Autor: cris

  • ¿Cómo puedo tener la seguridad de que he recibido el bautismo del Espíritu Santo, si nunca he hablado en lenguas?

    La Biblia nos habla en primer lugar de que el Espíritu Santo no bautiza. Es el Señor Jesucristo quien bautiza al creyente con el Espíritu Santo. Esto es lo que se desprende de pasajes bíblicos como Mateo 3:11. Son las palabras de Juan el Bautista, quien preparó el camino al Señor Jesucristo. Ponga atención a lo dijo Juan el Bautista acerca del Señor Jesucristo. Dice así el texto: Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí,  calzado yo no soy digno de llevar,  es más poderoso que yo;  él os bautizará en Espíritu Santo y fuego.

    Juan el Bautista dijo textualmente que aquel que venía tras él, quien no era otro sino el Señor Jesús, él os bautizará en Espíritu Santo y fuego. En segundo lugar, la Biblia dice que cuando un creyente es bautizado por el Señor Jesucristo con el Espíritu Santo, el resultado es que ese creyente es introducido en el Cuerpo de Cristo que es la Iglesia. Permítame leer 1 Corintios 12:13 para sustentar esta doctrina. Dice así el texto: Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres;  y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.

    Ya hemos dicho que es el Señor Jesucristo quien bautiza al creyente con el Espíritu Santo. El verbo bautizar significa introducir o sumergir algo dentro de otra cosa. El bautismo con el Espíritu Santo es la obra que el Señor Jesucristo hace en el creyente, por medio de la cual el creyente es introducido o sumergido en el Cuerpo de Cristo que es la iglesia. Note también que el Señor Jesucristo bautiza a todo creyente. Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, dice el texto. Es decir que no hay creyente que no haya sido bautizado por el Señor Jesucristo con el Espíritu Santo. Esto es digno de notar, porque en la iglesia en Corinto, creyentes a quienes Pablo escribió su primera carta, había algunos que no estaban andando bien delante del Señor. Sin embargo, a pesar de eso, todos habían sido bautizados con el Espíritu Santo por el Señor Jesucristo. Observe además la conjugación del verbo “ser” en la frase: Fuimos todos bautizados en un cuerpo. Está en tiempo pasado. Esto significa que es una acción que ocurrió en el tiempo pasado en la vida de absolutamente todos los creyentes

    Esto es lo que dice la Biblia en cuanto al bautismo con el Espíritu Santo. Como podrá notar, hablando del bautismo con el Espíritu Santo, a ningún momento dice la Biblia que el hablar en lenguas es una evidencia de haber sido bautizado con el Espíritu Santo. Tampoco dice que el hacer obras sobrenaturales es una evidencia de haber sido bautizado con el Espíritu Santo. Si ha recibido al Señor Jesucristo como su Salvador, y lo ha hecho de corazón, entonces es creyente y ya ha sido bautizado con el Espíritu Santo. Como resultado, es parte de ese selecto grupo de gente conocido como el Cuerpo de Cristo, la iglesia.

  • ¿Que trata de decir mateo 20:22 cuando Jesús pregunta a los discípulos si pueden beber la copa y el bautizo que Jesús lo hizo?

    Vamos a dar lectura al texto citado, incluyendo el contexto. Se encuentra en Mateo 20:20-28. La Biblia dice: Entonces se le acercó la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos,  postrándose ante él y pidiéndole algo.

    Mat 20:22  Entonces Jesús respondiendo,  dijo:  No sabéis lo que pedís.  ¿Podéis beber del vaso que yo he de beber,  y ser bautizados con el bautismo con que yo soy bautizado? Y ellos le dijeron:  Podemos.

    Valiéndose de su madre, Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, hicieron conocer al Señor Jesús su deseo de ocupar los lugares de privilegio en el reino que el Señor Jesús había anunciado. Sentarse a la derecha y a la izquierda del Rey significaba ser las personas de mayor confianza del Rey. Ante el pedido, el Señor Jesús comienza por señalar que Jacobo y Juan, no sabían lo que estaban pidiendo. Claro, ellos veían solamente el poder, la fama, la gloria, pero no sabían que no hay gloria sin humillación, no sabían que la cima del poder está precedida del profundo valle de la humillación. Por eso el Señor Jesús hizo la pregunta a Jacobo y Juan: ¿Podéis beber del vaso que yo he de beber, y ser bautizados con el bautismo con que yo soy bautizado? El vaso del cual habla el Señor Jesús, se refiere al vaso de la ira de Dios. Esto lo sabemos porque hablando del inminente castigo que estaba por recibir a causa de pecado del hombre, en lo que se llama la pasión de Cristo, lo cual incluye todo lo que soportó antes, durante y después de su crucifixión, el Señor Jesús dijo lo que registra Mateo en su Evangelio en el capítulo 26 versículo 39 donde dice: Yendo un poco adelante,  se postró sobre su rostro,  orando y diciendo:  Padre mío,  si es posible,  pase de mí esta copa;  pero no sea como yo quiero,  sino como tú.

    El bautismo del cual habló el Señor Jesús se refiere a la inmersión del Señor en el sufrimiento. El verbo bautizar significa sumergir o introducir. Esto queda confirmado por lo que dice Lucas 12:50, texto en el cual, hablando de su pasión en la cruz, el Señor Jesús dijo: De un bautismo tengo que ser bautizado;  y  ¡cómo me angustio hasta que se cumpla!

    Queda claro entonces que la gloria y el honor son el resultado de la humillación. Tal vez sin meditar mucho en lo que estaban diciendo, Jacobo y Juan dijeron al Señor Jesús que estaban dispuestos a saborear la humillación y el sufrimiento con tal de obtener lo que deseaban tan profundamente. Esta fue la razón para que el Señor Jesús les anuncie que conforme a su propia decisión, Jacobo y Juan van a ser humillados y van a sufrir, pero aun así, no es potestad del Señor Jesús el asignar los puestos de mayor honra, poder y gloria en su reino, sino que esta potestad la tiene Dios el Padre y Él ya ha escogido a quienes los va a dar. El Nuevo Testamento registra que en lo que tiene que ver con Jacobo y Juan se cumplió lo que el Señor Jesús les dijo. En cuanto a Jacobo, murió a espada y en cuanto a Juan fue desterrado a la isla de Patmos. Se cumplió lo que el Señor Jesús les anunció.

     

  • ¿Condena la Biblia el matrimonio entre primos en primer grado?

    Su inquietud se inscribe dentro de lo que se llama el matrimonio entre parientes cercanos. Al respecto, permítame señalar lo siguiente: La revelación de Dios es progresiva, y en el caso de los matrimonios se lo puede notar con mucha facilidad.

    Cuando Dios creó a Adán y Eva les dio la orden de fructificar y multiplicarse sobre la faz de la tierra. En cumplimiento de este mandato, la Biblia registra en Génesis 5:4 que Adán y Eva tuvieron una familia muy numerosa. Leo este texto: Y fueron los días de Adán después que engendró a Set,  ochocientos años,  y engendró hijos e hijas.

    Muchos piensan erróneamente que Adán y Eva tuvieron solamente tres hijos, Caín el primogénito, Abel a quien asesinó Caín, y Set, el hijo que reemplazó a Abel. Pero la Biblia dice, conforme al texto leído que Adán y Eva engendraron hijos e hijas. ¿Cuántos? No se puede saber, pero imagine cuántos hijos habrán tenido si Adán vivió ochocientos años después de engendrar a Set. Pero detengámonos para la reflexión. Para que la especie humana continúe propagándose, fue necesario que los hijos de Adán y Eva se hayan tenido que casar entre hermanos. Más adelante en el tiempo, además de casarse entre hermanos, seguramente se casaron entre primos o entre tíos y sobrinos. Este fue el caso de Nacor, un tío con Milca, una sobrina. Génesis 11:27-29 dice: Estas son las generaciones de Taré:  Taré engendró a Abram,  a Nacor y a Harán;  y Harán engendró a Lot.

    Gen 11:28  Y murió Harán antes que su padre Taré en la tierra de su nacimiento,  en Ur de los caldeos.

    Gen 11:29  Y tomaron Abram y Nacor para sí mujeres;  el nombre de la mujer de Abram era Sarai,  y el nombre de la mujer de Nacor,  Milca,  hija de Harán,  padre de Milca y de Isca.

    Todas estas uniones fueron permitidas por Dios. En aquel tiempo, la composición genética de los moradores de la tierra era tal que no representaba problema alguno para la descendencia, el casarse entre parientes tan cercanos como hermanos o primos o sobrinos.

    Pero lo interesante del caso es que unos 700 años después, Dios dio a Moisés mandamientos para el pueblo de Israel, entre los cuales había cosas que tenían que ver con el matrimonio. Estos mandamientos establecían restricciones en lo que tiene que ver con el grado de consanguinidad de los contrayentes.

    Observe lo que dice Levítico 18:6; «Ningún varón se llegue a parienta próxima alguna, para descubrir su desnudez. Yo Jehová».

    Este mandamiento incluiría el matrimonio entre primos. Si fuera así: ¿Por qué la Biblia prohibiría este tipo de uniones matrimoniales? Pues la razón no es para coartar la libertad del hombre sino para procurar el bienestar del hombre, por cuanto, a estas alturas de la existencia de la humanidad, la composición genética de los seres humanos se había degradado tanto, que era muy probable que la descendencia de parejas que tienen un parentesco cercano, nazca con serios defectos genéticos. Si este peligro existía cuando Dios dio mandamientos a Moisés, cuánto más hoy en día, cuando vivimos miles de años después. Así que, si nos fundamentamos en el mandamiento del Antiguo Testamento es recomendable no casarse entre primos. El Nuevo Testamento no ordena ni condena el matrimonio entre primos, pero por el antecedente del Antiguo Testamento es preferible evitar el matrimonio entre primos. ¿Para qué correr riesgos que perfectamente pueden evitarse?

  • ¿A qué hace referencia el pasaje bíblico de Mateo 24:40-41 donde dice: «Entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado. Dos mujeres estarán moliendo en un molino; la una será tomada, y la otra será dejada»?

    Gracias por su consulta. Después de hablar sobre las señales que habrá antes del fin del siglo y de las señales que habrá antes de su venida, el Señor Jesús usó la ilustración de la higuera, para mostrar la seguridad del cumplimiento de lo profetizado en la generación que sea testigo de lo que el Señor Jesucristo anunció en Mateo 24:4-28. Luego usó la ilustración de los días de Noé para mostrar la indiferencia de la mayoría de la gente ante la inminencia de la venida del Señor Jesús. Será como en los días de Noé cuando la mayoría de la gente de ese tiempo fue sorprendida por el diluvio porque se ocuparon en lo suyo y fueron indiferentes a las advertencias de Noé. El diluvio se llevó a toda esta gente. En Mateo 24:40-41 vamos a ver que, a raíz de la venida del Señor Jesús, muchos también serán llevados, no por un diluvio sino por la ira de Dios. Si tiene una Biblia a la mano, ábrala en Mateo 24:40-41. Permítame leer este pasaje bíblico. La Biblia dice: Entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado.  Dos mujeres estarán moliendo en un molino; la una será tomada, y la otra será dejada.

    El Señor Jesús presenta a dos personas que están en el campo inmediatamente después de la segunda venida del Señor Jesús. Una de estas personas no es creyente, jamás recibió al Señor Jesús como su Salvador. La otra persona es creyente, porque durante la tribulación aprovechó la oportunidad de recibir al Señor Jesús como su Salvador. El Señor Jesús dijo que la persona incrédula será tomada, así como las aguas del diluvio llevaron a los incrédulos del tiempo de Noé. Esta persona saldrá del mundo de los vivos para recibir la condenación eterna. En cambio, la persona creyente será dejada en la tierra. Esta persona entrará al reino milenial, en el cual el Señor Jesucristo es el Rey. Además, el Señor Jesús presenta a dos mujeres que estaban haciendo algo muy común en su cultura y en su época: Moliendo en un molino. Una de las mujeres no es creyente, jamás recibió al Señor Jesús como su Salvador. La otra mujer es creyente, durante la tribulación aprovechó la oportunidad de recibir al Señor Jesús como su Salvador. El Señor Jesús dijo que la mujer incrédula será tomada, así como las aguas del diluvio llevaron a los incrédulos en el tiempo de Noé. Esta mujer saldrá del mundo de los vivos para recibir la condenación eterna. En cambio, la mujer creyente será dejada en la tierra. Esta mujer entrará al reino milenial, en el cual el Señor Jesucristo es el Rey. Observe que, en este caso, los tomados son los incrédulos y los dejados son los creyentes. No se debe confundir con el arrebatamiento, en el cual los tomados son los creyentes y los dejados son los incrédulos. Este pasaje bíblico no está hablando del arrebatamiento o el rapto de la iglesia sino de lo que va a acontecer al final de la tribulación tan pronto venga el Señor Jesús.

  • La consulta de hoy es de una persona a quien le atrae mucho la astrología y no puede vivir sin el horóscopo. Pero alguien le ha dicho que todo eso no agrada a Dios. Nos consulta si en realidad la astrología y el horóscopo no agradan a Dios.

    La astrología es una práctica muy antigua que parte de la premisa que la posición de las estrellas y los planetas tiene una influencia directa sobre las personas y los acontecimientos. Pero esta premisa no tiene fundamento científico alguno, peor bíblico. Por tanto, se trata de algo empírico. Para creer en la astrología entonces se necesita de mucha fe. El objeto de la fe en este caso es una premisa empírica sin ningún sustento ni científico ni bíblico.

    El problema más grave del que cree en la astrología es que su fe está puesta en algo vacío, en algo hueco, y peor todavía, en algo condenado por la palabra de Dios. Note lo que dice la palabra de Dios con respecto a la astrología, en Jeremías 10:2: “Así dijo Jehová: No aprendáis el camino de las naciones, ni de las señales del cielo tengáis temor, aunque las naciones las teman”

    Las naciones y pueblos impíos, andan por el camino de la astrología. Ven a la astrología como una especie de dios con d minúscula que determina el destino de las personas. No hacen nada sin antes consultar a las estrellas y a los planetas. Pero Dios con d mayúscula ordena a los que somos suyos que no debemos tener temor de las señales del cielo. Esto significa que no debemos dar a los astros la elevada importancia que le dan los astrólogos y los que creen en la astrología, al punto de pensar que su posición en el firmamento tiene que ver con el destino de las personas.

    El texto dice que las naciones que no conocen a Dios tienen la práctica de recurrir a la astrología para saber lo que deben hacer. Esto sucedía en el pasado y también sucede en el presente. Presidentes de naciones poderosas de hoy en día tienen entre sus consejeros a renombrados astrólogos. Las decisiones de estado, en algunos países, deben ser evaluadas por los astrólogos antes de ser puestas en práctica. Pobre nuestro mundo, con razón que estamos como estamos. Con razón que las decisiones que toman muchos gobernantes agravan los problemas en vez de solucionarlos. Esta es la costumbre de la gente pagana.

    Pero hablando a los creyentes, la Biblia dice: No anden Ustedes por esos caminos. En otras palabras, si tiene temor y respeto a Dios, más específicamente, es necesario que hoy mismo abandone cualquier contacto con la astrología. Queme todos los libros y revistas que tengan algo que ver con la astrología. No los regale, no los tire a la basura, porque es posible que quien llegue a tenerlos se haga un gran daño a sí mismo. Mejor haga una buena hoguera con todo ese material. Queme la colección de horóscopos que seguramente tiene guardados en algún lado. Anule todas las suscripciones a los horóscopos. Borre de su agenda todos los números telefónicos o direcciones de sus astrólogos favoritos.

    Sobre todo, pida a Dios que le permita desarrollar un rechazo natural al aparentemente inocente horóscopo. El horóscopo no es un juego, no es un pasatiempo. No olvide que el horóscopo es el hijo indeseado de la astrología. No se puede ser un buen cristiano y a la vez un fanático del horóscopo. Lo uno o lo otro. Si confía en el horóscopo no diga que es cristiano. Si dice que es cristiano, no confíe en el horóscopo.

  • ¿Es cierto que Cristo es el arcángel Miguel? Pregunto esto, porque tengo una Biblia de estudio, versión Reina Valera, revisión 1909 en la cual, en la parte correspondiente al comentario sobre Daniel 10:21, dice que Cristo es el arcángel Miguel.

    El nombre Miguel, en el idioma Hebreo, significa ¿Quién como Dios? Tanto en el mundo judío como en el mundo cristiano se considera a Miguel como el más noble de los ángeles. En el Antiguo Testamento aparece en Daniel 10:13 donde dice que es uno de los principales príncipes. En Daniel 10:21 simplemente aparece como «vuestro príncipe». En Daniel 12:1 se le describe como el gran príncipe que está de parte do los hijos de tu pueblo, se refiere al pueblo escogido de Dios, Israel.

    Pero es necesario recurrir al testimonio del Nuevo Testamento para establecer definitivamente que Miguel es un ángel de alto rango o arcángel. Es así como en Judas 9, leemos lo siguiente: «Pero cuando el arcángel Miguel contendía con el diablo, disputando con él por el cuerpo de Moisés, no se atrevió a proferir juicio de maldición contra él, sino que dijo: El Señor te reprenda».

    Según este texto, es obvio que Miguel es un arcángel, o un ángel de orden superior. También aparece en Apocalipsis 12:7 donde le vemos al mando de sus ángeles luchando contra Satanás y sus demonios.

    Sobre la base de estas dos citas no hay la menor duda en cuanto a afirmar que la naturaleza del arcángel Miguel es angélica y por lo que sabemos, un ángel es un ser espiritual creado por Dios para servicio de los que somos de Dios. La Biblia enseña que Cristo es superior a los ángeles porque Cristo tiene más excelente nombre que los ángeles. También enseña que los ángeles son siervos, pero Cristo es Hijo. El hijo de una casa es enormemente superior al siervo de la casa. Además, enseña que Cristo es adorado por los ángeles. Si los ángeles adoran a Cristo, entonces Cristo tiene que ser Dios, porque lo único que esta sobre el conjunto de los ángeles en cuanto a supremacía, es Dios. Hablando de los ángeles, Hebreos 1:7 dice: «El que hace a sus ángeles espíritus y a sus ministros llama de fuego».

    Dios hace, o crea a sus ángeles espíritus. Siendo espíritus, están prestos a cumplir la voluntad de su Hacedor, por eso a los ángeles se les llama ministros en este texto. Como siervos, los ángeles son totalmente sumisos y obedientes a su Creador. A eso se refiere cuando el texto dice que los ángeles son llama de fuego.

    Pero note lo que dice Dios del Hijo en Hebreos 1:8 «Mas del Hijo dice: Tu trono, ahora ponga atención a esto: OH Dios, por el siglo del siglo…».

    Dios creó a los ángeles, pero de Cristo dice: Tu trono OH Dios, por el siglo del siglo. El mismo Padre está diciendo que el Hijo, Cristo, es Dios. Hemos visto entonces que Cristo es superior a los ángeles por su nombre, por la adoración que recibe de los ángeles, y por la naturaleza divina que posee.

    De modo que, el arcángel Miguel no puede ser Cristo, porque el arcángel Miguel es sólo un ángel, aunque importante y poderoso, pero ángel de todas maneras, creado por Dios como siervo para obedecer con prontitud las órdenes de Dios. En cambio, Cristo nunca fue creado porque el Padre lo llama Dios y le dice que su trono es por el siglo del siglo, otra manera de decir: eterno.

  • Esta es la consulta de hoy: ¿Qué significa estar sellado con el Espíritu Santo?

    En el Nuevo Testamento encontramos varios textos que nos hablan del sello con el Espíritu Santo. Uno de estos textos es 2 Corintios 1:22 donde leemos: «El cual también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones.» Para saber quién nos ha sellado, tenemos que mirar momentáneamente el versículo anterior. De este examen resulta obvio que quien nos sella es Dios. Somos sellados por Dios.

    Ahora veamos con qué somos sellados. Para esto, vayamos a Efesios 1:13 donde dice: «En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de nuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa.» En este texto vemos que la acción de sellar es ejecutada por una persona distinta del Espíritu Santo. Ya hemos señalado que es Dios quien sella. Por eso el texto dice «fuisteis sellados» ¿Con qué fuimos sellados? Pues con el Espíritu Santo. Para entender mejor esto, a manera de ilustración, pensemos cuando decimos que algo ha sido sellado con lacre. Con esto queremos decir que la sustancia que se ha empleado para sellar es lacre y que alguien la ha usado con el fin de sellar. Cuando la Biblia declara que el creyente ha sido sellado con el Espíritu, lo que quiere decir es que el Espíritu Santo es la sustancia con que se ha sellado y que Dios es la persona que lo ha hecho. Ahora bien, ¿Quiénes son sellados con el Espíritu Santo? Pues todos y cada uno de los creyentes sin excepción alguna. A esta conclusión llegamos porque 2 Corintios 1:22 no menciona ninguna excepción, dando a entender que hubiera creyentes que no hubieran sido sellados por el Espíritu Santo.

    Además, no se encuentra en ninguna parte de la Biblia una exhortación dirigida a los creyentes en el sentido de buscar ser sellados con el Espíritu Santo, por cuanto el ser sellados con el Espíritu Santo es una experiencia universal a todo creyente. La pregunta ahora es: ¿Cuándo es sellado un creyente con el Espíritu Santo? Veamos nuevamente Efesios 1:13, allí dice que los que fueron sellados cumplían con dos requisitos fundamentales: primero, oyeron la palabra de verdad o el evangelio de salvación y segundo, creyeron en ese evangelio. Como resultado de esto, fueron sellados con el Espíritu Santo de la promesa. Completando nuestra definición, entonces, concluimos que todo creyente es sellado por Dios con el Espíritu Santo el momento que ese creyente recibió a Cristo como su Salvador.

    ¿Qué es lo que significa el sello con el Espíritu Santo? El ser sellado con el Espíritu Santo garantiza seguridad. ¿Seguridad de qué? Primeramente, de que pertenecemos a Dios. Luego de que nuestra promesa de salvación es totalmente cierta, porque no hay poder superior al de Dios que pueda romper el sello; y Dios ha prometido no romperlo jamás. Finalmente, de que Dios va a cumplir con su propósito de darnos seguridad hasta el día de la redención. Lo que está sellado está seguro. Por tanto, el ser sellados lleva consigo la promesa y la garantía de seguridad eterna.

  • En nuestro consultorio bíblico daremos respuesta a la inquietud de un amigo oyente quien tiene dudas en cuanto al estado del alma después de la muerte física de una persona. Nuestro amigo oyente piensa que tal vez el alma duerme según lo que dice Eclesiastés 9:5

    Gracias por su consulta. Los que creen en una doctrina conocida como el sueño del alma, normalmente basan su creencia en el texto que está en Eclesiastés 9:5. Veamos qué es lo que dice este texto:

    «porque los que viven saben que han de morir; pero los muertos nada saben, ni tienen más paga; porque su memoria es puesta en olvido».

    Para entender lo que dice este texto, es necesario recordar que aunque el libro de Eclesiastés es inspirado por Dios; sin embargo fue escrito para dar a conocer el punto de vista de que todo es vanidad cuando se miran las cosas en el mundo quitando a Dios de en medio. El rey Salomón, el escritor del libro, se apartó de Dios en su vejez. En su libro, Salomón expone su experiencia de que la riqueza, el poder, la fama, el placer, son inservibles si Dios no está controlando la vida de una persona. Salomón resumió su experiencia en estas palabras: Vanidad de vanidades, todo es vanidad. En Eclesiastés 9:5 comunica el punto de vista de la muerte desde una perspectiva en la cual no hay lugar para Dios. Esta es la perspectiva que tiene el mundo sobre la muerte. A los ojos del mundo, la tumba es el fin de todo, pero a los ojos de Dios la situación es enteramente distinta. Dios dice en su palabra que existe vida después de la muerte. Observe lo que dice Lucas 16:22-25

    «Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado. Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. Entonces él, dando voces, dijo: padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama. pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; pero ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado.»

    Esto es lo que dice el texto bíblico. Muchos han tratado de debilitar la verdad presentada en este texto, argumentado falazmente que es una parábola y no una historia real. Pero se trata de una historia, no una parábola porque Jesús no dijo que fuera parábola, además, en ninguna parábola aparece nombres propios como aparece en este pasaje bíblico. Usted notó que se nos habla de un personaje llamado Lázaro y del renombrado Abraham. Muy bien, dando por sentado que estamos ante una historia, vemos que tanto el rico como Lázaro estaban muy conscientes después de muertos. El rico en un lugar de tormento en fuego y Lázaro en un lugar de dicha y felicidad llamado el Seno de Abraham. Para hacer más trágica su situación, el rico no solo tenía conciencia de su estado desesperado en aquella llama, sino que también tenía conciencia de la bendición que rodeaba a Lázaro después de muerto. Interesante que el rico también tenía conciencia del mundo de los vivos, aunque obviamente no podía comunicarse con el mundo de los vivos. Solo así se explica que el rico dijera a Abraham lo que tenemos registrado en Lucas 16:27-28 donde leemos:

    «Entonces le dijo: Te ruego, pues, padre, que le envíes a la casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que les testifique, a fin de que no vengan ellos también a este lugar de tormento».

    Es irrefutable el hecho que tanto el rico como Lázaro no estaban inconscientes o dormidos después de muertos. Tenían íntegras todas sus facultades. Recapitulando lo dicho hasta ahora, el alma de una persona existe después que la persona muere físicamente, esa existencia es eterna. El alma nunca muere, y esa existencia es consciente. De la historia del rico y Lázaro hemos aprendido también que el alma de las personas justas existe por la eternidad en un lugar de bendición, y que el alma de las personas injustas existe por la eternidad en un lugar de tormento en fuego. Hablando de esto último note lo que dice Apocalipsis 21:8

    «Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda».

    Este es el destino final del incrédulo, el lago de fuego y azufre. Pero note el contraste. Veamos el destino final de los creyentes. 1 Pedro 1:3-4 dice:

    «Bendito el Dios y padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros.»

    Esto es lo que espera al creyente. Es algo muy diferente a lo que espera al incrédulo. En conclusión entonces, no vaya a dejarse engañar por doctrinas de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error. Es necesario que Usted se deje guiar solamente por lo que la Biblia dice. La palabra de Dios enseña, como hemos mostrado, que el alma del hombre es inmortal y que esa existencia es consciente, ya sea en el cielo para los que hemos recibido a Cristo como Salvador o en el infierno para los que han rechazado a Cristo como Salvador. ¿En qué lugar estará Usted? En cierto sentido es Usted quien debe decidir. La Biblia le ha mostrado lo que acontecerá con el alma después de la muerte. La Biblia le ha advertido sobre el peligro de que su alma vaya a parar al infierno. La Biblia le ha mostrado que para evitar eso, lo único que Usted necesita hacer es recibir a Cristo como su Salvador. Hasta allá llega la Biblia y hasta allá llega lo que yo puedo decirle. De aquí en adelante es cuestión de Usted. Si acepta el testimonio de la palabra de Dios y recibe a Cristo como Salvador el destino eterno de su alma será el cielo, pero si Usted rechaza el testimonio de la palabra de Dios y rehúsa recibir a Cristo como Salvador, el destino eterno de su alma será el infierno. ¿Qué decisión va a tomar? Si su decisión es recibir a Cristo como Salvador, comuníquese con nosotros inmediatamente, para poder enviarle literatura que le será de mucha ayuda para saber lo que debe hacer ahora que Usted es de Cristo.

  • La consulta de hoy dice: ¿Quiénes son los dos testigos de Apocalipsis capítulo 11?

    Los dos testigos son personas que Dios levantará en Jerusalén durante la tribulación con el propósito de predicar el mensaje del Evangelio en el mundo. Los dos testigos tendrán tal poder en su predicación que no pasarán desapercibidos en el ámbito mundial. Nadie podrá ignorarlos y todos sabrán acerca de las buenas nuevas de salvación en Cristo, Jesús. Por medio de los dos testigos, la gente de Jerusalén sabrá que Jesús, aquel que nació en Belén hace tanto tiempo atrás y que murió y resucitó, es el Mesías tan añorado por los judíos de todos los tiempos.

    Estos dos testigos no dejarán de predicar por mil doscientos sesenta días, o tres años y medio. La vestimenta de los testigos será muy especial, el silicio, simboliza que su mensaje no será necesariamente motivo de regocijo por cuanto tiene que ver con el juicio de Dios que está a la puerta para todos aquellos que persistan en su rechazo a Jesús como el Mesías de Israel. En cuanto a la identidad de estos dos testigos, la Biblia no lo revela. Si fuera importante saber quiénes son estos dos testigos, la Biblia nos hubiera proporcionado los nombres de ellos, pero no lo ha hecho, porque no es importante desde el punto de vista de Dios.

    Lo que importa es la función que van a tener estos dos testigos durante la tribulación y de eso sí, la Biblia da amplia cuenta. Así que, con algo de reserva, vamos a entrar a transitar por el endeble camino de la especulación, por cuanto estamos conscientes que vamos a dilucidar algo en lo cual la Biblia no se ha pronunciado específicamente.

    Parecería, insisto, parecería, que esos dos testigos podrían ser Moisés y Elías por las siguientes razones:

    Primero, porque Moisés tuvo ya el poder para convertir el agua en sangre y traer sobre la tierra las diez plagas con las cuales Dios castigó a Egipto. Por su lado, Elías tuvo ya el poder para hacer que no llueva por tres años y medio durante el reinado de Acab. Los dos testigos harán las mismas señales durante su ministerio en la tierra.

    Segundo, porque la tradición judía espera que tanto Moisés como Elías regresen en el futuro. Si los dos testigos fueran Moisés y Elías sería el cumplimiento de este anhelo.

    Tercero, porque tanto Moisés como Elías aparecieron junto a Jesús en la transfiguración aseverando que Jesús es el Hijo de Dios, el Mesías de Israel. No sería extraño que sean los mismos quienes anuncien la salvación en Cristo Jesús durante la primera mitad de la tribulación.

    Cuarto, porque tanto Moisés como Elías usaron medios sobrenaturales para llamar al pueblo al arrepentimiento. Los dos testigos también utilizarán medios sobrenaturales para llamar a la gente al arrepentimiento.

    Existe una similitud en la forma de realizar el ministerio entre Moisés y Elías y los dos testigos. Por eso se piensa que los dos testigos podrían ser Moisés y Elías. Si está de acuerdo con esta suposición, en buena hora, entonces los dos coincidimos. Si no está de acuerdo con esta suposición, en buena hora también, conmigo al menos no hay problema. No vamos a discutir por algo que se asienta en el endeble terreno de la especulación. No hay para qué embarcarse en un debate sobre un asunto tan secundario como este.

  • La consulta para hoy es sobre Apocalipsis 16:16. Pide una explicación.

    Leamos el texto en Apocalipsis 16:16 donde dice: «Y los reunió en el lugar que en Hebreo se llama Armagedón»

    Para entender este texto, es necesario hacernos algunas preguntas: La primera sería: ¿Quién o quiénes convocan esa reunión en el lugar llamado Armagedón?

    Para responder esta pregunta, tenemos que observar cuidadosamente lo que dicen los versículos 13 y 14 del mismo capítulo, donde se ve en acción a un trío satánico, formado por Satanás o el dragón, la bestia o el Anticristo y el falso profeta. En este trío satánico vemos una burda imitación de lo que es la Trinidad divina. Juan ve en visión, que de la boca de cada uno de estos seres siniestros sale un espíritu inmundo o demonio a manera de rana. Son estos tres demonios quienes salen por el mundo haciendo señales o milagros para engañar a los reyes de las naciones de todo el mundo y reunirlos para la batalla de Armagedón.

    Tenemos entonces que Satanás, el Anticristo y el falso profeta serán los artífices de esta reunión en Armagedón. La segunda pregunta que debemos hacernos es: ¿Quiénes serán los que se reúnan en Armagedón?

    Serán los reyes de la tierra o los poderosos de todo el mundo.

    En Armagedón confluirán cuatro grandes potencias mundiales, las mismas que son:

    Número uno, una federación de diez reinos capitaneados por el Anticristo, la cual constituye la forma final del imperio romano revivido.

    Número dos, la federación del norte o Rusia y sus aliados.

    Número tres, la federación de los reyes del oriente, es decir los pueblos asiáticos de más allá del Éufrates y número cuatro, la federación del sur o el rey del sur, o una o más potencias ubicadas en la parte del norte de África.

    La tercera pregunta que debemos hacernos es: ¿Con qué propósito reunirá este trío satánico a tantos líderes mundiales y sus ejércitos en Armagedón

    La respuesta a esta pregunta es: «Para reunirlos a la batalla de aquel gran día del Dios Todopoderoso.»

    La cuarta pregunta es ¿En dónde serán reunidos los ejércitos del mundo para la batalla de aquel gran día del Dios Todopoderoso?

    Como ya se ha señalado, será en un lugar que en hebreo se llama Armagedón. Armagedón significa: El monte de Meguido. El monte de Meguido está situado al Oeste del río Jordán, en la Palestina central a unos 16 Km. al sur de Nazaret y 24 Km. tierra adentro de la costa marítima del Mediterráneo.

    Al pie de este monte se extiende una inmensa llanura, conocida también como la llanura de Esdraelón. La quinta pregunta que tenemos que hacernos es: ¿Cuándo tendrá lugar la campaña militar de Armagedón? La campaña militar de Armagedón tendrá lugar al final de la tribulación, o periodo de siete años en el cual Dios derramará su ira sobre la tierra para prepararla para el reinado milenial de Cristo.

    El Señor Jesucristo dará su merecido a sus enemigos, al punto que la sangre de hombres y animales llenará el valle de Esdraelón hasta una altura de la panza de los caballos.

    Resumiendo, entonces, Satanás, el Anticristo y el falso profeta engañarán a los reyes de la tierra por medio de demonios capaces de hacer señales sobrenaturales y los reunirán, a ellos y sus ejércitos, para la gran batalla de aquel día contra el Dios Todopoderoso. Esta reunión será en el valle de Esdraelón al pie del monte Meguido o Armagedón en Hebreo. Este evento acontecerá al final de la tribulación, cuando el Señor Jesucristo venga por segunda vez a la tierra.