Amigo oyente, te invito a que, en este programa, estudiemos algunos aspectos presentes en el Antiguo Testamento, más precisamente en el libro de Nehemías capítulo 12. Estoy muy animado sobre esta serie de programas titulados “Despertar, adoración congregacional.” La adoración es la razón por la cual fuimos creados. Fuimos creados para adorar a Dios, para su gloria así que la adoración es buena. Lo único cosa de lo que debemos asegurarnos es, de que algunas veces somos tentados a tener una visión distorsionada de la adoración, de la cultura y de la moda contemporánea, de tal forma que perdemos lo que las Escrituras nos enseñan sobre la adoración. Entonces, vamos a repasar lo que la Palabra nos enseña acerca de la adoración para asegurarnos de que estamos adorando a Dios verdaderamente, en el caso de que esa vaya a ser la base de lo que somos como pueblo de Dios.
Lo que quiero hacer desde el inicio, antes de que nos sumerjamos en Nehemías capítulo 12 es explicar algunos fundamentos que van a establecer el escenario para esta serie de programas y luego revisaremos algunos de estos fundamentos. Pensemos en estos fundamentos en términos de equilibrar la adoración. Existen diferentes lados, por así decirlo, de la visión bíblica de la adoración que necesitamos mantener en equilibrio para mantener una perspectiva saludable de la adoración bíblica, entonces, el primer fundamento que debes conocer referente al equilibrio en la adoración, es recordar que la adoración es un honor, pero también un mandamiento. Necesitamos recordar que es por la gracia y misericordia de Dios que tenemos el privilegio de llamarnos a nosotros mismos adoradores de Su nombre. Es solamente por la cruz de Jesucristo que nos encontramos en este punto de nuestras vidas. Y esa es la única forma en la que podemos ser adoradores y como resultado, la adoración es un intenso e increíble privilegio y un honor.
Al mismo tiempo, a lo largo de las Escrituras vemos mandamientos en el Antiguo testamento y en el Nuevo Testamento para que el pueblo de Dios adore Su nombre. Es decir, la adoración es algo que somos ordenados a hacer, no es opcional. Es algo que somos ordenados a hacer por las Escrituras y es importante. No puedo evitar pensar que a veces, cuando veo la gran cantidad de personas que se reúnen para la adoración congregacional en las iglesias, hay muchos de ellos que, no han confiado en Cristo, que no son seguidores de Jesucristo, pero que, como asistentes a la iglesia han adquirido una visión de que la adoración congregacional es negociable.
Es el gozo supremo del Cristianismo el reunirse con el pueblo de Dios y adorar Su nombre. Como resultado de eso, somos ordenados a hacerlo. Es un honor, pero también es un mandamiento y necesitamos tomarlo en serio. La adoración es un honor, pero también es un mandamiento. El segundo, es que la adoración está bíblicamente prescrita pero también es culturalmente flexible. Ahora, básicamente, a lo que me refiero con eso, es que, primero, la adoración está bíblicamente prescrita. Si Dios nos manda a adorar, entonces habría sentido en que Él nos diga cómo hacerlo a través de su Palabra. Esa es toda la base de estas seria de programas. Vamos a sumergirnos en la Palabra de Dios para ver lo que Él nos dice sobre la adoración, porque lo que Él dice es muy importante. Como en el Antiguo Testamento, había momentos donde ellos se alejarían del punto de la adoración en la Palabra de Dios y Dios bajaría y les diría que pueden tener un servicio de adoración que parezca muy bueno a sus ojos, pero que puede ser completamente detestable a los Suyos. Entonces, tenemos que ser cuidadosos, para asegurarnos de que estamos adorando de manera alineada con la Palabra de Dios
El factor determinante sobre como adoramos no es el estilo cultural o la moda contemporánea. El factor determinante sobre la forma, de cómo adoramos es la Palabra de Dios. Dios está mucho más preocupado por nuestra fidelidad a su Palabra, que por nuestra creatividad en la forma como podemos adorar.
En segundo lugar, cuando llegas al Nuevo Testamento, estoy convencido de que la imagen de la adoración no es tan específica. Ves a la iglesia reuniéndose, pero ellos no lo llaman necesariamente, en las Escrituras, servicios de adoración, como nosotros lo llamamos hoy en día. Y estoy convencido de que es de esa forma por dos razones principales: la primera, cuando vemos el Nuevo Testamento Jesús muere en la cruz, se levanta de la tumba, todo el cuadro de adoración del Antiguo Testamento queda patas arriba; no se lo desecha, pero se pone boca abajo y la adoración es completamente diferente, a la luz de la cruz. Eso no significa que debemos ignorar el Antiguo Testamento, significa que tenemos que asegurarnos de que todas las veces que miremos el Antiguo Testamento, especialmente cuando se trata de la adoración, debe ser a la luz del Nuevo Testamento.
La segunda razón por la que creo que existe más flexibilidad en cualquier tipo de prescripción para la adoración congregacional, en el Nuevo Testamento, es porque la iglesia estaba avanzando a nuevos lugares y a nuevas culturas, nuevas personas y como resultado había bastante flexibilidad en la manera como la adoración, el servicio congregacional, se mostraba. En lugar de que el Nuevo Testamento sea un libro de formas descriptivas que cada cultura debe seguir, es un libro de misiones. Como el Evangelio va a diferentes culturas, la adoración congregacional puede verse diferente en diferentes lugares y de diferentes maneras. La adoración está prescrita bíblicamente. Sí, hay algunos principios no negociables en el centro, eso va a ser lo más destacado en esta serie, pero también es culturalmente flexible.
Amigo oyente, ¿te das cuenta de que la mayor parte de lo que nos imaginamos cuando pensamos en la adoración hoy en día es más cultural que bíblico? Cuando pensamos en adoración, la primera imagen que probablemente viene a nuestra mente es una sala con sillas, pantallas, predicadores y una particular configuración para el culto. Te das cuenta de que todas estas cosas que he listado no son bíblicamente necesarias para los cultos. Si lo fueran, entonces serian malas noticias para nuestros hermanos y hermanas en las iglesias clandestinas en China y en las junglas profundas de Sudan; áreas perseguidas en Arabia Saudita.
Entonces lo que necesitamos para asegurar lo que hacemos, es enfocarnos en lo que es bíblicamente necesario. Eso no significa que todas estas otras cosas son malas, pero, si nos enfocamos en ellas cuando pensamos en los cultos e ignoramos que lo que Dios dice es más importante para la adoración, perderemos el punto completo de lo que Él desea en nuestros cultos. Entonces, la adoración está bíblicamente prescrita y es culturalmente flexible.
Tercero, la adoración es el combustible y el objetivo de nuestra misión. Quiero que mires desde el inicio de esta serie, como está intrínsecamente vinculado con el hacer discípulos en la vida de Cristo y el hacer discípulos en la vida de Pablo. La adoración no ha terminado aquí y el hacer discípulos tampoco. La adoración es el combustible por el cual hacemos discípulos a todas las naciones. Pero, ¿por qué salimos y sacrificamos nuestras vidas y la iglesia para hacer nuevos discípulos en todas las naciones? Hacemos eso, porque somos alimentados por la gloria de Dios. Somos tan cautivados por Su maravilla y Su grandeza que somos obligados a ir y hacer discípulos a las naciones. Nos alimenta, pero también es nuestro objetivo. Habrá un día en el futuro cuando no haremos más discípulos. En aquel día solamente estaremos adorando. Todo el objetivo de habernos entregado a nosotros mismos para hacer discípulos a todas las naciones es esperar por el día cuando las personas de todos los lugares, cada tribu, cada persona, cada lengua y cada nación se rindan y disfruten de Su adoración para siempre. Ese es el objetivo. Eso es por lo que vivimos. La adoración es el combustible y el objetivo de nuestra misión.
Cuarto, la adoración envuelve a aquellos que están dentro de las iglesias, pero también afecta a los que están afuera. Lo que veremos en los próximos programas es que la adoración en las Escrituras involucra principalmente a la Iglesia, a los creyentes, aquellos que han creído en Dios o en Cristo. Ahora, eso no quiere decir que, si no eres creyente, si nunca has llegado a creer en Dios a través de Cristo, estés fuera de esto. La adoración envuelve a aquellos que están dentro de la iglesia, pero afecta a los que están afuera de la iglesia. Lo que quiere decir es que el principal propósito de reunirnos en una sala es incentivar el Cuerpo. 1 Corintios 14 lo deja muy claro, por lo que te invito a salir de tu comunidad y proclamar la grandeza de Dios. Hay un precedente bíblico, 1 Corintios 14, un pasaje que miraremos luego, donde Pablo habla sobre como no creyentes algunas veces vienen a nuestros servicios congregacionales, personas que pueden no tener fe en Dios, ellos adoran a Dios, observan a Cristo siendo exaltado y eso pueden llevar a las personas a la fe en Cristo. Entonces, la adoración involucra a aquellos que están dentro de la iglesia, pero afecta a los que están afuera de la iglesia.
Finalmente, la adoración es personal, pero al mismo tiempo congregacional. Existe, definitivamente, una imagen en las Escrituras de cómo la adoración envuelve todo lo que hacemos, nuestros pensamientos, nuestras acciones, nuestras palabras. Día tras día estamos viviendo en constante adoración personal. Al mismo tiempo, hay también un énfasis en el Antiguo Testamento y en el Nuevo Testamento en la iglesia, el pueblo de Dios reunido para adorar. Y este será el enfoque de esta serie de programas. Sin excluir la adoración personal, el objetivo de estos programas es que miremos que es lo que acontece cuando nos reunimos para adorar. Esto nos lleva a la primera parte no negociable de la adoración congregacional, la comunidad, y vamos a ver eso desarrollándose en el libro de Nehemías capítulo 12. Vamos a empezar en el versículo 27.
El contexto es el pueblo de Dios en Jerusalén, entre 597 a 886 antes de Cristo, que había sido atacado por los babilonios. Los babilonios habían destruido el templo de Jerusalén, los muros de la ciudad y habían llevado al pueblo de Dios al exilio. Este es un momento muy obscuro en su historia. Diez años más tarde ellos fueron reunidos nuevamente. Una vez que ellos volvieron a estar juntos allí, en Jerusalén, la primera cosa que hicieron fue reconstruir el templo. Eso está en el libro de Esdras. Reconstruyeron el templo y de ahí vamos al Libro de Nehemías en donde están reconstruyendo los muros. En los primeros siete capítulos de este Libro los veremos reconstruyendo los muros. Y la Imagen es el pueblo de Dios siendo reconstruido en medio de aquellos muros; hay un tipo de clímax, aquí en Nehemías capítulo 12 en donde ellos alaban y adoran a Dios por lo que Él ha hecho entre ellos. Y es justamente de eso de lo que quiero que hablemos a lo largo de esta serie titulada “Despertar, adoración congregacional” Así que te invito a que nos acompañes a nuestro próximo tiempo juntos y así aprender lo que significa la adoración en la vida de todo discípulo de Cristo. Que Dios te bendiga.
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