Según 1 Juan 4:9 Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, pero Job 1:6 dice que Dios tiene muchos hijos. ¿Podría explicarme la razón para esto?
Leamos el texto en 1 Juan 4:9 donde dice: «En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él.»
Además de muchas cosas hermosas que enseña este versículo, en lo que nos concierne, notamos que Dios tiene un Hijo unigénito. Unigénito significa único en calidad no necesariamente en cantidad.
Abraham por ejemplo, tuvo varios hijos, pero había uno que era único, especial, distinguido entre los demás, el hijo de la promesa. Él era el unigénito hijo de Abraham. Su nombre fue Isaac. Observe lo que dice Hebreos 11:17 «Por la fe Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac; y el que había recibido las promesas ofrecía su unigénito.»
Como ya hemos dicho, Abraham tuvo más de un hijo, pero había uno que se distinguía entre todos los demás. Fue el hijo de la promesa. A este hijo la Biblia dice que es el unigénito de Abraham.
Cuando la Biblia nos habla que Jesucristo es su Hijo unigénito, debemos entender que Dios tiene muchos hijos, pero de entre todos ellos hay uno que es único, especial, extraordinario, sin igual, el unigénito. Los creyentes también somos hijos de Dios, pero no somos el unigénito Hijo de Dios.
Alguien ha dicho muy acertadamente que Dios tiene muchos hijos con h minúscula, pero uno solo con H mayúscula.
Veamos ahora la cita en Job 1:6 donde dice: «Un día vinieron a presentarse delante de Jehová los hijos de Dios, entre los cuales vino también Satanás»
Cuando este versículo habla de los hijos de Dios se refiere a los ángeles. Esta conclusión se apoya en textos como Job 38:7 donde claramente se atribuye el nombre de hijos de Dios a los ángeles. Interesante que Satanás estaba también entre los ángeles, porque él es también un ser angelical y se unió a los demás ángeles en esta ocasión.
Nuevamente aquí, notamos que Dios tiene muchos hijos, pero uno de ellos es fuera de serie, algo maravilloso, algo extraordinario. Es el Hijo con H mayúscula. La Biblia lo llama el Unigénito.