Saludos cordiales amigo oyente. Bienvenido al estudio bíblico de hoy sobre el Espíritu Santo. En nuestro estudio bíblico anterior demostramos que el Espíritu Santo tiene intelecto, voluntad y emociones, por tanto, el Espíritu Santo es una persona, no algo impersonal como la fuerza activa de Dios según afirman algunas sectas falsas o el poder de Dios como sostienen otras sectas falsas. En el estudio bíblico de hoy, David Logacho nos hablara de algunos argumentos mas que ratifican la personalidad del Espíritu Santo. Adelante David.
Adoniram Judson, recibió un claro llamado del Espíritu Santo para proclamar el evangelio entre los paganos. Fiel a su llamamiento llegó a Calcuta en la India en el verano de 1812, con su corazón saturado de pasión por ganar almas para Cristo. Pero casi tan pronto como llegó, fue conminado por el gobierno Británico, que por ese entonces dominaba esas tierras, a salir de la India y retornar a los Estados Unidos. Con sus corazones destrozados, Adoniram Judson y el puñado de sus acompañantes se retiraron a una isla cercana preguntándose por que una puerta que parecía que estaba abierta de par en par se acababa de cerrar violentamente. Allí surgió la inquebrantable determinación de este misionero por entrar a la India de cualquier forma. Para Junio del mismo año se dirigió a Madrás, pero una vez más, se vio impedido de iniciar su ministerio por cuanto recibió órdenes gubernamentales de abandonar el país. Con una terquedad propia de un hombre de Dios que quería ganar almas para Cristo en la India, Adoniram Judson huyó a Rangún, el campo misionero más hostil que se pueda imaginar. Era el único lugar en la India donde se le permitió quedarse, pero lo único que Adonirám Judson pudo sacar de aquel lugar fue sufrimiento y prisión. En esa época Adoniram Judsom no lo sabía, pero después todo quedo claro. Era el Espíritu Santo quién estaba prohibiendo a Adoram Judson que se quedara en la India y guiando su ministerio hacia Birmania. En Birmania, Adoniram Judson fue utilizado por Dios de una forma pocas veces vistas en los anales de la obra misionera. Esta manera de actuar del Espíritu Santo, inevitablemente nos conduce a pensar que el es una persona. A esa conclusión llegamos en el estudio bíblico pasado cuanto demostramos bíblicamente que el Espíritu Santo posee intelecto, voluntad y emociones. Hoy vamos a corroborar aun más que el Espíritu Santo es una persona. Para eso tenemos cuatro argumentos. Primero, los pronombres personales que el Nuevo Testamento utiliza al referirse al Espíritu Santo. La situación es esta amigo oyente. Espíritu Santo en su forma griega es sustantivo de género neutro. No es ni masculino ni femenino. Según las reglas de la gramática griega, todo pronombre que reemplaza a este sustantivo neutro tiene que ser neutro también, pero cosa curiosa, los pronombres que reemplazan al Espíritu Santo nunca son neutros sino masculinos. Esto significa que la mente de los escritores bíblicos predomina la idea de personalidad al referirse al Espíritu Santo. Segundo, por las asociaciones del Espíritu Santo con las otras personas de la deidad o con individuos. Note por ejemplo lo que afirma Mateo 28:19: “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del padre, y del hijo y del Espíritu Santo” En este texto el Espíritu Santo está íntimamente asociado al padre y al hijo, por tanto sería inaudito que solamente el Espíritu Santo no sea una persona si no una cosa en la trinidad de la deidad. Pero el Espíritu Santo no se asocia como persona solamente con las otras personas de la deidad, sino también con individuos. Hechos 15:28 dice: “Porque ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros, no imponeros ninguna carga más que estas cosas necesarias” En este texto en Espíritu Santo esta asociado con seres humanos, entre ellos los apóstoles y los ancianos y los hermanos de la iglesia en Jerusalén. Que absurdo sería afirmar que el Espíritu Santo no es un apersona. Tercero, por las acciones que realiza el Espíritu Santo, en otra oportunidad hablaremos en detalle de la obra del Espíritu Santo, pero por ahora bastemos saber que el Nuevo Testamento muestra al Espíritu Santo, ejecutando acciones que solamente una persona podría ejecutar. Por ejemplo lo tenemos escudriñando o investigando con diligencia. ¿Puede un objeto inanimado, o un ente sin personalidad investigar algo con diligencia? Por su puesto que no, el Espíritu Santo también intercede. Esto significa que actúa a favor de alguien ante alguien. ¿Puede una cosa, por más fuerza ante Dios hacer esto? ¡Claro que no! Se ve también que el Espíritu Santo enseña. ¿Puede un objeto inanimado enseñar como un maestro a un alumno? Por supuesto que no. Claro que las personas podemos aprender de las cosas que vemos, pero eso no significa que las cosas que vemos sean el maestro. El maestro es la persona que toma lo que vemos para enseñarnos algo. El Nuevo Testamento muestra que Espíritu Santo conduce o guía. Ya hemos visto como guío a Pablo en su ministerio y como a guiado a algunos misioneros y como continúa guiando a cantidad de creyentes en la actualidad. ¿Puede una fuerza o un poder sin personalidad guiar inteligentemente algo? Ciertamente no, pero el Espíritu Santo sí, porque el es una persona. El Nuevo Testamento también muestra que el Espíritu llama y comisiona a algunos creyentes para algunas obras especiales. ¿Puede un objeto inanimado llamar selectivamente a alguien? De ninguna manera. Pero el Espíritu Santo si lo hace por que el es una persona. Finalmente en cuarto lugar, por el trato personal que se le da al Espíritu Santo en toda la Biblia. Note por ejemplo lo que dice Isaías 63:10: “Más ellos fueron rebeldes, e hicieron enojar su Santo Espíritu, por lo cuál se les volvió enemigo, y el mismo peleo contra ellos” Interesante lo que tenemos en este texto. La gente impía de Israel se reveló contra el Espíritu Santo, por lo cuál es Espíritu Santo se volvió contra ellos. ¿Puede alguien rebelarse contra una cosa o hacer enojar a una cosa? Imposible. En Mateo 12:31-32 dice: “Por lo tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; mas la blasfemia contra el Espíritu Santo no les será perdonado. A cualquiera que dijere alguna palabra contra el hijo del Hombre, le será perdonado, pero al que hable contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo ni en el venidero” Las personas de quienes habla este texto blasfemaron en contra del Espíritu Santo y eso resultó en algo imperdonable para ellos. Blasfemar significa hablar del ser Supremo en términos de irreverencias impía. El Espíritu Santo debe ser una persona para que haya habido gente que blasfemia contra el. Por todo lo dicho, amigo oyente queda fuera de toda duda el hecho que el Espíritu Santo es una persona. Reconocer y aceptar este hecho es el primer paso para una cabal comprensión del Espíritu Santo. ¿Y que tiene que ver esto con Ud. y conmigo amigo oyente? Pues mucho. Siendo que el Espíritu Santo es una persona, démosle el trato que como persona merece. Disfrutemos de su comunión. Dejemos que el nos hable y nos aconseje. No lo releguemos a un plano secundario. Mas adelante vamos a ver que además de persona, el es Dios por tanto mostremos toda la referencia que como Dios merece. Cierto que la función principal del Espíritu Santo es glorificar a Jesucristo, pero eso no debería ser entendido en el sentido que el Espíritu Santo no merece la adoración o la gloria. Nuestra oración es que Ud. amigo considere al Espíritu Santo como una persona interesada en Ud. una persona que le ama y una persona que busca su bien y que en respuesta Ud. procure fortalecer su vínculo con él en oración ferviente.
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