¿Cómo demostrar que la Biblia que usamos los evangélicos no es una traducción adulterada?

En una conversación con unos testigos de Jehová, me dijeron que nosotros, los evangélicos, somos inicuos porque hemos adulterado la Biblia de tal manera que apoye la doctrina de la trinidad, la doctrina de la deidad de Cristo, y la doctrina de la personalidad y deidad del Espíritu Santo. ¿Cómo demostrar que la Biblia que usamos los evangélicos no es una traducción adulterada? ¿Cómo se demuestra la doctrina de la trinidad?

Aunque en la actualidad existen varias traducciones de la Biblia en Español, la traducción de Reina revisada de Valera sigue siendo la que mayor acogida tiene entre los evangélicos. Esto no significa de ninguna manera que las otras traducciones tengan defectos o errores. La primera versión completa de la Biblia en el idioma Castellano fue la que se conoce como La Biblia del Oso, pues todas las que se habían hecho hasta entonces eran sólo versiones parciales. Esta Biblia fue traducida directamente de las lenguas originales por Casiodoro de Reina y publicada en Basilea, Suiza, el 28 de Septiembre de 1569. La Biblia del Oso salió a la luz en la época cumbre de la literatura española. La versión de Casiodoro de Reina tiene méritos indiscutibles por la excelencia de su lenguaje. Tanto es así que el eminente académico Marcelino Menéndez y Pelayo, no obstante tener una predisposición hostil a Casiodoro de Reina, se expresa en los términos más elogiosos de la Biblia del Oso, y no podía ser de otro modo, porque la versión de Casiodoro de Reina fue la precursora de las grandes obras de Lope de Vega y de Cervantes. La Biblia del Oso o la versión de Casiodoro de Reina fue revisada minuciosamente por otro erudito, cuyo nombre fue Cipriano de Valera. Su trabajo final se publicó en Ámsterdam, Holanda, en 1602. Con justa razón se conoce a esta Biblia como la versión de Reina Valera. A partir de su primera publicación, esta Biblia ha sido revisada varias veces para adaptar su lenguaje a los cambios que sufren los idiomas del mundo con el paso del tiempo, y de los cuales, ciertamente no está libre el idioma Español. La última revisión tuvo lugar en 1995, aunque un buen segmento del pueblo evangélico está todavía acostumbrado a la revisión anterior a esta, es decir a la revisión de 1960. Así que, amable oyente, la versión Reina Valera de la Biblia, es una traducción de lo más precisa de la Biblia en sus idiomas originales, ya sea el Hebreo, el Arameo y el Griego. Esto ha sido reconocido por eruditos, propios y extraños. Algo como esto, jamás se puede afirmar de la Biblia que usan los testigos de Jehová. Tengo en mi mano un ejemplar de la Biblia de los Testigos de Jehová. En la pasta de color negro, en letras doradas aparece este título: Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras. En la contratapa y la primera página aparece un mapa a color de lo que los testigos de Jehová llaman Tierras de la Biblia, antes de nuestra era común. En la segunda página, en letras negras dice lo siguiente: Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras, traducidas de la versión en inglés de 1961, pero consultando fielmente los antiguos textos hebreo y griego. En el ambiente judicial, existe un dicho que perfectamente se puede aplicar al asunto que nos ocupa: A confesión de parte, relevo de prueba. La misma Biblia que usan los testigos de Jehová afirma que es la traducción de la versión en inglés de 1961. Es decir, que a diferencia de la versión Reina Valera, la Biblia de los testigos de Jehová es traducción de traducción, lo cual hace que esta Biblia, sea menos fiel a los escritos originales. Esto ciertamente pone a la Biblia de los testigos de Jehová en un plano de absoluta inferioridad en relación con la versión Reina Valera, pero el verdadero problema de la Biblia de los testigos de Jehová, reconocido por todos, menos por ellos, por supuesto, es que la Biblia de los testigos de Jehová, en inglés, de la cual proviene la Biblia de los testigos de Jehová en Español, ha sido arreglada para apoyar todas sus erradas doctrinas. Ponga atención a la conclusión que llega José Luis García, en su libro Los Testigos de Jehová a la luz de la Biblia, luego de demostrar las inconsistencias de la Biblia que usan los testigos de Jehová. Cito textualmente: Tiempo atrás, antes de la Nuevo Mundo, los “testigos” tenían una situación muy comprometida ante la Biblia y se veían en la necesidad de rebuscar en, “más de 70 diferentes traducciones en inglés y otros lenguajes” alegando que, “ha usado de lo bueno de todas ellas”, lo cual se concreta o reduce a un texto de aquí y de allá que por esta o aquella palabra se prestará más adecuadamente para citarlos en apoyo de sus teorías, cuando el texto en ningún caso se prestaba, hacían entonces su particular traducción, traducción que se encuentra en la antigua literatura de la secta y que es en muchísimos casos notablemente diferente de la que ahora hacen en su Nuevo Mundo. Esta situación comprometida es la que llevó a la “organización” a publicar su propia Biblia, deformando, añadiendo, suprimiendo palabras, y reconstruyendo el texto para que éste se acomode a sus teorías, de aquí que su Nuevo Mundo resulte tan diferente en los textos claves de las demás Biblias. Ahora aunque siguen con su táctica de citar de las diferentes versiones, ya no lo hacen enfáticamente como antes, citan preferentemente del Nuevo Mundo. Cuando alguien les sale con un texto comprometido, consultan de inmediato con su Biblia, algunas veces salen con dificultad de apuros, y cuando no lo pueden conseguir, muy a pesar de los arreglos que han hecho en su Nuevo Mundo, optan por esquivar el texto o adoptan una postura indiferente haciendo caso omiso. Puesto que el idioma evoluciona, es lícito revisar, corregir y hacer nuevas traducciones para poner la Biblia al día respecto al idioma actual, pero cambiar el sentido de lo que por ser fundamental en la fe es inalterable y que por tanto ha sido siempre tradicionalmente conservado en todas las versiones de la Biblia, sólo puede obedecer a una causa: Alterar y oscurecer la verdad revelada, acomodando el texto a particulares teorías humanas. Hasta aquí la cita textual del libro mencionado anteriormente. En esencia, amigo oyente, quienes tienen una Biblia alterada para apoyar sus falsas doctrinas son los testigos de Jehová, no los evangélicos. Si usted o yo, o cualquier ser racional, se fundamentara en lo que dice la Biblia de los testigos de Jehová, llegaría a la conclusión que no existe la trinidad, que Cristo no es Dios, que el Espíritu Santo es sólo una fuerza y que por tanto no es Dios y tantas otras cosas más. Los testigos de Jehová exigen que sus seguidores se fundamenten sólo en su Biblia, la traducción Nuevo Mundo, porque saben que si sus seguidores se fundamentan en cualquier otra versión de la Biblia en cualquier idioma del mundo, jamás van a llegar a las interpretaciones que los testigos de Jehová defienden. Muy bien. Vamos ahora a un asunto específico. Cómo se demuestra en cualquier versión de la Biblia, excepto en la traducción de los testigos de Jehová, que existe la trinidad. La mecánica es muy sencilla, simplemente se trata de examinar la evidencia bíblica en textos que hablan del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo y esa evidencia bíblica demostrará que cada uno de ellos son personas, y además divinas. Primero, en cuanto al Padre. Una enorme cantidad de textos bíblicos afirma la deidad del Padre. Tomemos uno a manera de ejemplo. Se encuentra en Juan 6:27 donde dice: “Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a éste señaló Dios el Padre” Hablando del Padre, este texto, de una manera clara y contundente afirma que el Padre es Dios. Sigamos adelante. Segundo, en cuanto al Hijo. 1 Juan 5:20 dice: “Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna.” Note como hablando del Hijo de Dios, el Señor Jesucristo, este versículo declara enfáticamente: Este es el verdadero Dios y la vida eterna. No hay lugar a dudas en cuanto a que el Hijo es Dios. Tercero, en cuanto al Espíritu Santo. Leamos el pasaje bíblico que se encuentra en Hechos 5:3-4 donde dice: “Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad? Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? Y vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios.” Pedro dice a Ananías que ha mentido al Espíritu Santo. Al hacerlo, Ananías no mintió a los hombres sino a Dios. La deducción lógica es que el Espíritu Santo es Dios. Tenemos entonces que el Padre es Dios, el Hijo es Dios y el Espíritu Santo es Dios. Sin embargo, no se trata de tres dioses, sino de un solo Dios verdadero. Esa es la incomprensible maravilla de la trinidad. Deuteronomio 6:4 dice: “Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es.” Esta es la razón por la cual, la doctrina de la trinidad se enuncia de esta manera: Hay un solo Dios, pero en la unidad de la divina esencia hay tres personas coeternas y coiguales en todo, de la misma sustancia, pero distintas en la subsistencia.

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