Autor: cris

  • ¿Cuáles son los pedidos de oración que aparecen en el Padrenuestro?

    Leamos el texto en Lucas 11:2-4 Y les dijo: Cuando oréis, decid: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal.

    Los pedidos se dividen en dos grupos. Primero lo que tiene que ver con el programa del Padre y segundo, lo que tiene que ver con nosotros. Los pedidos que tienen que ver con el programa del Padre son: Venga tu reino. Es un clamor de que el reino de Dios se manifieste en toda su plenitud en este mundo. Después, hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. Esto expresa el clamor de los hijos de Dios para que la voluntad de Dios se haga no sólo en sus propias vidas, sino también en todos los asuntos de la tierra. Por un poco de tiempo, en su soberanía, Dios ha permitido que el nombre de Cristo no sea reconocido ni respetado por la mayor parte de la gente de este mundo, pero no siempre va a ser así, porque llegará el día cuando todos en este mundo harán la voluntad del Padre. El hijo de Dios reconoce que en el cielo ya se hace la voluntad del Padre, y anhela que eso pase también en la tierra. Interesante que, al orar, debemos pedir que se haga la voluntad del Padre en la tierra, no que se haga la voluntad del hombre en el cielo. Esto debería tomar muy en cuenta, los que se dan de dioses en este mundo y ordenan en oración al Padre que haga los que ellos quieren. Los que así actúan están distorsionando el Padrenuestro, donde se nos enseña que debemos pedir al Padre que se haga su voluntad en la tierra, mas no que se haga nuestra voluntad en el cielo. En subordinación a esto, encontramos cuatro pedidos que tienen que ver con los intereses del hombre. El primero: El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Este pedido apela a la bondad del Padre. Denota la dependencia de los que somos sus hijos. El pan nuestro no solo tiene que ver con alimento, sino con cualquier necesidad que tengamos ya sea en lo espiritual, en lo emocional o en lo material. El segundo: Y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben.  Cada vez que pecamos quedamos en deuda con Dios y también en deuda con la persona a quien afecta nuestro pecado. Al orar debemos reconocer nuestro pecado, confesarlo y pedir perdón al Padre. El tercero: Y no nos metas en tentación. Esto no significa que Dios es quien nos tienta. La Biblia enseña que Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie. Lo que significa es que necesitamos del poder de Dios por medio de su Espíritu, para no ceder a las tentaciones y caer en el pecado. El cuarto: Mas líbranos del mal. Esto significa que buscamos no ser víctimas de tanta maldad que existe en el mundo y también del mismo Satanás, el maligno. Como habrá notado, estos cuatro pedidos se enfocan sobre los intereses humanos. Primero vemos por los intereses de Dios y después vemos por los intereses humanos.

     

  • ¿Por qué el Señor Jesús enseñó a sus discípulos el Padrenuestro si él mismo dijo que los discípulos no debían recitar oraciones memorizadas?

    Gracias por su consulta. Lo que comúnmente se conoce como el Padrenuestro es la oración modelo que el Señor Jesús enseñó a sus discípulos cuando uno de ellos pidió que les enseñe a orar. Lucas 11:1 dice: Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar,  y cuando terminó,  uno de sus discípulos le dijo:  Señor,  enséñanos a orar,  como también Juan enseñó a sus discípulos.

    La respuesta a este pedido aparece tanto en el Evangelio según Lucas capítulo 11:2-4, como en el Evangelio según Mateo capítulo 6:9-13, con ligeras variaciones. Qué tal si tomamos el texto en Mateo. Permítame leer Mateo 9:6-13. La Biblia dice: Vosotros,  pues,  oraréis así:  Padre nuestro que estás en los cielos,  santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad,  como en el cielo,  así también en la tierra.  El pan nuestro de cada día,  dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras deudas,  como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.  Y no nos metas en tentación,  mas líbranos del mal;  porque tuyo es el reino,  y el poder,  y la gloria,  por todos los siglos. Amén.

    Este es un modelo de oración para los discípulos de Cristo, no es la oración que Cristo haría a su Padre, porque mal podría pedir a su Padre que perdone sus deudas, o pecados, por cuanto Cristo es Dios y no puede pecar. Además esta no es una oración para recitarla de memoria, sin siquiera pensar en las palabras que estamos diciendo, por cuanto se convertiría en una vana repetición, algo que fue condenado por el mismo Señor Jesús cuando en Mateo 6:7 dijo lo siguiente: Y orando,  no uséis vanas repeticiones,  como los gentiles,  que piensan que por su palabrería serán oídos.

    Lo que el Señor Jesús está haciendo es dándonos un modelo para que nosotros, sus discípulos sepamos lo que debemos tener en mente cada vez que oramos. Habiendo dicho esto, notamos que, a primera vista, la oración debe dirigirse a Dios, en su función como nuestro Padre. Padre nuestro que estás en los cielos. Dios llega a ser nuestro Padre el momento que recibimos al Señor Jesús como nuestro Salvador. Antes de eso, Dios no era nuestro Padre. Quien no ha recibido al Señor Jesús como su Salvador, no es hijo de Dios y no puede hacer esta oración al Padre. La oración es una oración familiar porque al orar lo hacemos teniendo en mente que somos muchos los hijos de Dios. Por esto aparece el pronombre posesivo en plural, nuestro, no mío. El Padre tiene soberanía en todo tiempo y lugar, por eso dice que está en los cielos. Esto es, en el primer cielo, la atmósfera, en el segundo cielo, el universo, y en el tercer cielo, la morada eterna de Dios. Habiendo identificado a quien se debe dirigir la oración, luego viene la oración en sí mismo. Un vistazo general nos muestra que básicamente tiene tres partes. Adoración, peticiones y alabanza. Esto sería lo que debemos incluir en cada una de nuestras oraciones a Dios.

  • ¿Por qué los evangélicos guardan el primer día de la semana como día de reposo y no el séptimo como dice la Biblia?

    Los creyentes no guardamos ningún día de la semana como día de reposo, ni el séptimo, ni el primero, ni el segundo ni ningún otro. Nosotros los creyentes, simplemente no tenemos un día de reposo, porque ya no estamos bajo la ley sino bajo la gracia. Guardar el séptimo día como día de reposo es volver a la ley, algo que Pablo cuestiona severamente en el libro de Gálatas. Note lo que dice Gálatas 5:1-4 Estad,  pues,  firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres,  y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud.  He aquí,  yo Pablo os digo que si os circuncidáis,  de nada os aprovechará Cristo. Y otra vez testifico a todo hombre que se circuncida,  que está obligado a guardar toda la ley. De Cristo os desligasteis,  los que por la ley os justificáis;  de la gracia habéis caído.

    Pero por otro lado, los creyentes nos reunimos el primer día de la semana, no porque para nosotros ese es el día de reposo, sino porque vemos en el Nuevo Testamento un ejemplo de que los creyentes del primer siglo, cuando comenzó la iglesia, tenían sus reuniones el primer día de la semana. Permítame solamente citar uno de los casos para ilustrar mi punto. Escribiendo a los creyentes de la iglesia local en Corinto, note lo que les dijo el Apóstol Pablo en relación con la ofrenda. Se encuentra en 1 Corintios 16:1-2 En cuanto a la ofrenda para los santos,  haced vosotros también de la manera que ordené en las iglesias de Galacia.  Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo,  según haya prosperado,  guardándolo,  para que cuando yo llegue no se recojan entonces ofrendas.

    Los creyentes corintios tenían la costumbre de reunirse cada primer día de la semana y como parte de su reunión de adoración, Pablo les instruye a recoger la ofrenda.

    Una pregunta que podríamos hacernos es la siguiente: ¿Por qué es que los creyentes del tiempo que nació la iglesia, se reunían los primeros días de la semana? ¿Por qué no lo hicieron el segundo, o el tercero o el quinto? Debe haber habido fuertes razones para ello. Ciertamente fue así. La gran razón fue porque el Señor Jesús resucitó un primer día de la semana. Mateo 28:1-6 dice: Pasado el día de reposo,  al amanecer del primer día de la semana,  vinieron María Magdalena y la otra María,  a ver el sepulcro.  Y hubo un gran terremoto;  porque un ángel del Señor,  descendiendo del cielo y llegando,  removió la piedra,  y se sentó sobre ella. Su aspecto era como un relámpago,  y su vestido blanco como la nieve. Y de miedo de él los guardas temblaron y se quedaron como muertos.  Mas el ángel,  respondiendo,  dijo a las mujeres:  No temáis vosotras;  porque yo sé que buscáis a Jesús,  el que fue crucificado.  No está aquí,  pues ha resucitado,  como dijo. Venid,  ved el lugar donde fue puesto el Señor.

    Si el objeto de su devoción, la persona del Señor Jesús venció al postrer enemigo, la muerte, en un primer día de la semana, es muy natural que los discípulos del Señor Jesús, tengan gran respeto y simpatía hacia el primer día de la semana y esto se refleje en el hecho que precisamente ese día se reunían para hacer memoria de la persona y obra del Señor Jesús, su muerte, su sepultura, su resurrección y su pronta venida.

     

  • ¿Por qué los evangélicos no guardan el séptimo día de la semana como día de reposo?

    Guardar el séptimo día como día de reposo es parte del pacto que Dios hizo con su pueblo Israel. Éxodo 31:13 dice: Tú hablarás a los hijos de Israel,  diciendo:  En verdad vosotros guardaréis mis días de reposo;  porque es señal entre mí y vosotros por vuestras generaciones,  para que sepáis que yo soy Jehová que os santifico.

    Guardar el séptimo día de la semana como día de reposo era una señal entre Jehová y su pueblo escogido Israel. Era la forma como el mundo podía saber que Israel es el pueblo santificado o separado por Jehová, tanto es así que consta como parte de la ley de Moisés, más específicamente el cuarto mandamiento del decálogo. Éxodo 20:8-11 dice: Acuérdate del día de reposo para santificarlo.

    Exo 20:9  Seis días trabajarás,  y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios;  no hagas en él obra alguna,  tú,  ni tu hijo,  ni tu hija,  ni tu siervo,  ni tu criada,  ni tu bestia,  ni tu extranjero que está dentro de tus puertas.  Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra,  el mar,  y todas las cosas que en ellos hay,  y reposó en el séptimo día;  por tanto,  Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó.

    La ley de Moisés fue un ayo o un asistente para conducir al pecador a Cristo, de modo que cuando Cristo vino, la ley de Moisés fue abrogada. Hebreos 7:18-19 dice: Queda,  pues,  abrogado el mandamiento anterior a causa de su debilidad e ineficacia (pues nada perfeccionó la ley),  y de la introducción de una mejor esperanza,  por la cual nos acercamos a Dios.

    La ley de Moisés fue dada para que el hombre reconozca que es imposible cumplir con lo que Dios demanda para que pueda acercarse a él. La ley de Moisés dice al hombre de lo que está enfermo, pero no le provee el remedio para sanarse. Por eso es débil e ineficaz. Cuando vino Cristo Jesús, cumplió con la ley de Moisés, sin embargo, murió en la cruz del Calvario para que por la fe en él, los pecadores podamos llegar a ser salvos. Esto es lo que se conoce como la salvación por gracia. Si estamos bajo la gracia ya no estamos bajo la ley de Moisés. Pero vivir bajo la gracia no significa que vamos a vivir como nos venga en gana. En Cristo tenemos libertad, no libertinaje. Cuando uno mira el Nuevo Testamento va a encontrar que, por amor a su Salvador, el creyente debe incorporar a su vida algunas cosas que también formaban parte de la ley de Moisés. En cuanto a los diez mandamientos, por ejemplo, el Nuevo Testamento contiene nueve de ellos como norma de vida para el creyente, el único mandamiento del decálogo que no aparece en el Nuevo Testamento como norma de vida para el creyente, es el cuarto, que justamente tiene que ver con guardar el séptimo día como día de reposo. Por este motivo los creyentes no guardamos ningún día como día de reposo. Note lo que dice Colosenses 2:16-17 Por tanto,  nadie os juzgue en comida o en bebida,  o en cuanto a días de fiesta,  luna nueva o días de reposo, todo lo cual es sombra de lo que ha de venir;  pero el cuerpo es de Cristo.

     

  • ¿Por qué el Señor Jesús se refirió a la experiencia del profeta Jonás cuando los judíos le pidieron que les dé alguna señal de que él era el Cristo?

    Para responder, permítame leer uno de los pasajes en los cuales se manifiesta esto. Se encuentra en Mateo 12:38-41. La Biblia dice: Entonces respondieron algunos de los escribas y de los fariseos,  diciendo:  Maestro,  deseamos ver de ti señal.El respondió y les dijo:  La generación mala y adúltera demanda señal;  pero señal no le será dada,  sino la señal del profeta Jonás.  Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches,  así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches. Los hombres de Nínive se levantarán en el juicio con esta generación,  y la condenarán;  porque ellos se arrepintieron a la predicación de Jonás,  y he aquí más que Jonás en este lugar.

    Los más acérrimos enemigos del Señor Jesús eran algunos, no todos, de los escribas y de los fariseos, quienes de antemano ya habían decidido rechazar al Señor Jesús, como el Cristo, el Mesías de Israel. Sin embargo, por pura curiosidad, algo típico en los judíos incrédulos de ese tiempo, querían ver al Señor Jesús haciendo alguna señal sobrenatural. El Evangelio según Lucas, dice que estas personas en realidad estaban pidiendo señal del cielo. Esto significa algo que tenga proporciones astronómicas, algo que realmente llame la atención. No es que estas personas estaban diciendo dentro de ellas: Si hace algo espectacular voy a creer en Él, porque el Señor Jesús ya había hecho abundantes milagros para que todos crean en él, pero estas personas le rechazaron, lo que estas personas en realidad querían es divertirse. Veían al Señor Jesús como artista de circo haciendo cosas para entretener a la gente. El Señor Jesús sabía muy bien sobre esto, porque Él es Dios y sabe lo que hay en el corazón de todo hombre, y por eso les dijo esas palabras tan duras: La generación mala y adúltera demanda señal; pero señal no le será dada, sino la señal del profeta Jonás. Cuando el Señor Jesús habla de la generación mala y adultera se está refiriendo al deplorable estado espiritual de algunos de aquellos escribas y fariseos, los que de antemano ya habían rechazado al Señor Jesús como el Cristo, o el Mesías. Para ellos, no habrá señal del cielo, sino señal de las Escrituras. La señal del profeta Jonás quien estuvo en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches. La señal apuntaba a su muerte y resurrección. Era la señal más contundente para indicar que el Señor Jesús es el Cristo, el Mesías de Israel. Sin embargo, aún esta señal no hizo que aquellos escribas y fariseos incrédulos reconozcan que el Señor Jesús es el Cristo. Las señales, por más maravillosas y espectaculares que sean no tienen la virtud de transformar a las personas. Lo que transforma a las personas y produce la conversión es la palabra de Dios y el poder del Espíritu Santo, pero es el pecador quien tiene que dejar que su voluntad actúe para recibir al Señor Jesucristo como su Salvador.

     

  • ¿Por qué dijo el Señor Jesús que los días antes que él venga por segunda vez serán como los días de Noé?

    Leo el texto en Mateo 24:36-39: Pero del día y la hora nadie sabe,  ni aun los ángeles de los cielos,  sino sólo mi Padre.

    Mat 24:37  Mas como en los días de Noé,  así será la venida del Hijo del Hombre. Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo,  casándose y dando en casamiento,  hasta el día en que Noé entró en el arca,  y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos,  así será también la venida del Hijo del Hombre.

    Los discípulos del Señor Jesús querían saber el día y la hora de la segunda venida de Cristo. Eran tan curiosos como nosotros. El Señor Jesús satisfizo en parte su curiosidad. Dijo que el día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos. Esto es algo que solamente Dios el Padre lo sabe. Esto de ninguna manera atenta contra la omnisciencia del Señor Jesús. Sin embargo, el Señor Jesús les dijo como sería la actitud de la gente en el tiempo inmediatamente anterior a la segunda venida de Cristo. Para esto hace referencia a lo que dice Génesis 6:5, la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal. Pero el Señor Jesucristo no quería enfatizar sobre la maldad en general sino sobre algo muy particular de la maldad. Por eso dijo: Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre. El énfasis del Señor Jesús no es tanto en la extrema impiedad de los días de Noé, sino en la indiferencia de la gente del tiempo de Noé al peligro que representaba el inminente diluvio. La gente del tiempo de Noé, se preocupaba única y exclusivamente de los asuntos del diario vivir como comer, beber y casarse y dar en casamiento. Estas cosas no son necesariamente malas, pero si una persona se ocupa sólo de estas cosas y se olvida de Dios y del futuro eterno de su alma, está en serios problemas. Este fue el caso de la gente que vivió en los días de Noé. No entendieron que sus vidas estaban en serio peligro por la inminencia del diluvio universal. Noé advirtió del peligro por 120 años, pero la gente no le hizo caso alguno, hasta que, en el instante menos pensado, vino el diluvio y se los llevó a todos los que ignoraron las advertencias. Algo semejante ocurrirá en el tiempo previo a la segunda venida del Señor Jesucristo, la mayoría de la gente de aquella época estará tan distraída, tan ocupada en las cosas de este mundo, en las cosas del diario vivir, y ni pensará siquiera en la inminente venida del Señor Jesús quien traerá un juicio terrible. Los que sean sorprendidos por la segunda venida del Señor Jesús, los cuales jamás le han recibido como Salvador, serán sacados de este mundo para recibir juicio eterno, lo mismo que sucedió con la gente incrédula cuando vino el diluvio.

  • ¿Cuál es su opinión sobre una mujer creyente que se hace una ligadura de trompas como una forma de planificación familiar, por cuanto ya no quiere tener más hijos, porque ya ha tenido suficientes? ¿Cómo se ve esto ante los ojos de Dios? ¿Puede considerarse esto como un aborto?

    Gracias por su consulta. Permítame en primer lugar explicar brevemente en qué consiste la ligadura de trompas de Falopio, conocida también como «ligadura tubárica».  Para esto, permítame citar un párrafo de una revista especializada en este asunto. Dice así: Se trata de una cirugía para bloquear las trompas de Falopio de una mujer. Las trompas de Falopio son los conductos que conectan los ovarios con el útero. Normalmente, las trompas de Falopio de una mujer en edad reproductiva movilizan óvulos desde el ovario hasta el útero aproximadamente una vez cada mes y, si los espermatozoides del hombre se encuentran con un óvulo, se puede presentar el embarazo. Si las trompas de Falopio están bloqueadas o «ligadas», los espermatozoides no pueden fertilizar el óvulo y, por lo tanto, no se producirá el embarazo. La ligadura de trompas de Falopio vuelve a una mujer estéril, es decir, incapaz de quedar embarazada, y esto, en forma permanente. La ligadura de trompas de Falopio se hace bajo anestesia, en un hospital o en un centro de atención médica ambulatoria. El cirujano hace una o dos pequeñas incisiones en el área abdominal, generalmente cerca del ombligo. Luego, se inserta un laparoscopio en el área pélvica, a través de un tubo estrecho con una cámara en un extremo. De esta manera, se introducen los instrumentos quirúrgicos apropiados para ligar las trompas de Falopio. Las trompas se cauterizan o se sellan con un pequeño gancho y se cierran las incisiones. La paciente generalmente puede volver al hogar en unas pocas horas después del procedimiento. La ligadura de trompas de Falopio también puede realizarse después de un parto vaginal a través de una pequeña incisión cerca del ombligo o durante una cesárea. La ligadura de trompas de Falopio se puede recomendar para mujeres adultas que estén seguras de querer evitar embarazos futuros.

    Según esto, la ligadura de trompas de Falopio, es un método anticonceptivo que evita la fertilización de un óvulo, por lo cual no se lo puede considerar como un método abortivo de control de natalidad. En cuanto a qué es lo que dice la Biblia acerca de este método de planificación familiar y en general de cualquier otro método de planificación familiar, debo decirle que la Biblia no lo ordena ni lo condena, lo cual implica que los creyentes tienen total libertad de aplicarlo o no aplicarlo, dependiendo de la manera como Dios guíe a cada creyente en particular. Sin embargo, antes de pensar en utilizar este método de planificación familiar, es necesario buscar la dirección de Dios en oración, lo cual es lo más importante, pero también es necesario buscar también el asesoramiento de profesionales especializados, para investigar algún otro método de planificación familiar que impida la fertilización de un óvulo. Lo que se debe evitar es cualquier método de planificación familiar que destruya o mate a un óvulo que ya ha sido fecundado, por cuanto la vida humana comienza el instante mismo que un espermatozoide fecunda un óvulo.

     

  • ¿Por qué Jesús dijo a María Magdalena que no le toque porque todavía no había subido a su Padre?

    Leamos el texto en Juan 20:11-18. Pero María estaba fuera llorando junto al sepulcro;  y mientras lloraba,  se inclinó para mirar dentro del sepulcro;

    Joh 20:12  y vio a dos ángeles con vestiduras blancas,  que estaban sentados el uno a la cabecera,  y el otro a los pies,  donde el cuerpo de Jesús había sido puesto. Y le dijeron:  Mujer,  ¿por qué lloras?  Les dijo:  Porque se han llevado a mi Señor,  y no sé dónde le han puesto. Cuando había dicho esto,  se volvió,  y vio a Jesús que estaba allí;  mas no sabía que era Jesús. Jesús le dijo:  Mujer,  ¿por qué lloras?  ¿A quién buscas?  Ella,  pensando que era el hortelano,  le dijo:  Señor,  si tú lo has llevado,  dime dónde lo has puesto,  y yo lo llevaré.  Jesús le dijo:  ¡María!  Volviéndose ella,  le dijo:  ¡Raboni!  (que quiere decir,  Maestro).  Jesús le dijo:  No me toques,  porque aún no he subido a mi Padre;  mas ve a mis hermanos,  y diles:  Subo a mi Padre y a vuestro Padre,  a mi Dios y a vuestro Dios.  Fue entonces María Magdalena para dar a los discípulos las nuevas de que había visto al Señor,  y que le había dicho estas cosas

    María Magdalena estaba llorando desconsoladamente junto al sepulcro vacío. En eso se le acerca el Señor Jesús y le dice: Mujer ¿por qué lloras? ¿A quién buscas? María Magdalena, pensando que se trataba del hortelano, le dijo: Señor, si tú le has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo lo llevaré. El Señor Jesús, entonces habló una vez más, y con ese tono tan familiar le dijo: ¡María! Ahora María Magdalena sabía que se trataba del Señor Jesús resucitado, y volviéndose le dijo ¡Raboni! palabra que quiere decir: Maestro. Esto fue el antecedente de lo que el Señor Jesús dijo a María Magdalena: No me toques, porque aún no he subido a mi Padre; mas ve a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios. Note que esto no aconteció justo después que murió el Señor Jesús, sino justo después que resucitó el Señor Jesús. Esto hace una gran diferencia. El Señor Jesús ya tenía cuerpo glorificado. María Magdalena debe haber estado aferrada al Señor Jesús, como queriendo que no se aleje de ella jamás. La Nueva Versión Internacional traduce la frase como: Suéltame, porque todavía no he vuelto al Padre. El Señor Jesús hizo referencia a su próxima ascensión a su Padre, porque él iba a estar en forma física solamente temporalmente con sus discípulos y aunque ella quería desesperadamente que el Señor Jesús no se aleje nunca de ella físicamente, el Señor Jesús tenía que ir de regreso a su Padre. Al ir a su Padre, el Señor Jesús enviaría al Espíritu Santo, el Consolador, alguien similar al Señor Jesús, para que María Magdalena y los demás discípulos estén con él no temporalmente sino para siempre. Era como si el Señor Jesús estuviera diciendo a María Magdalena: no me sujetes a mí, yo voy a estar físicamente en este mundo sólo por un poquito de tiempo, porque pronto debo ir a mi Padre, pero cuando eso pase, yo voy a enviar al Espíritu Santo, el Consolador, quien estará contigo para siempre, él no se irá jamás.

     

  • ¿Por es necesario que resuciten los cuerpos de los creyentes si una vez que mueren físicamente ya están en el cielo? ¿Cuál es el propósito de la resurrección de los cuerpos de los creyentes?

    Gracias por su consulta. La resurrección corporal de los creyentes que han muerto es parte indispensable del plan redentor de Dios para la humanidad. Mírelo así, la entrada del pecado en el mundo, produjo muchas consecuencias y una de ellas, el postrer enemigo, es la muerte física. Dios por tanto está en obligación de derrotar a este postrer enemigo, y eso se logra con la resurrección corporal. Esta es la razón por la cual Dios contempló redimir no sólo el espíritu y alma de los creyentes, sino también sus cuerpos. Note lo que dice Romanos 8:22-23 Porque sabemos que toda la creación gime a una,  y a una está con dolores de parto hasta ahora;  y no sólo ella,  sino que también nosotros mismos,  que tenemos las primicias del Espíritu,  nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos,  esperando la adopción,  la redención de nuestro cuerpo.

    La resurrección de los creyentes es la estocada final contra el postrer enemigo que es la muerte. Si sacamos a la resurrección corporal del plan de Dios para redimir al pecador, estaríamos predicando un mensaje vacío, hueco, y si creyéramos en este mensaje, seríamos dignos de compasión de la gente. Eso fue lo que dijo Pablo en 1 Corintios 15:12-19 Pero si se predica de Cristo que resucitó de los muertos,  ¿cómo dicen algunos entre vosotros que no hay resurrección de muertos?  Porque si no hay resurrección de muertos,  tampoco Cristo resucitó. Y si Cristo no resucitó,  vana es entonces nuestra predicación,  vana es también vuestra fe. Y somos hallados falsos testigos de Dios;  porque hemos testificado de Dios que él resucitó a Cristo,  al cual no resucitó,  si en verdad los muertos no resucitan. Porque si los muertos no resucitan,  tampoco Cristo resucitó;  y si Cristo no resucitó,  vuestra fe es vana;  aún estáis en vuestros pecados.  Entonces también los que durmieron en Cristo perecieron.Si en esta vida solamente esperamos en Cristo,  somos los más dignos de conmiseración de todos los hombres.

    El estado eterno en el cielo implica que los que vamos a estar allí tendremos espíritu, alma y cuerpo y para eso es necesario que estos cuerpos presentes, envejecidos, enfermos, y al morir, inclusive sin vida, y encima de todo esto, contaminados por el pecado, sean resucitados para ser cuerpos gloriosos, inmortales, inmaculados.

    Los cuerpos presentes están adaptados para morar en la esfera terrenal. Estos cuerpos presentes no pueden subsistir en la esfera celestial, en la presencia de Dios, y por eso es necesario que Dios nos dé cuerpos glorificados, o cuerpos resucitados, cuerpos adaptados para morar en la esfera celestial. Note lo que dice 1 Corintios 15:53-56 Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad.

    Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria.

    ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley.

     

  • La consulta de hoy es acerca de los libros sagrados de los Musulmanes, Hindúes, y Judíos, es decir, el Corán, la Torá y el Bhagavad Gita. Según los seguidores de estas religiones, sus libros son más antiguos que la Biblia o el Nuevo Testamento, y son inspirados. Dicen que el Nuevo Testamento está plagado de añadiduras por los padres de Iglesia en los siglos 4 al 12 donde se cerró el canon y eso explica que hoy en día existen diversas sectas con diferentes doctrinas y interpretaciones. ¿Qué hay de cierto en esto?

    Comencemos por hacer algunas precisiones, el libro sagrado de los Musulmanes es el Corán, un libro supuestamente revelado al profeta Mahoma en el año 610 DC cuando Mahoma tenía 40 años de edad. Por otro lado, el libro sagrado del Judíos no es la Torá, sino, además de la Torá, Los Profetas, y Los Escritos. Todos comprenden lo que nosotros llamamos el Antiguo Testamento. La Torá o La Ley solamente comprende los cinco libros de Moisés, Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio. El Antiguo Testamento se escribió entre los años 1450 o 1410 AC hasta los años 450 o 400 AC. Esto es, el Antiguo Testamento tomó unos 1000 años en escribirse. En todo caso el Antiguo Testamento es mucho más antiguo que el Corán de los Musulmanes. En cuanto a los libros sagrados del Hinduismo, son muchos, y ciertamente el Bhagavad Gita es una porción del mahabhanta, y se considera como el más importante y seguramente el más popular de todos los textos hindúes. Se trata de un poema prolongado entre el guerrero Arjuna y su auriga, Krishna. Arjuna decide no matar a sus propios parientes en la batalla, mientras Krishna procede a exhortarle a abandonar los sentimientos personales y a hacer lo correcto. El motivo predominante en la Bhagavad Gita es el de una devoción espiritual intensa, una idea prevaleciente en el hinduismo hasta la fecha. No se sabe con precisión cuándo fue escrito, pero se estima que sucedió entre los años 500 a 50 AC. Si esto fuera así, el Antiguo Testamento también es más antiguo que el Bhagavad Gita. De manera que, si de antigüedad se trata, el Antiguo Testamento, es decir la Torá, los Profetas y los Escritos, es mucho más antiguo que los textos considerados sagrados por los Musulmanes o los Hinduistas. Pero no por ser más antiguo, un texto es divino. El antiguo Testamento es divino porque fue revelado e inspirado por Dios. Note lo que dice el Nuevo Testamento acerca de toda la Biblia, tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento. Leo en 2 Timoteo 3:16. Toda la Escritura es inspirada por Dios,  y útil para enseñar,  para redargüir,  para corregir,  para instruir en justicia,

    La Biblia es la palabra de Dios no por ser el libro más antiguo de la humanidad, sino porque en la misma Biblia se declara que es inspirada por Dios, es decir soplada o exhalada por Dios. Ahora, en cuanto a que el Nuevo Testamento contiene errores introducidos por los padres de la iglesia en algún momento en el pasado, simplemente no puede ser así, la prueba es que hoy en día existen tres manuscritos completos del Nuevo Testamento, y uno de ellos data del siglo tercero DC, y es semejante, con ligeras e insignificantes variantes, a los otros fragmentos del Nuevo Testamento que datan hasta poco antes de que fuera inventada la imprenta. Esto significa que el Nuevo Testamento que tenemos en la actualidad es de lo más fiel a los manuscritos originales, sin desconocer que a lo largo de la historia de su existencia han aparecido textos apócrifos que a su debido tiempo han sido desestimados por no ser auténticos.