ahora en cuanto al esposo de esta mujer infiel, es necesario que en sumisión al Señor, tenga la disposición de perdonar a su esposa y de esa manera evitar una separación o un divorcio. El perdón no es sinónimo de olvido, más bien es un compromiso que uno se hace delante de Dios, por el cual no se va a buscar venganza contra el ofensor y se va a tratar al ofensor como si la ofensa nunca hubiera existido. Así es como Dios nos perdonó en Cristo, y es la manera como Dios espera que perdonemos a los que nos ofenden. Efesios 4:32 dice: Antes sed benignos unos con otros,  misericordiosos,  perdonándoos unos a otros,  como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.

Una vez perdonado el pecado de su esposa, este hombre debería vivir con ella sabiamente, tal como aconseja la palabra de Dios en 1 Pedro 3:7 donde dice: Vosotros,  maridos,  igualmente,  vivid con ellas sabiamente,  dando honor a la mujer como a vaso más frágil,  y como a coherederas de la gracia de la vida,  para que vuestras oraciones no tengan estorbo.

Además de perdonar, el esposo de la mujer infiel, debe hacer una evaluación muy concienzuda de su función como esposo y como padre. No existe justificación alguna para caer en el pecado de adulterio, pero tanto esposos como esposas suelen crear las condiciones para que se produzca el pecado de adulterio. En el caso del esposo debe preguntarse a sí mismo y responderse de la manera más honesta si ha estado cumpliendo con lo que dice Dios en pasajes bíblicos como Efesios 5:25-32 donde leemos: Maridos,  amad a vuestras mujeres,  así como Cristo amó a la iglesia,  y se entregó a sí mismo por ella,

Eph 5:26  para santificarla,  habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra,

Eph 5:27  a fin de presentársela a sí mismo,  una iglesia gloriosa,  que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante,  sino que fuese santa y sin mancha.

Eph 5:28  Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos.  El que ama a su mujer,  a sí mismo se ama.

Eph 5:29  Porque nadie aborreció jamás a su propia carne,  sino que la sustenta y la cuida,  como también Cristo a la iglesia,

Eph 5:30  porque somos miembros de su cuerpo,  de su carne y de sus huesos.

Eph 5:31  Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre,  y se unirá a su mujer,  y los dos serán una sola carne.

Eph 5:32  Grande es este misterio;  mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia.

Cuando un esposo cumple a cabalidad con lo que dice este pasaje bíblico, es muy remota la posibilidad que su esposa piense siquiera en cometer el pecado de adulterio. Es muy recomendable que tanto esposa como esposo se sometan a un proceso de discipulado con la finalidad de que aprendan lo que dice la Biblia sobre la pareja cristiana y sobre el hogar cristiano. Todo lo dicho va a funcionar bien en la medida que la esposa infiel reconozca su pecado, lo confiese y se aparte, y en la medida que el esposo esté dispuesto a perdonar, pero si este no es el caso, es decir si la esposa infiel intenta persistir en la infidelidad y el esposo se resiste a perdonar, es posible que ese matrimonio se vea amenazado por una separación o un divorcio, algo que no es la voluntad de Dios y que tiene serias repercusiones tanto el la vida de la pareja como en la vida de los hijos que han procreado. Que Dios en su gracia no permita que algo así llegue a pasar.