¿Desde cuando aparece el nombre de Jehova en la Biblia?

La primera vez que aparece el nombre Jehová en la Biblia es en Génesis 2:4. Aparece en relación con la obra creativa de Dios. Dice así: “Estos son los orígenes de los cielos y de la tierra cuando fueron creados, el día que Jehová Dios hizo la tierra y los cielos.”

A partir de aquí el nombre Jehová aparece una cantidad de veces antes de una ocasión muy especial cuando Jehová llama a Moisés desde la zarza ardiendo. En esa ocasión, Moisés dijo a Dios lo que leemos en Éxodo 3:13 “Dijo Moisés a Dios: He aquí que yo llego a los hijos de Israel, y les digo: El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros. Si ellos me preguntaren: ¿cuál es su nombre?, ¿qué les responderé?” La respuesta de Jehová a esta pregunta de Moisés fue de lo más interesante. Éxodo 3:14-15 dice: “Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY”. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: Yo soy me envió a vosotros. Además dijo Dios a Moisés: Así dirás a los hijos de Israel: Jehová el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob, me ha enviado a vosotros. Este es mi nombre para siempre, con él se me recordará por todos los siglos.”

Lo especial o novedoso de esto es que por primera vez, Dios mismo define el significado de su nombre Jehová. Ciertamente que este nombre fue utilizado desde mucho antes, pero por primera ocasión se conoce con precisión lo que el nombre Jehová significa. Nunca antes hasta este momento se había indicado que el nombre Jehová significa YO SOY EL QUE SOY. Algo importante es que Dios comunicó esta verdad en circunstancias en que estaba por liberar a su pueblo escogido de la esclavitud en Egipto. Por esto se dice que Jehová es el nombre que manifiesta el propósito redentor de Dios.

Eventualmente, Moisés respondió al llamado de Dios, y fue a la presencia de Faraón a demandar la liberación del pueblo de Israel. Contrario a lo que seguramente estaba esperando Moisés, Faraón más bien endureció su cruel dominio sobre el pueblo de Israel. Esto hizo que el pueblo de Israel reclame airadamente a Moisés. Confundido por lo que estaba pasando, Moisés descargó su frustración contra Dios y le dijo: Señor, ¿Por qué afliges a este pueblo? ¿Para qué me enviaste? Porque desde que yo vine a Faraón para hablarle en tu nombre, ha afligido a este pueblo; y tú no has librado a tu pueblo.

Dios se encargó de disipar las dudas de Moisés y le anunció lo que iba a hacer con Faraón para que no sólo deje ir al pueblo sino que los eche de Egipto. Fue en estas circunstancias que encontramos lo que dice Éxodo 6:2-3 donde leemos lo siguiente: “Habló todavía Dios a Moisés, y le dijo: Yo soy JEHOVÁ. Y aparecí a Abraham, a Isaac y a Jacob como Dios Omnipotente, mas en mi nombre JEHOVÁ no me di a conocer a ellos”

Como YO SOY EL QUE SOY, Jehová es quien existe en sí mismo desde la eternidad pasada y por la eternidad futura. Por eso es el Dios de Abraham, Isaac y Jacob, a quienes se dio a conocer como Dios Omnipotente, pero jamás como JEHOVÁ, el nombre que además de hablar de su existencia en sí mismo, denota también su propósito redentor. Observe lo que dice Éxodo 6:6 “Por tanto, dirás a los hijos de Israel: Yo soy JEHOVÁ; y yo os sacaré de debajo de las tareas pesadas de Egipto, y os libraré de su servidumbre, y os redimiré con brazo extendido, y con juicios grandes”

En esencia entonces, el nombre para Dios, Jehová, se usó desde la creación, pero no fue sino hasta que Dios apareció a Moisés cuando Dios dio a conocer que en el nombre Jehová se encierra no sólo la existencia eterna de Dios en sí mismo, sino también su propósito redentor para su pueblo escogido. A esto se refiere Dios cuando dijo a Moisés que en su nombre JEHOVÁ no se había dado a conocer a los patriarcas de Israel.