Si todas las razas que existen en el mundo tienen su origen en Adán, ¿qué efecto tuvo el diluvio sobre esto?, porque después del diluvio quedaron solamente Noé, su esposa, sus hijos y las esposas de sus hijos. ¿De dónde volvieron a aparecer las razas? ¿A partir de quién?
La palabra de Dios es muy clara y precisa al mostrar que todas las razas existentes en el mundo tienen un solo origen. Observe lo que hablando de Dios dijo Pablo a los filósofos griegos en el Areópago de Atenas. Se encuentra en Hechos 17:26 que dice: “Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación.” Es decir que todo ser humano, independientemente de su raza, o lugar geográfico donde se encuentre, está emparentado, porque todos descendemos de un solo hombre, Adán. El libro de Génesis, capítulo 5, nos muestra la numerosa descendencia de Adán hasta Noé. No se puede saber con precisión cuánto tiempo transcurrió desde la creación de Adán hasta el nacimiento de Noé, pero sí se sabe que la raza humana en general comenzó a multiplicarse durante ese período de tiempo. Génesis 6:1 hace referencia a este hecho. Dice: “Aconteció que cuando comenzaron los hombres a multiplicarse sobre la faz de la tierra.” Lamentablemente, los hombres escogieron un estilo de vida totalmente impío, por lo cual Dios les dio 120 años de plazo para que se arrepientan, caso contrario serían exterminados por un diluvio. Génesis 6: 3 dice: “Y dijo Jehová: No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne; más serán sus días ciento veinte años.” El ser humano, con la excepción de Noé, su esposa y sus tres hijos con sus respectivas esposas, hizo caso omiso de la advertencia y pereció en el diluvio. Al final del diluvio, la tierra estaba poblada por ocho personas. Todas estas personas eran descendientes de Adán, por supuesto. Fue partiendo de estas ocho personas que la tierra comenzó a repoblarse. Esto fue en cumplimiento del mandato que Dios dio a Noé y su familia. Génesis 9:1 dice: “Bendijo Dios a Noé y a sus hijos, y les dijo: Fructificad y multiplicaos, y llenad la tierra.” En Génesis capítulo 10 encontramos la descendencia de Noé hasta el momento que se produjo la confusión de las lenguas, en lo que se conoce como la torre de Babel. Génesis 10:32 dice: “Estas son las familias de los hijos de Noé por sus descendencias, en sus naciones, y de estos se esparcieron las naciones en la tierra después del diluvio.” La dispersión que se produjo fue el detonante para el surgimiento de las diferentes razas en el mundo. La dispersión que en esencia fue una división de un grupo grande en muchos grupos pequeños, hizo que la reproducción se restrinja a los miembros del grupo pequeño, porque hablaban el mismo idioma. Esto a su vez hizo que la población resultante tuviera diferentes mezclas de genes, creando características físicas distintivas. Adán y Eva fueron creados perfectos y en sus genes llevaban toda la información genética para permitir que sus descendientes tengan todas las combinaciones posibles de modo que produzcan las diferentes combinaciones de piel, cabellos y color de ojos existentes en el mundo. La población actual desciende de Noé y su familia, y ellos a su vez, de Adán y Eva. Después del diluvio, la cantidad de genes disponibles tal vez era levemente menor que la que tenían Adán y Eva, pero eso no representó ningún obstáculo para que a partir de ellos se produzcan las diferentes razas en el mundo. Así que, la dispersión en la torre de Babel hizo que dentro de corto tiempo ciertas diferencias fijas o permanentes se vuelvan visibles en algunos de los grupos pequeños, que después llegaron a llamarse razas separadas.