¿En qué casos se debe disciplinar a un creyente?
Asumimos que Ud se está refiriendo a la disciplina que administra la Iglesia local, porque también existe la disciplina que administra Dios directamente, aunque ciertamente, cuando la Iglesia local disciplina a un creyente es en realidad Dios disciplinando por medio de la Iglesia local. Muy bien. ¿Cuáles son entonces los casos en los cuales la Iglesia local disciplina? El Nuevo Testamento nos presenta dos casos. Primero, por falsa doctrina. La falsa doctrina no puede ser tolerada en la Iglesia local. Veamos qué es lo que dijo Pablo a Timoteo sobre este asunto.
1ª Timoteo 1:18-20 dice: «Este mandamiento, hijo Timoteo, te encargo, para que conforme a las profecías que se hicieron antes en cuanto a ti, milites por ellas la buena milicia, manteniendo la fe y buena conciencia, desechando la cual naufragaron en cuanto a la fe algunos, de los cuales son Himeneo y Alejandro, a quienes entregué a Satanás para que aprendan a no blasfemar»
Este es un claro ejemplo de disciplina por parte de la Iglesia local. Los sujetos disciplinados fueron Himeneo y Alejandro. El motivo para la disciplina fue porque naufragaron en cuanto a la fe. En otras palabras porque cayeron en la falsa doctrina.
Si queremos saber qué falsa doctrina enseñaba al menos uno de ellos, leamos 2ª Timoteo 2:16-18: «Mas evita profanas y vanas palabrerías, porque conducirán más y más a la impiedad. Y su palabra carcomerá como gangrena; de los cuales son Himeneo y Fileto, que se desviaron de la verdad, diciendo que la resurrección ya se efectuó, y trastornan la fe de algunos»
Himeneo, Fileto y posiblemente también, Alejandro se desviaron de la verdad, enseñando que la doctrina de la resurrección tenía solo un sentido alegórico o espiritual. Esto les condujo a ser disciplinados por la Iglesia local. Así que, la falsa doctrina es motivo para que una Iglesia local discipline a uno de sus miembros.
El segundo caso es la inmoralidad sexual de cualquier índole, no importa si se trata de adulterio o fornicación, o incesto o lesbianismo u homosexualismo, etc. En la Iglesia de Corinto existió un caso de incesto de un creyente, veamos qué es lo que recomendó Pablo.
1ª Corintios 5:1-5 dice: «De cierto se oye que hay entre vosotros fornicación, y tal fornicación cual ni aun se nombra entre los gentiles; tanto que alguno tiene la mujer de su padre. Y vosotros estáis envanecidos. ¿No deberíais más bien haberos lamentado, para que fuese quitado de en medio de vosotros el que cometió tal acción? Ciertamente yo, como ausente en cuerpo, pero presente en espíritu, ya como presente he juzgado al que tal cosa ha hecho. En el nombre de nuestro Señor Jesucristo, reunidos vosotros y mi espíritu, con el poder de nuestro Señor Jesucristo, el tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el Espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús»
Este creyente cayó en incesto con su madrastra. La Iglesia local debía quitar a este creyente de en medio y Pablo lo hizo, entregándolo a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús.
El Nuevo Testamento registra únicamente dos casos de personas siendo disciplinadas por la Iglesia local y entregadas a Satanás. En el un caso fue Himeneo y Alejandro por falsa doctrina y en el otro caso, el creyente de Corinto que cometió incesto con su madrastra. Por esto sostenemos que la falsa doctrina y la inmoralidad sexual de cualquier índole, son los dos únicos casos en los cuales la Iglesia local puede ejercer su derecho a administrar disciplina, la cual, como paso último contempla la separación del creyente de la comunión de los hermanos, o una entrega a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús.