¿Es cierto que si una pareja no se ha casado en una iglesia católica romana, ese matrimonio no es válido delante de Dios?

Su consulta debe conducirnos a hacernos nosotros mismos otra pregunta: ¿Cuándo es válido un matrimonio? Pues, en la Biblia se ve al matrimonio como un compromiso, o un acuerdo o un pacto entre un hombre y una mujer quienes voluntariamente desean compartir el resto de sus vidas como esposos. En primer lugar, es un compromiso ante Dios. Cuando una pareja está segura que la voluntad de Dios es que vivan juntos como marido y mujer, deben presentarse ante Dios, los dos solos para comprometerse ante él a amarse el uno al otro, a respetarse el uno al otro, a ser fiel el uno al otro, a sacrificarse el uno por el otro hasta que la muerte o la venida del Señor los separe. En segundo lugar, el matrimonio es un compromiso ante las autoridades civiles. Dios ha puesto en cada país autoridades civiles y una ley para que sea respetada tanto por las autoridades como por los que están bajo ellas. Cada país tiene sus propias autoridades y su propia ley. La pareja que desea casarse debe someterse a lo que determina la ley de su país. Este principio se sustenta en pasajes bíblicos como Romanos 13:1-2 donde dice: Sométase toda persona a las autoridades superiores;  porque no hay autoridad sino de parte de Dios,  y las que hay,  por Dios han sido establecidas.  De modo que quien se opone a la autoridad,  a lo establecido por Dios resiste;  y los que resisten,  acarrean condenación para sí mismos.

De modo que para que un matrimonio sea válido, la pareja tiene que someterse a lo que las autoridades del país determinen. Esto se llama el matrimonio civil. Por último, en tercer lugar, el matrimonio es un compromiso ante los amigos, familiares y más relacionados de la pareja. Se trata de hacer saber a todos que, a partir de determinado momento, una pareja que previamente ha hecho un compromiso ante Dios y un compromiso ante las autoridades civiles, comienza a compartir juntos, como marido y mujer, viviendo bajo un mismo techo. El Señor Jesucristo participó en algo así en Caná de Galilea, justamente donde hizo su primer milagro al cambiar el agua en vino. Esto significa que, si una pareja se compromete ante Dios, ante las autoridades civiles y ante la sociedad, está legítimamente casada. Obviamente, algunas parejas prefieren hacer su compromiso ante Dios y ante la sociedad en algún templo, y con eso no hay problema, aunque igual hubiera sido el resultado si lo hicieran en una casa o en cualquier otro lugar que no sea un templo. Pero para la iglesia católico romana, el matrimonio es uno de los siete sacramentos y por eso exigen como requisito indispensable el matrimonio religioso en una capilla católica romana, oficiado por un sacerdote debidamente ordenado, y sin este requisito, la iglesia católico romana no considera legítimo un matrimonio. Esto sin embargo es invento de la iglesia católica romana y no tiene ningún apoyo en las Escrituras.