¿Cómo se ha de interpretar ciertas palabras del Apocalipsis?

¿Cómo se han de interpretar ciertas palabras de la Biblia, como las que se encuentran en Apocalipsis 19:11-12? Allí se habla de un caballo blanco, de ojos como llama de fuego, de una espada aguda que sale de su boca. Personas que creen que estamos en el Reino sostienen que todos estos términos son sólo figuras. No creen en la interpretación verbal y plenaria.

Existen varios sistemas de interpretación bíblica, pero el único que garantiza la cabal comprensión de lo que estuvo en la mente de los autores de los libros de la Biblia, es aquel que se conoce como gramático, histórico y literal. Permítame hacer una breve explicación de este sistema de interpretación. Es gramático porque pone especial atención a la estructura gramatical del texto. Es decir, en el caso de los sustantivos, se debe examinar su género, su número, su caso. En el caso de los verbos, se debe examinar su tiempo, su modo y su voz. Se debe observar la manera como aparecen los artículos, las preposiciones, los adverbios, los adjetivos, los conectivos y en general cualquier otra información al respecto. El método recomendado de interpretación bíblica, además de ser gramático, es histórico, porque toma en cuenta el contexto histórico en el que vivían los diferentes autores de los libros de la Biblia. Se toma en cuenta la situación política, social, económica, moral, espiritual, etc. Se da atención a los lugares donde acontecieron los eventos. Finalmente el método de interpretación es literal. Esto de literal tiene que ver con que el significado de cada palabra es el que tenía en la comunicación normal de su época. En determinados casos, algunas palabras pueden tener más de un significado. En casos así, es necesario analizar el contexto anterior y posterior al texto en cuestión, para determinar el significado correcto de determinada palabra que tiene más de un significado. La interpretación literal también debe tomar en cuenta las diferentes figuras retóricas como la metáfora, la sinécdoque, la metonimia, la prosopopeya, la ironía, la hipérbole, la alegoría, la fábula, el enigma, el tipo, el símbolo, la parábola, el símil, la interrogación, el apóstrofe, y la antítesis. Se puede ver entonces, que el uso de símbolos de ninguna manera atenta contra la interpretación literal de la Biblia. Con todo esto en mente, veamos lo que dice el texto que usted ha citado como ejemplo. Se encuentra en Apocalipsis 19:11-12 donde dice: “Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas, y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo” En el libro de Apocalipsis se encuentra una gran cantidad de simbología. El autor Ramm, siguiendo un patrón generalmente aceptado dice que puede haber seis clases de símbolos que son proféticos en su carácter. Uno, personas, dos, instituciones, tres, oficios, cuatro eventos, cinco, acciones y seis, cosas. Bahr, da las siguientes reglas para guiarnos en la interpretación de tales símbolos. Primero, el significado de un símbolo debe determinarse primero que todo por un conocimiento preciso de su naturaleza. Segundo, los símbolos del culto mosaico pueden tener, por lo general, solo aquel significado que concuerda con las ideas y verdades religiosas del mosaísmo, y con sus principios claramente expresados y reconocidos. Tercero, debe en primer lugar, buscarse el significado de cada símbolo, por separado, según su nombre. Cuarto, cada símbolo individual tiene, por lo general, sólo un significado. Quinto, por diferente que sea la conexión en la cual pueda ocurrir, cada símbolo individual tiene siempre el mismo significado fundamental. Sexto, en cada símbolo, bien sea objeto o acción, la idea principal que simboliza debe distinguirse cuidadosamente de aquella que necesariamente sólo sirve para la apropiada exposición, y tiene, por lo tanto, un propósito secundario. Otro autor, Feinberg, dice lo siguiente sobre la simbología. Algunas profecías son comunicadas por medio de un lenguaje simbólico. Pero cuando éste ha sido el caso, los símbolos son explicados en el contexto inmediato, en el libro en que ocurren, o en cualquier otra parte de la Palabra, no dejando lugar alguno a la imaginación del hombre para inventar explicaciones. Todo esto se debe tomar en cuenta para interpretar pasajes bíblicos como el citado por usted. Siendo así, en Apocalipsis 19:11-12 tenemos una parte de lo que sucederá cuando el Señor Jesucristo venga por segunda vez a la tierra. El cielo se abre y allí se distingue un caballo blanco, y su jinete se llama Fiel y Verdadero. Todo esto sucederá literalmente, pero no olvide la simbología detrás de los detalles. La figura del caballo blanco y su jinete, nos habla de un conquistador victorioso. En su segunda venida, Cristo no vendrá manso y humilde como en su primera venida. El símbolo nos habla de un poderoso y victorioso conquistador. El nombre de este poderoso y victorioso conquistador es Fiel y Verdadero. Entonces no es otro sino Cristo. Una de sus muchas características es que juzga y pelea con justicia. Los ojos de nuestro Señor son como llama de fuego. El uso de la palabra “como” nos indica que se trata de un símil. Un símil es una figura retórica que consiste en comparar expresamente una cosa con otra, para dar idea viva y eficaz de una de ellas. Esto nos habla de la inquisitiva mirada de Cristo. Nada escapa de su penetrante mirada. Las diademas en su cabeza simbolizan el poder y la autoridad para gobernar este mundo. El nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo, nos habla de la inefable majestad que está lejos de ser totalmente comprendida por el ser humano. Así que, amable oyente, el reconocer el uso de los símbolos en algunos textos proféticos, como el Apocalipsis no anula la realidad de los acontecimientos relatados. El uso de símbolos amplía grandemente la comprensión del significado de esos acontecimientos. Muchos de esos eventos todavía no han tenido lugar, como la segunda venida de Cristo, por ejemplo, y por tanto debemos esperarlos con paciencia.

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