¿Qué dice la Biblia sobre el suicidio?

En el Nuevo Testamento existe un solo caso de suicidio y su autor fue el tristemente célebre Judas Iscariote, quien traicionó al Señor Jesús. Un creyente que se suicida estaría cometiendo un grave pecado. El suicidio es un pecado porque niega algunas cosas relativas a la persona y a la obra de Dios. En primer lugar, niega el poder de Dios. La persona que se suicida piensa que ha llegado al final de la cuerda y que ya no hay más esperanza, pero la palabra de Dios dice que nada es imposible para Dios. En Lucas 1:37 leemos estas palabras: porque nada hay imposible para Dios.

Donde terminan las posibilidades del hombre comienzan las posibilidades de Dios. Quien se suicida niega voluntariamente la intervención de Dios en su vida. En segundo lugar, porque niega los propósitos de Dios. Dios utiliza las pruebas para cumplir con sus propósitos. Las pruebas son el cincel y el martillo que Dios utiliza para dar forma a los que somos suyos. Por esto Dios espera que tengamos por sumo gozo cuando nos hallemos en diversas pruebas. Santiago 1:2-4 dice: Hermanos míos,  tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa,  para que seáis perfectos y cabales,  sin que os falte cosa alguna.

La persona que se suicida normalmente piensa que Dios es injusto al hacerle pasar por la crisis que está enfrentando, pero no es así. Cuando los inevitables traumas, catástrofes y crisis de la vida amenazan con arrojarnos violentamente contra las rocas, es la fe personal y la visión que tenemos de nuestro Dios lo que nos trae seguridad. Al saber que Dios está en control de cualquier cosa que estamos experimentando, podemos soportar con gozo cualquier cosa que nos venga. Tal conocimiento no niega las circunstancias o el dolor y sufrimiento, pero tiene la virtud de poner las cosas en la perspectiva correcta. Esta actitud nos llevará a comprender que Dios es más grande que nuestros problemas y por tanto podemos estar seguros en él. En tercer lugar, el suicidio se considera como pecado porque niega las promesas de Dios. Note lo que dice 1 Corintios 10:13 No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana;  pero fiel es Dios,  que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir,  sino que dará también juntamente con la tentación la salida,  para que podáis soportar.

La prueba, la crisis, el sufrimiento, es algo que está bajo el control de Dios. Alguien ha dicho que Dios nos mete en el horno de fuego de la prueba, pero su mano está firmemente en el termostato, para que la temperatura del horno no suba más allá de lo que podemos soportar y nos quememos. Pero la hermosa promesa es que Dios no nos va a dejar dentro de ese horno de fuego para siempre, sino que cuando se cumpla su propósito nos va a sacar del horno de fuego. Esto es un gran aliciente para soportar con gozo la prueba. Después de la tormenta viene la calma. Después de la noche siempre viene el día. Pero si una persona se suicida desconfía de esta promesa, y pensando que siempre va a estar en esa situación, termina quitándose la vida.