¿Es pecado tener relaciones sexuales antes del matrimonio, con una persona a quien se ama?

Las relaciones sexuales antes del matrimonio son pecado, se llama fornicación, un término de amplio significado, que básicamente denota todo uso del sexo fuera de lo establecido por Dios. Note lo que dice 1Corintios 6:18 “Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca” La voluntad de Dios es que hombres y mujeres en general huyan de la fornicación. Mientras más lejos mejor. El pecado de fornicación, a diferencia de cualquier otro pecado, es algo que atenta contra el propio cuerpo del que peca. Esto es una referencia a las funestas consecuencias del pecado de fornicación. Puede producir un embarazo no deseado, puede producir una enfermedad venérea, puede producir el temible mal del SIDA. Pero aparte del cuerpo, el pecado de fornicación produce efectos nocivos en el alma de la persona que fornica. Sobre todo deja una conciencia atormentada por un sentimiento de culpa. El pecado de fornicación produce también efectos nocivos en el espíritu de la persona que fornica porque es un obstáculo para la buena comunión con Dios. Es muy probable que Usted haya hecho referencia a todas estas cosas cuando respondió la pregunta de aquella joven. Solamente me gustaría hacer una reflexión sobre esa manera de pensar de muchos jóvenes y no pocos adultos, de que si un hombre y una mujer se aman, no hay problema con tener relaciones sexuales entre ellos sin haberse casado. Esto puede sonar muy razonable, muy natural, hasta muy puro, pero a los ojos de Dios no es razonable, ni natural, peor puro. Lo que pasa es que la llave para abrir el maravilloso mundo de compartir el espíritu, el alma y el cuerpo entre un hombre y una mujer no es el amor sino el matrimonio. No estoy diciendo que el amor no sea importante en la relación de pareja. El amor es indispensable para una buena relación de pareja, pero lo que marca el momento cuando una pareja puede compartir el sexo, no es el amor sino el matrimonio. Toda relación sexual fuera del matrimonio, aún entre personas que se aman entrañablemente, es condenada por Dios. Hablando de lo terrible de la fornicación, note lo que dice 1 Corintios 7:2 “pero a causa de las fornicaciones, cada uno tenga su propia mujer, y cada uno tenga su propio marido” Lo que está implicado en este texto, es que si un hombre tiene una relación sexual con alguien que no sea su legítima esposa, está cometiendo fornicación o adulterio. De igual manera, si una mujer tiene una relación sexual con alguien que no sea su legítimo esposo, está cometiendo fornicación o adulterio. El sexo en el matrimonio es puro. El sexo fuera del matrimonio es impuro. Una vez más se ve que la llave para abrir el maravilloso mundo de compartir sexualmente con una persona es el matrimonio, no el amor.