Cordiales saludos amado oyente. Soy David Araya, dándole la bienvenida al estudio bíblico de hoy. Nuestro tema de estudio es el Evangelio según Mateo, en la serie que lleva por título: Jesucristo, Rey de reyes y Señor de señores. En instantes más estará junto a nosotros David Logacho para guiarnos en el estudio del complot contra el Señor Jesús y la adoración que recibió el Señor Jesús de una mujer.
Gracias David. Es un gozo para mí, estar junto a usted, amable oyente. Si tiene una Biblia a la mano, ábrala en Mateo capítulo 26. Después de haber pronunciado el discurso sobre las últimas cosas, el Señor Jesús anunció su muerte una vez más. Permítame leer Mateo 26:1-2. La Biblia dice: Cuando hubo acabado Jesús todas estas palabras, dijo a sus discípulos: Sabéis que dentro de dos días se celebra la pascua, y el Hijo del Hombre será entregado para ser crucificado.
Todo lo que el Señor Jesús profetizó en los capítulos 24 y 25 y todo lo que significa la iglesia, se sustenta en la muerte y resurrección del Señor Jesús. Por eso, el Señor Jesús concluye su mensaje en el Monte de los Olivos anunciando una vez más su inminente muerte. Esta es la cuarta y última vez que el Señor Jesús habló de su muerte. Antes lo hizo, según Mateo 16:21, según Mateo 17:23 y según Mateo 20:18. En este último anuncio, Jesús entrega mayores detalles en cuanto al tiempo y a la manera que iba a morir. En cuanto al tiempo, el Señor Jesús asocia su muerte con la celebración de la fiesta judía de la pascua. En esta fiesta se sacrificaba el cordero pascual el 14 de Nisán entre las dos tardes y se lo comía asado. El 15 de Nisán se celebraba el primer día de la fiesta de los panes sin levadura, la cual duraba siete días. El primer día de la fiesta de los panes sin levadura era un día de gran solemnidad, un día de reposo absoluto. Con esto, el Señor Jesús está afirmando que él es el Cordero pascual. Su muerte fue el cumplimiento de todo lo que la fiesta de la pascua significaba. En cuanto a la manera como iba a morir, el Hijo del Hombre sería entregado, esto habla de ser traicionado por uno de los suyos. Una vez entregado, el Hijo del Hombre iba a ser crucificado. Esta era la manera más atroz de ejecución, creada por el imperio romano, y reservada exclusivamente para los más avezados delincuentes. Mientras el Señor Jesús anunciaba a sus discípulos su inminente muerte por crucifixión, los enemigos de Jesús estaban planificando ya su muerte. Note lo que leo en Mateo 26:3-5. La Biblia dice: Entonces los principales sacerdotes, los escribas, y los ancianos del pueblo se reunieron en el patio del sumo sacerdote llamado Caifás, y tuvieron consejo para prender con engaño a Jesús, y matarle. Pero decían: No durante la fiesta, para que no se haga alboroto en el pueblo.
Por ser Dios en forma humana, el Señor Jesús sabía perfectamente lo que estaban tramando sus enemigos. Entre los enemigos estaban los principales sacerdotes, los que tenían la sartén por el mango en los asuntos religioso, los escribas, los celosos guardianes de las Escrituras sagradas y de las tradiciones de los judíos y los ancianos del pueblo, es decir el Sanedrín, el órgano supremo de autoridad administrativa del pueblo judío en esos tiempos. El lugar de reunión de los enemigos del Señor Jesús fue el patio del sumo sacerdotes Caifás. Este sumo sacerdote ocupó el puesto desde el año 18 hasta el año 36 DC y era yerno y sucesor de otro sumo sacerdote llamado Anás. En aquel lugar, los enemigos del Señor Jesús debatieron la manera de acabar con Jesús. Les pareció que lo mejor sería atrapar al Señor Jesús con engaño para matarlo. Puestos de acuerdo en la forma como acabar con él, faltaba determinar el tiempo. Hacerlo durante la fiesta de la pascua no sería una decisión sabia, porque el pueblo se alborotaría y eso atentaría contra la buena imagen que los hipócritas religiosos querían dar a las festividades judías. Lo que no sabían los enemigos del Señor Jesús, es que Dios ya había determinado desde antes de la fundación del mundo, cuándo, cómo y dónde moriría el Señor Jesús. Así que fueron vanas las deliberaciones de los enemigos de del Señor Jesús en cuanto a terminar con él después de la fiesta de la pascua. Dios había determinado que el Señor Jesús muera justamente en la pascua, como cordero pascual, justamente a la hora que los judíos sacrificaban el cordero pascual. A partir de este relato se produce un salto a otro asunto. No olvide que Mateo no está haciendo un recuento cronológico de episodios que culminaron con la muerte y resurrección del Señor Jesús, sino solamente citando los eventos que son necesarios para cumplir con el propósito de su libro. Mientras los enemigos estaban complotándose contra el Señor Jesús, una mujer se estaba preparando para adorar al Señor Jesús. Así ha sido siempre. El Señor Jesús es odiado por muchos, pero es amado también por muchos. Lo que primero vamos a notar es la acción de una mujer. Leo en Mateo 26:6-7. La Biblia dice: Y estando Jesús en Betania, en casa de Simón el leproso, vino a él una mujer, con un vaso de alabastro de perfume de gran precio, y lo derramó sobre la cabeza de él, estando sentado a la mesa.
Jesús se encontraba en Betania, palabra que significa: La casa del pobre. Es una pequeña aldea en la ladera oriental del Monte de los Olivos, en el camino de Jericó a Jerusalén, bastante cerca de Jerusalén. En esta aldea moraba un hombre, que se llamaba Simón, quien en el pasado debe haber sido leproso, de allí su apodo: El leproso, pero que debe haber sido sanado, porque si siguiera siendo leproso, no podría estar viviendo en su casa, peor recibiendo visitas. La Biblia no revela como Simón fue sanado de su lepra, pero es muy posible que el Señor Jesús lo hubiera hecho. Fue en esta casa, donde una mujer, el pasaje paralelo en el Evangelio según Juan lo identifica como María de Betania, hermana de Marta y Lázaro, hizo esa obra que la ha hecho famosa para la posteridad. María se acercó al Señor Jesús portando un vaso de alabrastro de perfume de gran precio. El vaso de alabastro en sí mismo ya era una obra de arte. El perfume era de nardo puro. Marcos el Evangelista dice que el perfume valía trescientos denarios. Es decir, más de lo que ganaba un obrero en todo un año de trabajo. En un acto de suprema adoración, María quebró el vaso y derramó el perfume sobre la cabeza del Señor Jesús, luego se arrodilló junto a él y cuando el perfume llegó a sus pies, los enjugó con sus cabellos. Qué hermoso. El olor en la casa de Simón el leproso debe haber sido tan sublime. El cuadro no podía ser mejor. Pero que triste que este maravilloso acto de adoración de María fue objeto de la crítica de algunos presentes. Veamos la reacción de los discípulos. Leo en Mateo 26:8-9. La Biblia dice: Al ver esto, los discípulos se enojaron, diciendo: ¿Para qué este desperdicio? Porque esto podía haberse vendido a gran precio, y haberse dado a los pobres.
Juan en su Evangelio dice que fue Judas Iscariote quien lideró esta ola de crítica en contra de María. Estaban realmente enojados contra ella. Pensaban que María había hecho un desperdicio. Siempre habrá gente que piensa que adorar al Señor Jesús es un desperdicio. Creían que hubiera sido mejor vender ese perfume y con ese dinero ayudar a los pobres. Hipócritas. Juan dice en su Evangelio que a Judas Iscariote no le importaba los pobres, sino porque era ladrón, y teniendo bajo su control las finanzas del grupo, sustraía el dinero del grupo. Cuando Jesús se enteró de esto, actuó prestamente. Observe lo que dice Mateo 26:10-13. Y entendiéndolo Jesús, les dijo: ¿Por qué molestáis a esta mujer? pues ha hecho conmigo una buena obra. Porque siempre tendréis pobres con vosotros, pero a mí no siempre me tendréis. Porque al derramar este perfume sobre mi cuerpo, lo ha hecho a fin de prepararme para la sepultura. De cierto os digo que dondequiera que se predique este evangelio, en todo el mundo, también se contará lo que ésta ha hecho, para memoria de ella.
El Señor Jesús reprocha a todos los que criticaron a María. Luego señala que lo hecho por María es una buena obra para él. Está muy bien cuidar y ayudar a los pobres, pero oportunidades para eso nunca van a faltar, porque la triste realidad es que pobres siempre habrá en el mundo, en cambio María aprovechó la única oportunidad que tuvo para demostrar su profundo amor y devoción al Señor Jesús. Además, lo hecho por María, al derramar ese perfume sobre el cuerpo del Señor Jesús, cumplió con el propósito de prepararlo para la sepultura. Es probable que María no hubiera estado consciente de este detalle, pero ciertamente su obra tuvo su propósito desde el punto de vista divino. Mucho de los efectos de lo que hacemos para el Señor no son del todo conocidos por nosotros, pero Dios es experto en utilizarlos para su gloria. Por este hecho singular, el Señor Jesús dijo que dondequiera que se predique el evangelio de Cristo, en todo el mundo, María será recordada por lo que hizo con el Señor Jesús. Esto se ha estado cumpliendo hasta ahora. De esto aprendemos muchas cosas. La adoración que el Señor acepta es aquella que implica entregar algo precioso. La adoración que no implica ningún sacrificio por parte del que adora, no tiene ningún significado para el Señor. ¿Es comparable su adoración a la adoración de esta mujer?
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