Con mucho gusto saludamos a todos los amigos que nos están escuchando. Avanzando en la serie titulada: La Vida Auténticamente Cristiana, hoy estudiaremos acerca de la necesidad del bautismo en agua, lo cual es ingrediente indispensable de la vida auténticamente cristiana.
En los albores mismos del cristianismo, un ángel del Señor habló a un discípulo llamado Felipe para se ubique estratégicamente en un lugar por donde debía pasar un funcionario etíope, quien iba a estar en su carro, leyendo una porción de la Escritura, sin lograr comprender su significado. Cuando Felipe subió al carro, encontró al funcionario etíope leyendo aquel pasaje tan hermoso en Isaías 53, donde habla del sacrificio de Cristo a favor del pecador. Felipe preguntó al etíope: ¿Entiendes lo que lees? El etíope respondió francamente: ¿Y cómo podré si alguno no me enseñare? Ante esta respuesta, Felipe procedió a explicar a este funcionario etíope, que la porción de la Escritura en Isaías 53 se aplica a Cristo Jesús, quien murió en la cruz en lugar de todo pecador. El etíope comprendió el mensaje y recibió a Cristo como Salvador. Yendo por el camino, pasaron por un lugar donde había agua. El etíope dijo entonces a Felipe: Aquí hay agua; ¿qué impide que yo sea bautizado? La respuesta de Felipe fue muy directa. Simplemente dijo: Si crees de todo corazón, bien puedes. El etíope respondió: Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios. Hicieron entonces parar el carro y se bajaron Felipe y el etíope, y le bautizó. Note que el funcionario etíope no se bautizó para ser salvo, sino porque ya era salvo. Este es un principio fundamental de la vida auténticamente cristiana. Todo creyente debe bautizarse en agua. Ahora bien, si el bautismo en agua no es requisito para la salvación, entonces ¿por qué tienen los creyentes que bautizarse en agua? Son varios los motivos. En primer lugar, porque eso fue lo que Cristo ordenó a sus discípulos. Mateo 28:19-20 dice: “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre de Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.” Allí lo tiene, los discípulos de Cristo deben ser bautizados. ¿Por qué? Porque Cristo lo ordenó. El no pasar por esta experiencia, sin motivo alguno, es equivalente a desobedecer lo que el Señor Jesucristo ha ordenado. Por esto seguramente Usted habrá escuchado hablar que el bautismo en agua es un paso de obediencia. Se trata simplemente de obedecer lo que Cristo ordenó. Uno de los síntomas más visibles de un verdadero creyente es su deseo de obedecer lo que dice el Señor. Si el Señor dice que debo bautizarme, tengo que bautizarme, no por obligación, sino porque deseo obedecerle. En segundo lugar, los creyentes deben bautizarse en agua, porque eso fue lo que hizo el Señor Jesucristo y él es el mayor ejemplo de conducta para los creyentes. Mateo 3:13-17 dice: “Entonces Jesús vino de Galilea a Juan al Jordán, para ser bautizado por él. Mas Juan se le oponía, diciendo: Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí? Pero Jesús le respondió: Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia. Entonces le dejó. Y Jesús después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él. Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.” Jesús tenía como treinta años cuando fue bautizado por Juan. No era una criatura incapaz de saber lo que estaba haciendo. La Biblia no enseña el bautismo de recién nacidos. Además, Jesús se bautizó por su propia voluntad. No hubo nadie que le obligue a hacerlo. Inclusive Juan el Bautista se opuso a bautizar a Jesús, pero esto no fue obstáculo para que Jesús sea bautizado. Cuan importante habrá sido para Jesús ser bautizado en agua, que se hizo un viaje desde Galilea hasta Judea. La distancia tampoco fue obstáculo para que Jesús sea bautizado. Qué gran ejemplo el de Jesús. Ejemplo que deben imitar muchos creyentes hoy en día, quienes hasta ahora no se bautizan porque tiene miedo de qué dirán sus familiares o amigos, o porque tienen vergüenza de los que estarán presenciando la ceremonia, o porque piensan que el agua estará muy fría, o porque quieren saber más antes de bautizarse. Inventan cualquier excusa para no bautizarse. Deberían imitar a Jesús, quien no puso ninguna excusa para bautizarse. En tercer lugar, los creyentes debemos bautizarnos en agua, porque es un símbolo de nuestra muerte y resurrección con Cristo. La Biblia enseña que el creyente ha muerto juntamente con Cristo y ha resucitado juntamente con Cristo. Escuche con atención lo que dice Romanos 6:1-4 “¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.”. Cuando Cristo murió, nosotros también morimos. Cuando Cristo fue sepultado, nosotros también fuimos sepultaos. Cuando Cristo resucitó de entre los muertos, nosotros también resucitamos de entre los muertos, para andar en novedad de vida. ¿Cómo se representa simbólicamente esta realidad espiritual? Pues por el bautismo en agua. Al ser sumergido en el agua, el creyente está diciendo en una forma simbólica: Yo he muerto con Cristo y he sido sepultado con Cristo. Al salir del agua, el creyente está diciendo en una forma simbólica: Yo he resucitado con Cristo y ahora soy una nueva criatura en Cristo. ¡Hermoso simbolismo! Si Usted todavía no se ha bautizado en agua, se ha privado del privilegio de realizar esta representación. Por último, los creyentes debemos bautizarnos en agua, para testificar públicamente nuestra identificación con Cristo. El bautismo es una especie de declaración pública de que confiamos en Cristo, de que Cristo es nuestro Salvador y de que somos seguidores de Cristo. Es interesante que a raíz de la predicación del apóstol Pedro, en el día que los judíos celebraban la fiesta de Pentecostés, relato que aparece en Hechos capítulo 2, recibieron a Cristo como tres mil personas. Inmediatamente después, todos estos nuevos creyentes fueron bautizados ¿Por qué tan rápido? Seguramente para darles una oportunidad de que públicamente se identifiquen como seguidores de Cristo, y se disocien, o se separen, de la mayoría de la gente judía que rechazaba a Cristo como Salvador y Mesías. Esto era un paso trascendente para aquellos judíos, ahora creyentes. Dando a conocer públicamente su fe en Cristo, estaban condenados a ser expulsados de las sinagogas, a ser perseguidos, a ser privados de sus posesiones, a ser exiliados, y hasta a perder su vida. Era cosa seria dar el paso de bautismo en agua en los comienzos del cristianismo. Hoy en día, con contadas excepciones, nadie va a enfrentar tanta oposición al bautizarse en agua, como enfrentaron los creyentes en el primer siglo. Sin embargo, no son pocos los creyentes que posponen y posponen sin motivo alguno este paso fundamental de la vida cristiana. En resumen entonces, los creyentes debemos bautizarnos en agua porque eso es lo que ordenó el Señor Jesucristo, porque ese es el ejemplo que nos dejó el Señor Jesucristo, porque así estamos representando en forma simbólica nuestra muerte y resurrección con Cristo y porque de esa manera podemos dar un testimonio público de nuestra identificación con Cristo. Ahora viene la gran pregunta. Si Usted ya es creyente, ¿Por qué no se ha bautizado en agua todavía? Ah… Porque sus padres ya le bautizaron cuando era recién nacido. Pues, la Biblia no habla de bautismo de recién nacidos. La Biblia habla de bautismo de personas plenamente conscientes de lo que están haciendo. Así que, ahora que Usted entiende lo que es en Cristo y lo que es el bautismo, es necesario que se bautice. Quizá Usted no se ha bautizado en agua todavía, porque piensa que cuando lo haga tendrá que dejar de pecar y como conoce sus debilidades, sabe que será muy difícil vivir sin pecar. Pero el bautismo no es de ninguna manera un compromiso para nunca más volver a pecar. Triste y lamentablemente los creyentes bautizados también pecan de vez en cuando, pero tienen cerca el recurso de la confesión para ser perdonados. A lo mejor Usted no se bautiza en agua todavía porque tiene miedo de lo que dirán sus familiares y amigos. Me parece entonces que Usted está más interesado en agradar a la gente que en agradar a Dios. Sus prioridades están cambiadas. Haga lo que Dios le pide y deje las consecuencias con Dios. Dios siempre premia a los que hacen su voluntad sobre todas las cosas. Puede ser que Usted todavía no se ha bautizado porque no sabe mucho de la Biblia. Bueno, no se necesita ser un teólogo para poder bautizarse en agua. Lo prudente sería que hable con los pastores de su iglesia y les pida instrucción acerca del bautismo en agua y tan pronto esté instruido, proceda a ser bautizado. No hay excusa válida para no bautizarse. El bautismo en agua es otra característica de la vida auténticamente cristiana.
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