Es muy grato saludarle y compartir este corto tiempo con usted amable oyente. Bienvenida, bienvenido al estudio bíblico de hoy. Por un buen tiempo a esta parte hemos venido estudiando la primera epístola de Pablo a Timoteo, en la serie titulada: Claves para ser un buen ministro de Jesucristo. Hoy hemos llegado al último estudio de esta serie, en el cual veremos que un buen ministro de Jesucristo pone especial cuidado en los que han recibido de Dios abundantes beneficios materiales, los ricos, y sobre sí mismo, asegurándose de cumplir lo dice Dios en su palabra.
Damos gracias al Señor por habernos permitido llegar al último estudio bíblico en la primera epístola de Pablo a Timoteo. Hay tanto para aprender en este precioso libro. A propósito, ¿ha tenido la oportunidad en este día de abrir la palabra de Dios y leer con atención alguna porción de ella? Si no, todavía tiene un poquito de tiempo, ¿Por qué no invierte unos minutos en leer y meditar en una porción bíblica? Verá como Dios le habla con mucha claridad mediante su palabra. El beneficio es maravilloso. Los que tienen una Biblia a la mano, pueden abrirla en 1 Timoteo 6:17-20. En estos cuatro versículos vamos a ver que un buen ministro de Jesucristo pone especial atención sobre los ricos, no para sacarles todo el dinero que se pueda, sino para ayudarles a ser buenos mayordomos de los bienes materiales, y también pone atención sobre sí mismo para asegurarse de cumplir con todo lo que Dios dice en su palabra. Vayamos a lo primero. Lo que tiene que ver con los ricos. 1 Timoteo 6: 17-19 dice: A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos.
1Ti 6:18 Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos;
1Ti 6:19 atesorando para sí buen fundamento para lo por venir, que echen mano de la vida eterna.
La Biblia habla bastante acerca de la riqueza y los ricos, mucho más que de la pobreza y los pobres. ¿Por qué será? Pues porque los ricos enfrentan desafíos mucho más difíciles que lo que enfrentan los pobres. Cuánta razón tuvo el Señor Jesucristo cuando según Mateo 19:23 dijo: De cierto os digo, que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos.
No es imposible que un rico entre al reino de los cielos, pero es difícil. La dificultar radica en que la riqueza provee una falsa esperanza al rico, quien rodeado de comodidades piensa que no le hace falta nada, ni siquiera Dios. Por esta razón es que un buen ministro de Jesucristo debe prestar especial atención a quienes Dios ha confiado mucha riqueza. Son varias las cosas que Timoteo tenía que enseñar a los ricos. Lo primero, que sean humildes. A los ricos de este siglo manda que no sean altivos. Cuando Pablo habla de este siglo, se está refiriendo a este mundo. Altivo es un adjetivo que significa orgulloso, soberbio, erguido. Los ricos de este mundo miran lo mucho que ellos tienen y lo poco que otros tienen y eso les hace sentir orgullosos. Timoteo tenía que mandar a los ricos de este mundo que en lugar de ser orgullosos sean humildes. Después de todo ser rico no es mérito del rico, sino un regalo inmerecido que Dios hace, de modo que el rico no tiene razón para sentirse orgulloso. Deuteronomio 8:18 dice: Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que juró a tus padres, como en este día.
En segundo lugar, Timoteo tenía que enseñar a los ricos a no poner su esperanza en las riquezas, sino en el Dios vivo. La razón para esto es porque las riquezas son inciertas, mientras que el Dios vivo es quien nos da todas las cosas para que las disfrutemos. Cuan certera es esta afirmación. La riqueza es pasajera, o nos deja cuando estamos vivos, o la dejamos cuando morimos. En cambió el Dios vivo, es firme, no cambia jamás. Él es el mismo ayer hoy y por los siglos. De Él proviene todo y en abundancia para que lo disfrutemos. Si ponemos nuestra esperanza en el Dios vivo y Él nos premia dándonos cosas en abundancia, debemos disfrutarlo, sin sentirnos mal por ello. En tercer lugar, Timoteo tenía que enseñar a los ricos de este mundo a hacer buenas obras. Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dice Pablo. La mayoría de los ricos de este mundo tristemente son pobres en buenas obras, porque toda su fortuna la gastan en satisfacer sus más extravagantes deleites. Timoteo debía enseñar a los ricos de este mundo a ser también ricos en buenas obras, sabiendo que como mayordomos o administradores de Dios, tienen la responsabilidad de utilizar los bienes materiales no sólo para beneficio de ellos mismos sino también de otros. En cuarto lugar, Timoteo tenía que enseñar a los ricos de este mundo a hacer tesoro en el cielo. Que sean dadivosos, generosos, atesorando para sí buen fundamento para lo por venir, que echen mano de la vida eterna, dice Pablo. Cuando el texto habla de atesorar para sí buen fundamento, se está refiriendo al tesoro en el cielo. Qué interesante: No podemos llevar la riqueza con nosotros al cielo cuando muramos, pero podemos enviar la riqueza al cielo mientras estamos vivos. ¿De qué manera? Pues cuando damos a Dios con generosidad, bien sea en ofrendas a la iglesia o en ofrendas a ministerios, o en ofrendas a personas en necesidad. Por eso es que el Señor Jesús dijo lo siguiente en el sermón del monte, según Mateo 6:19-21 No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan;
Mat 6:20 sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan.
Mat 6:21 Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.
Hacer tesoros en el cielo es la manera como los ricos de este mundo estarán echando mano de la vida eterna, o dicho en otras palabras, están reconociendo que lo más importante de la existencia humana no es el tiempo que estamos en este mundo sino el tiempo que vamos a estar en el cielo, fuera de este mundo. No vale la pena gastar la vida en algo que solamente sirve para este mundo. Todo esto es lo que un buen ministro de Jesucristo debe enseñar a los ricos de este mundo. Pero un buen ministro de Jesucristo también debe poner atención sobre sí mismo. De esto trata los dos últimos versículos de esta epístola 1 Timoteo 6:20-21. La Biblia dice: Oh Timoteo, guarda lo que se te ha encomendado, evitando las profanas pláticas sobre cosas vanas, y los argumentos de la falsamente llamada ciencia,
1Ti 6:21 la cual profesando algunos, se desviaron de la fe. La gracia sea contigo. Amén.
La responsabilidad de Timoteo como líder en la iglesia en Éfeso era obedecer lo que Pablo le había encomendado. Para nosotros hoy en día sería obedecer todo lo que Dios ha dicho en su Palabra, la Biblia. Satanás es muy astuto para desviarnos de la Biblia y una de sus tácticas favoritas es embarcarnos en lo que Pablo ha llamado profanas pláticas sobre cosas vanas. Esto se refiere a conversaciones intrascendentes sobre asuntos que no tienen ninguna importancia. Otra táctica de Satanás es embarcarnos en lo que Pablo ha llamado los argumentos de la falsamente llamada ciencia. No es que la Biblia esté en contra de la ciencia. La Biblia y la ciencia siempre se han llevado muy bien. Aunque la Biblia no es un libro de ciencia, cuando habla de ciencia, la Biblia siempre está en la verdad. Lo que cuestiona la Biblia es la falsamente llamada ciencia. Esto se refiere a disfrazar con un manto de ciencia algo que esconde la incredulidad y el pecado del hombre. Un ejemplo de algo que el hombre falsamente llama ciencia es la teoría de la evolución, la cual no pasa de ser una mera teoría, pero muchos la disfrazan de ciencia para que sea aceptada por la gente. Cuando un ministro de Jesucristo se deja engañar por Satanás y descuida la palabra de Dios que le ha sido encomendada y comienza a embarcase en discusiones intrascendentes sobre cosas sin importancia y dándose de profundo conocedor de cosas complicadas cuestiona la palabra de Dios, se ha desviado de la fe, lo cual será desastroso para él y para los que están bajo su liderazgo. Pablo concluye su carta expresando su deseo que la gracia de Dios esté con Timoteo. Esto es lo que todos los creyentes necesitamos. Se refiere a la obra inmerecida que Dios hace en los que somos suyos para que podamos discernir la voluntad de Dios y que podamos ser instrumentos útiles en sus manos. Es una obra de gracia de Dios. A todo lo dicho, Pablo le añade el Amén, lo cual significa: Así sea. De esta manera llegamos al final de las claves para ser un buen ministro de Jesucristo. Si usted es pastor, anciano u obispo, todos términos sinónimos, necesita aplicar todo esto a su vida y a su ministerio. Si usted no es obispo, pastor o anciano, también necesita aplicar todo esto a su vida y a su ministerio, de modo que cuando el Señor quiera usted esté listo para ocupar este noble oficio. Que el Señor le bendiga ricamente.
¿Hay algún versículo que enseñe con claridad la preexistencia de Cristo?. Visite nuestra página Web y en la sección PREGUNTA DEL DÍA encontrará la respuesta a esta inquietud. Además puede hacernos llegar sus consultas y sugerencias y por supuesto escuchar nuevamente el programa de hoy. Le recuerdo nuestra dirección: labibliadice.org Hasta la próxima y que Dios le bendiga grandemente.
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