¿ES NECESARIO QUE ME CASE ECLESIÁSTICAMENTE PARA PODER SERVIR EN MI IGLESIA?

Será muy doloroso tener un gran deseo por servir al Señor pero no poder hacerlo por no cumplir con ese requisito impuesto por el pastor de la iglesia.

El matrimonio es una institución establecida por Dios en los albores mismos de la humanidad. Génesis 2:24 dice: Por tanto,  dejará el hombre a su padre y a su madre,  y se unirá a su mujer,  y serán una sola carne.

El matrimonio implica dejar padre y madre, un cambio en la relación que hasta el momento de casarse el novio tenía con su padre y su madre. El matrimonio implica también unirse a su mujer. Esto habla de una decisión voluntaria de un hombre de tomar a una mujer como esposa. Esto se efectúa conforme a las leyes vigentes en cada país. En Ecuador por ejemplo, los contrayentes tienen que comparecer ante un juez en el registro civil, ante quien, con la presencia de testigos, un hombre toma a esa mujer como esposa y la mujer toma a ese hombre como esposo. Se lo conoce como el matrimonio civil. Este juez les declara marido y mujer con todos los privilegios y responsabilidades que esto conlleva. Puede ser que las leyes sean diferentes en otros países. Finalmente el matrimonio implica llegar a ser una sola carne. Esto habla de la unión indivisible que resulta entre el esposo y la esposa, una vez que han dejado padre y madre y voluntariamente han decidido unirse en matrimonio. Cuando un hombre y una mujer han cumplido con esto, están legítimamente casados. Es aquí donde cabe la pregunta. ¿Y dónde queda el matrimonio eclesiástico? Pues la Biblia no lo ordena ni lo condena, por lo cual, el flamante matrimonio está en libertad de realizarlo o no. El matrimonio no es una ordenanza para la iglesia. Las únicas dos ordenanzas para la iglesia es el bautismo en agua y la cena del Señor. Si se efectúa el matrimonio eclesiástico es una buena oportunidad para que el nuevo matrimonio comparta su gozo con sus familiares y con los hermanos de la iglesia local donde se congrega. Así que, amable oyente, si usted y su esposa han dejado padre y madre, si se han tomado el uno al otro como esposa y esposo conforme a las leyes de su país y si han llegado a ser una sola carne, están bien casados independientemente de si han tenido o no una ceremonia eclesiástica. No logro por tanto entender por qué se considera como requisito para servir al Señor el haber tenido una ceremonia eclesiástica. A veces los pastores o líderes de las iglesias se ponen más estrictos que la misma Biblia, al puro estilo de lo que hacían los fariseos del tiempo que el Señor Jesús estaba en esta tierra. Pero además de lo dicho, me gustaría hacer otra reflexión. Si el pastor de la iglesia donde se congrega exige que se case eclesiásticamente para poder servir al Señor en cualquier ministerio, ¿Por qué no se somete a eso de modo que pueda tener el privilegio de servir? Después de todo, no perderá nada, aparte de ceder, pero puede ganar al menos algo, los regalos de bodas que le darán los invitados.