Adaptación al español. Ron Moore en la voz de Pablo Logacho, Tunch Ilkin en la voz de Martin Piedra
PABLO// Jesús siempre nos está recordando que vino para servir y no para ser servido, Jesús vino para dar su vida en rescate por nosotros, Él es el más claro ejemplo de un verdadero siervo.
El orgullo del pecador puede ser camuflado con palabras piadosas y falsa modestia, pero se revela cuando la batalla por la obediencia es intensa y nuestro enfoque se desvía.
En el programa de hoy identificaremos las varias actitudes del orgullo, antes de caer bajo su ataque, de modo que podamos traer este pecado a los pies de Jesucristo.
Me acompaña para esta edición especial Tunch Ilkin, Estamos dialogando en esta serie llamada “Involucrados en la Batalla”
En su libro “La Historia Militar del Israel Antiguo” el Dr. Richard Gabriel, escribió: “Desde el principio de la historia militar, quizás ningún otro elemento de la guerra ha tenido mayor importancia durante la batalla que el terreno, el terreno constituye la caja táctica o estratégica dentro de la cual los ejércitos tienen que combatir”
Creo que, “La caja” seria la manera bonita de decir, el campo de batalla, donde todos los hombres libran una. Hoy queremos hablar sobre el orgullo. Una vez más, los jugadores de futbol tienen este signo innato que se llama ego, pero el término bíblico es orgullo.
MARTIN// Y hay una línea muy fina, entre lo que deseamos hacer como hombres, pues deseamos hacer lo mejor, y lo que debemos hacer cómo hijos de Dios, si nuestros corazones son puros, tan puros como pueden ser, queremos hacer todo para gloria de Él, pero hay una batalla interna dentro de nuestras almas, y esta batalla es la de buscar la gloria para nosotros mismos. No sé si esta lucha la tienen las mujeres tanto como nosotros, pero creo que nosotros somos mejores en esto.
PABLO// Tim Keller, tiene un libro llamado: “Dioses Falsos” y habla de que tenemos muchas cosas en nuestra vida que las aceptamos como normales, pero se pueden convertir en “dioses” por ejemplo: estamos orgullosos de nuestros hijos, no hay nada malo en estar orgullosos de ellos. Keller menciona que podemos estar orgullosos de nuestra familia, y empezamos a adorarla y sin darnos cuenta, nuestra familia pasa a convertirse en un “dios falso” Lo mismo sucede con el orgullo, el orgullo por un trabajo bien hecho, y ahí está esa delgada línea entre ser agradecidos o ser orgullosos. Podemos estar orgullosos de nuestros hijos, pero debemos estar agradecidos a Dios por lo que Él hace con ellos, de otra manera seria algo malsano.
Bien, tú fuiste elegido como el mejor jugador de la línea ofensiva, cuando lograste eso, ¿estabas orgulloso?
MARTIN// Sí, sabes, mi primer premio del Súper Tazón, fue en el noveno año, recuerdo los premios de los años anteriores, recibía llamadas de otros entrenadores diciéndome que debería haber ganado, y cuando, finalmente lo gane, no me lo esperaba. Recuerdo que vi a Chuck que andaba por ahí y me dijo: – “¡Felicitaciones Tunch, ganaste el premio de este año!” Sólo recuerdo que estaba tan feliz, me quedé pasmado, y hay este interruptor en tu cabeza que hace clic y te dice: “espera, esto es un regalo de Dios, Dios te dio la talla para jugar, la habilidad, la salud”
Sabes, esto es un regalo de Dios, pero hay una parte de ti que combate en tu corazón, que quiere llevarse el reconocimiento por lo que lograste, porque trabajaste duro para eso, y déjame decirte que, hasta la ética en el trabajo es un regalo de Dios.
PABLO// Exactamente Tunch. Debemos decir: Señor, es muy difícil ser humilde, cuando Tú eres perfecto en todo. Lucas capítulo 9, versos 43 al 48 dice: “Y todos se admiraban de la grandeza de Dios.” Jesús había curado a un muchacho con un espíritu maligno, por eso se maravillaban de la grandeza de Dios, “Y maravillándose todos de todas las cosas que hacía, dijo a sus discípulos: Haced que os penetren bien en los oídos estas palabras; porque acontecerá que el Hijo del Hombre será entregado en manos de hombres.” Así que Jesús sanó a un muchacho y dice: Bien, ahora que ya tengo su atención, escuchen con cuidado, “¡voy a ser entregado en manos de los hombres! “Mas ellos no entendían estas palabras, pues les estaban veladas para que no las entendiesen; y temían preguntarle sobre esas palabras. Entonces entraron en discusión sobre quién de ellos sería el mayor.” Aquí están estos hombres que caminaron junto a Jesús, vieron los milagros en vivo, directamente, escucharon lo que Jesús decía, y simplemente comenzaron a discutir, entre ellos, sobre quien iba a ser el mayor.
MARTIN// Muchas veces, me pregunto sobre esa ocasión cuando Jesús llamó a Pedro, Santiago y Juan, para que ellos vieran su transfiguración. Hay muchas cosas que sólo hizo con ellos, ¿Qué paso con Felipe, con Tomas? ¿Qué estarían pensando lo demás? ¿Por qué no me llamó a mí? ¿Por qué preguntaban quien seria el mayor?
PABLO// Sí, debieron detener argumentos como Pedro que decía, “yo debo ser el mayor porque Jesús me llevó con Él al monte a orar” Felipe dice; “ayer estuve conversando con Jesús de cosas muy interesantes” por eso debo ser el mayor” Pedro dice, “¡hey! ¿recuerdan lo que me dijo en el monte? “sobre esta roca construiré mi iglesia” soy la roca, antes era sólo Simón, ahora soy la roca.
Bien, Jesús conoce sus pensamientos, no se pone a considerar ninguno de sus argumentos, Él es el maestro, Jesús no sólo contaba sus historias, Él las ilustraba con lo que tenia a su alrededor, los lirios del campo o cualquier elemento que sirva de ejemplo en su enseñanza y este, es un argumento que nos derrumba, Jesús conoce nuestros pensamientos y toma a un pequeño niño, a un ser humano sin ningún derecho o status “y les dijo: Cualquiera que reciba a este niño en mi nombre, a mí me recibe; y cualquiera que me recibe a mí, recibe al que me envió;” (Lucas 9:48) Jesús hace esta declaración, y con ello pone un alto a toda la discusión, “porque el que es más pequeño entre todos vosotros, ése es el más grande.” ¡Asombroso!
MARTIN// Cuando Jesús dice algo tan profundo, me detengo a reflexionar sobre sus palabras, y pienso: ¿Por qué no simplemente los manda a volar y ya? Después digo: perdóname Señor, yo soy como estos hombres, yo también oigo estas voces en mi interior, lo entiendo, ellos están discutiendo y ni siquiera entienden lo que Jesús está diciendo. A veces me pregunto: ¿Qué era lo que pasaba por sus mentes?
PABLO// “Porque el que es más pequeño entre todos vosotros, ése es el más grande.” Mas tarde, Jesús les dirá, “el mas pequeño será el mas grande” y muchas veces, en mi vida, llega un punto donde pienso: “Esto que hice, realmente estuvo muy bien” Gracias a Dios tenemos al Espíritu Santo hablándonos; hemos dicho, en otros programas que, después de una gran victoria, viene un tiempo peligroso, y el Espíritu nos dice: “¿Realmente crees que lo hiciste bien? Sin Dios no eres nada”
MARTIN// Exacto Roon, y es muy importante que, constantemente estemos haciéndonos un autocontrol de esto. El orgullo es algo que debemos poner en orden. Creo que esto es una enseñanza para todos, él orgullo es una batalla que todo hombre tiene que enfrentar, nunca se termina.
PABLO// Hay mucho orgullo escondido en la falsa humildad, conocemos a personas que muestran su orgullo y muchas veces los juzgamos con un aire arrogante, entonces decimos que somos verdaderos siervos del Señor, hacemos cosas buenas, pero, aquí también hay un orgullo religioso, que nos puede derribar rápidamente. Vamos a ver el capítulo 18 del libro de Lucas, empecemos en el verso 9: “A unos que confiaban en sí mismos como justos,” podemos estar orgullosos de nuestra propia honradez, “y menospreciaban a los otros, dijo también esta parábola: Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano. El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano. Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador. Os digo que éste descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido.” (Lucas 18:9-14) Una vez más, estas son palabras penetrantes. La introspección y la autoevaluación son buenas.
MARTIN// Muchas veces, cuando vienes a la iglesia, podrías decir: “hey, miren soy alguien especial, estoy en un nivel espiritual muy alto, ¿Saben lo que hice hoy? Hice el estudio bíblico con mis hijos, los llevé a su cama y oré con ellos”, y aunque todo esto trae mucha alegría, y es bueno, todo esto viene del orgullo. Tú puedes decir: “Estoy en un estudio bíblico de la iglesia, compartí el evangelio en mi oficina”, aun así, estamos perdiendo de vista que todo proviene de la gracia de Dios.
La oportunidad de ministrar a tu familia, de servir, de compartir, todo esto, es un regalo que Dios nos da, la oportunidad de compartir viene de Dios, y cuando lo entendemos claramente, podemos decir como el recaudador de impuestos: “Dios, sé propicio a mí, pecador.” Porque sé lo que he hecho y lo que puedo hacer.
PABLO// Tunch, tú has sido de mucha influencia durante muchos años, la gente te respeta y, a decir verdad, hay un peligro cuando se está una posición de autoridad, pues la gente te pone sobre un pedestal y el orgullo puede comenzar a crecer.
MARTIN// Sí, como atleta estaba acostumbrado a expresiones de respeto y admiración. Si no aprendes a luchar contra el orgullo, esto, fácilmente podría convertirse en un problema.
PABLO// En el ministerio podemos convertirnos en “adictos a la aprobación”. –“¡No soy un desastre!”, esto sólo muestra la naturaleza insidiosa del orgullo. Sabes, siempre deseamos este tipo de aprobación, hay algo dentro de nosotros que lo anhela.
Bueno, vamos a ver el capítulo 22 de Lucas. Aquí, el contexto, es la última cena. Dale una mirada al verso 24, esto es después de que Jesús dijera, “Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama. Mas he aquí, la mano del que me entrega está conmigo en la mesa.” ¿qué hicieron los discípulos? “Hubo también entre ellos una disputa sobre quién de ellos sería el mayor.” Si no estuviera relacionado con estos hombres estaría sorprendido.
“Pero él les dijo: Los reyes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que sobre ellas tienen autoridad son llamados bienhechores; mas no así vosotros, sino sea el mayor entre vosotros como el más joven, y el que dirige, como el que sirve. Porque, ¿cuál es mayor, el que se sienta a la mesa, o el que sirve? ¿No es el que se sienta a la mesa? Mas yo estoy entre vosotros como el que sirve.” (Lucas 22:25-27) Y Jesús nos habla también a nosotros, Jesús siempre nos está recordando que vino para servir y no para ser servido y para dar su vida en rescate por nosotros, Él es el más claro ejemplo del siervo verdadero.
MARTIN// Estos hombres se sientan en la mesa con Jesús y discuten sobre quién va a ser el mayor? Esto es como una daga en el corazón de Jesús y hoy, 2.000 años después, aún seguimos clavando esa daga en su corazón, cada vez que decidimos servir solamente porque lo hemos leído en un libro, pero no hay un deseo sincero en nuestro corazón de servir. Esto es algo con lo que los hombres batallamos diariamente.
PABLO// Así que, la cosa con el orgullo es que es un pecado insidioso y podemos estar orgullosos de las cosas en nuestras vidas, de lo que Dios nos ha dado, al punto en que comenzamos a adorarlos, podemos estar incluso orgullosos de nuestra humildad, podemos estar orgullosos de nuestra oportunidad de servir, de enseñar, Y si tú sirves en un lugar público o en un lugar en donde nadie más te ve, no importa, De repente la oportunidad de servir se puede convertir en una fuente de orgullo para nosotros, así que, esta es la batalla de la carne, la cual tenemos que seguir combatiendo, por eso es tan importante permanecer en la palabra de Dios, no como una pata de conejo o como un amuleto, debemos tener la palabra de Dios porque la palabra nos va a enseñar muchas cosas, nos va a enseñar sobre los pecados de los cuales debemos arrepentirnos y nos enseña el camino, por el cual tenemos que caminar.
MARTIN// La palabra de Dios es algo que tiene que estar constantemente en nuestro corazón, debemos pedir al Espíritu Santo que nos recuerde lo que es la verdadera humildad, pues lo que quiere hacer nuestra carne es falsa humildad. Este es un terreno que tenemos que conocer, son asuntos que tenemos en nuestro corazón y son cosas que hacemos frecuentemente. El orgullo puede ser algún síntoma de inseguridad, toda persona orgullosa tiene un problema de inseguridad.
Debemos tratar de mantenernos constantemente en una autoevaluación, entender que el orgullo es jactancioso y es una lucha de cada hombre. Para mí, el tema es que debemos leer constantemente las escrituras, como dijiste hace un momento, porque a través de eso, Dios no recuerda dónde estamos y quiénes somos, orar constantemente para que Dios pueda revelar nuestro corazón y podamos responder en esta batalla.
PABLO// Debemos luchar contra este tema de la complacencia, usar las experiencias de la vida para inspirar a otros, para que conozcan a Jesucristo, esto es seguramente lo que hizo Pablo. Esperamos que puedas acompañarnos en nuestro próximo programa, para conocer más sobre la complacencia y cómo debemos usarla para la batalla. Bendiciones.
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