La consulta para el programa de hoy nos llega a través de Internet. Dice así: ¿Qué debo hacer para dejar de ser sólo un cristiano convencido y pasar a ser un cristiano convertido?
Excelente consulta amigo oyente. Antes de responderla, me gustaría explicar los términos que voy a utilizar. Un cristiano convencido, es aquel para quien el cristianismo no es otra cosa sino la religión que posee. Cuando le preguntan: ¿Cuál es su religión? Responde: Soy cristiano. Tal vez sus progenitores eran o son cristianos y como es natural, él adoptó las mismas creencia religiosa que ellos, de modo que desde que tiene uso de razón practica los ritos o las costumbres que vio en sus padres. Es una persona más o menos buena. No se mete en lo más profundo del pecado, pero tampoco es tan santo que digamos. Tal vez asiste a alguna iglesia cada domingo o en navidad, o en semana santa, o cuando se casa alguien, o él mismo, o cuando se muere algún familiar o conocido. Es la típica persona que tiene una Biblia, pero raramente la lee entre semana. Solamente saca a pasear la Biblia los domingos o cuando hay reuniones en la iglesia. Tal vez inclusive sabe de memoria los libros de la Biblia y algunos versículos que considera importantes. Puede ser que inclusive se haya bautizado y participa en la cena del Señor, aunque no entiende muy bien de lo que se trata. En las reuniones de la iglesia, imita todo lo que los demás hacen, canta, ora, hasta puede predicar. Durante el mensaje del culto, tal vez está más pendiente del reloj que de lo que está diciendo el predicador, porque, claro, está desesperado porque termine el culto. Cuando termina el culto se siente aliviado, va a su casa y vive el resto de la semana como cualquier otra persona en este mundo, haciendo lo que cualquier persona de este mundo hace. Se dice que una persona así es un cristiano convencido, porque alguien, tal vez sus padres, o sus amigos, o alguien, le convenció que él también es cristiano, pero nunca se detuvo a examinar por sí mismo lo que es el cristianismo, ni a reflexionar sobre su condición espiritual, ni a entender por sí mismo lo que dice la Biblia en cuanto a Dios, en cuanto al ser humano, en cuanto al pecado, y sobre todo, en cuanto a la persona del Señor Jesucristo y lo que el Señor Jesucristo hizo por él al morir en la cruz del calvario. El cristiano convencido tiene meramente una religión. Eso es todo lo que tiene. Es posible que esta descripción se acerque mucho a la experiencia personal de muchos. Si ese es su caso, muy probablemente usted también es un cristiano convencido. Pero ahora permítame hacer un bosquejo de lo que es un cristiano convertido. Esto de convertido se fundamenta en varios pasajes bíblicos. Uno de los muchos se encuentra en Hechos 3:19. La Biblia dice: Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio,
Estas palabras fueron pronunciadas por el Apóstol Pedro, en su poderoso mensaje evangelístico en el pórtico de Salomón en el templo de Jerusalén. El verbo convertirse es la traducción de un verbo griego que significa “volverse hacia algo”. Por eso muchas veces la Biblia usa la expresión “convertirse al Señor” Esto significa: Volverse hacia el Señor. Esto es uno de los muchos resultados de haber recibido al Señor Jesucristo como único, suficiente, y personal Salvador. De modo que un cristiano convertido, es aquel que ya no tiene meramente una religión, sino una relación personal con Dios por medio del Señor Jesucristo, porque todo aquel que recibe al Señor Jesucristo como Salvador llega a ser hijo de Dios. Un cristiano convertido, por tanto es una nueva criatura, conforme a lo que leemos en 2 Corintios 5:17 donde dice: De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
Todo esto tiene un efecto maravilloso no sólo en el espíritu de la persona sino en la conducta de la persona. Espiritualmente, ese cristiano convertido es perdonado de su pecado, es hijo de Dios, ha sido adoptado por Dios, tiene el Espíritu Santo morando en su vida, puede entender la palabra de Dios, tiene un lugar seguro en el cielo, y tantas otras cosas más. En cuanto a la conducta, el cristiano convertido vive con gozo a pesar de cualquier situación difícil que pueda estar enfrentado, además disfruta de paz aún en medio de la tormenta. Esto le libra de vivir en constante preocupación. A decir verdad, un cristiano convertido, está en capacidad de ser lleno del Espíritu Santo y note lo que producirá el Espíritu Santo. Se encuentra en Gálatas 5:22-23 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.
Esto significa que el cristiano convertido, muestra en su conducta todo lo que Dios es capaz de hacer en la vida de una persona convertida. Mostrará un gusto especial por pasar tiempo a solas con Dios meditando en su palabra y orando. Tendrá a su disposición el poder del Espíritu Santo para vencer cualquier tentación, no necesitará que nadie le empuje para congregarse con otros creyentes, se involucrará totalmente en el servicio al Señor en su iglesia local, hará todo lo posible para servir al Señor por medio de servir a otros, se bautizará, estará dispuesto a dar al Señor de sus bienes con generosidad, amará al prójimo y compartirá las buenas nuevas de salvación con su familia y sus conocidos. El cristiano convertido experimenta un cambio desde adentro hacia fuera. No se trata simplemente de imitar lo que los otros hacen. ¿Ve la diferencia? Es como la noche y el día. Su consulta fue: ¿Qué se hace para dejar de ser sólo un cristiano convencido y pasar a ser un cristiano convertido? Ya debe ser obvio, que lo que hace falta es nacer de nuevo, nacer espiritualmente por medio de recibir al Señor Jesucristo como Salvador. Para esto, es necesario reconocer al menos cuatro cosas importantes. Primero, es necesario reconocer que todos somos pecadores, independientemente de las cosas que hayamos hecho. Tan pecador es el que toma una arma y dispara al cuerpo a otra para matarla, como el que se lleva a su casa un alfiler de la oficina donde trabaja. Pecado es pecado. Todos somos pecadores, no importa si es por mucho o por poco. Si no se logra reconocer este hecho jamás se podrá dar los pasos siguientes para recibir al Señor Jesucristo como Salvador. Reconocer esto, llega a ser especialmente difícil para los cristianos convencidos, porque piensan que por cumplir con los ritos o las prácticas de determinada religión, ya son buenos y no les hace falta nada más. Pero note lo que dice la Biblia en Romanos 3:22-23. La Biblia dice: Porque no hay diferencia, por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,
Una vez que ha reconocido que es pecador, viene el segundo paso, es reconocer que hay una consecuencia del hecho de ser pecadores. La consecuencia es trágica. Note lo que dice la Biblia en Romanos 6:23 Porque la paga del pecado es muerte,
La paga, o el castigo, o las consecuencias del pecado, es la muerte. Muerte significa básicamente separación. El castigo o la consecuencia del pecado es la separación entre Dios, quien es santo y el hombre, quien es pecador. Dios no puede admitir el pecado en su presencia. La Biblia manifiesta por tanto que el pecador está impedido de entrar al cielo. Hablando del cielo, Apocalipsis 21:27 dice: No entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero.
Si los pecadores están impedidos de entrar al cielo, entonces ¿dónde están? Pues en el infierno, en un lugar de eterno tormento en fuego. Mateo 18:9 dice: Y si tu ojo te es ocasión de caer, sácalo y échalo de ti; mejor te es entrar con un solo ojo en la vida, que teniendo dos ojos ser echado en el infierno de fuego.
De manera que es un asunto muy serio esto de la paga o las consecuencias del pecado. Hasta aquí las malas noticias, pero lo maravilloso es que también hay buenas noticias. La tercera cosa que se debe reconocer es que Dios ama al pecador y por ese amor, Dios dio a su Hijo unigénito para que reciba el castigo por el pecado, de modo que el pecador que en él cree, quede libre de pagar por su pecado. Ponga atención a lo que dice Juan 3:16. Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Cristo Jesús no tuvo pecado, por tanto no tenía por qué morir, pero murió en la cruz como mueren los criminales. ¿por qué? Pues porque estaba pagando la culpa de los pecadores. Jesucristo tomó mi lugar y murió en mi lugar, de modo que yo no tenga que pagar el castigo por ser pecador. Eso es lo maravilloso que hizo el Señor Jesucristo al morir en la cruz. La cuarta cosa que se debe reconocer es que para ser salvo, lo único que hace falta es recibir por la fe a Cristo como Salvador. Juan 1:12 dice lo siguiente: Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;
La obra para que Dios perdone el pecado del hombre ha sido terminada. Lo único que resta es que todo aquel que quiera, reciba esa obra terminada de Dios. El texto leído por tanto dice que toda persona que habiendo reconocido todo lo dicho, recibe por la fe al Señor Jesucristo como Salvador, es salvo, es un hijo de Dios, ha nacido de nuevo, y está en capacidad de ser un cristiano convertido, no meramente un cristiano convencido. Si usted es un cristiano convencido, este es el momento ideal para llegar a ser un cristiano convertido. Reciba al Señor Jesucristo como su Salvador hoy mismo.